Liber Seregni
EL FRATERNALISTA homenajea tambien aquí a Liber Seregni
cuyas enseñanzas
y ejemplo perdurarán para siempre en nuestro querido
Uruguay Reproducimos
el articulo que sigue:
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DISCURSO DE LIBER
SEREGNI EN EL PRIMER ACTO DEL FRENTE AMPLIO - 26 DE MARZO DE 1971
Alternativa Popular 1815 – Espacio Solidario ha decidido, en estas
circunstancias, que nuestro Editorial sea el discurso íntegro, pronunciado por
el compañero Líber Seregni, en el primer acto del Frente Amplio.
Pedimos a nuestras lectoras y nuestros lectores, a las compañeras y a
los compañeros, que lean con atención este discurso, que lo analicen, que lo
debatan, que no vacilen en subrayarlo o colorearlo con marcadores. Este no es
un pedido caprichoso. En ese discurso, síntesis del pensamiento de los
diferentes grupos componentes de la coalición, se aprecia en qué circunstancias
y con qué ideas, con qué banderas, con qué demandas, se gesto nuestra fuerza
política. Y también se aprecia la vigencia de esas ideas, de esas banderas , de
esas demandas.
El mejor homenaje que le podemos rendir a Seregni, al igual que a las
compañeras y compañeros que ya no nos acompañan, es ratificar nuestro
compromiso con los principios fundacionales, es entrar a unirnos de nuevo en
pos de los grandes objetivos, es re-juntarnos –los de a pie- para hacer posible
que en la primavera florezcan “agrupamientos” del frente en todo los rincones
del país...
Compañeras, compañeros:
A SEMBRAR
CONCIENCIA...
PARA
CONSTRUIR EL FÚTURO
PARA
DEFENDER LA ESPERANZA
Ciudadanos; ciudadanos presentes y ciudadanos de todo el país:
Nunca
nuestro país presenció un acto como éste. Jamás hubo un acto político de esta
envergadura. Esto es el Frente Amplio. Pero cabe preguntamos:
¿Cómo y por qué
ha sido posible el Frente Amplio? ¿Cómo surgió este incontenible movimiento
popular que tardó tanto en nacer y ha sido tan rápido en propalarse? Tiene que
haber profundas razones que lo expliquen. ¿Es que acaso es como dicen nuestros
detractores, una suma de retazos ? No, ésta es una observación frívola,
superficial, que demuestra muy escaso entendimiento de lo que hoy sucede en
nuestro país. Pero eso también merece una explicación. ¿Es que es acaso una
corriente popular que busca como cuestión de vida o muerte, en las dramáticas
circunstancias que vive el país, nuevos cauces, cauces nuevos que salten por
encima de viejas y anacrónicas estructuras partidarias que ayer fueron potentes
y configuradoras del Uruguay y que hoy se debaten en la incapacidad y una
inepcia huérfanas de toda vida arraigada en el pueblo?
UNA NECESIDAD POPULAR Y COLECTIVA
Todas esas
son interrogantes que debemos contestarnos, y para ello hay un solo medio
posible: analizar de frente la realidad nacional, buscar las causas que generan
estos hechos ya irreversibles. Esta multitud que está aquí, que aquí se ha
congregado, esa multitud que se mueve a lo largo y a lo ancho de todo el país,
porque somos concientes que estamos abriendo una nueva época en la vida del
Uruguay: Sabemos que el Frente Amplio abre una etapa histórica en la vida de
nuestra sociedad. Porque el Frente Amplio no es una ocurrencia de dirigentes
políticos; el Frente Amplio es una necesidad popular y colectiva del Uruguay.
Es un hecho colectivo, con razones colectivas, porque las resoluciones
individuales de todos nosotros, tienen causas sociales y tienen metas sociales,
porque tienen que ver con el destino entero de la sociedad uruguaya. Tampoco el
Frente Amplio es una resolución circunstancial de partidos o grupos políticos;
por el contrario, ellos han interpretado una exigencia que estaba en la calle;
han dado forma y cuerpo a un sentimiento y a una urgencia de todo nuestro
pueblo. Por eso el Frente Amplio desencadenó tan rápidamente este movimiento
popular de adhesión, de participación y de militancia. Porque interpreta una
necesidad objetiva de nuestra sociedad. Son éstos, y éste de hoy los primeros
pasos, pero son pasos de gigante; hoy tiene el Frente Amplio su bautismo en la
calle, en la multitud, en ustedes, en un movimiento político sin precedentes en
el país y que tiene la estatura del Uruguay entero. Estos son los primeros
pasos porque el resto de los que vamos a dar los daremos con los zancos del
pueblo y con la inteligencia del pueblo.
Pero veamos más de cerca las razones que condujeron a la creación poderosa del
Frente Amplio. Siempre es bueno reflexionar, sobre lo que estamos haciendo,
para ubicarnos con justeza, para saber los caminos que estamos recorriendo,
para obrar con pleno conocimiento.
URUGUAY: PAÍS DE EMIGRACIÓN
¿Cuál es la
situación actual del Uruguay? ¿Cuáles son los rasgos más notorios de lo que nos
está pasando? Ante lodo, un hecho hiriente y brutal aunque sea el más
silencioso. El Uruguay, nuestro Uruguay se ha transformado en un país de
emigración. Los uruguayos emigran. Emigran por miles y por miles. Y se van
porque su país no les ofrece posibilidades, porque no pueden vivir y trabajar
aquí. El que emigra, el que se destierra a sí mismo, es un ser que ha perdido
la confianza en las posibilidades de vida que le ofrece su comunidad. Es un
desesperanzado del Uruguay, de un Uruguay que hasta hace 30 o 40 años recibía
con hospitalidad el aporte de hombres y de familias venidas de otros países que
llegaban acá a buscar la esperanza para encontrar un lugar de trabajo y para
formar un hogar. Eso era antes, hace 30 o 40 años y ahora es al revés, son los
uruguayos quienes deben salir fuera de fronteras para encontrar ahí esperanza,
trabajo y hogar. Esa sangría emigratoria es responsabilidad directa de la
oligarquía y del gobierno. Es una violencia sobre el país, una violencia tan
terrible como las muertes en la calle, que también hemos soportado. La
oligarquía no quiere modificar la estructura económica del país, la estructura
económica que la beneficia, aunque sea a costa de transformamos en un país de
emigrantes.
Pero hay emigrantes, porque hay desocupación, porque los salarios no alcanzan
para sostener dignamente una vida y así perdemos lo mejor de nuestra gente, lo
mejor en edad, lo mejor en energía; técnicos, profesionales, obreros
especializados, nuestro capital más precioso que es el capital humano. Insisto
en esto porque es un síntoma y un símbolo de nuestra situación. La emigración
es el peor juicio sobre un régimen económico y social, es el peor juicio sobre
un gobierno. Pero otro aspecto de esta desocupación que desbasta al país, otro
aspecto de la falta de horizontes es el drama de nuestra juventud. Una juventud
que siente día a día la angustia de sus mayores, perpleja por el deterioro del
país, que no encuentra salida, porque se le cierran todos los caminos, porque
se le amputa el futuro. Por eso nuestra juventud manifiesta, a todos los
niveles, su justa disconformidad. Porque no se pueden embretar sus ansias de
vivir y sus ansias de crear. Por eso, nuestra juventud, porque no tiene caminos
individuales se politiza y se radicaliza. Y el régimen responde con sanciones y
con represión. El régimen reconoce con ello que es él, el régimen, el que no
tiene futuro. Y a la desocupación, a salarios reales cada vez más reducidos,
que sólo favorecen a un pequeño grupo oligárquico, se agrega un proceso de
intensa extranjerización de nuestros recursos, de endeudamiento externo que nos
ahoga y que compromete nuestro futuro. Las clases medias urbanas y la clase
obrera, los jubilados, esa legión tan mentada, pero tan olvidada, las clases
medias rurales y los asalariados rurales son las grandes víctimas de la
política económica actual. Quiebras y concordatos, paralización de industrias,
especulación, esto es el síntoma de los últimos tiempos.
¿Cómo no van a agudizarse las tensiones sociales? ¿Es que alguien puede creer
que con Medidas Prontas de Seguridad, con un estado policial, va a solucionarse
la inseguridad que hoy afecta a todo el país, la inseguridad de los productores
y de los trabajadores? Porque la nuestra es una inseguridad global, que afecta
a todos los ámbitos de la vida. Se limitan las libertades públicas, desaparece
la libertad de prensa, ocurren encarcelamientos masivos sin justificación
alguna, se ataca con ensañamiento a la enseñanza tanto a nivel universitario
como secundario. Todo eso lo saben ustedes muy bien, porque además lo sintieron
y lo están sintiendo en carne propia. El país vive una situación de violencia
como no conoció desde la época de las guerras civiles. Es si la crisis más
profunda de la historia del país. Y de eso debemos tener muy clara conciencia
porque estamos en tiempo de decisión.
Todos estos síntomas son reflejo de la realidad que vivimos. Pero veamos ahora
qué es lo que se ha intentado en los últimos tiempos. Constatemos el fracaso de
lo que se ha intentado y expongamos el camino nuevo que pretende el Frente. Así
veremos también el tránsito que explica la formación del Frente Amplio. Para
saber dónde estamos hay que conocer de dónde venimos. Es necesario examinar las
políticas fundamentales que intentó el país, para determinar con claridad la
razón fundamental de sus fracasos, para tomar las cosas desde las raíces que es
la única forma de poder enderezarlas.
DOS ETAPAS DE FRUSTRACIÓN
Seremos muy
breves. En los últimos 25 años, desde el término de la Segunda Guerra Mundial,
pueden distinguirse dos etapas diferenciadas, dos políticas económicas
distintas. La primera, que comienza al término de la Segunda Guerra Mundial y
se clausura en el año 1958, corresponde al esfuerzo por industrializar al país.
La segunda que va desde el año 1958 al año 1964, parece animada por el intento
de fortificar nuestra agropecuaria. Esos dos enfoques sucesivos y distintos,
terminaron los dos en callejones sin salida, con características distintas, con
enfoques distintos, no lograron renovar y movilizar creativamente al país.
¿Por qué no tuvieron salida? ¿Por qué se frustraron? En la última instancia la
contestación es muy sencilla: las dos vías tomadas no enfrentaron el obstáculo
decisivo para el desarrollo nacional, y ese obstáculo es la oligarquía, es
decir, la trenza bancaria terrateniente y de intermediación exportadora, el
grupo social que domina y acapara la tierra, el crédito, los canales de
comercialización de nuestros productos. Sus centros de poder siguieron
intactos, determinando nuestra economía, estrangulando al país, beneficiándose
de las energías de nuestro pueblo, apropiándose y desviando el esfuerzo
nacional.
En la primera etapa, cuando la prosperidad de la posguerra, en la fase
ascendente de la etapa industrializadora, las masas urbanas participaron de un
nivel de vida que llenaba sus necesidades mínimas. No parecía vital entonces
profundizar la lucha.
En la segunda etapa, cuando se reviene el proceso sobre una vía ruralista, las
clases medias rurales tuvieron un momento de ilusión, creyeron que se abrían
nuevos horizontes. Pero tampoco fue así. Los precios fueron absorbidos por la
inflación, por la trenza bancaria exportadora y latifundista. El país siguió
estancado y el deterioro siguió avanzando. Porque está claro, los grupos
dominantes están ligados a poderosos intereses extranjeros, son la expresión
interna de nuestra dependencia de las grandes potencias capitalistas, de esas
potencias que nos fijan precios, que nos imponen términos de intercambio
adversos. Así, en los últimos años, se agudizó el endeudamiento externo y las
ataduras al Fondo Monetario Internacional.
Es entonces la realidad urgente, el empobrecimiento colectivo, lo que obliga a
enfrentar de una buena vez a la rosca que nos aprieta. La disyuntiva de hoy es
muy clara: o la oligarquía liquida al pueblo oriental, o el pueblo oriental
termina con la oligarquía.
Esa es la radicalización política de hoy; ésa es la expresión de la realidad
que vivimos: un país empobrecido y empobreciéndose no puede seguir con
soluciones de medias tintas. No hay "mejórales" para el cambio. El
último intento del viejo Uruguay para encontrar una salida de "medias
tintas" fue la elección del General Gestido. En unos pocos meses se
intentaron lodos los caminos y no se recorrió ninguno. Es que no era un
problema de buena voluntad y Gestido quemó su vida en un esfuerzo imposible y
entonces, ¿qué pasó?, entonces fue la oligarquía la que resolvió radicalizarse,
la que quiso terminar con las "medias tintas", porque únicamente
podía mantenerse transfiriendo lodo el peso de la crisis sobre el pueblo. Así
vino el gobierno del Señor Pacheco y las Medidas de Seguridad como un régimen
permanente.
Y vinieron los últimos tiempos. Los políticos blancos y los políticos
colorados quedaron relegados y la oligarquía tomó directamente el gobierno.
Esto nunca había sido tan visible, tan descarnado y tan claro. Los grupos
económicamente dominantes estaban dispuestos a todo para reducir al pueblo
oriental y se abrió así una era de violencia, la que estamos viviendo. La
violencia comenzó desde arriba. La estructura de dominación oligárquica quedó
al desnudo; decretó que era la "hora del garrote" y, como siempre,
cínicamente, culpó del desorden a las masas estudiantiles y a las masas
obreras.
MEDIDAS DE SEGURIDAD PARA MENTENER INTACTO EL PRIVILEGIO
Hubo acá un
cambio fundamental, cualitativo. No se buscó una modificación del campo
económico: no se propuso un nuevo modelo para el desarrollo. Las
transformaciones se centraron en el campo político y en el campo social. Para
mantener intactas las estructuras del poder económico, para mantener los
privilegios de la oligarquía, era necesario terminar con el régimen de
libertades públicas y con el régimen de seguridades sociales. La congelación de
salarios y las Medidas de Seguridad provocaron la polarización social. La clase
media y la clase obrera se vieron diezmadas económicamente. Pero, además, se
las marginalizó, se las dejó al costado del camino. Este proceso, que se
acompaña de un Poder Ejecutivo que consolida su primacía total sobre el Poder
Legislativo, está ligado necesariamente a la descomposición de los partidos
tradicionales.
¿Por qué? ¿Qué es lo que ha pasado con esas dos grandes fuerzas históricas de
los partidos tradicionales? ¿Qué se ha hecho de sus sectores más populares?
Vale la pena analizar esto, porque está en la médula de la existencia política
uruguaya. Y esto también es muy fácil de entender. Siempre hubo, dentro de cada
uno de los partidos tradicionales, un ala conservadora y un ala popular, y en
las últimas décadas la mayoría, el control de cada partido, lo tuvieron los
sectores más populares. Pero los partidos tradicionales fueron siempre un
compromiso entre el pueblo y la oligarquía. Pero ahora, ya no pueden serlo más.
La oligarquía controla totalmente a ambos partidos, porque no tiene otro
partido que contra el pueblo, y el pueblo ya no tiene lugar en los viejos
lemas.
Este es el hecho actual de relevancia histórica. Los hombres progresistas y
populares del Partido Colorado y del Partido Nacional, de clara y firme
militancia política, que quieren ser fieles a su pueblo, comprendieron que
tenían que romper el cascarón vacío de los viejos lemas y unirse con las otras
fuerzas populares y progresistas, que ya no importan los cintillos; que no son
válidas las vallas con que quisieron separarnos, que la única línea divisoria
está entre quienes quieren mantener un orden como el actual, un régimen caduco,
opresor, antipopular, y aquellos que desean los cambios que el país exige; que
de un lado está la oligarquía blanca y colorada, y del otro lado el pueblo,
blanco, colorado, demo-cristiano, comunista, socialista, independientes. Esa es
la verdad y ésa es la definición de la hora actual.
EL FRENTE AMPLIO HEREDERO DE LA TRADICIÓN ARTIGUISTA
Es por esto
que el Frente Amplio no es una simple suma de partidos y de grupos; es la. nueva
conciencia que levantará un nuevo Uruguay. Aquí está el pueblo, que no ha
perdido la fe ni en si mismo ni en el destino del país. Nunca se abrió un cauce
tan ancho para la unidad popular como en estos momentos. Nunca, salvo con
Artigas. También junto a él el pueblo oriental se unió, para enfrentar a la
oligarquía y al imperialismo de la época. Y hoy volvemos a lo mismo. Por eso el
pueblo, por eso el Frente Amplio es el legitimo heredero de la tradición
artiguista y toma sus banderas y su ideario.
Y no es que
cada ciudadano, que cada grupo o partido pierda u olvide sus tradiciones
partidarias. Las guarda y las cuida celosamente, porque esas tradiciones
sirvieron para construir el Uruguay, pero las integra y las une en un sólo haz,
porque la fuerza del Frente Amplio está en que asume las mejores tradiciones
uruguayas para construir un Uruguay mejor.
Hoy,
lo artificial es el lema colorado y el lema blanco. Están vacíos de contenido,
no representan verdaderos partidos, están caducos, inmóviles, porque han
perdido a su pueblo. Cumplieron ya su etapa en la historia del país y esto lo
sabe el régimen, esto lo sabe la oligarquía, por eso apela a la fuerza. Tiene
miedo a la libertad de expresión. Por eso cierra diarios, intentando clausurar
conciencias.
Nuestra
decisión es otra. El Frente Amplio nace del pueblo y se nutre con el pueblo,
del pueblo que no perdió las esperanzas en el destino del Uruguay. Por eso
estamos aquí, porque al pueblo oriental no lo doblega el despotismo, porque
somos empecinados, y nos reunimos en la calle porque la calle es nuestra. Y
esta manifestación, este acto, como nunca conoció el país otro similar, es la
manifestación rotunda de la única fuerza, verdaderamente democrática que existe
en el país, porque el Frente Amplio es la única salida histórica para el
Uruguay, porque es la única fuerza que puede asegurar la pacificación que todos
ansiamos.
Es
el pueblo conciente de su destino, seguro de su decisión. Es el último, el
definitivo intento del Uruguay para buscar salidas legales, democráticas,
pacificas. Somos el Frente Amplio una afirmación pacifica; pero no nos
dejaremos trampear nuestro destino.
No
queremos la violencia, pero no tenemos miedo a la violencia. Nosotros no
queremos ni el caos ni el desorden. El régimen actual no es el orden, sino el
"desorden establecido". Nosotros sí queremos cambios radicales en la
vida económica y social del país. Son los que no quieren cambiar las cosas, los
agentes de la violencia y los agentes del desorden.
Tenemos
confianza en nuestras propias fuerzas; tenemos claridad en nuestros propósitos;
tenemos fuerza de pueblo e ideas de pueblo, para el pueblo.
QUÉ SE PROPONE EL
FRENTE AMPLIO
Y bien: ¿qué se propone el Frente Amplio? ¿Cuáles son sus
objetivos principales? ¿Cómo determina sus metas y los instrumentos para
alcanzarlas? El Frente Amplio comenzó por elaborar una base programática común,
por definir sus objetivos a alcanzar. Estos han tenido amplia difusión, y la
tendrán más todavía. Todos ustedes las conocen. Hasta se nos hizo una crítica
que es finalmente un elogio. La "gran prensa" dijo que las ideas que
presentamos no eran nuevas, que ya eran conocidas. ¡Claro que sí! el pueblo ya
sabe lo que necesita. Lo que hizo el Frente fue recoger las ideas del pueblo.
La gran diferencia es que nuestras bases programáticas no son bases de enganche
electoral, son las ideas que queremos realizar y que vamos a realizar.
Las
bases programáticas son públicas y todos las conocen. Pero quiero fijar su
orientación, el espíritu que las anima. Ante todo, el punto de partida, el
criterio rector, y ése no puede ser otro que el hombre uruguayo, que es el
capital más precioso de que disponemos. No es secreto para nadie, no es falso
patrioterismo el afirmar que el Uruguay tiene uno de los niveles culturales más
altos de América. Esa es nuestra riqueza. De ese capital partimos para
determinar qué es lo que debemos construir, para llevar al hombre a su mayor
potencialidad, rendimiento y autorrealización.
El país tiene una inmensa capacidad subutilizada, mal
utilizada, desperdiciada. La primera es el hombre. ¿Cómo realizar al hombre en
el cumplimiento de sus funciones sociales, para que éstas lleguen al máximo de
su eficacia? Partiendo de aquí, las metas adquieren toda su importancia.
Los
puntos críticos de los que tenemos que desamarrar al país, para que éste
despegue con fuerza, para que crezca con vigor. Tenemos que desamarrar y cortar
con el latifundio; tenemos que desamarrar y cortar con la banca privada;
tenemos que desamarrar y cortar con el complejo de succión de la exportación.
Estos son los aspectos principales, fáciles de visualizar, pero fortalezas que
el pueblo tendrá que conquistar con luchas y sacrificios, porque hoy, o el
pueblo elige su sacrificio para salvarse, o la oligarquía lo sacrifica a sus
intereses. Todo esto exige temple, conciencia, responsabilidad, la mayor
seriedad en las decisiones. Y para esto, el instrumento del pueblo será el
gobierno, el gobierno del pueblo al servicio del pueblo, con la participación y
contralor del pueblo.
No
el Estado y el gobierno actual, producto de la oligarquía; no el gobierno que
cierra todos los caminos y toda dinámica al desarrollo nacional, que frena la
expansión industrial, expropia parasitariamente el ahorro y el esfuerzo
nacionales, que dilapida el potencial humano de que disponemos. Nosotros vamos
a potencializar al Estado, a usar al máximo la capacidad humana que esta ahí
ahogada, porque vamos a la vez a romper los tres pilares básicos de la
oligarquía, latifundio, banca particular, complejo de succión de la exportación.
Estos
son los tres objetivos, que no son independientes entre sí, sino que conforman
una unidad indisoluble. Sobre esa base se levantará el resto del edificio. Esa
es la base de nuestra estrategia: reforma agraria, nacionalización de la banca,
nacionalización del comercio exterior, y siempre partiendo del criterio rector
que es el hombre uruguayo.
REFORMA AGRARIA,
NACIONALIZAR EL COMERCIO EXTERIOR
La reforma agraria: nuestro hombre de campo y nuestros
recursos del campo, están mal utilizados, ahogados por el latifundio,
aplastados por el minifundio. Pero nuestra realidad agraria es distinta de la
de otros países. Por la forma de nuestra agropecuaria, por las características
de nuestra campaña, no hay un campesinado numeroso, como en otras partes. Nuestra
reforma agraria tiene que ser profundamente a la uruguaya. Para hacerla,
tenemos que contar con el hombre de nuestro campo, con el trabajador rural, con
los medianos y pequeños productores, que son las víctimas de la especulación
bancaria, latifundista y comercializadora. Tenemos así que terminar con el
éxodo rural; poner la técnica, la investigación, la Universidad, los
conocimientos y los medios adecuados a su servicio para que el país incremente
su producción v su productividad. Pero, ¿qué seria una reforma agraria si el
crédito no está a su servicio y si el país no controla la comercialización de
los productos en el exterior? Sería una reforma agraria ilusoria.
Y,
conjuntamente con la reforma agraria, ligada a ella, está la industrialización
del país, la creación y solidez de fuentes de trabajo permanentes. También
nuestra capacidad industrial está mal utilizada, subutilizada. Bien saben
ustedes la paralización de la industria textil y la del cuero. Tenemos que
exportar productos nacionales, industrializados y manufacturados. Pero para eso
es necesario que controlemos también el crédito, el comercio exterior, que el
Estado esté al servicio de la producción y no de la telaraña financiera... que
nuestro Servicio Exterior esté al servicio activo, total de la colocación de
nuestros productos agrarios o industriales. Nada de burócratas displicentes,
sino de servidores públicos al servicio real del pueblo: controlados por el
pueblo, responsables ante el pueblo.
Por
todo eso es que tenemos que nacionalizar el comercio exterior. Ya sabemos que
los grandes consorcios internacionales compran barato y nos venden caro. Para
vender mejor debemos evitar que la rosca exportadora, que en gran parte es
vendedora y compradora a la vez, se apropie de una porción enorme de nuestro
esfuerzo productivo. Porque en los canales particulares de comercialización se
evapora gran parte del trabajo nacional.
NACIONALIZACIÓN
DE LA BANCA
Y
finalmente, la banca nacionalizada. Hay que poner todos nuestros recursos
financieros al servicio de la reforma agraria y la industrialización. La banca
privada impide todo plan orgánico nacional; usa del ahorro para sus fines
particulares de ganancia y especulación. Hoy, la banca se extranjeriza y nos
extranjeriza. Nacionalizar la banca se conviene así en una cuestión
fundamental.
Estas
son las bases principales, son las metas racionales y necesarias para superar
la crisis actual del país; van al fondo de nuestros problemas, desamarran al
país de la oligarquía. Tomamos al país en nuestras propias manos; echamos las
bases de una real autodeterminación nacional. Somos orientales y queremos
decidir por nosotros mismos.
AUTODETERMINACIÓN
Y NO INTERVENCIÓN
Esta
política interna de autodeterminación se manifiesta también en la concepción
que el Frente Amplio tiene de la política internacional. Porque lo nacional y
lo internacional son dos aspectos de una sola política. De ahí que nos basemos
en nuestro plan nacional de autodeterminación, de liberación nacional. Este
principio de autodeterminación se conquista con la energía de cada pueblo. Esta
es nuestra regla fundamental e indiscutible : el principio de autodeterminación
de los pueblos. La autodeterminación significa libertad de los pueblos para
crear por sí mismos, con su propia fuerza y elección, su propio destino. Cada
pueblo dueño de su destino.
Esto
nos lleva, en el plano internacional, a dos corolarios necesarios. El primero,
es la no intervención. Es un principio defensivo ante las amenazas y presiones
extranjeras; es el repudio a las intervenciones extranjeras. El principio de la
no intervención debe ser una constante intangible de nuestra política
internacional. Pero no basta con proclamarlo, con declararlo; exige, como única
garantía, la vigilancia y la militancia popular.
Pero
no basta con la no intervención. El otro corolario necesario a la
autodeterminación es la activa solidaridad latinoamericana. La
autodeterminación exige la ruptura de nuestras formas de dependencia: la
económica, la política, la cultural, la científica. Estamos en América Latina y
América entera es víctima de la misma dependencia, de los mismos poderes.
Nuestra lucha es común con nuestros hermanos latinoamericanos. También lo fue
cuando Artigas, Bolívar y San Martín. Y porque aquellas luchas terminaron con
el exilio de Artigas, Bolívar y San Martín, es que emprendemos ahora la segunda
emancipación latinoamericana, y esto nos lleva a la solidaridad con todos los
movimientos de liberación nacional que hoy se levantan en América Latina.
Solidarios hoy, como fuimos solidarios ayer. Es el camino hacia la Patria
Grande que soñaron nuestros próceres. No los evocamos en vano. Simplemente
retomamos su política a la altura de nuestro tiempo y de nuestras necesidades.
LA REVOLUCIÓN NO
SE PUEDE EXPORTAR O IMPORTAR
Y
aquí no se trata de importar o exportar revoluciones. Esto es un planteo falso,
o calumnioso de la oligarquía. La revolución es lo único que no se puede
exportar o importar, porque la revolución la hacen los pueblos, y un pueblo no
se importa ni se exporta. Los pueblos son raíz permanente en cada uno de sus
países. Cada uno tiene sus características y debe resolver sus problemas de
acuerdo a ellas. Lo otro es invento y recurso de los contrarrevolucionarios, de
la oligarquía, del imperialismo.
Por
otra parte, no se trata de imitar a Cuba, a Perú, a Bolivia, a Chile ni a
ningún otro país. Es imposible porque cada pueblo tiene su realidad histórica.
Nadie va a inventar el camino de Uruguay, sino nosotros mismos, los orientales
basados en nuestra manera de ver y en nuestras realidades. Renunciar a ello
seria renunciar a nosotros mismos. Somos y queremos ser orientales.
Todo
esto es muy claro. Nuestra política internacional está necesariamente ligada al
proceso de liberación de América Latina. El proceso de liberación de América
Latina está ligado al de todos los pueblos oprimidos del Tercer Mundo. Esa es
nuestra posición. Nuestra orientación está perfectamente definida y nuestra
política internacional es acorde y resultante de nuestros propósitos
nacionales.
Queremos
decir aún dos cosas fundamentales: me siento todavía integrante de las fuerzas
armadas de mi país, de esas fuerzas y esos hombres que llevan sobre el frente
de sus gorras el emblema artiguista, son los continuadores históricos de las
huestes artiguistas y en estos momentos de liberación nacional, de búsqueda de
una real y efectiva democracia, de prosecución de la justicia social, nuestras
fuerzas armadas como fueron antes, como serán siempre, serán salvaguardia de la
Constitución y serán también celosos salvaguardias de la voluntad del pueblo.
"UN PUEBLO
UNIDO JAMAS SERÁ VENCIDO"
Una
última precisión: El Frente Amplio nos ha honrado con la nominación para la
candidatura presidencial. Somos conscientes de la tremenda responsabilidad que
asumimos. Pero estoy consustanciado con el Frente Amplio y con el pueblo de mi
país. Del pueblo provengo, es mi país, mi pueblo, el que me permitió realizarme
como hombre, como militar y como ciudadano, y a él me debo. Por eso nuestro
compromiso, aquí y ante ustedes, de entregar todas nuestras energías y nuestras
posibilidades para la causa del Frente, que es la del pueblo oriental todo
nuestro esfuerzo por esa causa, por su programa, seguros, confiados en la
victoria. Porque es el pueblo oriental el que emprende el camino hacia su
futuro y nadie ni nada detiene a un pueblo decidido consciente, seguro que sabe
lo que quiere y sabe dónde va.
Repito
-porque tiene la profundidad y la simplicidad de las grandes verdades- un canto
que escuchamos a los estudiantes de Medicina: "Un Pueblo Unido, Jamás Será
Vencido".
Y
antes de irnos, una invocación que nos sale del fondo del alma; Padre Artigas:
aquí está otra vez tu pueblo; te invoca con emoción, y con devoción y bajo tu
primer bandera, rodeando tu estatua, este pueblo te dice otra vez, como en la
patria vieja, padre Artigas guíanos!"
Explanada Municipal, 26 de marzo de 1971
Agradecemos la autorización
para esta reproducción de los amigos de Alternativa Popular
cuyo e-mail es ap1815fa@adinet.com.uy
Envían periódicamente
, solicitándolo , artículos de gran interés.