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Mundanalia Una tradición africana
Sexualidad y muerte han despertado siempre la inquietud de la humanidad. Psicoanalistas, antropólogos y sociólogos han mostrado gran interés en el tema de la sexualidad en Medio Oriente, pero hoy en día son politólogos, periodistas y asociaciones internacionales, quienes cada vez más develar ante el mundo, acciones que atenyan contra los derechos humanos universales.
El fenómeno en Egipto Es lo que ocurre actualmente en Egipto, un país convulsionado y altamente iletrado en el que es extremadamente difícil obtener estadísticas confiables. La Organización Egipcia de Derechos Humanos sostiene que son 3600 las adolescentes por debajo de los 16 años que son sometidas a la circuncisión diariamente. Parecería ser que en el entorno del 80 % de las mujeres egipcias de zonas rurales y pertenecientes a los estratos menos educados de la sociedad, ha pasado por el ritual de la cincucisión. En las ciudades, si bien las cifras no son claras, el porcentaje disminuiría, aunque no sensiblemente. Desde el punto de vista de la tipología médica, la circuncisión femenina se ha categorizado en tres clases: extirpación de todo o parte del clítoris, extirpación del clítoris con todo o parte del labio menor genital, y extracción del clítoris con todo o parte del labio menor e incisión del labio mayor, dejando un pequeño orificio para los fluídos de la zona. La primera mencionada, extirpación del clítoris, es la práctica más común en Egipto y una de las principales causas manifiestas que la sustenta es que, de no llevarse a cabo, esas mujeres son socialmente rechazadas. La circuncisión en el hombre se lleva a cabo prácticamente en la totalidad de los casos y se relaciona con la religión, hábitos de higiene y prevención de ciertas enfermedades. Según médicos especialistas, las consecuencias en el hombre son mucho menos impactantes dado que existirían mayores bases válidas que fundamentan la práctica; no así en el caso de la mujer. Es interesante comprobar que la circuncisión femenina no es una costumbre islámica; en Arabia Saudita no se practica en absoluto, mientras que en países como Egipto, Etiopía, parte de Libia y Sudán, es muy frecuente. La costumbre es africana y en Egipto adquiere fuerza desde la época faraónica como fenómeno cultural. Se transmite prácticamente sin cuestionamiento y es esta falta de cuestionamiento, es decir adoptar una práctica como parte de una cotidianeidad, lo que muestra la fuerza de la misma. Las razones que explicarían la circuncisión femenina son en esencia culturales, entendiendo por "cultural" a todo un sistema de valores, creencias y sistemas implícitos o explícitos con el que se maneja una sociedad determinada. El Dr. Sherif Hamza, reconocido Master en ginecología y obstetricia, de nacionalidad egipcia y formado en Alemania, se remite a una investigación que se realizó en barrios egipcios en el mes de julio por parte de una organización no gubernamental, en la que se relevó que el 80% las prácticas se realizan por tradición, el 10% por la valoración de la castidad sexual (asociada en el imaginario social, a la circuncisión), el 8% por religión (a pesar de que ésto, tal como lo señalamos, no se correspondería con la realidad, dado que ninguna religión se refiere a la circuncisión femenina como deseable) y el 6 % por razones de higiene. Desde otro nivel de lectura, este fenómeno puede verse como una forma de control o dominación social, si nos remitimos a un plano de lectura ideológica. La creencia de que una mujer no puede tener control sobre su libido ni sobre su comportamiento en sociedad sin la circuncisión está altamente arraigada en la sociedad egipcia. Se relaciona asimismo con la fantasía de controlar el deseo sexual en una sociedad altamente competitiva, en procura del hombre. (Se debe agregar en tal sentido, que es una práctica en general, realizada por una mujer hacia otra mujer; tradicionalmente no intervenían los hombres) .Al describir el fenómeno, S. Hamza señala: "Existen diversas complicaciones que derivan de la práctica. Cuando son las parteras o comadronas del barrio quienes con tijeras o navajas sin esterilizar hacen la circuncisión, nos encontramos ante casos que pueden llevar a la muerte. En general, raramente administran anestesia y casi nunca hay prescripción de medicación post-operatoria". "Hay médicos que llevan a cabo la intervención considerándola más que una 'mutilación' (como se ha dado en llamar por algunas Asociaciones de Derechos Humanos), una 'cosmética femenina' ", cita "Egypt Today" (revista de investigación), agregando que constataron que tales médicos están convencidos de que deben realizar la intervención porque su responsabilidad es responder a las necesidades de la comunidad y por lo tanto, entienden que sus sentimientos o pensamientos al respecto deben dejarse de lado. Ultimamente hay más simposios locales que alertan a los médicos sobre las complicaciones ginecológicas y obstétricas: hemorragias, severos dolores, riesgo de infecciones, anemia, "shock" y en algunos casos de negligencia, consecuente infertilidad o muerte. Las consecuencias bio-psico-sociales posteriores también son indiscutibles: disminución del placer sexual y del orgasmo propiamente dicho, aumento de temores vinculados a la menstruación, embarazo y parto, y problemas maritales diversos dada la insatisfacción que trae aparejada. Existen asimismo algunos estudios que correlacionan el insumo de drogas como el hashish (en la práctica, altamente institucionalizado en Egipto), con la insatisfacción en el núcleo familiar vinculada a "esta distorsión" de lo que podríamos llamar, el natural curso de las relaciones sexuales maritales.
En el marco socio-cultural Cathriona Sawki, especialista en preparación para parto y puerperio con clínica particular de El Cairo, comenta: "Hay muchos temas que acá son tabú; los grupos de embarazadas con los que trabajo para abordar temas de parto y puerperio, me sirven muchas veces de excusa para referirme a la sexualidad en general, tratando de desmistificar y despejar ignorancias sobre el cuerpo y las funciones del cuerpo." C. Sawki sostiene que más que juzgar a la circuncisión, hay que primero, tratar de entenderla en el marco socio-cultural en el que se inscribe. Y ésto implica, por ejemplo, los siguientes valores o códigos la soltería de la mujer es "mal vista" (en especial a partir de los 20-25 años, en las ciudades), no haber sido intervenida en circuncisión disminuye las posibilidades de matrimonio, el mito de la virginidad es altamente valorado, no poder tener hijos implica un estigma descalificante, el rol de "ama de casa" es inexorablemente, inherente a la condición de mujer. Es sabido que Egipto está atravesando un período de corrientes encontradas hasta la paradoja: por un lado, un fenómeno de occidentalización intenso y quizás en parte, precisamente como contrapartida, un fundamentalismo que ha traído atentados y mayor conservadurismo con "vuelta de costumbres islámicas" (el uso del velo en las mujeres por ejemplo, prácticamente no existía entre 1950 y 1970 en Egipto). Zeinab al-Ghazali al-Jubeili (fundador del movimiento de Hermandad Musulmana, considerado fuera de la ley por el Gobierno en 1969), señaló que aquellas mujeres que no eran concientes del Islám y sus leyes por la intensa colonización occidental, están aprendiendo acerca de su religión ahora. El tema es discutido y lo que se ve en las calles de El Cairo es precisamente un amplio rango de estilos de vestir, hablar, pensar, inhibirse o seducir. El Dr. S. Hamza considera que entre el 10 y el 20 % de las mujeres egipcias estarían prácticamente dentro de los parámetros de la mentalidad occidental, aunque con mayor inhibición para preguntar sobre sus propios cuerpos, con menor libertad sexual y con gran peso de la familia tradicional. Mientras muchos estudiosos de la cultura oriental hacen énfasis en aspectos tales como el sometimiento de la mujer, la dependencia y dominación que se ejerce sobre la misma, el Dr. S. Hamza adopta una actitud más ecléctica ya que al analizar las estructuras de autoridad de la sociedad egipcia actual, los vectores en tomas de decisiones, los símbolos culturales y los sistemas de derechos y obligaciones, concluye que el fenómeno del entramado relacional es mucho más complejo de lo que generalmente se supone. Al respecto, señala: "Los hombres egipcios muchas veces comentan que son sus mujeres las que los dominan. Las mujeres son los pivotes de las actividades cotidianas de la vida, tienen la oportunidad de manejar directa y, sobretodo, subrepticiamente la información sobre la cual son los hombres los que supuestamente toman las decisiones ... Quizás lo que plantea una mujer occidental en forma directa, lo consigue la mujer oriental a través de caminos indirectos o interfugios. Hay muchos mitos sobre cómo es el funcionamiento social acá, en Egipto. La poligamia por ejemplo, actualmente es poco frecuente y casi nula en sectores cultos. Pero este funcionamiento occidentalizado implica un porcentaje de la sociedad, el 20%; en la gran mayoría, en especial clases bajas o incultas, es verdad que priman criterios claramente machistas que dominan sobre los derechos de la mujer. A mi entender, es muy difícil que ésto cambie realmente."
Sobre creencias, mitos y realidades Tal como se señaló, la intervención en la mujer se lleva a cabo en clases sociales poco educadas, lo que es mucho decir en una sociedad que tiene un índice de analfabetismo que se estima en un 60 o 65 %. El rango de edades en el que se realiza "el acontecimiento" (tal como es denominado por la gente) es entre los 8 y 12 años de edad. "Egypt Today" constató un dato interesante: aún las mujeres que manifiestan que la experiencia es traumática, la planifican igualmente para sus hijas. Consultamos al Dr. S. Hamza a este respecto y opina que, por un lado, la fuerza de la internalización de la práctica lleva a "no poder evitarse" y por otro lado, explica también el hecho efectuando una comparación con el fenómeno psicológico que lleva a las víctimas a tratar de hacer a otros, lo mismo que les han hecho a ellos (en una especie de "retaliación", agregaríamos nosotros). La intervención es sentida como una obligación que se impone implícitamente por las redes sociales de la cultura y se transmite de generación en generación. Tal como se señaló anteriormente, la creencia de que la circuncisión femenina disminuye la posibilidad de "descontrol en el comportamiento" por estimulación o sobre-estimulación sexual, si bien no científicamente probada, es una de las mayores creencias internalizadas en la sociedad egipcia. Además, las mujeres consideran que se "sacan algo sucio, enfermo e impuro" y, aunque no sea así, "no puedo dejar que estas niñas anden por ahí con un salvaje apetito sexual que las inhabilitarán para cualquier hombre de bien", dicen muchas madres. Incluso "al mejor estilo freudiano" (si se nos permite la expresión) existe la creencia popular manifiesta, de que el clítoris crece con los años y se convierte en "algo parecido al pene del hombre"; para poder casarse, por lo tanto, hay que cortarlo. La circuncisión es uno de los eventos vitales fundamentales de la sociedad egipcia que se suma a la trilogía: nacimiento, casamiento y muerte. Habiendo publicado diversos ensayos sobre el tema, el Dr. S. Hamza coincide que el soporte explicativo religioso es un mito. "El consenso de la comunidad religiosa sostiene que no hay texto que explicite recomendaciones o prohibiciones sobre la circuncisión femenina. Los coptos-cristianos también efectúan la práctica a sus hijos. Es una costumbre esencialmente faraónica y viene de Africa; prevalente tanto entre la población musulmana como cristiana de las todas las naciones de este continente." Ana Shaw
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