El maltrato químico puede pasar inadvertido, porque:
aparenta ser un accidente;
ocurrido en situaciones que la familia no explica con clari-
dad;
los familiares niegan haberle dado alguna sustancia al/a la
niñ@;
los niños niegan, porque ignoran, haber ingerido alguna
sustancia, que puede estar contenida, por ejemplo, en un
vaso de refresco.
Todas estas circunstancias hacen que los casos de maltrato quí-
mico sean de gran dificultad diagnóstica, porque en ellos los fami-
liares tratan de encubrir, bajo la forma de un accidente banal, la ad-
ministración consciente de un fármaco o de una sustancia, con fines
no terapéuticos, que puede llegar a causar la muerte del o de la me-
nor. Es importante tener en cuenta si el/la niñ@ tiene múltiples
consultas por intoxicaciones.
Hay profesionales que confunden el maltrato químico con el
Síndrome de Münchhausen "Por Poder". Sin embargo, existe una di-
ferencia fundamental que, en nuestra opinión, reside en el motivo por
el cual se le administra una sustancia a un niño o a una niña. En el
primer caso, se trata de lograr que deje de "molestar" y se duerma.
En el caso del SMPP, se trata de provocar síntomas de enfermedades,
para generar un proceso de diagnóstico y atención médica continua-
dos.
Las similitudes que se podría señalar entre ambas formas de
maltrato residen en que quien administra la sustancia al/a la niño/a
es, en la gran mayoría de los casos, la madre; y que en ambos casos
se puede llegar a situaciones graves, que pueden culminar con la
muerte del niño o de la niña.