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Continuación de la
carta del ex-alumno de la Escuela
De la escuela nos dice: "La 110 es mi querida escuela,
hecha en un Bendito País, especialmente para ello, como escuela, no
simplemente una casona vieja. La escuela era para mí como un
palacio, como lo sigue siendo hoy, más allá de los agregados...
Entré en la escuela en 1938. Concurría de tarde; había
un solo turno. Creo que fui un buen alumno, sin tener notas excepcionales. Soñaba
con llegar a 6º por los bancos individuales que tenía. Es muy
difícil recordar los nombres de las maestras, aún cuando sí
sus rostros, sus voces y su fuerza. Sí recuerdo a la maestra de 6º año,
Matita Brause. Aún vive y es divina. La saludo todos los años Las
maestras no solamente eran buenas sino también severas, al mismo tiempo
que firmes. En nuestra época - de 1938 al 1943 - hacíamos
alguna rifita para darnos algún gusto en la escuela. Era una época
en la que el Consejo de Enseñanza enviaba, desde las hojas hasta las
gomas de borrar. Más allá de la tinta, porque ustedes viven en la época
de la birome. No sé si la enseñanza de antes era igual a la
de hoy. Lo que les digo es que ustedes deben confiar en la de ahora. Antes
teníamos más tiempo para gozar de las narraciones de las maestras.
Hoy, por una magia nueva que es la televisión, ustedes viajan mucho más
con los ojos. Nosotros lo hacíamos con la imaginación. El futuro
que veo para ustedes, que están estudiando, es que cuanto más
sepan más importantes serán. Y no olvidar que el saber no ocupa
lugar.
Y tampoco olvidar el cuento de hormiga y la cigarra en el cual, mientras la
hormiga trabajaba para vivir con comida el invierno, la cigarra moría
cuando el invierno llegaba, porque sólo con tocar la guitarra no
alcanzaba".

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