Comunicado:

Iglesia Evangélica Valdense - Equipo de Bioética

A los miembros de la Honorable Cámara de Senadores.

  • la Comisión de Salud Pública de la Cámara de Senadores.

  • la Comisión especial de Género y Equidad CRR.

  • diferentes organizaciones no gubernamentales - Mujeres por la Democracia, MYSU, Com. Nacional de Seguimiento, etc.)

Visto y considerando que luego de la entrevista que la Com. de Salud del Senado concediera a representantes de la CREU, - Comisión de Representatividad Evangélica del Uruguay- diferentes medios de información, especialmente televisivos, expresaran conceptos equivalentes a que "la Iglesia Evangélica del Uruguay" se opone al Proyecto de Ley de despenalización del Aborto, o "los evangélicos del Uruguay rechazan el proyecto de Ley ", el Grupo de Bioética de la Iglesia Evangélica Valdense cree necesario expresar y transmitir en primer lugar a todos los miembros del Senado, como a otras instancias y/o personas interesadas, algunas precisiones al respecto.

1º) La CREU no representa en absoluto a la Iglesia Evangélica Valdense, ni en el plano institucional, y menos aún en el campo conceptual. Respetamos a la CREU, defendemos su derecho inalienable a expresar sus convicciones: Pero con igual convicción creemos que al expresarse públicamente con una generalización tan abstracta como indefinida sin nombrar las "varias instituciones de servicio" que le dan "apoyo moral y espiritual" ni las "más de setecientas Iglesias Cristianas Evangélicas en el Uruguay",(sic) que declaran representar, no puede menos que inducir, tan involuntaria como innecesariamente, a interpretaciones erróneas serias, y que afectan a otras instituciones hermanas. Incluso creemos que no pocas Iglesias Evangélicas miembros de la FIEU,(Federación de Iglesias Evangélicas en el Uruguay) tampoco se sienten representadas por la CREU.

2º) No obstante esto, reiteramos y reafirmamos que motivados por convicciones evangélicas no promovemos, ni favorecemos una práctica indiscriminada del aborto, en tanto representa siempre un hecho negativo, doloroso y traumático, especialmente para la mujer que por diferentes razones, contrarias a su voluntad debe soportarlo, agravado por la condena y la marginación que la sociedad proyecta hacia ella. Creemos que no se lo puede condenar simplemente en base al principio (tan generalizante como indefinido!) de "defensa de la vida", sin antes precisar qué entendemos por "vida" y qué acciones concretas hacemos para "defenderla". Detrás de toda interrupción de una gravidez existe un intrincado y obscuro contexto vivencial , donde interactúan violencias diversas, incestos, marginación, pobreza, falta de educación, medios de prevención, etc. etc.

3º) Confrontados con la dolorosa situación que en este tema vive nuestro país, y que vosotras/os, Senadoras/es de la Nación, conocen tanto y mejor que nosotros, con sus cifras aterradoras y vergonzosas, suscribimos -entre tantos otros- algunos puntos básicos e irrenunciables:

  1. Rechazo absoluto de la imposición coercitiva del embarazo.

  2. Rechazo a la penalización generalizada e indiscriminada, en cuanto precursora de males muchos peores que aquellos que se quisieran combatir. La despenalización es una conquista de la cual no se debe retroceder!.

  3. La maternidad ya no es mas una situación dolorosa que se debe aceptar;
    La maternidad no debe ser ya una fatalidad.

Es por ello que como Equipo de Bioética de la Iglesia Evangélica Valdense NO NOS OPONEMOS al Proyecto de Ley de Defensa de la Salud Reproductiva aprobado por la Cámara de Representantes el 10/12/2002:

  • Porque llama al Estado a cumplir uno de sus roles fundamentales, (Art.1º).

  • Porque compromete a las instancias de poder que corresponden en la planificación y cumplimiento de planes que hacen al ejercicio de una paternidad y maternidad responsable, ejecutar políticas de educación sexual, etc. Allí tenemos que comprometernos en la "defensa de la vida".

  • Porque no es una ley "abortiva", y que otorga a la mujer que enfrente el drama de un embarazo no deseado, tener acceso dentro de "su" libertad de decisión a prestaciones médicas que la cubran al máximo de los riesgos que para su salud integral representa la interrupción de una gestación. El hijo no deseado, no previsto en el contexto del amor mutuo no sólo puede ser un atentado a la propia libertad, fruto de violencias impredecibles, sino también un acto irresponsable contaminado de inhumanidad.

En base al mensaje evangélico, si por una parte no aceptamos resolver el problema identificando al aborto como el mal absoluto, o el pecado mas grande,
"atando sobre las espaldas de los otros cargas pesadas pero que no intentamos moverlas ni sostenerlas siquiera con un dedo",(Mat.23:4), por otra parte no aceptamos darle una justificación moral o religiosa abstracta, sólo para tener la conciencia tranquila. En particular la decisión de interrumpir una gestación para nosotros es siempre y de cualquier manera una decisión dolorosa, que no puede y no debe ser agravada por juicios de culpa pronunciados desde fuera, pero que debe ser comprendida, sufrida y compartida en el ámbito del amor y de la solidaridad. "Sobrellevad los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo, (Gálatas 6:2).

Por tanto, la actual legislación, (Ley Nº 9.763, del 24 de enero de 1938),con un -no inocente- doble discurso jurídico, con omisión total en cuanto a políticas preventivas( de educación, información, prevención, asistencia ,etc.) y lo peor, con una articulación "legal" que crea categorías de personas que pueden "salvar el propio honor, el de la esposa," Art.328 inc.1º -para nosotros conceptos éticamente inaceptables- debe ser sustituida urgentemente. Porque ha sido ineficaz para enfrentar las problemáticas de embarazos no deseados; ha dado lugar a la abominable práctica clandestina de abortos, entregando a las víctimas en manos de mercaderes de la muerte y del dolor ajeno con secuelas tan lamentables como irrecuperables. A esa Ley sí, nos oponemos firmemente.

4º) Es fundamental la prevención del aborto: una actualizada, permanente y clara educación sobre sexualidad, en las escuelas, y una sucesiva y posterior intervención en este terreno mediante consultorios familiares; una información y difusión actualizada de los múltiples métodos anticonceptivos que permita el ejercicio de una sexualidad libre, responsable, madura y gozosa , bajo el paradigma del amor y que evite los embarazos no deseados.
Pero debemos ser honestos y reconocer que aún desde las Iglesias Cristianas no pocas veces ha habido, y aún hay tenaz oposición y rechazo a tales proyectos. No lamentemos después las consecuencias y seamos tan cautos como prudentes al emitir juicios hacia otras personas que frente a la sexualidad tienen conceptos y opciones éticas diferentes a las nuestras, y que muchas veces están basadas en la libertad, la responsabilidad personal y comunitaria, el respeto y el amor mutuo.

5º) Finalmente, y dentro del respeto que merece vuestra investidura recibida del pueblo, nos permitimos hacerles llegar nuestra unánime apelación para que en el momento oportuno cada uno de Uds. tome una decisión libre de toda coacción, que fortalezca y garantice las diferentes instancias que permitan promover una procreación consciente, libre, y por lo tanto responsable y gozosa; así como a una educación del hombre que le permita mantener con la mujer una comunicación, relación y convivencia humana jamás fundamentada y/o condicionada por sentimientos de superioridad, de uso y abuso.
Creemos que nuestro compromiso de creyentes debe impulsarnos y comprometernos en trabajar -en lo personal como en lo comunitario- para la eliminación del problema del aborto, como en la liberación de la mujer y de la pareja humana de toda imposición (moral, dogmática, penal, de pobreza y marginación, etc.) que impidan vivir en plenitud su libertad, responsabilidad y comunión humana que les han sido dadas como tales para vivirlas bajo el paradigma del amor que no busca en primer lugar su propio bien sino el del otro.


Finalmente, agradeciendo vuestra atención, nos complacemos en adjuntarles el Documento que las Iglesias Evangélicas Valdenses y Metodistas en Italia aprobaron en 1998, referido a la Ley Nº 194 , del 22 de mayo de 1978, sobre "La interrupción voluntaria de la gestación", y que sometida a referéndum en 1992 fue aprobada por amplia mayoría de la población, rigiendo hasta ahora, con un porcentaje decreciente de abortos de un 5% anual. El contenido de este texto, recibido por nuestro Sínodo Valdense último, y enviado a las comunidades (iglesias locales) para su estudio les ilustrará mejor que nada el enfoque ético, y los conceptos humanos, sociales y culturales con los cuales creemos debe ser abordada esta problemática. No es "la opinión" de la Iglesia Valdense que todos sus miembros deben acatar!. Intenta ser "un enfoque diferente, humano, realista, a un problema que sufrimos todos", y que tiene que ver con la forma en que vivimos y compartimos aquella libertad de VIDA que el Señor nos ha dado para que seamos auténticamente humanos. No pretende otra cosa, pero es suficiente.

Por el Comité de Bioética de la Iglesia Evangélica Valdense,
Silvio Charbonnier Berger, Médico pediatra.
Mirtha Gonnet, Maestra especializada.
Cristina Gardiol. Psicóloga.
David Baret Ribet, Pastor de la Iglesia Evangélica Valdense.

Colonia Miguelete, 1º de abril del 2004