Entredichos:

Guillermo Maci / Juan Carlos Capo

 

Bonaerense entusiasta, doctor en filosofía, Guillermo Maci nos ecibió un mediodía caluroso de octubre, haciéndose un tiempo en medio de las ajetreadas Jornadas sobre "Los diferentes", organizadas por relaciones. Y también por la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino, con la cual Guillermo Maci trabaja y con la que se siente profundamente consustanciado, por no ser...una institución.

Maci dice que quiso despegar de la culminación del mundo que le ofrecía la metafísica, y abrevó en el milagro griego, y en Platón, en cuyos Diálogos leyó una lógica del deseo, (‘los Diálogos son como las películas de suspenso: no hay una clausura’), en Nietszche, y en Heidegger; y también en el psicoanálisis, en Freud y en Lacan. Su formación es filosófico-analítica, y sostiene que hay una relación profundísima entre ambas disciplinas -la filosofía, el psicoanálisis. Preguntado sobre su relación con las instituciones analíticas argentinas, confiesa, con involuntario humor, que ha hecho lo que hacen los actores: salir y entrar de ellas, repetidamente...

-A la luz de "La interpretación de los sueños", y de la "Psicopatología de la vida cotidiana", ¿cómo vehiculiza la lengua alemana esa otra escena de la que Freud habla in extenso?

-Ante todo Freud era un escritor, ¿acaso no quiso ser novelista? Él habló de su estilo idioléctico, propio de una lexis, de un decir intransferiblemente propio, singular.

Logos, en griego, agrega a lo dicho, la palabra lego, que pasó a significar, también, leer. Durcharbeitung se ha traducido, con cierta astucia, por elaboración, perlaboración, el trabajo. Ahí ya empezamos, y pensamos: "la trabajación", esto es un trabajo a través de la resistencia: así como el pez se mueve en el agua, no contra la resistencia, sino en la resistencia.

La lengua alemana es comparable a la riqueza y a la sutileza de la lengua griega. El griego particularmente ofrece matices riquísimos de acción verbal. Se distinguen por ejemplo, tres tipos de acción, una, la dramática o lineal, es la que está en transcurso, "la piedra cae", está cayendo, y también el imperfecto de la continuidad "la piedra cayó", es el aorístico, no existe en castellano. El verbo en indefinido es un instante, un punto y la acción perfectiva: "la piedra ha caído", que en griego no existe, se dice: "la piedra yace". Ha habido en el tiempo una metamorfosis de la acción. En alemán hay un rigor en la composición, que con una sola palabra, dan lo que nosotros conseguimos laboriosamente con una frase. Pienso en la neurosis obsesiva, y también en los delirios. Ungeschenmadchen: es dar algo por acontecido, traducimos, o lo dejamos sentado como así fuera. Ninguna lengua es traducible. En los mejores casos hay que crear de nuevo: un poeta si traduce a otro poeta tiene que recrearlo.

Los sueños configuran un idioma. Freud dudaba que "La interpretación de los sueños" se pudiera traducir. Y no solamente por el lenguaje, sino por las alusiones innumerables a la época, a los chistes, a las canciones, a la política, a las querellas universitarias, a un mundo que era (es) también de lenguaje.

-Logos...

-La conferencia de Heidegger, Logos –etimológicamente- procede de legein: poner conjuntamente, y ella toca, atraviesa el terreno del cristianismo: reunión, cosechar, aunar, poner conjuntamente, pero no mezclar.

Decir, leer, es poner en relación cosas, - (recordar que el lenguaje hace que las cosas signifiquen) -, y esto no desde mí, sino desde que yo mismo me pongo en relación. Esta es la posibilidad de una dimensión dramatológica del lenguaje: somos actores de aquello que nosotros mismos decimos.

El hombre deja de ser cosa, y hay que dar lugar a lo que él se representa de las cosas, pero no para pasar a idea, sugiero hablar de drama en un sentido de lenguaje, el hombre es referencia dramática, es representatividad, aquello aludido, oculto, no visible a la luz.

La relación entre el "Dios ha muerto" de Nietszche, la "otra escena" del inconsciente freudiano, y "el inconsciente estructurado como un lenguaje" lacaniano, constituyen hitos fundacionales.

Naturalmente, Marx tiene una importancia enorme, insoslayable. "El Capital" habla de ese otro drama, esa otra escena del drama humano, esa agudísima crítica de la escena política en Marx, hay que recuperarla hoy más que nunca.

-Freud y su llamado pesimismo: un comentario.

Cuando los hombres se proponen ayudar a los hombres, lo primero que piensan es en matarlos. Freud pudo ver la posibilidad humana de esa invocación de los hombres a lo divino, entrevió la posibilidad de ese delirio mesiánico, a la postre criminal. Yo hablaría en Freud de algo de lo que también habló Heidegger, de serenidad, no de pesimismo, de no forzar, de no querer forzar. Ese forzamiento es "la solución" del despotismo. El despotismo ataca todo lo que no puede controlar. En las instituciones analíticas hay formas de este forzamiento, se convierten en escuelas dominicales en que no está ausente el poder, la violencia. A Freud le preocupó esto, él se veía venir el problema, y en "Psicología de las masas" hay pruebas de esta su inquietud.

-Usted dijo en más de una oportunidad que la reflexión de Lacan constituía una suerte de alborada del pensamiento, inspirada en Freud, pero con un vuelo original que lo llevaba lejos.

-Lo que importa esencialmente ver hoy es que Lacan comenzó una reflexión sobre los "pensamientos impensados" en la obra genial freudiana, y esto implica haber sacado al hombre de una perspectiva objetivista y descubrir el hombre como lenguaje, y no como cosa. En ese sentido, este "desobjetivizar" al hombre, este sacarlo de una entidad observable, este sacarlo de una psicología observacional, ha de llevar a Lacan a interesarse, e incluso a coincidir, con Heidegger.

La segunda consideración es que abre una perspectiva totalmente nueva, al haber pensado el inconsciente freudiano como una otredad y no como un subsuelo instintual.

Con esto se replantea, es mi interpretación de Lacan, la escisión del yo de Freud. La interpretación vigente, la de los epígonos de Freud, la Psicología del yo, concretamente, instauraban un centramiento en el Yo. Lacan contribuyó a salir de todo eso.

Previamente, una digresión por la lingüística saussureana. Al introducir Lacan el modelo lingüístico de de Saussure, si bien modificado, y aunque de Saussure reconocía la dimensión intencionante del lenguaje, uno y otro abrieron una perspectiva distinta, porque la nueva dimensión rompía con el "yo digo lo que yo quiero". El lenguaje será lo que hace que las cosas signifiquen.

Ahora bien, Lacan lleva esta estructura saussuriana al campo de lo inconsciente, en un contexto de características estructurales, y no intencionales.

-Husserl, Merleau Ponty, el kleinismo...

-Las categorías fenomenológicas tienen el valor, la ventaja, de hacernos salir de la vulgata kleiniana. En el comportamiento hay más cosas que la mera conducta. Ciertas metáforas o analogías no se sostienen más. Hay distancia entre la fenomenología y el inconciente freudiano. La fenomenología de Husserl encontró un límite en el campo freudiano. La "interioridad fundante", la "intencionalidad potencial" no son sino un preconciente que se clausura. Ese es el límite de la visión fenomenológica. Es una posición que no da lugar a algo ajeno a ella. El inconciente en cambio nos sorprende como un choque inesperado. Es accidental.

Lacan cuenta un apólogo de un encuentro en la feria con alguien que nos debe una suma de dinero, y lo vemos en el momento en que procede a pagar a plena luz del día, y lo sorprendemos in fraganti. Nadie lo pensó, nadie hubiera pensado, en ese encuentro, pero es como si alguien pudiera haberlo pensado.

-¿Ubicaría a Lacan como un comentarista de Freud, alguien que al proceder a revisar la obra freudiana, va abriéndose paso con una distinta y nueva teorización?

-Más que el término revisión, me parece que Lacan hace repensar lo no dicho, y que es importante repensar.

No lo veo como un comentarista de Freud, aunque haya hecho los comentarios más medulares que conozco sobre la obra freudiana, pero es demasiado poco caracterizarlo como comentarista. Ha seguido sí, acendradamente, el texto de Freud. Pero si bien es un pensador que sigue a otro pensador, - (se me ocurre: como el comentario que hizo Heidegger de Nietzsche) -, su apuesta va más allá del comentario. Diría que es el heredero fundamental del pensamiento freudiano, que repiensa a Freud, y se constituye como un nuevo pensador.

-Jean Allouch, un analista francés, no sé si decir, lacaniano, ha sostenido, criticando un cierto facilismo de "psicología lacaniana" que ha ganado el ambiente, que así como se puede encontrar en Freud, una primacía del falo, así se insiste en privilegiar en Lacan una primacía del significante, por lo menos en algunos epígonos de Lacan.

-Símbolo, comó tésera, es un objeto que ha sido dividido en dos partes; proviene de "con" y "arrojar": arrojar conjuntamente. Lacan vio en la obra platónica como se ubica el hombre en una posición simbólica. El hombre queda en una posición de referencia simbólica. La vorstellung freudiana apunta a lo que yo me represento de las cosas. En el Simposio del Banquete de Platón, Aristófanes dice que cada uno de nosotros es símbolo del hombre, cada uno de nosotros remite al otro como su parte perdida.

El orden simbólico de Lacan alude a la referencia que él hace de la posición del sujeto. Se establece una consideración inédita entre el lenguaje y la cosa. El hombre establece una pertenencia al orden simbólico porque está más allá de sí mismo, en otra localidad. Fuera de lo simbólico, así el falo, se consideraría como ha sido considerado, idolátrica y fetichísticamente. En este contexto el falo tiene el alcance de representar una posición de un sujeto que está más allá de sí mismo, es el falo simbólico, y como entidad objetivable es el falo imaginario. La creencia fetichista de que yo soy todo constituye el falo imaginario, un sí mismo saturado y completo.

Fue también en los presocráticos, en Heráclito, y también en Platón, y desde luego en Aristóteles, al establecer el encuentro fortuito, accidental, la tyché, en donde Lacan, repensó la imposibilidad del Uno, y sí, en cambio, la multiplicidad, y la irrupción trágica de lo inconsciente. El manejo de esos términos en lengua griega, el como las distintas acciones se conjugan en distintos tiempos verbales, -y Lacan hizo esta pesquisa en el original griego, y en lengua alemana-, ofrece una dimensión reveladora a esas causas accidentales, a la acción consumada de esas causas accidentales, verdaderas referencias propedéuticas para ubicar como el Yo es tomado por la irrupción inconsciente.

-Usted publicó su libro "La otra escena de lo real. Topología del significante y espacios del sujeto", en 1979...

-Tengo un recuerdo tierno de ese tiempo, de ese acontecimiento. Fue en "Campo freudiano", en París. Fui antes al consultorio de Lacan, en Rue de Lille 5, llegué tarde, yo supuse entrevista cancelada, pero con toda sencillez, Lacan me hace pasar, aparece. Yo le hablé de lo real, y de la importancia que veía de replantear la problemática de lo real desde la otra escena, tomando en cuenta lo simbólico, para salir de la empiria. Él me dijo que coincidía plenamente, me dijo de su proyecto de extender la institución freudiana a Alemania. Las cosas no se hicieron bien, no se lo comprendió. Se lo ubicó exclusivamente como un intérprete solitario de Heidegger, y los alemanes no alcanzaron a vislumbrar siquiera algo más detenidamente su pensamiento.

Pero hay algo más, que recuerdo...

Una amiga analista me contó de un encuentro, accidental también, que tuvo en el cuarto intermedio de la sesión de un congreso de Psicoanálisis.

Mi amiga deja la sala, su mirada se topa con los libros en exposición de una librería, sus ojos se detienen en "Ser y Tiempo" de Heidegger. Lo saca, lo empieza a ojear, cuando una voz detrás suyo alude al libro que ella tiene en las manos y para su sorpresa, dice: "Mi padre me decía que esto era muy importante"

La dueña de aquella vozera Anna Freud.

 

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