Por una rayita...
La prensa y la propaganda por televisión o la callejera, suelen mostrar deficiencias ortográficas no siempre atribuibles a descuidos del momento o al apresuramiento para la impresión de un texto.
De entre los ocho o diez errores que a menudo se repiten, consideremos uno, el que tiene que ver con elementos compositivos, prefijos o morfemas prefijos (déseles el nombre que se quiera, pues los tres circulan como sinónimos sin hallar oposición). Claro que los elementos compositivos pueden ser también sufijos, pero en esta oportunidad no se tendrán en cuenta.
PARA MEDITAR
Viene bien la reproducción textual de algunos ejemplos tomados de publicaciones montevideanas. Véanse: 1) "Redes, contra-cultura y anonimato en la ciudad." ("Relaciones" Nº 221.)
2) "Este primer guión mío es una historia de carácter semi-autobiográfico sobre una chica que más o menos me partió el corazón." ("El País" 11-X-02.)
3) "Micro agenda." ("El País 23-X-02.)
Así, con guión o sin él, aparecen escritas las palabras que contienen prefijos. De un modo o de otro, hay error ortográfico, ya que estas voces compuestas forman un solo bloque en la escritura y en la pronunciación. El agregado del guión para diferenciar el primer componente (prefijo) del segundo (base léxica) o, como ocurre en el ejemplo 2, el primer componente (prefijo) de otro prefijo más base léxica, no tiene razón de ser en la lengua española.
El guión tiene en español uso muy limitado y, aunque en la reciente y última edición de Ortografía (Espasa. Madrid. 1999), libro de la Real Academia Española que contiene y explica su doctrina ortográfica, se amplió el empleo de ese signo, no hay ninguna indicación que justifique su validación en las voces compuestas por el estilo de las presentadas.
De esto se desprende que el prefijo va soldado a la palabra que lo acompaña: copiloto, superinteligente, semivacío, vicepresidente, contrarrevolucionario, interplanetario, sobrevalorado, antirreligioso, antediluviano, presocrático, subgerente, procastrista. Estos ejemplos alcanzan para tener una idea precisa de lo dicho. Poner el guión entre "vice" y "presidente" (así como entre otro elemento compositivo y cualquier término que convenga) es un yerro que suele aparecer sin que nadie tenga conciencia, por lo visto, de que ello no es correcto.
Es más: no se sabe, por muchos escribientes, que la necesidad de ese guión en español es nula. Sin duda alguna, la influencia del inglés también se hace sentir en este aspecto de la lengua. En textos ingleses es infaltable el guión tratándose de este tipo de palabras. La imitación es cómoda, pero en este caso es negativa.
Este fenómeno de la ortografía se advierte muchísimo en la actualidad, lo que no sucedía hace treinta años, o menos inclusive, cuando muy pocas veces se leían enunciados con ese inconveniente gráfico. Por otra parte, la enseñanza de la lengua materna hacía hincapié en cómo escribir los morfemas prefijos.
PREFIJOS Y SUSTANTIVOS
La necesidad de hablar o escribir rápido para ganar tiempo, para demostrar flexibilidad lingüística o para lograr un efecto humorístico, conduce muchas veces al acortamiento tajante de un término. Es corriente, en particular entre adolescentes, hablar del "cumple", el "profe", la "poli", la "deca" o la "depre". Con las palabras que se vienen tratando pasa lo mismo, aunque el repertorio resultante es limitado: el "súper" (por "supermercado"), el "vice" (por "vicepresidente"), el "auto" (por "automóvil"), el "kilo" (por "kilogramo") y el "micro" (por "microómnibus"). En algunas partes de América Central, con difusión a través de la prensa, se dice la "contra" (por "contrarrevolución"). Sin embargo, nadie utiliza el "anti" (por "anticristo" o "antisocial"), el "semi" (por "semiduro", tratándose de quesos), ni la "pre" (por "preselección" o "preorganización").
Salta a la vista el empleo del artículo en los ejemplos aducidos. Esto significa que los elementos compositivos dejaron de serlo para convertirse en sustantivos, a la par de "casa", "gente" y "perro". En el caso de "súper" -obsérvese el tilde por ser voz llana terminada en erre- también se encuentran empleos con valor adjetivo: "Esta película es súper" (por "superior", "de excepcional calidad", "magnífica"), "me compré un traje súper", "el cuadro quedó súper en la exhibición". Se entiende que quien se vale de estas formas de expresión se sitúa en el nivel coloquial de lengua.
Héctor Balsas
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