Serie; Alteridades ()

"Yo fui uno de ellos"  

Cambios de sexo y después…

Mariana Azpiroz y Sonia Soria

Nuestro tema fue el proceso de integración social de una mujer que fue hombre. Nuestro problema: ¿qué factores inciden en la integración social de una persona, tras experimentar la intervención quirúrgica de cambio o reasignación de sexo?

Intentamos analizar los factores que pesan en este proceso específico de reasignación de género de la Mae Daiana, ex Pai Miguel, en el marco de un trabajo exploratorio. Nos basamos en su historia de vida; por ende, no se trata de un estudio representativo. Realizamos una entrevista en profundidad a Mae Daiana y sumamos a su relato biográfico la opinión de informantes calificados, material bibliográfico y de archivo.

HACIENDO LUZ

En sitios corrientes y tan distintos como los tablados de carnaval o los cuarteles, desde las canchas de fútbol hasta los programas de televisión, en el trabajo, en la calle o en las religiones tradicionales, los homosexuales son blanco de insultos, parodias, burlas, discriminación, agresiones físicas. Esto lleva a que una gran mayoría de ellos se guarden, escuden y limiten a la intimidad. Los prejuicios actúan, incluso, en el ámbito universitario, donde existe cierta resistencia a la investigación del tema. El material publicado y las investigaciones sobre la homosexualidad son escasos, y pobre su difusión.

Estas fueron algunas de las razones por los cuales atendimos un aviso televisivo en el que una mujer cuya minifalda enseña bien formadas piernas, de cutis trigueño, cabello negro, largo, lacio, recogido en una cola de caballo que le cae sobre un hombro, con voz envolvente y no menos medida que sus ademanes anuncia: "El ayer Pae Miguel. La hoy Mae Daiana...una mujer totalmente integrada a la sociedad..." Al pie de la imagen aparecen números telefónicos para llamar si uno desea saber su futuro a través de los buzios o el tarot, encargar algún "trabajo" o rogar una "curación" a los dioses de la religión umbanda.

Nuestro objetivo era otro. Queríamos obtener de Mae Daiana su historia. La historia de vida de una persona que abiertamente proclama ante las cámaras: "Yo fui uno de ellos". ¿Qué hace que una persona considerada -desde el punto de vista socioeconómico, cultural, religioso y sexual como un ser marginal, hoy sostenga que se trata de "…una mujer totalmente integrada a la sociedad"?

MARCO TEORICO

El sexo ha sido, desde el punto de vista social, una de las funciones humanas más condicionadas y de más difícil comprensión, máxime cuando ella se aleja del comportamiento ortodoxo y se consideran los casos de aquellos que suelen ser designados como "invertidos". No existe unanimidad de criterios en los diferentes ámbitos (sociológico, médico, legal, psicológico) en lo que respecta al espectro comportamental que puede manifestarse a nivel sexual. Por ejemplo, desde el punto de vista médico-legal la homosexualidad se considera una desviación de la orientación sexual. Desde el punto de vista psicoanalítico, una "perversión" (aclaremos que no en el sentido coloquial de la palabra, sino en el sentido psicoanalítico de desviación repecto de una trayectoria estándar de resolución del Edipo). Según la conceción etológica, una posibilidad latente en todos los seres vivos. Y desde el punto de vista sexológico se lo considera una variante sexual.

Conforme a este último abordaje, los conceptos de: "identidad de género", "papel de género" y "orientación sexual", nos servirán de instrumentos a la hora de manejar las variantes sexuales. La identidad de género es la conciencia acerca de sí mismo. El papel de género es el rol sexual, el "cómo actúa" para indicar a los demás o a sí mismo el grado de pertenencia al sexo. La orientación sexual define lo que "le atrae"; el objeto que se elige como objeto sexual.

Apoyándonos en esos tres conceptos definiremos como homosexual a aquel tipo de variante de la conducta sexual cuya orientación sexual está dirigida a los de un mismo sexo. "La mayoría absoluta de los homosexuales son personas conformes con su sexo anatómico. Desde esa identidad sexual asumida se sienten atraídos por personas de su propio sexo." (Flores, 1994:42). Sólo 25% de ellos asumen el comportamiento del sexo opuesto (0p. cit.) y esta transexualidad (o más bien, "transgénero") refiere a la identidad sexual: la conciencia íntima de pertenecer a su sexo clínico no existe. Estas personas sienten malestar por su propio sexo anatómico, desean liberarse de él y vivir de acuerdo con el otro sexo.

Flores Colombino sostiene: "Frente a una transexualidad la indicación médica es la operación de cambio de sexo, porque la terapia no da resultado" (Flores, 1996). La terapia no puede modificar la identidad de género del sujeto, su mismidad, la conciencia íntima de pertenecer al otro sexo. En estos casos el sexo psíquico y el clínico no se corresponden. "La homosexualidad es una variante sexual. En cambio la transexualidad es un trastorno de la identidad, exclusivamente psíquica. Los transexuales no poseen trastornos genéticos ni anatómicos. Estos serían los casos de intersexualidad, que se define como cuadros en que el individuo posee genitales externos e internos de ambos sexos que se suman a los trastornos genéticos. En estos casos la intervención quirúrgica es de reasignación de sexo y siempre se respeta la orientación sexual de la persona, porque pesa mucho más que lo genético o lo anatómico..."..

También Flores Colombino aclara la confusión entre transexual y travesti. Como estos últimos"se visten de mujer en la mayoría absoluta de los casos, estos varones homosexuales lo hacen para ejercer la prostitución homosexual. Pero no son transexuales. Tampoco padecen de la parafilia o desviación sexual del travestismo, pues si así fuera, les bastaría vestirse de mujer para satisfacer todos sus deseos sexuales: vestirse de mujer es su acto sexual completo" (1994:42-43).

Los trabajos realizados por George Devereux (sobre los indios mohaves, EE. UU.) y Margaret Mead (sobre los Arapesh, Nueva Guinea), entre otros, dan cuenta que estas variantes de la conducta social son naturales en un porcentaje apreciable de seres, en todos los niveles culturales y en las regionas más distantes, a lo largo de la historia humana. Comprueban, además, que las comunidades más primitivas encuentran una ubicación social para ellos. Todo ser humano debe sufrir un proceso de "endoculturación" sin el cual no podría existir como miembro de una sociedad: en el transcurso de este proceso el individuo aprende las formas de comportamiento admitidas por su grupo y tiende por consiguiente a adoptar el tipo de personalidad que se considera deseable.

Pero no siempre es así. Muchas veces existe una dicotomía entre el individuo que asume una identidad sexual diferente a la esperada, y la sociedad, que ejerce su función represora sobre el transgresor. De ahí resultan el temor al goce de los placeres sexuales, la discriminación, la culpa, la doble moral y el sexismo, entre otros. Una vez introducidos -como parte integrante de los valores sociales- en el carácter de una persona, no desaparecen fácilmente e influyen en mayor o menor grado en su existencia. Como resultado del proceso social se desarrollan sentimientos, deseos, pensamientos y actitudes que germinan en una sociedad que estereotipa los roles femeninos y masculinos, condicionando en ocasiones la sexualidad de los individuos que la integran.

"LA RELIGION FUE LA BASE DE MI LIBERACION"

Dominando la sala, a la izquierda, una estatua de aproximadamente un metro de alto atrae la atención. "Es la Pomba Xira Reina. Es mi ángel de la guarda. Fue la diosa que me dio la suerte de ser mujer", asegura Daiana. Frente a la puerta de entrada, sobre una consola se improvisa un altar en honor a Pomba Xira, representada con una imagen con cuernos a la que rodean perfumes franceses, cuchillos, candelabros, platos con comida y botellas de champagne.

Dentro de la legión de dioses que conforman la quimbanda, la Pomba Xira es la diosa más bella, la del mejor cuerpo, y también la que recibe las mayores riquezas. Es a quien, en su momento, convocó e incorporó, suplicó y rogó Daiana, para que le concediera la gracia de transformarla en mujer. Gracia que siente que le fue otorgada y que la lleva a sostener hoy: "La religión fue la base de mi liberación".

Tanto la religión católica como el movimiento umbandista (ambas religiones fueron profesadas por Daiana) adoptaron -al igual que la gran mayoría de las religiones- dioses antropomórficos. Comparemos las figuras de la Virgen María y de la Pomba Xira, máximas representantes del género femenino en las religiones católica y quimbanda respectivamente. La Virgen María es representada siempre con mirada lánguida, vestimenta talar blanca y manto celeste, sin pecado alguno, inmaculada, una mujer que admite la contradicción madre-virgen. Pomba Xira es representada por una exultante mujer morena de ojos vivaces y luminosa sonrisa, el cabello suelto, con un manto de gasa rojo por los hombros. Los brazos en jarra acentúan aun más la prominencia y desnudez de los senos. No extraña que sea considerada como "la protectora de todos los homosexuales y las prostitutas."

Esa diosa -tan llamativamente similar a quienes protege (en la vestimenta, la expresión facial y la actitud corporal)- facilita una mayor identificación con lo supremo. Las religiones tradicionales prometen la gloria eterna; pero para alcanzar el paraíso es necesario el sufrimiento terrenal. No hay ascenso al cielo sin la contrapartida de la condena: el descenso a los infiernos. Probablemente la multiplicación de las tribulaciones codidianas y el futuro incierto, la pérdida de los valores, el derrumbe de las ideologías, haya ayudado a la multiplicación de templos para los cultos afrobrasileros, ya que estos ofrecen la inmediatez de la solución a los problemas cotidianos. "Yo en aquel ranchito tan humilde pedía con tanta fe a aquellos dioses, y me salían las cosas, entonces vos empezás a creer."

"Mis padres, como buenos españoles, eran católicos y yo iba a la Iglesia católica. Pero si le decía al cura: 'me quiero confesar’, él me iba a decir 'Fuera de acá"."...En la religión adventista, por ejemplo, me iban a decir que tengo un demonio en el cuerpo, que me lo tengo que sacar, y yo no tenía ningún demonio."

Estas fueron las razones que llevaron a Daiana a abrazar la religión umbandista: "...es la única religión que no juzga a las personas por el sexo..." Lo que explicaría que hoy "en muchas casas de religión predominan las prostitutas, los homosexuales, los chorros, los malhabidos..." y lo que también podría explicar que actualmente, al umbandismo -que nuclea a dichos "marginales"- pertenece uno de cada siete uruguayos (Possamay, 1996).

"YO SIEMPRE ME SENTI MUJER"

A lo largo de su discurso, Daiana se autodefine como homosexual, transexual, travesti, hermafrodita, "marica" y "gay". Es un claro ejemplo de lo que habitualmente sucede con estos conceptos, que popularmente suelen asimilarse a la homosexualidad.

A todos ellos la discriminación se les impone y se hace manifiesta en todos los ámbitos y desde la niñez. "Mi homosexualidad viene de muy niña. Mis padres me trataron con psicólogos y psiquiatras. Hicieron todo lo posible para que yo fuera varón y bueno…nunca…A esa edad me gustaban los tacos y me gustaban los varones, a mí nunca me gustaron las nenas. Es más, yo tenía un problema: era hermafrodita." Daiana se identifica desde siempre con el género femenino y actúa de acuerdo con ello (papel de género). Se siente atraída por los varones y sus compañeras de juego son niñas.

Dada la identidad de género de pertenencia con que siempre se asumió Daiana, nos referimos a su persona en género femenino. "Es obvio que una persona como yo siempre estaba excluida de los amiguitos, yo me iba a jugar a la vuelta, con unas nenas. Nos disfrazábamos de odaliscas. Me llevaba cuanto trapo había para disfrazarme de odalisca y era re-feliz…si me iba a buscar mi papá me mataba. Mi mamá no tanto…yo hasta los trece años no me travestí, hasta ese momento no. Yo andaba con tacos y cuando mi papá estaba trabajando yo era una nena. Mi mamá me decía: ¡Sácate eso, pues coño, qué estás haciendo!' Mi mamá me tenía más en cuenta. Pero cuando venía mi papá había que vestirse; de nuevo era varón."

Como decíamos más arriba, esta sociedad falocentrista, hace que este tipo de conductas -nos referimos al travestismo- sean severamente condenadas. "Mi papá era muy machista. Era uno de esos gallegos muy cerrados…que lo aceptaba pero yo no sé hasta qué punto. Cuando muere, yo como que me libero del machismo de mi papá y muestro más el feminismo…Yo me vestí de mujer de los trece en adelante. Creo que empecé a vivir."

Daiana identifica en su padre a la institución cultural del machismo -cuyas características fundamentales son la heterosexualidad y la agresividad-, cargándola con todo el peso de la represión que sufre por las actitudes asumidas en su entorno (barrio, escuela, iglesia). "Las mamás [de los varones] no los dejaban juntar conmigo…Dos por tres me tocaban maestras que me odiaban, cuando entré al liceo también me pasó lo mismo."

Desde ese momento (trece años) traba amistad con dos homosexuales, mayores, de su mismo barrio, a quienes busca, respeta, atiende sus consejos y por quienes se siente contenida y protegida. "Eran como mi talismán…yo no tenía amigos, entonces pasan por mi casa y yo les dije: ¡Vengan acá! ¿Quiénes son ustedes?' Es que yo quería hacer amistad…Empezaron a frecuentar mi casa y mi mamá como que fue aceptando. Y a partir de ese momento fui rodeada de estos dos mariconcitos amigos míos, que me trataron como a una reina; ellos me cuidaban, me servían el té. Era como que me rodearon mi vida."

Podemos adscribir esa amistad a la de los "homosexuales nodriza" (en el desarrollo de la identificación como homosexual, habitualmente se crean relaciones vinculares con otros homosexuales que lo instruyen en la nueva cultura gay). La casa se transforma entonces en el refugio "de cuanto gay había por ahí", expulsados por sus familias por su condición de homosexuales, con la anuencia de la madre.

"AHORA SOY UNA MUJER COMPLETA"

Las carencias económicas no fueron motivo de aflicciones."Mi vida no fue difícil, no sufrí por no tener un juguete. ¿Sabés cuándo sufría horrible? Cuando un hombre me dejaba por no ser mujer… entonces los hombres me dejaban por una mujer. Sufrí tanto…era una perra sufriendo en mi cuarto, sola…Me encerraba y lloraba sola…sola…sola y no me convencía por qué me dejaban."

La sucesión de frustraciones "amorosas" y la insistente opinión de su médico de cabecera, que la ve "cada vez más mujer", y los encuentros con los primeros transexuales intervenidos que concoce (B. Andersen, etc.), la impulsan a someterse a la intervención quirúrgica. La operación fue realizada en Chile por el Dr. Antoni Salas y su equipo, luego de efectuarle varios tests psicológicos y exámenes médicos. Según relata, se trataría de una reasignación de sexo. "En la intervención de reasignación de sexo se extirpan los testículos, se amputa el cuerpo esponjoso del pene y los cuerpos cavernosos se colocan hacia abajo y atrás que -recubiertos por la piel del escroto- serán luego los labios mayores. Entre el ano y la uretra se perfora el piso pelviano para la formación de la neovagina, que generalmente se tapiza de mucosa intestinal". (Flores, 1996)

Durante su relato constatamos contradicciones significativas en lo referente a su estado de intersexualidad. Sostiene primero que tenía más desarrollado "lo femenino que lo masculino y eso me favoreció también para ser mujer", afirmación que sostiene asimismo en una entrevista del diario La República (8/10/95: 40).

Pero luego relata una serie de hechos y episodios que demuestran lo contrario, lo que hace suponer que al decir que "estaba más desarrollada mi parte femenina" habla de una necesidad de reafirmación de su sexo psíquico frente al anatómico, que justifica la emasculación peneana.

El pene, encuadrado en un universo simbólico que lo dota de significados de potencia, virilidad, fuerza, agresión y poder, encarnaría el peso social del machismo, de modo que la reasignación de sexo debe ser justificada frente a la sociedad.

Daiana recalca la importancia del comportamiento psíquico en la conciencia interna de pertenencia al sexo femenino: "Generalmente los travestis no llegan a ser mujer no por el tema económico, no corre por ahí. Corre por el tema psicológico de la persona. Tiene que estar preparada. La persona debe sentirse mujer literalmente y ya ser mujer…Porque nosotras las mujeres llegamos a un orgasmo por la cabeza, y el maricón toda su vida llega con la mano."

En busca de preparación decide mantener, antes de la intervención quirúrgica, relaciones sexuales -por primera y única vez- con una mujer. "Psicológicamente yo quería estar excelentemente bien preparada y no tener ni una duda que la mujer no me gustaba. Si la mujer me llegaba a gustar cinco minutos, cinco segundos, eso me bastaba ya para no haberme operado".

Actualmente Daiana tiene una pareja estable con quien espera casarse en una ceremonia pública por la religión Umbanda y, luego de regularizada su documentación, hacerlo por la Iglesia católica y vestida de blanco. "Sueño casarme vestida de blanco en 'las Carmelitas' y tener a mi segundo bebé antes de los treinta y cinco".

Los roles sexuales se aprenden y en su readaptación social se ve claramente que Daiana ha incorporado los roles masculinos y femeninos estereotipados. Las mujeres son educadas para ser esposas y madres y ella pretende cumplirlo a tal extremo que fantasea acerca de la maternidad y el embarazo, sosteniendo estar en tratamiento "para poder engendrar a mi nene en el estómago".

Su comportamiento sexual también ha variado tras la operación y la asunción de su nuevo rol femenino. "Fui muy audaz como travesti. Cuando yo era un homosexual, un marica o un travesti, salía a buscar tipos por la calle desesperadamente. Pero como mujer…te digo, quedé muy tímida." El cortejo y la atención que su actual pareja debe dispensarle, la no aceptación de parejas bisexuales, los prejuicios en lo que se refiere a las relaciones anales, el temor de que en un futuro su hijo sea homosexual, la búsqueda de la belleza física, su aspiración a ser modelo, confirma aun más lo anteriormente expuesto. Y que ella se encarga de subrayar al expresar que todo esto "me hace valorar a'la' mujer"

.

CONCLUSIONES

La historia de Daiana muestra cómo una persona que desde todo punto de vista se consideraba marginal, puede afirmar hoy ser una mujer integrada a la sociedad.

Actualmente es una de las líderes de Umbanda, religión que profesa uno de cada siete uruguayos. Gracias a la religión su situación económica mejoró notoriamente y la fama lograda por los trabajos "realizados" le ha valido reconocimientos. Podríamos pensar que el movimiento umbandista puede funcionar como una vía de integración social para aquellas personas discriminadas por su opción sexual, ya que las caracterísicas de la religión (rituales, vestimenta, deidades en quienes coexisten ambos sexos) facilitan actitudes propias de estas variantes.

Toda inserción social lleva implícitos modelos de comportamiento y actividades estereotipadas adscriptas a las categorías sociales de hombre y mujer. Por ende, toda persona que pretenda integrarse socialmente debe cumplir con estos roles. La identidad de género como hecho cultural tiene un marco: los estereotipos. Daiana era alguien que, contraviniendo la supuesta superioridad de que goza el hombre, renuncia a su posición al transformarse en mujer y pasa de ser un travesti audaz a ser una tímida señora de voz envolvente.

Daiana aprende el rol asignado a la mujer por la filosofía machista y asume así como propio este rol femenino estereotipado. Actuando según ese estereotipo, es dable suponer que se siente integrada a la sociedad, lo que la lleva a decir:"Hoy tengo la seguridad de ser mujer y eso es todo. Con esa palabra me basta."

REEFERENCIAS

1. Delgado, M. (1995.[1]): "El placer de ser mujer: el pai Miguel ya fue". Diario La República, 8/10.
2. Delgado, M. (1995.[2]): "Transexuales: 'Yo siempre me sentí mujer'". Diario La República, 2/10.
3. Flores Colombino, A. (1985/92): El Sexo. En SEXO, SEXUALIDAD Y SEXOLOGIA. Dismar, Montevideo.
4. Flores Colombino, A. (1987/88): Parafilas y Variantes Sexuales. Forum Gráfica Editora, Montevideo.
5. Flores Colombino, A. (1994): "Hablemos de transexuales". Rev. Guambia, nº 241.
6. Kinsey, A.C., Pomeroy, W. B. y otros (1954): Conducta Sexual de la Mujer. Ed. Médica Qirúrguca, Buenos Aires.
7. Kinsey, A.C., Pomeroy, W. B. y otros (1967): Conducta Sexual del Hombre. Siglo Veinte, Buenos Aires.
8. Piña, C. (1986): "Sobre las historias de vida y su campo de validez en las ciencias sociales". Rev. Paraguaya de Sociología, año 23, nº 67.
9. Possamay, L. (1996): "Jemanjá". Diario La República, suplemento La República de las mujeres, nº 374.
10. Quijada, O. (1968): Intervenciones quirúrgicas en cambios de sexo.
En Quijada, O. y otros: CAMBIO DE SEXO. Almendras, Buenos Aires.
11. Soria, Sonia (1996.[1]): "Entrevista a Daiana"
12. Soria, S. (1996.[2]): "Entrevista a Flores Colombino"
13. Soria, S. (1996.[3]): "Entrevista a Ivone Spinelli"


Volvamos al comienzo del texto


Portada
Portada
© relaciones
Revista al tema del hombre
relacion@chasque.apc.org