VAZ FERREIRA

LA LÓGICA

Jorge Liberati

CARLOS VAZ FERREIRA (1872-1958)

El filósofo argentino Francisco Romero atribuyó a un puñado de pensadores el mérito de introducir la filosofía en el continente latinoamericano: «el verdadero ingreso de la filosofía en Iberoamérica y de Iberoamérica en la filosofía», sostiene en su estudio sobre Varona de 1941, incluido en el volumen Filósofos y problemas. Entre esos pensadores Romero menciona al uruguayo Carlos Vaz Ferreira, al argentino Alejandro Korn, al peruano Alejandro Deústua, al chileno Enrique Molina, al cubano Enrique José Varona y al mejicano Antonio Caso.

Con anterioridad sólo reinan los ecos de muchos movimientos europeos, entre ellos la escolástica, el cartesianismo, el empirismo inglés, Condillac, la ideología de Destutt de Tracy. La preocupación filosófica local gira principalmente en torno a los planes de estudio. La etapa que se inaugura con estos hombres, en cambio, constituye «una faena creadora o, por lo menos, una adhesión tan apasionada e individualizada a los diferentes puntos de vista, que sus representantes mayores merecen ya el nombre de filósofos en el pleno sentido de la palabra». Posteriormente, sobreviene una etapa que se conocerá como de normalización , es decir, una tarea más de la inteligencia, que atrae a los jóvenes y conquista lectores, etapa en que la filosofía coloniza a la inteligencia de América Latina.

Arturo Ardao, en su Introducción a Vaz Ferreira, destaca dos grandes facetas del pensador uruguayo: la del educador y la del filósofo. En la primera se desempeña con gran solvencia en los tres niveles tradicionales, primario, medio y superior. Interviene en la docencia directa, en la gestión directiva y en la teoría pedagógica con un aporte de observación y meditación inigualado. Sin embargo, esta faceta no habría sido tan fecunda sin el aporte del Vaz Ferreira filósofo, desde que toda su acción, pedagógica, profesional y cotidiana estuvo gobernada por una vocación reflexiva, crítica y constructiva, agudamente cultivada hasta en su vida íntima.

Si bibliografía es muy amplia. Comprende la edición de diecinueve volúmenes que aprobara el Parlamento uruguayo poco antes de su muerte, ampliada años después a veinticinco. Puede mencionarse su Curso expositivo de psicología elemental (1897), Ideas y observaciones (1905), Los problemas de la libertad (1907), Conocimiento y acción (1908), Moral para intelectuales (1909), Lógica viva (1910), Sobre la propiedad de la tierra (1918), Lecciones de pedagogía y cuestiones de enseñanza (1918), Estudios pedagógicos (1921 y 22), Sobre los problemas sociales (1922), Sobre feminismo (1933) y Fermentario (1938). Estas obras están muy al día con los problemas y conocimientos del momento de su aparición. Pero, además, contienen todas un aire de renovación e incluso de cambio en la forma de hacer filosofía que ganó para el filósofo montevideano un puesto único en el pensamiento de habla hispana.

Consideremos estas dos preguntas: "¿Es usted casado?" y "¿Usted es alto?". Ambas son preguntas sencillas, referidas a un mismo sujeto, que tal vez buscan su descripción. Sin embargo, existe una diferencia muy importante entre ellas.

En el primer caso se da lugar siempre a una respuesta tajante: "sí" o "no". En el segundo, puede presentarse una posibilidad intermedia: un "sí" a medias o un "no" a medias. "Soy de estatura mediana", por ejemplo, o "Ni muy alto ni muy bajo". Las respuestas del segundo tipo interesan desde hace un tiempo a investigadores que proceden del campo de la filosofía, de la lógica y de la tecnología. No quiere decir que ellos desprecien al primer tipo. Se interesan en particular por el segundo porque suponen un campo relativamente nuevo e inexplorado. La lógica, en realidad, atendió preferentemente a las preguntas del primer tipo, las que involucran respuestas en "blanco" o en "negro", por lo que se la puede llamar lógica blanquinegra.

En verdad, el problema es anterior a la lógica y nace con el mecanismo primario del lenguaje, que está formado por palabras y puesto que estas palabras están dotadas de significado. La palabra "casado" es diferente a "alto" no solo por tener diferente significado. Es también diferente a alto en lo que se refiere a ciertas propiedades semánticas intrínsecas. "Casado" es una palabra unívoca, por lo que da lugar a una sola interpretación, ya que no se puede estar casado a medias. Es una palabra denotativa o de un solo significado inequívoco. Por su parte, "alto" es una palabra multívoca, puesto que da lugar a más de una interpretación. Una persona de estatura mediana es alta con relación a una de estatura baja, y es baja en relación con otra de estatura alta. Es una palabra connotativa, puesto que da lugar a significados o matices de significados diversos.

LA REALIDAD "ES GRIS"

Ahora bien ¿por qué filósofos y lógicos contemporáneos se han sentido interesados por las preguntas del segundo tipo, es decir, por las preguntas con respuestas que admiten grados de significación? En todas las épocas se ha cuestionado el valor práctico de la lógica, sobre todo tratándose de la lógica formal, que se ocupa del valor de verdad de enunciados y predicados. Se observó que en la vida cotidiana las respuestas del primer tipo son menos frecuentes que las del segundo. Porque no todo es "blanco" o "negro", se decía; las cosas muchas veces son "grises" , un poco blancas y un poco negras. Por lo tanto, estudiar a fondo las oraciones que vienen a responder preguntas unívocas, dejando a un lado las polisemias, puede contener el riesgo de ignorar la mayor parte de la actividad lógica del pensamiento. Este problema alcanza ribetes de enorme interés cada vez que los filósofos incursionan por territorios ajenos a la lógica clásica.

Como si todo fuera poco, se ha establecido desde siempre que las respuestas o proposiciones de tipo "blanquinegro" se corresponden con la "razón", facultad superior de la especie humana. De manera que se produce la expulsión del resto de la actividad mental, aquella emparentada con las respuestas grises. En efecto, desde la antigüedad clásica se viene relacionando la lógica con la razón; la lógica deductiva con la expresión más depurada de la racionalidad. Se han establecido los valores de verdad y falsedad entre sus alternativas superiores, al observarse que nada puede ser verdadero y falso a la vez. Todo lo que pudiera ajustarse a graduación, a matices intermedios, a valores comprendidos entre esos dos famosos, adoptados como referencias polares, quedaba irremediablemente fuera de la lógica y, por tanto, fuera de la racionalidad. Entraba a formar parte de otro universo, llámese psicología, ética, axiología, arte, mito o emoción.

Desde hacía mucho, pues, se había estimado la posibilidad de establecer una lógica que fuera un poco más allá de la razón. Por ejemplo, una "lógica de los sentimientos". Una lógica que pudiera rendir cuenta de otras leyes, de ser posible dotada con otros formalismos, regida por principios y reglas fantasmales respecto de la lógica habitual. Aunque sea posible encontrar algunos atisbos de estas inquietudes en pensadores antiguos, griegos, megáricos y estoicos, medievales y renacentistas, comienzan a volverse una inquietud permanente a partir del siglo XIX, y estallan como una revolución en el siglo XX.

La historia de estas inquietudes revela momentos de intensa búsqueda y de gran creatividad. La lógica de los sentimientos, por ejemplo, encuentra un gran expositor en Théodule Ribot, quien publica La "logique des sentiments" en 1905. Y no se vea en esta iniciativa una deformación ni una degradación de la ciencia verdadera. Ribot fue uno de los primeros pensadores que intentaron con éxito la liberación de la psicología con respecto a las argumentaciones metafísicas. Su método fluye completamente ajustado al espíritu científico, dejando que sus conclusiones deriven de los datos suministrados por la experiencia. En esta obra, que se refiere a lo que el autor llamaba, «razonamiento afectivo», describe cinco formas de la lógica de los sentimientos, a saber, el razonamiento pasional, el razonamiento inconsciente, el imaginativo, el de justificación y el mixto.

En el correr del siglo, y a pesar del incontenible impulso que adquiere la lógica formal matemática, sobre todo a partir de 1910, volverán a aparecer aquí y allá las lógicas que, por derivación (lógicas por esto llamadas "extendidas" y "divergentes" ), escaparán del dominio estricto que había quedado estampado como canon en los famosos "Principia mathematica" de Russell y Whitehead. Llega tal vez a su momento culminante en 1917 cuando el polaco Jan Lukasiewicz concibe una lógica trivalente, es decir, una lógica que incluía un valor intermedio entre los de verdad y falsedad tradicionales y que, según creía, podía servir de base a la formalización de la lógica modal, esto es, ala lógica que trabaja con valores como "posible", "imposible" y "necesario". Hoy día se sigue intentando establecer esta lógica relativa a la emoción humana, aunque colide casi inevitablemente con la antropología filosófica. (1)

 

 

TENDENCIA HACIA LO CONCRETO

En las primeras décadas del siglo XX, pues, empieza a ensancharse el campo de las inv empieza a desarrollarucitensa bresestigaciones lógicas. Es un campo más amplio que el de la lógica; un campo que compete a la filosofía, a la psicología, a la antropología, a la lingüística, a la investigación científica, a la cibernética, y que se desencadena por vertientes disímiles, como la fenomenología, el positivismo lógico, el analitismo, el existencialismo e incluso la dialéctica, en tanto filosofía de la historia.

Un aspecto crucial de este avance, y que podría considerarse el denominador común de varias de sus pesquisas, es el que distingue entre lo abstracto y lo concreto. Muchos pensadores se vieron insertos en una verdadera "tendencia hacia lo concreto". Consiste en la indagación acerca de "las cosas mismas", sin generalizaciones, estereotipos o abstracciones. Pretende desembarazarse tanto de la lógica aristotélica del ser, que es sustancia y cualidad, como de la lógica racionalista moderna, apegada a la razón. Sintieron que la expresión de la realidad y de la verdad debía buscarse en lo particular del mundo y en lo individual de las criaturas. Si bien la lógica indaga entes abstractos o relaciones puras, generalmente fuera del espacio y del tiempo, ahora, bajo el influjo de la tendencia mencionada, busca también una formulación concreta, cuya correspondiente formalización, de todos modos, no alcanza jamás.

Se extiende extraordinariamente, sin embargo, en el campo discursivo y especulativo, hasta tal punto que hacia mediados del siglo XX no hay filosofía de peso que no se ocupe de ella, o en ella no se inspire. Su fundamento no está en el ser ni está en la razón; está en un dominio que abarca al ser y a la razón, una circunscripción más amplia que se corresponde con el total de las facultades humanas y que algunos llaman intuición, otros razón vital, otros imaginación, otros pensamiento común, otros pensamiento salvaje, pero que podía llamarse, sencillamente, "inteligencia" stricto sensu, en el sentido que comprende a la totalidad del sentir, del pensar y del hacer del hombre.

En la primera década del siglo Charles S. Peirce había afirmado, refiriéndose a la vaguedad de los significados, que «me dispondría a tirar por tierra cualquier definición de silla o de sillidad que quisiéseis darme». En los años veinte Bertrand Russell había hablado de que «todo es vago, en un grado del que no te das cuenta hasta que intentas precisarlo». . Y en 1937 Max Black sostenía que «la vaguedad de la palabra silla es típica de todas las expresiones cuya aplicación implique el uso de los sentidos». Estaban sentando las bases de lo que se llamó lógica borrosa. Un científico llamado Lofti A. Zadeh, que en 1965 había publicado un artículo titulado "Fuzzy Sets" y que hoy es considerado el fundador de la "lógica borrosa", escribía: «La lógica clásica es como quien va a una fiesta vestido con un traje negro, una camisa blanca almidonada, una corbata negra, zapatos lustrosos, etcétera. Y la lógica borrosa es un poco como quien va vestido informalmente, con vaqueros, camiseta y zapatillas. En el pasado esta ropa informal no habría sido aceptable. Hoy es la otra manera que hay de vestir». (2)

La tendencia a lo concreto tiene que ver con las respuestas grises, vale decir, con las cosas cotidianas. El investigador se aproxima a ellas cuando se enfrenta a las situaciones particulares y especificas de la vida, con respecto a las cuales no hay un sí o un no rotundos. Se trata de "cuestiones de grado", como las llamó Carlos Vaz Ferreira. Cuestiones que pueden conducir imperceptiblemente a la exageración, al trueque de significados, al descarte de alternativas allí donde actúan complementariamente; en fin, al error. Por cierto que la lógica había estudiado los "sofismas", desde los tiempos de Aristóteles. Pero los había estudiado como si esos errores o paralogismos se cumplieran modélicamente, como si respondieran al uso inadecuado de un instrumento también modélico.

 

 

LA LÓGICA VIVA

Antes de proceder a la formalización, pues, se vuelve necesario practicar una corrección severa de los términos del lenguaje. Es preciso practicar un «análisis reflexivo del significado de las frases», como afirma Carlos Vaz Ferreira. (3) «Lo que la lógica clásica ha postulado es: primero, que la connotación de cada palabra es suficientemente precisa, fija, permanente y clara en sus límites, como para que pueda decirse en todos los casos si los seres entran o no entran en las clases que determinan esas palabras; y, segundo, que hay, o se pueden crear, tantas palabras, como para que todos los seres y fenómenos puedan ser nombrados con absoluta adecuación», (4), agrega. «La primera de las actitudes malas y viciosas, que es precisamente la más común en los hombres, es tomar las clasificaciones vagas como si fueran clasificaciones precisas; tomar, por ejemplo, las clasificaciones de la medicina, o de la psicología, o de la pedagogía o de la sociología, como si fueran clasificaciones matemáticas». (5). Sobre estos supuestos Vaz Ferreira establece la base de sustentación de su nueva lógica, una lógica de las respuestas grises, circunscripta a toda la actividad mental, que supone tener en cuenta los aspectos psicológicos, emocionales, éticos y racionales. Una lógica de la inteligencia, como la ha llamado el doctor Arturo Ardao (6) que, urgida por efectuar una crítica del lenguaje corriente, se desentienda perentoriamente de lo formal para ubicarse en el nivel de lo concreto. Es necesario, afirma Vaz Ferreira, «llegar a la conclusión de que debe haber algún punto, algún grado que sea el más conveniente o el más adecuado. Pero, ¿cómo puede resolverse cuál es ese grado? Únicamente por la experiencia. Bien... Pero como en la vida práctica la experiencia en muchos casos no es posible, o no está a nuestro alcance, o no es cómodo realizarla, o no se ha realizado, sencillamente -faltando la experiencia nos encontraríamos completamente desarmados en estos casos de grados, si no tuviéramos lo que se puede llamar el instinto empírico, esto es, una especie de instinto que sale de la experiencia general, que es como un resumen y concentración de la experiencia, y que nos indica más o menos, que nos hace sentir aproximadamente cuál debe ser aquel grado más justo». (7)

En estas pocas líneas queda delimitada una estrategia crítica que reúne los instrumentos fundamentales de la lógica vazferreiriana: la sospecha acerca de la precisión lingüística, la apelación a lo concreto y en su lugar el "instinto empírico" o condensación de la experiencia, que permite aproximar el grado adecuado. (8) Como se apreciará, no fue posible evaluar esta semántica lógica en la época en que la esbozó su autor por primera vez, en su ensayo "Un paralogismo de actualidad", de 1908, ni en la época de la edición de "Lógica viva", en 1910. Sin embargo, se adelantaban en estas obras muchos de los supuestos básicos de la lógica que habría de despuntar en Europa después, y de la lógica borrosa primeramente impulsada por el artículo de Max Black en 1937 (cuya novedad, sea dicho de paso, no fuera atendida del todo en su momento, hasta que Zadeh insistiera en ella hacia 1965).

La lógica borrosa, una lógica que con posterioridad habría de modificar la manera de diseñar la tecnología electrónica, tiene un núcleo común con la lógica viva. Se trata de que opera con los significados de las palabras en términos de grados. Para volver al caso de la palabra "alto": «el ser alto, como la mayor parte de las propiedades del mundo, es una cuestión de grado. Crece con la estatura", afirma el filósofo norteamericano Bart Kosko. «Una curva representa ese cambio suave. Una línea continua nunca puede hacerlo. Se trata del avance que proporcionan los conjuntos borrosos: que ligan palabras a curvas. (9). Con esto se contribuye a describir un campo de actividad lógica totalmente diferente al de la lógica de la precisión, del blanco y negro, o lógica matemática tradicional. Esta trabaja con la precisión del número o entidades abstractas exactas. Aquella, con la vaguedad o borrosidad de las palabras, que tienen la misión de poner en el plano de la operatividad mental la realidad imprecisa del mundo real.

Está de más decir que Vaz Ferreira nunca se enteró de la vinculación de sus novedosas reflexiones y descubrimientos con este desarrollo posterior de la lógica. A pesar de que fueran contemporáneas, la lógica borrosa y la lógica viva no tuvieron el gusto de conocerse. No existe documentación que pueda comprobar el conocimiento por parte de Vaz Ferreira de los antecedentes inaugurales de la nueva lógica, ni aun del despliegue europeo de la filosofía lingüística, aficionada al estudio de las imprecisiones del lenguaje, con Ludwig Wittgenstein a la cabeza. El primer uruguayo que intentó un acercamiento entre el filósofo austríaco y Vaz Ferreira fue Carlos Benvenuto, el 6 de diciembre de 1963, en el curso de la discusión que se llevó a cabo después de una exposición de Juan Luis Segundo sobre Berdiaeff. Acota Benvenuto que «Acaso el neopositivismo sea un muy plausible desarrollo hasta cierto punto muy feliz pero nada más que hasta cierto punto de las exigencias que inspira todo buen capítulo de una lógica viva o lógica hacia lo concreto sobre la falsa precisión. Le inspira una preciosa y muy higiénica exigencia de rigor. Es la obligada asepsia del lenguaje, diríamos con Vaz Ferreira». (10).

La lógica que ocupa a Vaz Ferreira es aquella que solo puede encontrarse en la actividad plena del pensamiento y del lenguaje. Federico Mauthner,

otro filósofo austríaco, también había hecho una sutil observación, en 1901: «La parte que nosotros llamamos Lógica, y que acostumbramos a considerar como el fundamento granítico de nuestra ciencia, puede derrumbarse lo más callada y prontamente, como un castillo de naipes. Bien puede ligar la lógica a los espíritus humanos; pero no porque posea una ignorada y sobrenatural fuerza, sino porque ella, con juicios y llaves y métodos, se encuentra, dentro completamente, hasta en el más primitivo concepto o voz, y porque estas voces y estos conceptos solo llegan a tener un valor cuando corren entre la gente, cuando ligan a la gente». (11) Llama la atención que este agudo aserto no estuviera en el conocimiento de Vaz Ferreira. En cambio, estaba al tanto del espíritu de la época, por así decir, de una tendencia que advierte quizá a través de sus lecturas y que estampa en el prólogo de su "Lógica viva ": «Esto es algo que hoy flota en el ambiente... se trata ... del cambio en el modo de pensar de la humanidad, por independizarse esta de las palabras». Solo cuando se hace conciencia de su uso es posible establecer una crítica o «reflexión» sobre el lenguaje. Esta crítica, que incluye el examen de los significados y de sus concatenaciones e intríngulis sintácticos, es el fundamento de la nueva lógica. En un segundo nivel jerárquico, esta lógica examina el razonamiento. Esto último, a su vez, implica parejamente el estudio de los significados, el de los significados en sus articulaciones grupales (morfemas y sintagmas, incluidas las tradicionalmente llamadas "oraciones"). Pero también el de su sintaxis pura, por lo que, por más que se trate de una lógica no formal, puede eventualmente orientarse por la lógica formal en cuanto estudio de las constantes lógicas y de su operativa sistémica en torno a la verdad y a la falsedad de los enunciados.

LÓGICA INFORMAL

La lógica viva, por tanto, no es una lógica formal, puesto que esta se ocupa solo de las formas, independientemente de los significados. Es una lógica no tradicional, en el sentido de que no busca la formalización sintáctica, como la lógica matemática. Se ha atribuido a la lógica viva un parentesco con la lógica informal . Esta denominación es una contradicción flagrante, puesto que el objeto de la lógica es la forma. La lógica formal estudia los lenguajes formalizados, y estos son lenguajes cuyas propiedades se establecen mediante el lenguaje común. Es así que se enumeran principios, axiomas, reglas de inferencia, teoremas, que sirven al cálculo, con el objeto de fijar los valores de verdad de enunciados, predicados, clases y relaciones. La lógica, pues, es la ciencia de los lenguajes formalizados. Sin embargo, se ha dado en llamar "lógica informal" a cierto tipo de estudios lógicos dado en llamar lbros palabras, de nguajes formalizados son aquellos lenguajes cuyos significados que dejan de lado algunos principios básicos de los lenguajes formalizados, como el de no contradicción que, como se ha visto, viola su mismo nombre.

En términos muy generales, se trata del estudio de los argumentos, principalmente cuando están destinados a persuadir a sus destinatarios. El órgano de esta ciencia nueva, si tiene uno, no está consolidado. Se conocen tres clases de desarrollos y tres tipos de objetivos diferentes. El primero se centra en el problema de las falacias, por lo cual estudia cómo se producen, con cuáles consecuencias, etcétera. El segundo se circunscribe al estudio del diálogo, con lo que se ocupa fundamentalmente de la comunicación. Y el tercero toma como objeto la retórica, esto es, los instrumentos programados para despertar determinados estados y emociones en la audiencia.

La lógica viva, confrontada a esta lógica apenas esbozada aquí, respondería a un esfuerzo de singular refinamiento que abarcaría las tres clases de finalidades. Pero se advertirá que no se propone crear una nueva disciplina, y aun menos explicar metalingüísticamente sus propiedades, fuesen formales o informales. Vaz Ferreira nunca enumeró los procedimientos; se limitó a sugerir algunos rasgos, como el muy vago de "instinto empírico". Que se dedica a estudiar el pensamiento en vivo, por decir así, lo demuestra la variada selección de ejemplos, tomados de la vida real, que fomentan sus observaciones y consecuentes análisis, en los que se prodiga su obra de 1910. Está por caracterizarse todavía el ingente y precursor esfuerzo del sorprendente filósofo montevideano.

REFERENCIAS

[1] Véase, por ejemplo, "Lógica del sentimiento, ensayo de una antropología filosófica", de Juan F. Porras Rengel, Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, 1995.
(2) Véase Bart Kosko, "Pensamiento borroso", Crítica, Barcelona, 1995.
(3)Carlos Vaz Ferreira, "Los problemas de la libertad y los del determinismo", Edición Homenaje de la Cámara de Representantes, Montevideo, 1963, p. 123.
(4) Carlos Vaz Ferreira, "Lógica viva", Edición Homenaje de la Cámara de Representantes, Montevideo, 1963, p. 24
(5) Obra citada, p. 233.
(6) Arturo Ardao, "Lógica de la razón y lógica de la inteligencia", Biblioteca de Marcha y Universidad de la República, Montevideo, 2000, capítulo IV.
(7) "Lógica viva ", obra citada, p. 247.
(8) Se tendrá en cuenta que el "instinto empírico" no sustituye a la razón: «este instinto empírico no viene en lugar del razonamiento, sino además del razonamiento. En gran parte de las cuestiones que discutimos en la vida, el razonamiento interviene con esa función y con ese alcance», "Lógica viva", pp. 247 y 248.
(9) Bart Kosko, obra citada, p. 146.
(10) La exposición de Segundo y la discusión posterior se conserva en el "Boletín de la Sociedad" Uruguaya de Filosofía , Montevideo, 1965, Nº 1 ( neopositivismo alude a Wittgenstein).
(11) Federico Mauthner, "Contribuciones a una crítica del lenguaje", Daniel Jorro, Madrid, 1911, p. 70.


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