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  Deporte y Salud

La prescripción de Ejercicios Aeróbicos

 

Introducción

Dado que la inactividad prevalece en la mayor parte de la población, hay consenso en que se mejoraría mucho ese aspecto si la población sedentaria se volviera cada vez más activa, gastando de 200 a 300 kcal. en días alternativos, lo que equivale a caminar entre 6 y 8 km o correr durante unos 3 a 5 km.Se observa que los individuos que tienen un gasto calórico cercano a las 2.000 kcal. por semana, presentan un índice de mortalidad mucho más bajo con relación a poblaciones sedentarias.

Principios básicos de la actividad

Sobrecarga

Este principio detalla una característica básica de todo ser vivo: el uso aumenta la capacidad funcional. Si un tejido o sistema tiene que trabajar contra una resistencia que no está acostumbrado, en lugar de debilitarse, se fortalece (utilízalo o piérdelo). Las mejoras obtenidas se pierden si se reduce o desaparece la carga (principio de reversibilidad).

Entre las variables que contribuyen a la sobrecarga en un programa de ejercicio están la intensidad, duración y frecuencia del ejercicio. La combinación de estos elementos dan como resultado, un cantidad de trabajo total, o gasto energético, suficiente para aumentar la capacidad funcional de los sistemas cardiovasculares y respiratorios.

Especificidad

Los efectos del entrenamiento que se derivan de un programa de ejercicio son específicos al ejercicio realizado y a los músculos utilizados. Por ejemplo, una persona que sólo corre, no notará grandes cambios en los brazos. Lo mismo, un individuo que sólo realiza trabajos de baja intensidad que estimulan las fibras lentas de los músculos, no lograrán cambios en las componentes rápidas de dichos músculos. El tipo de adaptación que tiene lugar como resultado de un entrenamiento es específico al tipo de entrenamiento que se realiza (los trabajos de resistencia aeróbica desarrollan la capilarización, el número y tamaño de mitocondrias, etc, mientras que un trabajo de fuerza, desarrollará la hipertrofia muscular, con un aumento en el grosor de las proteínas contráctiles de la fibra muscular).

Por lo tanto se puede resumir, que todo tejido se adapta a la carga a la que es expuesto. Para aumentar la capacidad funcional de un tejido hay que sobrecargarlo. El tipo de adaptación es específico a las fibras musculares que intervienen y al tipo de ejercicio.

Elementos Principales

Los ejercicios que utilizan grandes grupos musculares para que se contraigan de forma rítmica y continua son los tipos que estimulan específicamente al sistema cardiorrespiratorio. En cambio, ejercicio que implique masas musculares pequeñas y grandes intensidades, son menos apropiados, ya que implican una carga cardiovasculares muy elevada en relación al gasto energético implicado. Las actividades que mejoran el fitness cardiorrespiratorio son altas en costo calórico y por lo tanto contribuyen a cambiar la composición corporal.

Revisión del individuo

La persona debe completar previamente los formularios del estado de salud y realizarse una evaluación inicial de preparticipación (Médica y de la Condición Física).

Fomento de la participación regular

El ejercicio debe convertirse en parte importante del estilo de vida de una persona, no es algo que se hace esporádicamente, o hacerlo durante unos pocos meses en el año. Las mejoras obtenidas con la actividad física se pierden con la inactividad. Sólo la gente que adopta el ejercicio como forma de vida se beneficia de sus efectos a largo plazo.

Proporcionar variedad de actividades

Un programa de fitness debe empezar con actividades que sean cuantificables, como caminar, andar en bicicleta, correr, para de esa manera tener un control estricto de la intensidad (velocidad de desplazamiento) y la duración (tiempo, metros recorridos, etc).

Comienzo del programa

Al tener personas sedentarias que comienzan un programa, no hay que olvidarse de empezar lentamente. El individuo debe empezar con actividades cuya intensidad y duración le permita disfrutar de la misma, y a partir de allí empezar a incluir gradualmente actividades cuya carga global sea mayor. Por lo tanto, si el objetivo es lograr hacer un trote suave, el primer paso es recorrer buenas distancias en un nivel de intensidad menor, caminatas.

Como regla general, se puede establecer que toda persona que logra caminar de forma continua y con un paso ligero durante unos 6.5 km., ya está pronta para empezar a trotar suavemente (jogging).

Formato de un entrenamiento de fitness

La parte principal de un entrenamiento de fitness consiste en realizar actividades dinámicas que involucren grandes masas musculares, con una intensidad y duración suficientes para sobrecargar al sistema cardiorrespiratorio. Es necesario, previamente, realizar actividades del tipo estiramientos y ejercicios de entrada en calor, así como ejercicio de resistencia abdominal. Los cuales tienen como objetivo proteger a la zona lumbar. Al finalizar es importante realizar una actividad de vuelta a la calma de similares características.

Evaluaciones periódicas

Es importante realizar pruebas con cierta regularidad para determinar los nuevos niveles alcanzados por el individuo, y permitir tomar nuevas decisiones en cuanto a la metodología del entrenamiento a aplicar.

Formulación de la prescripción del ejercicio

El efecto del entrenamiento depende de la sobrecarga impuesta al sistema, es decir, la intensidad, duración y frecuencia del entrenamiento. Está demostrado que se puede lograr cambios funcionales significativos con trabajos que tengan una intensidad entre el 50 y el 85% del VO2 máx. (Consumo máximo de oxígeno), con una frecuencia de entre 2 y 5 veces por semana, y una duración de entre 15 y 60 min. por cada sesión.

La combinación de intensidad y duración da como resultado el gasto energético (trabajo total) de 200 a 300 kcal. por sesión.

Frecuencia

Existen estudios que comprueban que las mejoras de fitness cardiorrespiratorio son más significativas cuando la frecuencia semanal se estabiliza en 4 días. La opción de realizar actividades en días alternativos tiene un efecto muy importante a nivel del fitness cardiorrespiratorio, pues se relaciona a un muy baja incidencia de lesiones y un éxito en la reducción de la grasa corporal.

Duración

Las mejoras en el VO2 máx. (Consumo máximo de oxígeno) aumentan con la duración de la sesión de la actividad. Pero hay que tener en cuanta que la duración de la actividad depende de la intensidad.

Si el objetivo es realizar un gasto calórico de 300 kcal. en la sesión, y se trabaja a una intensidad de 10 kcal./min, basta con realizar 30 minutos de actividad. Si la intensidad es la mitad, entonces, la duración deberá ser el doble. La duración de una sesión debe estar equilibrada con la intensidad para que provoque un gasto calórico de entre 200 y 300 kcal. por sesión.

Intensidad

Las mejoras funcionales cardiorrespiratorias se obtienen con intensidades de entre el 50 y el 80% del VO2 máx.. Pero en el caso de los sedentarios, investigaciones demuestran que el umbral de intensidad está ubicado en los niveles inferiores (50 a 60% del VO2 máx.). En cambio, en personas que ya pueden realizar actividades de moderada intensidad, deben centrar las intensidades entre el 60 y el 80% del VO2 máx..

Carga metabólica

La forma más directa para determinar la intensidad del ejercicio es el cálculo del VO2 máx., lo cual es muy costoso, por lo cual se puede tomar algunas de las pruebas indirectas para medir el mismo, y a partir de allí, calcular el porcentaje a trabajar.

Ejemplo:

Una persona de 75 kg tiene un VO2 máx. de 3 L/min, lo cual es igual a 15 kcal./min, 40 ml/kg/min, y 11.4 Mets.

El 60% del VO2 máx.: 1.8 L/min = 9 kcal. = 6.8 Mets

El 80% del VO2 máx.: 2.4 L/min = 12 kcal. = 9.1 Mets

Una vez obtenidos estos datos es posibles seleccionar las actividades adecuadas para obtener dichos costos metabólicos. Las intensidades calculadas a partir de estos datos no tienen en cuenta la percepción de esfuerzo ni el cansancio producido por la actividad.

La utilización de rangos de frecuencia cardíaca para determinar la intensidad es una herramienta muy utilizada y que permite tener en cuenta dichos elementos.

Consulte: ¿ A qué Intensidad ...? y El Entrenamiento Aeróbico

 

RECUERDE: LA PRESENTE INFORMACION NO SUSTITUYE EL ASESORAMIENTO PERSONAL E INDIVIDUAL DE UN PROFESIONAL DEL EJERCICIO. CONSULTE CON SU PROFESOR DE EDUCACION FISICA SOBRE LAS CARACTERISTICAS DE UN PROGRAMA PERSONALIZADO.

Recopilación: Prof. Gabriel Molnar - Prof. José Luis Dávila

Fuente principal consultada: Howley - Don Franks

 

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Ejercicio, envejecimiento y calidad de vida

(Parte I)

 

 

La evidencia que la actividad física regular extenderá la proyección de vida de un adulto uno o dos años, puede derivarse de consideraciones antropológicas y de las comparaciones de personas con diferentes niveles ocupacionales o actividades recreativas.

Los estudios de atletas ayudan poco, porque tales individuos son estrictamente seleccionados por su tipo corporal. La tendencia secular ha sido "dibujar" la curva de mortalidad, en vez de incrementar la cantidad de gente muy anciana. Aunque una extensión de la proyección de vida es generalmente deseable, la recompensa es una perspectiva distante para los adultos jóvenes; el mejoramiento de la calidad de vida en la adultez y en la tercera edad es una razón, más que poderosa, para sugerirles que deberían volverse físicamente activos.

Señalar los orígenes de la idea de que el ejercicio puede incrementar la proyección de vida, en sus raíces antropológicas, acentuando, que la calidad de vida de los individuos es de una importancia mucho mayor que su longevidad.

FUNDAMENTOS ANTROPOLOGICOS

Adaptabilidad Humana

Los antropólogos se suscriben al concepto de adaptabilidad humana. A través de un proceso de selección natural, continuado por muchos siglos, el ser humano se ha adaptado a una vida de actividad física moderada, tanto como cazador/recolector o un agricultor primitivo (Wainer, 1964).

La gente que se adhiere a este tradicional estilo de vida gozará de una larga proyección de vida, pero aquellos que han permitido innovaciones técnicas modernas disminuyendo su nivel diario de actividad física son susceptibles de sufrir de "Enfermedad de la Civilización", sufriendo mayor incapacidad en sus años finales y viviendo un período total más corto.

Examinaremos la relación entre el ejercicio y la longevidad, observando el estilo de vida corriente de poblaciones supuestamente longevas, y otras poblaciones con una baja incidencia de enfermedad cardíaca isquémica. También consideraremos la evidencia de la herencia en la longevidad, y finalmente haremos una crítica global al concepto de adaptabilidad humana.

Poblaciones supuestamente longevas

Algunos antropólogos han señalado a pequeñas poblaciones, donde muchos de sus habitantes proclamaban ser extremadamente viejos (Leaf, 1985). Los grupos estudiados han incluido a los pobladores Giorgianos de algunas partes de El Cáucaso, los Hunzas en las montañas de Pakistán Oeste y los pobladores de Vilcabamba, en los Andes Ecuatorianos. En cada una de estas regiones, muchos de los lugareños adhieren significativamente a un estilo de vida físicamente activo, "saludable" (Leaf, 1985; Mazess & Mathiesen, 1982).

Los estudios de estas comunidades de centenarios fueron ampliamente publicitados en la década pasada en revistas tales como "National Geographic", pero los principales investigadores han admitido, desde ese momento, que sus conclusiones estaban equivocadas.

Las dificultades surgen porque las fechas de nacimiento no fueron confirmadas. En El Cáucaso, muchos de los pobladores que declararon ser muy viejos, han groseramente exagerado sus edades para eludir su conscripción durante la guerra de Crimea. En Vilcabamba, los más ancianos de la comunidad fueron siempre reverenciados por su sabiduría, he allí el gran incentivo para la gente vieja para exagerar sus edades. De todas maneras, Mazess y sus asociados, finalmente obtuvieron acceso a los registros bautismales de la iglesia, mostrando que muchos de los pobladores que eran mas viejos de 70 años habían aumentado sus edades en un margen de 10 a 30 anos. La proporción de residentes de más de 60 años ha sido aumentada en relación al promedio de los ecuatorianos, por una migración interior de los más viejos, y una migración hacia el exterior de los jóvenes trabajadores industriales, pero el promedio de longevidad es, actualmente, mas bajo en Vilacabamba que en la mayoría de las sociedades desarrolladas. Por lo tanto, nosotros no tenemos evidencia convincente de que el estilo de vida tradicional de los agricultores primitivos prolonga la proyección de vida o longevidad.

 

Poblaciones Supuestamente Libres de Isquemia Cardíaca

Otras evidencias acerca del estilo de vida y enfermedades tales como la isquemia cardíaca y la diabetes han sido extraídas de pequeñas poblaciones indígenas, tales como los criadores de camellos somalíes (Lapiccirella et al.,1962), los Masai del Este Africano (Mann et al., 1965) y los Inuitas de Groenlandia (Bang et al., 1976). Aparentemente, todos estos grupos consumen mucha grasa, y los africanos también consumen cantidades importantes de leche, carne y sangre. No obstante tales grupos parecen disfrutar de una incidencia extremadamente baja de isquemia cardíaca.

Sigue habiendo problemas para chequear la verdadera incidencia de la cardiopatía isquémica. Cuando las personas viven en áreas remotas, la causa de muerte es raramente establecida por autopsia. Por lo tanto, hay un pequeño argumento para decir que la cantidad de ataques cardíacos es mucho menor que en las sociedades desarrolladas. Sin embargo, información sobre indios rurales (Pinto et al., 1970), isleños tradicionales del Pacífico Sur (Prior & Evans, 1970), y los tradicionales Inuitas de Groenlandia (Bang et al., 1976), han mostrado todos un perfil de lípidos favorable, en relación a los de los moradores de las sociedades desarrolladas. Tales poblaciones pueden haber evitado la isquemia cardíaca por varias razones distintas al alto grado de gasto de energía diario.

En lugares como Somalia, la cantidad total de alimento disponible está limitada en relación a las demandas de la vida diaria (Keys, 1975). La leche fermentada que toman los Masai contiene un inhibidor de colesterol específico (Mann, 1977).

La grasa ingerida por los inuitas costeros contiene una gran proporción de ácidos grasos omega-3 no saturados (Bang,1976). Finalmente, una gran fracción de muchas poblaciones primitivas muere por hambre, accidentes o enfermedades infecciosas, antes de alcanzar la edad en la que la isquemia cardíaca podría manifestarse. Evidencia más convincente sobre el valor de un estilo de vida activo tradicional viene de estudios sobre aculturización, en comunidades donde la civilización &laqno;occidental» ha causado cambios rápidos, pasando de una vida activa a una vida sedentaria.

Por ejemplo, varios grupos inuitas (Mainard,1976; Carrier et al., 1972; Rode & Shephard, 1992; Bang et al., 1976) han adoptado un estilo de vida urbano moderno. Como resultado, el grosor de sus pliegues cutáneos ha incrementado dramáticamente, han aumentado las concentraciones de colesterol sérico, con un consecuente aumento correspondiente en el índice de enfermedades cardiovasculares.

Recopilación: Prof. Gabriel Molnar - Prof. José Luis Dávila

Fuente principal consultada, traducido y modificado de ROY J. SHEPHARD, Ph. D., M.D.

 

LA PRESENTE ORIENTACION NO SUSTITUYE EL ASESORAMIENTO PERSONAL E INDIVIDUAL DE UN PROFESIONAL DEL EJERCICIO. CONSULTE CON SU PROFESOR DE EDUCACION FISICA SOBRE LAS CARACTERISTICAS DEL UN PROGRAMA PERSONALIZADO.

 

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Ejercicio, envejecimiento y calidad de vida

(Parte II)

 

Estudios genéticos formales de longevidad

Un método final para evaluar la hipótesis de la adaptabilidad humana es examinando el impacto de la herencia sobre la longevidad. La diferencia de sexo en la proyección de vida es un marcador poderoso en la influencia genética con respecto a la longevidad. En la mayoría de las sociedades, una mujer de 25 años, es probable que viva 6 a 7 años más que un hombre de la misma edad. Algunas de estas diferencias se deben al estilo de vida.

Por ejemplo, hasta hace poco tiempo han fumado más hombres que mujeres. De todos modos, el estilo de vida no es la explicación completa, desde que también hay diferencias de sexo en la proyección de vida de los animales experimentales (Comfort, 1979). Estadísticas de Seguros de Vida también muestran una asociación entre la supervivencia de los padres y de sus vástagos masculinos (Dublin et al., 1949); de todos modos en tal situación, influye tanto la herencia genética como las pautas culturales heredadas.

Por ejemplo, víctimas de enfermedad coronaria tienen amplias chances, no solo de haber sido fumadores, sino también de tener hijos que se conviertan en fumadores (Margolis et al., 1974). Los científicos responden preguntas acerca de la herencia, observando a los gemelos. Cuando un gemelo muere en una edad entre los 60 a 65 años, la diferencia promedio de la edad de muerte con la de su hermano es 47.6 meses para los hombres y 24.0 meses para los gemelos idénticos femeninos, mientras que las diferencias entre gemelos no idénticos son 107.9 y 88.7 meses (Kallman & Sander, 1948).

Esto hace razonablemente fuerte la evidencia de que la herencia influye sobre la longevidad, aunque, los gemelos idénticos pueden haber experimentado condiciones ambientales más comparables que los heterocigotas sobre mucho de su proyección de vida, y pueden haber sufrido más dolor que los heterocigotas cuando fueron separados, y sometidos a diferentes estilos de vida.

La mitad de la variación en la longevidad en ratones de criadero, ha sido también atribuida a la herencia (Goodrick et al., 1983). Por ello podemos concluir que los factores genéticos tienen alguna influencia sobre la longevidad, aunque de todos modos, es imposible estimar la magnitud de este efecto.

Críticas al concepto de adaptabilidad humana

Déjennos ahora anotar algunas debilidades importantes en el concepto básico de adaptabilidad humana y la colonización de habitats específicos. Si la selección natural ocurre, una característica fisiológica o de comportamiento debe tener una influencia favorable sobre las perspectivas del individuo, en el casamiento, en la reproducción o en la crianza de niños. Por ejemplo, una mujer podría elegir a un apto y joven cazador como marido. De todos modos, no hay bases genéticas para la selección natural de gente con una larga proyección de vida, a menos que esto esté relacionado con una característica que se manifiesta durante los años reproductivos; por ejemplo, una persona que fue apta físicamente y activa como adulto joven podría conservar estas mismas características en su vejez, y por ello sobrevivirá por un mayor período que una persona sedentaria.

La supervivencia hasta una vejez extrema podría, incluso, tener consecuencias negativas para una comunidad que estuvo viviendo en un hábitat desafiante. Por ejemplo, la supervivencia de los abuelos podría incrementar la demanda sobre las limitadas reservas de alimento, y en un período de la historia inuita era aceptado que luego que una persona anciana hubiera transmitido sus conocimientos acumulados acerca de habilidades para la supervivencia a la próxima generación, salía del iglú a caminar para morir deliberadamente en el frío del invierno. Aun a una edad más joven, parece improbable que un alto nivel de actividad física habitual y la aptitud física resultante tenga un gran impacto sobre la selección natural. Uno de los más llamativos descubrimientos del Proyecto de Adaptabilidad Humana del Programa Biológico Internacional (Shephard, 1978), fue la similitud de las características fisiológicas entre personas que estuvieron viviendo en ambientes muy diferentes. Se pueden sugerir algunas posibles explicaciones (Shephard, 1980). Primeramente, los desafíos planteados por un ambiente dado difieren enormemente de una estación a otra. En el caso de los inuitas, por ejemplo, la emergencia de las características fisiológicas que favorecen la supervivencia en el invierno, puede estorbar la supervivencia en los meses de verano. En segundo lugar, muchas poblaciones indígenas han colonizado la confluencia de varios ecosistemas diferentes, por ejemplo, recorriendo los picos de cadenas montañosas y la profundidad de valles boscosos.

Por eso, las características que ayudan a la supervivencia en un ecosistema no son de valor, o aun son un estorbo en un terreno vecino. En la mayoría de los ambientes, la supervivencia depende más del poder cerebral y de una capacidad para la innovación técnica que de la aptitud física y la capacidad para ejercicios extenuantes. Finalmente, en muchas situaciones la muerte aparece no por una desadaptación fisiológica sino por un accidente insalvable, enfermedad o una hambruna catastrófica. Por eso, podemos argumentar que los humanos fueron creados con el ejercicio en la mente, pero la evidencia de que la adaptación evolutiva nos ha forzado hacia el ejercicio no es muy convincente.

ESTUDIOS PRIMITIVOS SOBRE ATLETAS

Primeramente déjennos mirar la suerte de los atletas. En la época victoriana, los especialistas deploraban la cantidad de tiempo que los competidores universitarios asignaban a sus entrenamientos, y tal vez por esta razón sugirieron que deportes, tales como el remo, podrían llevar a una defunción temprana (Shephard, 1981). Para la sorpresa de estos investigadores, estudios iniciales sugieren algunas ventajas en la proyección de vida para los atletas. De todos modos, las comparaciones entre deportistas universitarios y el público en general son manifiestamente injustas, dado la vida de privilegio disfrutada por aquellos que asistieron a Universidades tales como Cambridge en la Inglaterra Victoriana.

Cuando fue comparada la supervivencia entre a) estudiantes que ganaran triples honores académicos, b) los representantes de sus Universidades en eventos atléticos, y c) los estudiantes universitarios promedio, la "intelligentzia" mostró un promedio de una ventaja de 2 años de la proyección de vida de los atletas sobre los estudiantes honoríficos, pero solo hubo una pequeña diferencia de la expectativa de vida entre los estudiantes promedio y los atletas (Rook, 1954).

Montoye et al.(1956), llevó a cabo estudios similares con el alumnado de la Universidad Estatal de Michigan. Otra vez, ellos no encontraron diferencias de longevidad entre aquellos que habían representado a la Universidad en deportes "mayores" y aquellos que fueron identificados como &laqno;estudiantes no atléticos».

Karvonen et al. (1974), alcanzó una conclusión más positiva acerca de la participación atlética; ellos compararon las curvas de supervivencia de campeones de esquí de cross-country finlandeses, hombres que han mantenido un alto nivel de gasto de energía, aun habiendo entrado en edad adulta avanzada, con la experiencia de la población masculina en general.

En promedio, los esquiadores viven 4.3 anos más. De todos modos, la mayoría de los esquiadores no han sido fumadores, y este factor bien podría justificar casi el total de sus ventajas.

Una crítica similar se aplica a comparaciones más recientes (Sarna et al .,1993) entre campeones deportivos nacionales finlandeses y miembros de la Fuerza de Defensa Finlandesa, igualados por área de residencia, "status" socioeconómico, estado civil y edad. Comparaciones cross-seccionales mostraron un promedio de expectativa de vida de 75.6 años para los atletas de resistencia, 73.9 años para aquellos participantes en deportes de equipo, 71.5 años para aquellos involucrados en deportes de potencia, y 69.9 años para los controles.

Hay sencillamente varias falacias al hacer comparaciones cross-seccionales entre atletas e individuos supuestamente sedentarios. Primariamente, la mayoría de los atletas, o eligen su deporte o son seleccionados porque tienen una estructura corporal inusual.

Por eso la enorme masa corporal de participantes en deportes de contacto tiene un efecto adverso sobre la expectativa de vida, mientras que la estructura corporal ectomórfica de competidores de resistencia le da una sustancial ventaja, inherente en la proyección de vida (Wilson et al., l990) Existe también el problema de distinguir atletas de no atletas. Algunos, que son clasificados como no atletas, tal vez han rentado vestuarios en instalaciones de atletismo, y físicamente pueden ser tan activos como aquellos clasificados como atletas (Polednak, 1978; Yamaji & Shephard, 1977). Además, la clasificación está usualmente basada sobre el comportamiento durante la adolescencia o en la vida adulta temprana.

Tal información tiene solo relevancia limitada para la vida adulta tardía, desde que muchos participantes, en deportes de equipo o en competiciones atléticas de alto nivel, abandonan sus deportes tan pronto como se les pasó la edad de performance pico.

Para la mediana edad (cuando los factores de riesgo cardíaco están asumiendo importancia práctica inmediata), aquellos clasificados como atletas pueden ser actualmente menos activos, más excedidos en peso y tienen más posibilidades de ser fumadores que sus semejantes supuestamente sedentarios (Montoye et al.,1956). Muchos ex-participantes en deportes de contacto también mantienen, en edad avanzada, un alto consumo de carnes y grasa animal; semejantes prácticas alimentarias incrementan el riesgo de enfermedades cardíacas y diversos tipos de cáncer.

Finalmente, es un error enfocar simplemente las tasas de mortalidad. Las causas de muerte tienden a diferenciarse entre atletas y no atletas. En particular, los atletas son a menudo más aventureros que los individuos sedentarios, con un correspondiente riesgo mayor de sucumbir a variadas formas de muerte temprana y violenta (Shephard, 1977).

Recopilación: Prof. Gabriel Molnar - Prof. José Luis Dávila

Fuente principal consultada, traducido y modificado de ROY J. SHEPHARD, Ph. D., M.D.

LA PRESENTE ORIENTACION NO SUSTITUYE EL ASESORAMIENTO PERSONAL E INDIVIDUAL DE UN PROFESIONAL DEL EJERCICIO. CONSULTE SIEMPRE UN PROFESOR DE EDUCACION FISICA SOBRE LAS CARACTERISTICAS DEL UN PROGRAMA PERSONALIZADO.

 

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