El MANEJO DEL 3 y 2 HA ENVILECIDO AL PAIS
POR ALGO ESTAMOS COMO ESTAMOS

Por Pedro Hernández

Seguimos aferrados a la memoria histórica como herramienta para explicar nuestro presente.
Creemos que está todo escrito, es más, en la lucidez de los que fueron “ignorados” o ninguneados por el poder de turno esta la clave del futuro.
Tenemos que tener humildad para rescatarlo y asumiendo nuestras carencias, nuestros errores y muchas veces horrores intentar plasmarlo en realidad, esa es nuestra responsabilidad hoy .

 

El Dr. Carlos Quijano escribía en Marcha el l 24 de Agosto de 1962:
“Y no dejarse llevar por la desesperanza ni encenderse en optimismos fáciles. Vivir es una excitante y dolorosa aventura. También lo es, hacer política, es decir, poner por encima del inmediato interés y dificultad que nos golpea, algo que nos trasciende y nos vincula al mañana que tal vez no veremos; algo que no es sólo nuestro, sino también de otros, compañeros o adversarios en la ruta, adversarios o compañeros en el ignorado futuro sin límites.
Muertos todos estaremos un día; olvidado el eco de nuestros pasos; desvanecido nuestro

ecuerdo; borrada hasta la sombra de nuestra sombra; pero muertos, olvidados, sin sombra, ni corazón que nos anide, ni voz que nos nombre, ni ojos que nos vean y recree, seguiremos en la inmensa columna en marcha. Allí, quietos y mudos. El país nos sobrevivirá y nuestra esperanza”.

Volvamos a la historia.

Hay un acontecimiento vergonzante en la vida política del país que ha pasado ignorado por la ciudadanía que lo votó y sobre el cual jamás escuché hasta el día de hoy a ningún dirigente del 3 y 2 criticar.
En la reforma de la constitución de 1951 se institucionalizó- el pacto del chinchulín - el reparto del poder según el régimen del 3 y 2 entre los dos partidos- blanco y colorado -.
Se legalizó la actuación del partido único que en los hechos venía funcionando desde la concreción del mismo en 1931.
Un manejo antidemocrático que a la hora de escribir - toneladas de papel - no ha sido tenido en cuenta por los “sesudos” analistas, comentaristas y politólogos.

Nada del Uruguay desde el pacto del “chinchulín” - año 1931 - escapa a la influencia de ese manejo del poder y ninguna lectura sobre el país tiene validez sino se le considera en su verdadera magnitud.
Lamentablemente eso es lo que no se ha hecho y por eso seguimos hablando de los mismos problemas.
Un ejemplo de una incorrecta lectura, es compararnos con Nueva Zelandia donde el “club” político nunca existió.
El Dr. Carlos Quijano escribía en Marcha del 2 de abril de 1965 lo siguiente:

“La Constitución del 51, por último, en cuya redacción participaron activamente los que se habían alzado contra el “pacto del chinchulín”, estableció sin pudores ni eufemismos, el régimen del 3 y 2. Todo cuanto al Estado se refiere o del Estado depende, pertenece exclusivamente a los dos partidos con la excepción de algunos islotes siempre amenazados como la Universidad. La libre empresa quedó a la vera del camino, aplastada por la apetencia de los cargos”.
Con el voto se disfrazó - jurídicamente - el “asalto” al poder por los dos partidos, burlando la democracia y recortando la libertad.
Esto pone de manifiesto el nivel de “información” de los ciudadanos a la hora de emitir el voto más allá de las alharacas discursivas.
Más allá de los discursos queda bien claro el nivel de democracia - feudal - que tenemos.

Reformas de la constitución cada vez que los dos actores del partido único lo creían necesario, para asegurarse el poder y resolver sus diferencias internas.
La última concretó el balotaje, - que funciona en los regímenes parlamentarios -pero la “viveza” criolla y el “ingenio” del 3 y 2 lo impulsó en un sistema presidencial como el nuestro, un nuevo “disfraz” para evitar perder el poder.
Las pruebas están a la vista, ganaron pero no han gobernado.

Siempre hemos considerado una inmoralidad el manejo del 3 y 2- clientelismo -, reconocemos que nunca habíamos imaginado - aunque me avergüenza, debo confesar que lo supe hace muy poco - que eso podía tener validez constitucional y creemos que la mayoría del país tampoco.
Es increíble pero se legalizó la inmoralidad.
Es un mito más decir que somos un pueblo informado.
Cuando decimos que a partir del pacto del “chinchulín” comenzó el manejo del país por un partido único y que tenemos una “democracia” feudal, no inventamos nada.

El mito de democracia impoluta que se ha “vendido” a través del discurso del 3 y 2 queda desvirtuado y esto es a nuestro juicio una de las causas principales sino la principal de las crisis y la decadencia política y ética que recorre toda la sociedad y por ende al país.
En este marco de conducción de la cosa pública está la raíz de nuestro deterioro económico y social hoy.
La dictadura política del partido único priorizando la adhesión partidaria por encima del interés del país, ha promovido la mediocridad y con ella se perdió poder de autocrítica y reflexión.


Todo discurre en la crítica ligera y con connotaciones partidarias, nada escapa a ello.
El país en lugar de crecer política y moralmente se ha dedicado a ser funcional al manejo del 3 y 2, el disfraz de las formas es lo más importante.
Así hemos ocultado todos los problemas estructurales; agro, industria, sociales etc.
Se ha manejado el crédito, herramienta fundamental, desde la visión del interés político partidario.

Desde la impunidad del poder que da el manejo del partido único se ha creado una maraña de “soluciones” jurídicas - leyes, decretos, etc - para “resolver” problemas económicos, salvar la coyuntura y esquivar las responsabilidades político partidarias, todo con la visión puesta en lo electoral.
Nuestras discusiones políticas no existen como tales, son enfrentamientos partidarios donde la “herramienta” más usada no es el razonamiento y el respeto por la opinión diferente sino la “descalificación” del adversario.
El manejo del 3 y 2 ha instalado, basado en el dominio de los grande medios de comunicación la desinformación y el “miedo”- en grandes sectores de la población - a la opinión diferente.

No hay que olvidar que el gran “avisador” es el estado y en el interior los medios dependen de unos pocos intereses económicos de notoria adhesión al partido único.
En este contexto ha discurrido la vida del país en los últimos setenta años. Lamentable decadencia que hemos vivido impotentes como tantos miles de compatriotas.

Los que quieran entender que entiendan, pero lo que nos sucede es la consecuencia de este manejo y el modelo de economía desintegrada funcional al mismo.
Así se ha creado una cultura pública sin responsables - nadie asume -, sectaria e intolerante a la critica del modelo.
Recuerdo en la década del sesenta una “muletilla” electoral de los partidos del 3 y 2 que decía; “si gana el comunismo - el partido comunista tenía tres legisladores – les van a sacar la tierra a los productores”.
Por esos años el partido único tenía del orden del 80% del electorado, eso muestra el nivel de desinformación de la sociedad para hacer esa afirmación.

¿Cuál ha sido la realidad para los productores?
El partido único los ha expulsado de la tierra con este manejo político económico, los “salvadores” se convirtieron en verdugos y siguen actuando como si nada hubiera pasado.
Una vez más seguros de la falta de memoria, los “mismos” que han llevado al país a ésta encrucijada salen a pedir el voto prometiendo hacer lo que no han hecho en los últimos casi veinte años, decimos los últimos veinte años para que los desmemoriados no tengan que hacer mucho esfuerzo.

La conclusión del sentido común es que con la desinformación y el miedo que esta genera no se puede construir un país.
El miedo hijo de la ignorancia promueve la intolerancia y nos aleja del pensamiento libre y racional.
Otro tema central es el abuso intelectual desde el partido único - imponiendo sus “razones” - a buena parte de sus adherentes marginados - intelectuales - del modelo.
Por eso decimos una vez más, la historia es fundamental a la hora de buscar solución a los problemas.
Pero somos conscientes de que la historia es un juez implacable y por tanto contraria al poder que se encarga de esconderla, negarla o disfrazarla.

El daño moral y ético causado al país por el clientelismo marcará a las generaciones futuras, que además tendrán que remontar el nivel de endeudamiento hoy del orden del 100% del PBI, en el marco de enormes asimetrías socioeconómicas.
Ninguna economía se ha desarrollado con esta conducta pública, han sido en general saqueadas, los ejemplos abundan.
Hasta ahora con la impunidad del 3 y 2 el país ha ignorado estas cosas.
La gran pregunta es; ¿por cuanto tiempo más el país podrá soportar este manejo?

Esta respuesta está en manos de la sociedad civil, que también debe asumir su cuota de responsabilidad.
No es con remiendos o parches o siguiendo el mismo camino que vamos a dar solución a los graves problemas sociales- salud, educación, alimentación, pobreza, marginación, etc-.
No es como dice algún dirigente opositor, siguiendo la hoja de ruta en el tema de la deuda externa trazada por el gobierno actual.
No se puede seguir proponiendo “cambios” para que todo siga como está.

Para los que han conducido y conducen hoy al país y para los tecnócratas que los apoyan no hay otro camino que el que se ha transitado, ese es el fatalismo que nos proponen.
La realidad muestra que este modelo está definitivamente agotado, no se ha gobernado pensando en el país, los mismos problemas que nos convocaban en la década del 60 siguen hoy presentes y más profundos.

Hay que pensar en la gente y por tanto en un modelo integrado de la economía.
Un modelo integrado es el camino para eliminar las “chacritas”- los corporativismos - y comenzar a corregir las asimetrías socioeconómicas que permitan tener una economía sustentable y predecible.
Cuando decimos modelo de economía integrada queremos decir entre otras cosas, que cada uno sepa quien es quien en él, no más subsidios por rehenismos, no más tributación inequitativa e inmoral, etc.

Que los que se alimentan con los recursos de la tierra tengan clara conciencia de lo que significa la “peripecia” productiva de la familia rural.
Que los principales organismos industriales y de crédito del país no sean dirigidos por cuota partidaria -3 y 2 - que más allá de lo inmoral y ético, es una aberración cuyos resultados están a la vista, los hechos de los últimos cincuenta años lo demuestran.
Que las empresas no estén dependiendo de la política partidaria - para gestionar un préstamo o arreglar un endeudamiento - sino de reglas claras en un marco país.

Este manejo - antidemocrático - tampoco contempla la representación electoral en la conducción de los distintos órganos de conducción de la cosa pública.
Aquí hay que observar que los opositores están condenados a desconocer la intimidad del estado - no integran la conducción de las empresas del mismo - por decisión del manejo del 3 y 2 - partido único -.
Este debilitamiento de la oposición en su “formación” para gobernar algún día es contrario al interés nacional y una clara decisión política del partido único para perpetuarse en el poder.

Creemos que este el mejor ejemplo de que para el partido único, el país no interesa más allá del discurso.
El papel de los técnicos en los niveles gerenciales - en las empresas y organismos del estado - está subordinado al interés partidario, creando así un bajo nivel de creación y autocrítica.
Una de las claves para sacar el país adelante pasa por eliminar el nefasto manejo del 3 y 2 y profundizar el acceso al ejercicio de la libertad de expresión.
Esta no puede depender del poder de turno y nunca más como hasta ahora de una dictadura política como ha sido la del manejo del 3 y 2.

Este manejo político del país ha instalado prácticas y conductas contrarias al desarrollo económico como son; la elusión impositiva, el no cumplimiento de los contratos, las moratorias tributarias, el “amiguismo” para tramitar un préstamo o una jubilación, etc.
Todo basado en que siempre hay apoyo partidario para solucionar estos desvíos.
Se ha fomentado la cultura del incumplimiento por demagogia electoral.

El estado ha sido el gran desestabilizador - histórico - de las garantías del contrato a través de la inestabilidad en el manejo de la economía- devaluaciones, atraso cambiario, etc-.
Otra perla del 3 y 2 es el uso del crédito como herramienta de adhesión partidaria.
Estos manejos provocan el temor y la falta de credibilidad.
Resolver los endeudamientos por ley - como ha sido históricamente en los últimos cuarenta años - es contrario a la atracción de inversores al aparato productivo y cuyo costo paga toda la sociedad.

Es además una forma de ocultar la responsabilidad política en la conducción de la económia pensando sólo en lo electoral .

Lo hemos dicho y creo que hay que reiterarlo, el clientelismo partidario ha sobornado a la mayoría de los ciudadanos “condicionando” su voto, con los dineros de todos.
Así esa mayoría ha votado como hinchas de fútbol, por “adhesión” a su equipo, una conducta nefasta para el país. 
Con este manejo no sólo se dilapidaron los recursos del país - hoy no hay más que endeudamiento- sino que lo más grave es el descaecimiento de la cultura republicana.

 

 

Estos son los frutos de este modelo de economía desintegrada
Desde la restauración de la democracia, se ha instalado una forma de gobernar que llamamos “la teoría del hecho consumado”.
Se deja “caer” a los organismos claves a situaciones de carencia, años sin hacer las reformas o reestructuras y luego la clásica solución, concesionar o privatizar con el argumento de que el país no tiene recursos, así se ha intentado a partir de 1985 borrar la responsabilidad en el manejo de la cosa pública desde 1931.
Hoy tenemos un problema energético consecuencia de la falta de un modelo integrado.

Del semanario Cambio de Salto del domingo 4 publicado en el diario El País del 4 de abril del 2004 extractamos entre otras cosas lo que sigue:
** Hace poco menos de una década, el entonces ministro de Industria y Energía, Federico Slinger, expuso en la comisión respectiva del Parlamento que a mediano plazo el país enfrentaría el riesgo de desabastecimiento energético si no se tomaban medidas para neutralizarlo. (...) Procediendo bien a la uruguaya, el tema fue postergado para más adelante, lo que significa indefinidamente. Pero la realidad termina castigando las omisiones y los olvidos. (...)...

Tengo libros enteros para presentar sobre quiénes son los responsables de que esta central – se refiere a la central a gas -no se construyera. Desde el 2001 advertí en el Parlamento y en la prensa que estábamos en riesgo", declaró el presidente de UTE, Ricardo Scaglia. (Semanario Búsqueda). Días pasados, Sergio Abreu, quien se desempeñó al frente del Ministerio de Industria, Energía y Minería durante la actual administración, declaró que había advertido al presidente de la República sobre la inminencia de un desbalance energético...

Quizá otros actores aprovechen la ocasión para recordar que ellos también hicieron advertencias en el mismo sentido. Todos advirtieron, pero nadie hizo nada...
Hoy asistimos, penosamente, al peregrinaje de los jerarcas por Buenos Aires y Brasilia para poco menos que implorar que no nos dejen sin energía en la fase crítica de la sequía.
"El buen Dios se va a ocupar de que después de abril tengamos buenas lluvias", expresó el presidente de la República. Si esa es la definición de política energética, que el "buen Dios" nos proteja. **

Este es otro ejemplo de la economía desintegrada y la lucha interpartidaria en la conducción de los organismos del estado sin una línea de políticas país. No hablemos de los mil y un problemas que se vienen agravando desde hace más de cuarenta años, en la salud, la enseñanza, etc, etc, cuyas manifestaciones públicas vivimos casi a diario, todo un ejemplo de la falta de integración.
Los problemas se dejan llegar al nivel de la “crispación” y luego se sale a hacer electoralismo.

Desgastante ejercicio de la sociedad civil siempre reclamando “soluciones” que sólo terminan en un parche más.
Los economistas que tanto nos inundan con cifras que se “corrigen” continuamente, deberían calcular cual ha sido el costo de las tres crisis - con la que está en curso - destructivas de la economía en los últimos cuarenta años, con el detalle de la destrucción industrial, emigración, socialización de deudas, etc. 
¿Cuánto se ha gastado demás por las imprevisiones y el manejo clientelístico de los organismos públicos?.

Estos deberían ser los temas centrales si queremos realmente sacar al país adelante.
¿O vamos a seguir cada cuatro años hablando con los dirigentes del 3 y 2 como si fueran dos partidos?.
¿Cuándo vamos a pensar con humildad, sin ataduras ni prejuicios por el país y su gente?

 

Los universitarios tenemos una gran responsabilidad en la situación del Uruguay hoy.

Muchos por lo que hicieron, otros por lo que no hicieron y miraron para otro lado atendiendo sus intereses y otros en los que me incluyo por no tener la suficiente lucidez para esclarecer a los más marginados que han sido “usados” por el partido único.
El partido único está empeñado en mantenerse en el poder.
Por ejemplo, para hacer las obras que no se realizaron en cuatro años de gobierno comunal y se quieren realizar en el año electoral la I. M de Canelones proyecta un fideicomiso - no se

sabe si tendrá apoyo en el propio gobierno ya que es una lucha de fracciones partidarias - comprometiendo un porcentaje - por varios años - importante del principal recurso departamental como lo es la contribución inmobiliaria.

Una manera de dejar atado al próximo gobierno.
El Ministro de economía - a la medida del FMI - quiere que los partidos se aten a los compromisos de la deuda firmados - en el marco de una profunda crisis - por este gobierno.
Otra muestra de la falta de seriedad, se quiere disfrazar estos actos como política país, en un país que no las tiene.
Este es el Uruguay real y de la desvergüenza del poder, que en la decadencia trata de condicionar a los que vendrán, no importa el país.
Se ha construido una “selva” jurídica funcional a los intereses partidarios del 3 y 2.

Una enorme estructura burotecnocrática de gobierno dedicada a “tapar” o “remendar” las caducas y envejecidas estructuras del estado, parche sobre parche.
Nada se ha planificado con visión país en los últimos setenta años y esto hay que asumirlo, guste o no.
Es el país del dejar hacer y dejar pasar.
La gran paradoja hoy, es que hablamos de integrarnos en la región y no estamos integrados internamente.

Otro aspecto relevante es como los partidos del 3 y 2 se han manejado por medio de leyes liberticidas - ley de lemas y doble voto simultaneo- que permite juntar todos los “matices” dentro de los mismos y así mantener el poder.
Esto significa un gran recorte de la libertad del elector.
Leyes liberticidas que la inmensa mayoría del pueblo no conoce en su verdadera magnitud e impacto.

A este respeto veamos la opinión del profesor Henry Finch - autor de una Historia económica del Uruguay contemporáneo - de la Universidad de Liverpool, residente en Uruguay en varias oportunidades, visitante en otras.
En una entrevista con el semanario Brecha del 30 de setiembre de 1988 decía y se preguntaba entre otras cosas.
“¿Uruguay tiene capacidad y voluntad de reorganizarse para asegurar que se retorne a un desarrollo sostenido o va a permitir que su ya larga decadencia se perpetúe indefinidamente”?...

“Tengo la abrumadora impresión de que, además de las dificultades económicas, que han aumentado en los últimos treinta años, los uruguayos viven en una sociedad cuyas estructuras oficiales y políticas son insensibles y no responden a las aspiraciones de la sociedad y los individuos.”..
“EL sistema político uruguayo es – digámoslo con franqueza, aunque con buenos modales – muy peculiar, por cierto. Los ciudadanos no saben a quién votan. En 1971 cada uno de los votos emitidos a favor de Jorge Batlle terminó convirtiéndose en un voto por Bordaberry”...
¿A quien beneficia el singular – y singularmente absurdo – doble voto simultáneo?. Sólo a los caudillos de las listas, sublemas, fracciones y agrupamientos.

¡Que tesoros de filosofía política debe haber en un país para generar tan abundante diversidad de opiniones partidarias!
Los subrayados son nuestros.
Numerosas “reformas” de la constitución de nada han servido como no sea colaborar a disimular los problemas reales.
El 3 y 2 asfixió el espíritu de cambio dentro de los partidos en la década del 60 y esa pérdida se ve hoy en la falta de nivel en el discurso de ideas.

El manejo cupular, de los partidos del 3 y 2 es lo que les ha permitido ignorar las críticas y la falta transparencia en el manejo de la cosa pública.
La política de los partidos del 3 y 2 ha sido y sigue siendo la de perseguir combinaciones electorales y juntar votos, hoy con Juan para quebrar a Pedro y mañana con Pedro para quebrar a Juan, la ética no juega en esta cancha.

En Marcha del 13 de marzo de 1942 Carlos Quijano escribía en un artículo titulado La lección de Leandro Alem- político argentino- entre otros conceptos:
“Alem es un ejemplo cabal de que en política, las únicas derrotas irreparables son las de los principios”... “Debemos marchar de frente, sin transigir con nada que no sea digno de nosotros”, dice. Y agrega estas palabras que, si pudieran, deberían meditar, ciertos epilépticos “hacedores” del presente- dice Quijano - “ Nunca he participado de la idea de que en política se hace lo que se puede y no lo que se quiere. Para mí, hay una tercera fórmula, que es la verdadera, en política, como en todo, se hace lo que se debe y cuando lo que no se puede hacer es malo, ¡no se hace nada!

Toda un lección de conducta política que nos muestra el porque de cómo estamos.
El 3 y 2 impidió la renovación política, al no dar paso a dirigentes jóvenes.
El manejo cupular ha sido la tónica y el ejemplo más claro es el del partido colorado donde dos “jefes” deciden quien es el candidato de la mayoría hoy 2004.
Verdadero feudalismo que empequeñece al país y a los que lo aceptan.
No han reparado en maniobras de todo tipo- el balotaje es el último- para mantenerse en el poder, burlando la voluntad de cambio expresada en las urnas - creando mayorías ficticias que en la realidad no operan-, el país no importa.

La historia está llena de ejemplos donde el manejo de una nación por un partido único ambienta la corrupción y la caída de la moral pública en general que lleva a la amoralidad que hoy vivimos.
El país tiene que procesar un gran sinceramiento - buscar las causas- y en particular debe hacerlo la oposición con la mayor amplitud y sobriedad para llegar al fondo aunque duela y vaya si la verdad dolerá, pero es lo que enaltece la vida.
Llegó la hora - para todos - de asumir, los disfraces los deterioró el tiempo.

 

phr@internet.com.uy                                                                           Abril 2004