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Guia Ciudadana
sobre el Banco Mundial
y el Banco Interamericano de Desarrollo

SEGUNDA PARTE: EL BANCO
INTERAMERICANO DE DESARROLLO

CAPITULO I
ORIGENES, FINANCIAMIENTO Y FORMA DE GOBIERNO DEL BID

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es una institución financiera internacional fundada en 1959 que, según sus propios documentos oficiales, tiene por finalidad:

  • promover la inversión de capitales públicos y privados en la región;
  • utilizar sus propios recursos y movilizar fondos para proyectos de carácter económico y social de alta prioridad;
  • estimular las inversiones privadas que contribuyan al desarrollo económico y complementar dichas inversiones cuando sea necesario;
  • ayudar a los países miembros con miras a lograr una mejor utilización de sus recursos, promover, a la vez, el comercio exterior y
  • proporcionar cooperación técnica para la preparación, financiamiento y ejecución de planes de desarrollo.

Desde su fundación hasta la fecha, el BID se ha convertido en una de las instituciones financieras más importantes de la región: ha prestado 57.000 millones de dólares para cofinanciar proyectos por un monto total de US$ 157.000 millones.

Al igual que en el caso del Banco Mundial y de otros Bancos regionales de desarrollo, los miembros del BID son los gobiernos de la región. A ellos se han ido sumado en las últimas décadas diversos países extrarregionales. En total, el Banco tiene 46 miembros —28 de la región y 18 de Europa, Asia y Medio Oriente—. Su Convenio Constitutivo asegura al conjunto de países regionales en desarrollo la posición de accionistas mayoritarios de la institución (véase más adelante las "Formas de organización y gobierno"). La participación de los países extrarregionales les ha permitido aumentar su presencia en la región, de una forma mucho más eficaz que si lo hubieran hecho a través de acuerdos bilaterales con cada uno de los países americanos. Además, las empresas de esos países extrarregionales pueden ser elegidas para proporcionar bienes y servicios a los proyectos financiados por el BID, ya que sólo empresas de países miembros pueden ser elegidas para tal fin.

Los préstamos del BID

A diferencia del Banco Mundial, el BID no presta únicamente a gobiernos, sino también a empresas de los países miembros. En cambio, sí se comporta igual que el Banco Mundial a la hora de exigir las garantías correspondientes: el BID no financia proyectos en un país si el gobierno objeta dicho financiamiento. Por lo general, el Banco requiere que los préstamos otorgados a entidades privadas sean garantizados por organismos gubernamentales. El BID se postula a sí mismo como promotor de la inversión privada, a la vez que complementa dichas inversiones cuando no se dispone de capitales privados para determinados emprendimientos. El BID también otorga préstamos para financiar programas de crédito dirigidos al sector privado, que se canalizan a través de los sistemas financieros nacionales, en condiciones previamente convenidas.

El BID brinda tratamientos diferenciales en materia de préstamos a los diversos países prestatarios. En 1972, la Asamblea de Gobernadores resolvió otorgar "la más alta prioridad" en la utilización de los Fondos para Operaciones Especiales (FOE) a los países clasificados como económicamente menos desarrollados. La clasificación en cuatro grupos fue establecida en 1976 y se apoya en el concepto de mercados limitados. En función de ese concepto, el BID dividió a los países miembros de la región (con exclusión de EE.UU. y Canadá) de la siguiente forma:

  • Grupo A: Argentina, Brasil, México y Venezuela;
  • Grupo B: Colombia, Chile y Perú;
  • Grupo C: Bahamas, Barbados, Costa Rica, Jamaica, Panamá, Surinam, Trinidad y Tobago y Uruguay;
  • Grupo D: Belize, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay y República Dominicana.

Los países de los grupos C y D han obtenido una tercera parte del financiamiento y el 63% de los préstamos "concesionales" otorgados por el Banco.

Falta Figura 1
El grupo de BID

A  la hora de informarse, participar y/o rechazar los proyectos del BID es bueno que las ONGs y grupos afectados tengan en cuenta que si bien el Banco destina parte de sus fondos a grandes obras de infraestructura, también financia, a diferencia del Banco Mundial, programas para pequeños agricultores y microempresas. El Banco alega -y es importante que en el futuro así se lo exija- que se ha fijado como meta que los sectores de más bajos ingresos se beneficien directamente de por lo menos el 50% de su programa de préstamos.

Durante 1993 el BID aprobó préstamos por valor de US$ 6.000 millones, ascendiendo a US$ 63.000 millones el total acumulado desde su creación. Los 6.000 millones de dólares, sin embargo, representan aproximadamente una inversión total de US$ 12.700 millones, por cuanto el Banco no financia el total de los proyectos. El resto es aportado por los países prestatarios y, en algunos casos, por otras fuentes de financiamiento, entre ellas el Banco Mundial, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón y gobiernos de países desarrollados. Del total de préstamos aprobados en 1993, apenas 104 millones de dólares fueron destinados a proyectos de microempresas (57 programas) en carácter de préstamos no reembolsables o de recuperación contingente.

En los últimos años, el Banco también ha aportado financiamiento para programas de "reforma del Estado" con diversos gobiernos de la región. Estos préstamos, según la versión oficial, están destinados a corregir "importantes distorsiones institucionales, sectoriales y macroeconómicas, que entorpecen el crecimiento". Si desde su fundación el Banco ha aportado el 9% del total de sus préstamos a ese fin (casi 500 millones de dólares en 1993), las perspectivas de futuro sugieren un incremento sustancial de esos recursos. Según el propio Banco, "la reforma social, la creación de una nueva cultura productiva y la modernización del Estado son tres temas clave, que el Banco toma como base para impulsar el desarrollo de la región durante la presente década".

Fondos para Operaciones Especiales

Además de sus operaciones ordinarias, el BID es administrador de otros fondos ajenos (Fondos para Operaciones Especiales), aportados por diversas entidades y gobiernos. Entre ellos, los más importantes son:

El Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN). En 1992 varios países miembros establecieron este fondo con 1.200 millones de dólares para promover la inversión privada. El FOMIN provee fondos no reembolsables para capacitación laboral, desarrollo de pequeñas empresas y "mejoramiento del clima de inversiones". El propósito del FOMIN es "apoyar el proceso de modernización y mitigar los costos humanos y sociales que estos ajustes traen aparejados". El Fondo comenzó a implementarse en 1993 a partir de tres servicios: el llamado de cooperación técnica, tendiente "a incrementar la participación del sector privado en la economía nacional, mediante el mejoramiento del entorno para las inversiones privadas; el de recursos humanos, que apunta a "satisfacer las necesidades y problemas laborales que acompañan al proceso de privatización, ayudando a formar la base de recursos humanos que hacen falta para absorber el aumento de la inversión privada y promoviendo la productividad de la fuerza de trabajo"; y finalmente el de promoción de la pequeña empresa.

La Corporación Interamericana de Inversiones (CII), que promueve la expansión y modernización de las empresas privadas. Aunque está afiliada al Banco, la CII es un organismo financiero multilateral autónomo y sus recursos y administración son independientes del Banco. La CII opera directamente con el sector privado, sin requerir garantías gubernamentales. También provee financiamiento a empresas con participación accionaria del gobierno u otras entidades públicas, "cuyas actividades fortalecen al sector privado". La CII comenzó sus operaciones en 1989 y hacia fines de 1992 había aprobado 78 operaciones en 19 países por un total de US$ 333 millones. Un préstamo del BID por 210 millones de dólares duplicará su programa de préstamos en los próximos años.

Origen de los recursos financieros del BID

Al igual que el Banco Mundial, el BID obtiene sus recursos de diversas fuentes:

  • en primer lugar, del capital suscrito por los países miembros. Este se divide en "capital pagadero en efectivo" y "capital exigible". Las suscripciones pagaderas en efectivo representan sólo el 2.5% del capital suscrito por los países miembros. Sin embargo, la parte exigible es de fundamental importancia, porque sirve de garantía para los préstamos obtenidos por el Banco en los mercados financieros internacionales. Estos recursos aportados por los miembros del Banco se reponen cada cuatro años, mediante un acuerdo de la Asamblea de Gobernadores. La VIII Reposición General de Fondos, que abarcará el período 1994-1997 ya fue aprobada y proporcionará al Banco un equivalente a US$ 40.000 millones. El 2.5% de ese total será pagadero en efectivo (1.000 millones) y el resto será capital exigible. Entre otras razones, este aporte de los países miembros legitima las demandas de transparencia informativa hecha por las ONGs y otros actores afectados por los proyectos, así como sus exigencias de participación, puesto que el mismo se origina en dineros públicos aportados por los contribuyentes de cada país.
  • Los ya citados fondos especiales son otra fuente de la que el BID obtiene recursos. Los fondos son administrados por el Banco, pero en general son otorgados para proyectos concretos, previamente acordados por los donantes. El primer país que estableció un fondo especial fue Estados Unidos (1961); Japón contribuyó con US$ 108 millones en 1988 y España con uno de 500 millones en 1990, por citar sólo algunos de las más importantes.
  • Finalmente, al igual que el Banco Mundial, el BID obtiene dinero de los mercados financieros internacionales -mediante la emisión de bonos de la institución- y de la devolución de los préstamos de los países prestatarios. Durante 1993, el BID obtuvo 18 préstamos en el mercado financiero internacional, por un valor total de 3.941 millones de dólares, una suma que supera lo que efectivamente desembolsó en créditos durante ese mismo año. El BID aprobó préstamos por un valor de 6.000 millones de dólares, pero sólo desembolsó US$ 3.732 millones, pues el Banco va otorgando los préstamos en tramos sucesivos durante la implementación de los programas.

Los términos y condiciones de los préstamos dependen de los recursos empleados. Para los otorgados con recursos del capital ordinario, los períodos de amortización varían entre 15 y 25 años, con tasas de interés que "reflejan el costo de los empréstitos obtenidos" por la institución en los mercados mundiales de capital. La tasa de interés para los préstamos aprobados después del 1 de enero de 1990 se ajusta cada seis meses y se aplica a los saldos pendientes y no sólo a los nuevos desembolsos. La tasa de interés fija sobre los desembolsos en 1992 fue del 7.94% durante el primer semestre y de 7.07% durante el segundo. Sólo la tasa de interés sobre los préstamos provenientes del Fondo de Operaciones Especiales oscila entre el 1 y el 4%, según el grado de desarrollo del país y la naturaleza del proyecto, con períodos de gracia de 5 a 10 años. Para los países miembros de menor desarrollo relativo, la tasa de interés fue de 1% anual durante los primeros 10 años y del 2% en los años subsiguientes.

Por las mismas razones que el Banco Mundial, el BID consigue préstamos a una baja tasa de interés y termina prestando a tasas similares a las del mercado (salvo para proyectos especiales y países menos desarrollados de la región). Sólo dos de las 18 series de bonos emitidas por el BID durante 1993, fueron convenidas a tasas de interés superiores al 7% (muchas de ellas incluso se establecieron a tasas inferiores al 5%) y con vencimientos que en general oscilan entre los 20 y 25 años.

Por si fuera poco, el Banco propuso para la VIII Reposición de Fondos que "en todos los préstamos, participaciones o garantías que se efectúen con los recursos ordinarios de capital del Banco (...), éste cobrará una comisión especial. La comisión especial se calculará sobre el saldo pendiente de cada préstamo, participación o garantía y será del 1% anual."

Si a eso se le suma que los préstamos son puntualmente devueltos (durante 1993 sólo Surinam había incumplido sus obligaciones con el BID), se comprenderá por qué el balance financiero es altamemte redituable, tal como se encarga de confirmar el propio Banco: "Esta situación permitió al Banco, mediante su política de fijarse objetivos de ingreso neto, establecer los márgenes para sus tasas de interés (...) sin poner en peligro su sólida posición financiera". Durante 1993, el BID tuvo un ingreso neto respecto a sus recursos ordinarios de capital de US$ 395 millones y otro de 88 millones de dólares respecto al Fondo para Operaciones Especiales, totalizando unas reservas de US$ 4.758 millones y US$ 534 millones, respectivamente.

Este balance ha motivado la crítica de muchas ONGs y expertos en temas de bancos multilaterales de desarrollo; la idea del BID como una institución financiera que promueve la "ayuda a los países de la región" queda, como mínimo, cuestionada ante la constatación de que el funcionamiento del Banco es, ante todo, un negocio con lucrativos beneficios. Ni más ni menos que como cualquier otro banco privado.

Formas de organización y gobierno

La autoridad máxima del Banco reside en la Asamblea de Gobernadores, integrada por un Gobernador y un Gobernador suplente, nombrados por cada país miembro. Los gobernadores suelen ser por lo general los ministros de economía o hacienda, los presidentes de los Bancos Centrales de los países miembros o funcionarios que ocupan cargos de similar jerarquía. La Asamblea de Gobernadores celebra reuniones anuales para examinar las operaciones del Banco y adoptar las principales decisiones de política. Puede delegar todas sus atribuciones en el Directorio Ejecutivo -como efectivamente ocurre a menudo-, con excepción de aquéllas que le están expresamente reservadas por el Convenio Constitutivo.

Falta Figura 2.
Organigrama simplificado de la estructura del BID

El Directorio Ejecutivo es el responsable de la conducción cotidiana de las operaciones del Banco. Sus miembros son designados por los Gobernadores por períodos de tres años, de acuerdo a una representación por grupo de países, salvo EE.UU. y Canadá que tienen un representante cada uno en el Directorio. Este establece las políticas operativas de la institución, aprueba las propuestas de préstamos y de operaciones de cooperación técnica, determina las tasas de interés, autoriza los empréstitos en los mercados de capital y aprueba el presupuesto administrativo. En la actualidad el Directorio está integrado por 12 Directores Ejecutivos y 12 suplentes que son designados por los respectivos titulares. En la actualidad, los 12 cargos de Directores Ejecutivos se distribuyen de la siguiente manera: uno por Estados Unidos, otro por Canadá, dos por los países extrarregionales y ocho por los países de América Latina y el Caribe. El Directorio Ejecutivo desempeña sus funciones en forma permanente en la sede del Banco en Washington D.C.

La Asamblea de Gobernadores elige también al Presidente del Banco por un período de cinco años. El mismo es responsable de la conducción de los negocios ordinarios de la institución, es su representante legal y el jefe de su personal. Además, preside las sesiones del Directorio Ejecutivo, sin derecho a voto, excepto para decidir en caso de empate. Durante la Reunión Anual, celebrada en Hamburgo, en marzo de 1993, la Asamblea de Gobernadores reeligió al uruguayo Enrique Iglesias para ese cargo hasta el 1 de abril de 1998.

El poder de voto de cada país está en relación directa con el capital suscrito por cada uno de ellos con el Banco. El Convenio Constitutivo del Banco asegura al conjunto de países regionales "en desarrollo" la posición de accionistas mayoritarios de la institución.

Para la VIII Reposición General de Fondos del Banco, la distribución accionaria y, por ende, el poder de voto de cada país cambió de tal manera que los países miembros regionales (en desarrollo) tienen el mínimo de acciones que el Convenio Constitutivo permite. De acuerdo a la nueva resposición de fondos, la estructura accionaria y de poder de votación quedó de la siguiente forma:

Cuadro 1
Poder de voto en el BID

América Latina y el Caribe 50.005%
EE.UU. 30.000%
Canadá 4.000 %
Países extra-regionales 15.995%

Fuente: BID, Informe Anual 1995

Estos cambios suponen un aumento del poder de voto de los países extrarregionales respecto al período de la VII Reposición de Fondos, que pasan del 7.09% a casi el 16%. Los demás miembros disminuyen su poder de votación: en un 3.8% en el caso de los países de América Latina y el Caribe, en un 4.6% para Estados Unidos y en un 0.38% en el caso de Canadá.

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