dicciones

Si no es sino, es si no

Héctor Balsas

Quien esto escribe no gana para sustos.

Es la segunda vez que esta oración aparece estampada en estas columnas. La primera tuvo que ver con "la calor" (relaciones de enero-febrero de 2004). Ahora se vincula con una errata aparecida en ese mismo número de relaciones y en el mismo artículo que trataba de "la calor".

La paremia o dicho con que se inicia esta nota tiene, por fortuna, una consecuencia que se manifiesta a través de otra paremia: no hay mal que por bien no venga. O sea: de las cenizas se rescata algo positivo y favorable.

ERRATAS Y ERRORES

Antes que nada hay que distinguir entre dos clases de fallos que se cometen al escribir. Por un lado está la errata, muy frecuente en publicaciones, sobre todo en las periódicas. Consiste en escribir mal un vocablo o una combinación de vocablos, como cuando se dice "pisa" donde debe decirse "pasa" o poner "Juany Carlos" en vez de "Juan y Carlos". Suelen ser equivocaciones propias del digitador no advertidas luego por el corrector. Su frecuencia, aunque es lamentable, está dentro de los gajes del oficio de quienes cometen esos fallos.

Por otro lado, el error es propio del autor, quien cae en formas disortográficas, concordancias fuera de las normales, construcciones sintácticas enrevesadas o extranjerizantes, puntuación arbitraria o distorsiones semánticas. Hay, en estos casos, despreocupación, distracción o ignorancia. Si hubiera intención de crear un choque violento con los lectores, se estaría delante de casos de vanguardismo, ruptura de cánones tradicionales o deseo de lucimiento personal a través de la atipicidad. Estas razones justificarían las actitudes citadas. Pero lo corriente es que el error sea la manifestación de un tropiezo idiomático que corre por cuenta del autor.

Sin duda, "errare humanum est" y, por ello, tanto los erratas como los errores admiten tolerancia y comprensión, pero deben ser señalados y censurados si contribuyen a la difusión de una inconveniencia ortográfica, sintáctica o semántica. Se pasa sin mención por encima de una errata como "libra" por "libro" o "conversación" por "conservación", pero es necesario detenerse en erratas del tipo de "sino" por "si no" o viceversa.

PRECISAMENTE...

Esta última anotación ("sino" por "si no" o "si no" por "sino") merecerá la atención a partir de ahora.

Surge el interés por el punto luego de haber leído, en "Dicciones" de enero-febrero de 2004, lo siguiente: "...capaz de resolver dificultades de la naturaleza de la planteada o, sino, capaz de orientar por el camino adecuado..." La transcripción corresponde a lo escrito en las dos últimas líneas de la primera columna. Debió decir -y no hay dos opiniones distintas al respecto- de este modo: "...o, si no, capaz de..." El autor no empleó la conjunción "sino", sino la conjunción "si" más el adverbio "no". Quiso decir: "si no es así", "si no es de ese modo", "si no alcanza la primera indicación" o alguna otra expresión equivalente por el significado; pero -téngase bien en cuenta- siempre con "si no" apuntó a que si algo no se hacía u ocurría de una manera se hacía u ocurría de otra.

LA CONJUNCION "SINO"

Se la puede llamar "nexo" o "conector" también y quizás en próximas gramáticas se le cambie el nombre, pero siempre será lo mismo. Es "una palabra invariable que introduce en la frase una proposición o un elemento sintácticamente equivalente al que precede", según el Diccionario del español actual de Manuel Seco et al.

La conjunción "sino" es coordinante por introducir "un elemento sintácticamente equivalente al que precede". No tiene nada que ver con las conjunciones subordinantes, que son las que "introducen en la frase una proposición" (u oración subordinada). Hay que tener bien claras estas dos ideas para distinguir "sino" de la tan corriente formulación "si no" (que son dos palabras), en apariencia para el lector veloz igual a "sino", pero formal y conceptualmente muy distinta.

"Sino" es una conjunción coordinante exclusiva: coordina dos elementos léxicos del mismo rango sintáctico y, al mismo tiempo, señala, dentro del contenido de significación que se desarrolla, la exclusión de uno de ellos.

Ejemplos aclaratorios "No es bueno, sino malo"; "no hablar, sino actuar: esta es la consigna"; "no parece un libro, sino una libreta".

Obsérvese que la conjunción va antecedida del indicador de la exclusión, el cual aparece inserto en una construcción de carácter negativo.

Cuando el segundo elemento componente de la coordinación lleva verbo conjugado, se emplea el modo conjuntivo "sino que": "No es bueno, sino que es malo"; "no permitió que le hiciera el favor, sino que ni siquiera le dio las gracias"; "no hay que hablar, sino que hay que actuar", "no parece un libro, sino que se asemeja más bien a una libreta". Tanto "sino" como "sino que" llevan delante una coma en la escritura.

AHORA "SI NO"

"Si no" son dos palabras de valor gramatical distinto: "si" es conjunción subordinante y "no" es adverbio de negación. "Si" es voz átona; "no" es voz tónica.

La conjunción subordinante "si" generalmente encabeza oraciones subordinadas adverbiales que indican condición:

1) Si vas a la playa, no te olvides de la sombrilla.

Si no vas a la playa, te quedarás acá.

2) Si llego tarde al concierto, no podré entrar.

Si no llego tarde al concierto, encontraré una buena ubicación.

3) Iremos todos juntos, si es posible.

Iremos todos juntos, si no hay inconvenientes.

La puntuación es estricta: antes o después de la subordinada condicional se pone coma. Queda, pues, el período dividido en prótasis (parte que lleva la conjunción, y apódosis (parte que no la lleva). Habitualmente la condición encabeza el período (1 y 2), pero no es raro verla al final de él (3).

Esta conjunción también encabeza subordinadas que funcionan como complemento directo ("le dije si me prestaba la novela, le preguntó si había leído ese libro"). Pierde así su valor condicional y encabeza una subordinada sustantiva (muy distinta de la adverbial, por cierto). Otros usos menores no interesan por el momento.

LA MADRE DEL BORREGO

Como se ve, no aparece ningún caso en que figuren solamente la conjunción (si) y el adverbio (no). Ocurre así porque la formulación "si no" tomada en modo aislado contiene significación acortada o abreviada, por muy diversas razones, entre las que descuella la practicidad de la expresión.

Véase el ejemplo que sirvió de punto de partida de esta larga explicación: "...capaz de resolver dificultades de la naturaleza de la planteada o, si no, capaz de orientar por el camino adecuado..."

Pudo haberse escrito o dicho sin la presencia de "si no", pero el autor consideró que no estaría mal introducir esa abreviación para realzar cada uno de los procedimientos contenidos a partir del vocablo "capaz". También pudo haber escrito sin acortamiento: "si no es así", "si no se procede de ese modo", "si no hay oposición para ello", "si no hay inconvenientes" o cualquier otra manera de expresión equivalente y pertinente.

Para evitar alargamientos que entorpezcan la comprensión es muy corriente recurrir a "si no", pues se advierte que es una manera concisa, clara y categórica de acortamiento de la expresión. Un ejemplo alcanza: "Quiero que me presten atención; si no, será difícil trabajar entre todos". El "si no" comprime una larga condición: "si no actúan como yo les aconsejo" o "si no lo hacen porque están pensando en otra cosa" u otras por el estilo.

Esta formulación "si no" figura en el DRAE (2001) como locución conjuntiva equivalente a "de lo contrario", sintagma que, por conmutación, sustituye cabalmente a la condición abreviada, en los ejemplos propuestos hasta ahora.

Conclusión: no hay que proceder con liviandad cuando se escribe y menos tratándose de sutilezas (si así quiere llamárselas) o detalles mínimos en apariencia pero decisivos siempre.

Si serán decisivos que, en el ejemplo tomado como base para estas reflexiones, el uso de "sino" en lugar de "si no" hace perder todo el sentido al texto que lo contiene. Solamente la buena voluntad del lector y su conocimiento de estas cosas gramaticales salvan situaciones similares.

Héctor Balsas


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