Freud-Lacan: ¿qué relación?
Ma. Amelia Castañola
La inscripción de Lacan en Freud, no deja de suscitar dificultades y confusión. El texto de André Green (publicado en relaciones, Nº 180), más allá de la virulencia del estilo, habla de esa situación. Situar al psicoanálisis como una clínica de lo particular, en donde el método se instaura a partir de un decir singular, hace posible encontrar ese punto en donde una enseñanza y otra se ligan al tiempo que se separan.
¿De qué se trata en esta separación? Afirmamos que de una re-articulación.
"Hay tres dimensiones en el espacio habitado por el (ser) hablante, y esas tres di-mansiones, (1) tal como las escribo, se llaman el Simbólico, el Imaginario y el Real" (2). Lacan las llamó "mis tres" e indicó que no eran los tres de Freud. Esto no impidió que declarara, en una de sus últimas intervenciones : "Uds. sean lacanianos, si quieren. Yo, yo soy freudiano" (3).
El objetivo de este texto, es avanzar algunos elementos que permitan situar, en el campo compartido por Freud y Lacan, una cierta articulación.
Invención e instauración
El campo del psicoanálisis fue inaugurado por Freud cuando puso en funcionamiento lo que llamó la regla fundamental y produjo una forma inédita del decir. "Fundamental "es a leer de manera textual, es decir que esta regla, como lo indica el texto de Freud, hace al fundamento mismo de la práctica que así inventó . La regla fundamental es reconocida por Freud como el elemento disparador del dispositivo analítico. A partir del momento en que la libre asociación se despliega, las formaciones del inconsciente, en la transferencia, comienzan a jugar.
Es en y desde el "diga lo que se le ocurra ", que se instala para Freud la certeza de que lo que ahí surgirá será algo que, más que dicho por el sujeto, al sujeto lo dirá. La puesta en juego de esa regla llevó a una manera nueva de recibir ese decir : "Atención permanentemente flotante" señala Freud, es la actitud adecuada (es decir la que se adecua) para quien está en posición de escuchar. Freud pone particular cuidado en señalar que se trata, para quien escucha, de deshacerse de todo tipo de expectativas y de eliminar toda reflexión (4). Importa subrayar que este señalamiento freudiano permite separar al psicoanálisis del campo médico, dado que la voluntad de curar es algo también a evitar. Ha de notarse que la curación se sitúa, en la experiencia analítica como "un más", suerte de efecto secundario, que sin duda es deseable, pero que no se trata de buscar.
Lacan va a señalar que ese decir de Freud, funda un nuevo discurso y, por lo tanto, un nuevo lazo social. El concepto de discurso ha de entenderse en términos de estructura, es decir como un conjunto de reglas que articulan previamente toda relación. Este conjunto de reglas, al menos esa es la apuesta del psicoanálisis, se articulan desde y a través del campo del lenguaje que regula relaciones estables en el interior de las cuales se inscribe el decir.
El caso: lugar de inscripción
Ahora bien, ¿cómo es posible situar, en relación a ese método instaurado por Freud, la inscripción de Lacan ? Seguiremos aquí la propuesta que nos presenta Jean Allouch en su libro "Freud y después Lacan" (5) . Freud, nos dice, al igual que Descartes, no procede por inducción, sino por deducción; su método es deductivo . Es sabido que desde los inicios del psicoanálisis se constituyó un "público", en el seno del cual los casos clínicos de Freud y sus primeros discípulos - siguiendo ciertas reglas - no cesaban de circular. Estos casos fueron el lugar por excelencia de enseñanza y teorización. Lacan aislará ese aspecto de la práctica freudiana, centrada en el caso y regulada por el caso y lo identificará como siendo el meollo del descubrimiento freudiano. Lo esencial de la experiencia instaurada por Freud reside, para Lacan, en ese punto central: haber reconocido la dimensión, el alcance y la función de ese decir particular. Es en el caso como lugar referencial donde podemos situar la inscripción en Freud de Lacan. "(...) en la reconstitución completa de la historia del sujeto, está el elemento esencial, constitutivo, estructural, del progreso analítico. Creo haberles demostrado que Freud partió de ahí, que para él siempre se trataba de la aprehensión de un caso singular, y esto es lo que valorizó el análisis de cada uno de sus cinco grandes psicoanálisis (...), y es eso lo que resulta verdaderamente lo esencial, su progreso, su descubrimiento, en la manera de tomar un caso en su singularidad" (6) "(...) el psicoanálisis es una práctica subordinada por vocación a lo más particular del sujeto (...)" (7).
El sujeto como efecto a descifrar
¿A qué aspecto del sujeto, el psicoanálisis está destinado a quedar subordinado? Desde la obra de Freud, la respuesta se impone: al inconsciente. Esta dimensión del inconsciente, Lacan la identificará a un saber, siendo ese saber del inconsciente, "nuestro único lote de saber ". No hay otro saber en juego para el psicoanálisis fuera del inconsciente . "El inconsciente es un saber con el cual el sujeto puede descifrarse. (...) El sujeto tal como lo constituye el inconsciente"(8). El sujeto, en tanto producido, está constituido en el campo de un inconsciente que es lenguaje. A este inconsciente "estructurado como un lenguaje", Lacan lo llama también el campo del 'Otro'. El Otro como el lugar en donde surge el significante y por lo tanto el sujeto como efecto. Entonces son esos significantes, en juego para cada sujeto, a los que la interpretación -dejando fuera la cuestión del sentido- apuntará a localizar. Que analizar pase por descifrar, es una operación que no resulta difícil de encontrar en Freud. En efecto ¿de qué otra cosa podría tratarse, por ejemplo, en la cura del "Hombre de las ratas" si no de un desciframiento?
¿Qué otra operación sería la que ordena ese trabajo, que parte del análisis del "gran temor obsesivo" y desemboca en el "complejo paterno y la solución de la idea de las ratas"? Vemos a Freud cercando el relato del suplicio de las ratas. Lo va persiguiendo a la letra, letra a letra. Tomando la palabra ratten en su literalidad, desemboca en los significantes reprimidos Spìelratte, Raten, heiraten desplegándose así la inteligibilidad de la cura. El tratamiento del decir del sujeto en su dimensión puramente significante, por fuera de la dimensión del sentido, hace posible a Freud establecer la "traducción" de las "representaciones obsesivas", y dar a toda la producción delirante una solución. Podemos decir que nos encontramos con una puesta en acto de una operación, sin que se llegue, en el texto freudiano, a una formalización. "Freud inventa un método de recibimiento, de tratamiento y de investigación de lo que en otro lado se encuentra catalogado como enfermedad mental. En él el paradigma es el caso, como Wittgenstein, ha encontrado un nuevo cálculo, pero no ha puesto a nuestra disposición el simbolismo que le correspondería" (9).
"Es porque partió de un punto de Arquímedes que no estaba en Freud, a saber el Yo como pura identificación especular a la imagen de un semejante, que Lacan leyó el significante en el paradigma de Freud, en los casos de Freud y no en la teoría freudiana puesto que la noción de representación, precisamente, amalgama y hace indistinto en ella lo que es del simbólico de lo que es del imaginario" (10).
La formalización
Siguiendo este mismo hilo, Lacan coloca su enseñanza en relación a la enseñanza de Freud. Plegándose a lo que no puede no escuchar en Freud, Lacan situó su enseñanza como "un segundo paso", un segundo tiempo que fue necesario para llegar a producir esta formalización. Lacan ubicó tres momentos en su propio recorrido. Partiendo de la priorización de la dimensión del Imaginario, pasa, en un segundo tiempo,a poner el acento en el Simbólico, para finalmente, restituir en su verdadero lugar al Real. Así, en 1953, momento en que Lacan introduce su ternario, se trata principalmente de distinguir Simbólico e Imaginario. Veinte años después de la primera aparición de RSI, Lacan aún afirmará que es necesario que las dos dimensiones de Simbólico e Imaginario, se completen con aquella del Real. Lacan habló del Real en términos de bautismo, del que dijo que si no existiera habría que haberlo inventado y que por eso, lo inventó, es decir lo nombró. Ese Real, también lo denominó el imposible, la imposible inscripción, lo que, justamente, no cesa de no escribirse. ¿No es el imposible, una denominación apropiada para nombrar aquello con lo que se topa la interpretación, cuando choca con el "ombligo" del sueño? ¿ o para situar esa afirmación de Freud de que la interpretabilidad encuentra un límite, un punto último más allá del cual no hay más posibilidad de interpretación, sin que por lo tanto pueda cerrarse toda la producción en un último eslabón? No es por fuera de ese lugar indicado por Freud, que Lacan va a situar la dimensión del Real . La situará como un encuentro, como el encuentro con algo esencial que el psicoanálisis ha descubierto, un encuentro que sólo puede fallar.
La preocupación por la formalización, por la producción de escritos, que van desde los grafos, esquemas y matemas, hasta la topología de los nudos (a la que da estatuto de escritura) atraviesa, de punta a punta, toda la enseñanza de Lacan. Se trataba de inscribir, de escribir a modo de matema, aquello que, a partir de un cierto tratamiento del texto, podía desprenderse como lógica. Escribir una matemática, la matemática de Freud, que situable en la lógica de su discurso, no se la encuentra sin embargo producida como tal en su obra.
"Borromeización" y nuevo paradigma
Allouch avanza que, al dedicarse a resolver matemáticamente la ternarización de sus tres dimensiones, Real, Simbólico e Imaginario, Lacan da su paradigma al psicoanálisis (11). La aplicación al psicoanálisis del concepto de paradigma, fue objeto de crítica por parte de Renato Mezan. En su artículo "Y a-t-il des paradigmes en psychanalyse?" ("¿Hay paradigmas en psicoanálisis?") (12), el autor plantea que la noción de paradigma, perteneciente al campo de las ciencias, no se pliega a las especificidades del psicoanálisis. Este presentaría una pluralidad sin equivalentes ni en el campo de las ciencias naturales, ni en la filosofía. ni en la historia. Se impondría -dice- para el campo analítico, el desarrollo de una epistemología regional. Mantendremos, a pesar de esto, la línea de trabajo de Allouch, dado que permite situar de manera pertinente, a nuestro entender, la articulación Freud-Lacan. Definir si se trata de la producción del paradigma del psicoanálisis o si estamos frente a una producción regional, es punto demasiado importante para tratarlo de manera tangencial. La discusión queda planteada y por el momento no iremos más allá.
La instauración del paradigma por parte de Lacan corresponde al tiempo de la borromeización de RSI. (13). Es en ese momento que va a lograr, finalmente, articular sus tres, de manera tal que excluya el dos mas uno, del que no había podido zafar hasta entonces.
En relación a esta afirmación de que, de Lacan a Freud, hay producción de paradigma, aislaremos tan solo algunos elementos. No presenta dificultades admitir que el ternario RSI, no está como tal en Freud . Es una operación de Lacan, la de someter el texto de Freud a la disciplina de sus tres. En ese punto, Lacan se propone como sustituto de Freud. A través de ese movimiento, lo desplaza. Esta posición de Lacan hace a la particularidad de su relación a Freud. Nos encontramos entonces con una operación de sustitución. Freud podrá desde entonces leerse desde ahí, abriendo la cuestión de cuál habrá sido (el tiempo verbal utilizado apunta a dar cuenta de la dimensión de après-coup) su paradigma. En este a posteriori, en este segundo tiempo de lectura, lo que aparece, desde Lacan, es que lo que habrá hecho paradigma en Freud no fue su teorización, sino lo que él llama el caso. Lacan dirá que su lectura de Freud lleva el caso al paradigma. "Esta fórmula da el exacto tenor de su articulación a Freud" (14).
La situación hoy
Queda planteado entonces, que el psicoanálisis fue inventado por Freud cuando descubre el inconsciente. En Lacan la experiencia iniciada por Freud encuentra su escritura, a través de un trabajo crítico que coloca el texto freudiano a prueba de su propia lógica. Se abre desde entonces un espacio, que es producto de la obra de Freud y de la enseñanza de Lacan. No es por fuera de ese espacio que el psicoanálisis lacaniano, y quizás no sólo el lacaniano, puede hoy inscribirse.
Referencias (1) Di-mansion, es la manera en que Lacan, a
través de la escritura, sitúa lasdimensiones como
habitando el decir. |
Orbe Freudiano Artículos publicados en esta serie: (I) Psicoanálisis en el tiempo (J. B.
Pontalis, Nº 112) |
Volvamos al comienzo del texto
![]() Portada |
© relaciones Revista al tema del hombre relacion@chasque.apc.org |