Bovolone - 7/4/86

LA PRESENCIA DEL CRISTO, EL PRIMOGÉNITO, HACE 2000 AÑOS

Dice el Señor:

"Cuántos años antes, se anunciaba que llegaría.
Cuánto tiempo antes, por boca de los profetas,
y todo se cumpliría.... Cuánto tiempo atrás...
Mas, sólo no había de venir, para todo el cumplimiento,
de bondad, de milagros, de transcurrir....
como también el sufrir.
Todo dispuesto en los tiempos .
Cuando como Niño llegó, sería el primer tormento,
no había ubicación... José buscaba y buscaba...
Los dolores, se presentaron allá, la Madre desesperada:
-Dónde podré Yo quedar, para tener a mi Niño ? . . .
Las puertas, abiertas están, pero no hay ningún rincón,
donde me pueda ubicar... ­
­Mas, llegó de pronto el momento, - Ah... por fin, allí lo fue
Y cuando, había nacido el Niño,
llegaron seres, de otros sitios, con regalos, para el Bebé.
Todo, todo, fue dispuesto, todo necesario fue,
porque después, el rey Herodes, tuvo temor, de Aquél Bebé.
Dijo: -No puede ser, que alguien tan pequeño,
me quiera derrocar, no voy a dejar el poder,
como que yo soy el rey, y aquí me voy a quedar.
Avísenme donde esté, que lo voy yo también adorar-
­Solamente eran palabras, su sentir, no lo era igual.
Pero José, que en sueño recibió, que debía de partir,
portando lo que recibió, a Egipto, se fue a vivir.
En una noche tan larga, interminable pareció,
con el Niño y con la Madre, a Egipto él llegó.
Deambuló un poco, por fin, lugar encontró;
seres cordiales, tendieron sus manos,
y allí, como carpintero, también recomenzó.
Mas también como gran orfebre, que de los regalos de allá,
preparó un gran copón, que era del Niño todo el oro,
pero algo iba a necesitar, algo de aquellas piezas,
para poder trabajar.
Si no llevaba casi nada, ¿cómo iba a comenzar?
Pagar un local... herramientas adquirir...
pero dejó y preparó, un copón, que parece sin fin.
Orfebre... un gran artista.
Con qué amor, con qué amor lo elaboró!
Con piedras, rubíes, unas esmeraldas y amatistas,
había también tres perlas, y algo más, que lo coronó.
Una piedra muy brillante, que en lo alto se ubicó, un ónice.
Bienamados, pronto volverán a ver el Copón.
Continuaré mencionando, lo que en Egipto pasó.
Allí el Niño, con su Madre, y con José, y con tanto amor,
comenzó a dar sus primeros pasos; y en un momento se vio,
cuando veintidós meses tenía, el primer milagro que obró.
Un niño que entraba allí, su carita, oh qué horror !
quemada y deformada, y el Pequeño se asustó.
En las faldas de su Madre, al verlo, en su pecho,
su rostro acurrucó, y la Madre, al ver aquél niño,
para no causar una desilusión, le decía...
- Es pequeñito, jugar no sabe aún, es pequeñito,
cuando sea grande, contigo lo verás, reír y correr,
bailar, y cantar a la vez. ­
­El niño se retiró, y el Pequeño más tranquilo,
de las faldas de su Madre se bajó.
Al día siguiente, aquél niño, otra vez allí retornó;
el pequeño estaba solo, y al verlo, impávido quedó.
Mas sentía la voz del Padre, la mía, sí,
mi voz, y mi mano que lo guió. Yo le decía: Acarícialo,
y El me decía que no... - Acarícialo, Yo repetía,- ­
­y El volvía a insistir... - No... - Insistí tercera,
y a la cuarta vez, su manito Yo tomé, acariciando aquel rostro,
limpio al instante lo dejé... Ese fue el primer milagro.
Aquella manito, con la mía obró, algo tan grande tan grande,
que aunque no se registró, eso lo sabemos todos,
porqué mis hijos también, conocen de aquel milagro,
y de muchos más....
Amén


- Bovolone - 8/4/86

INFANCIA DE JESÚS: EL NIÑO HABLA CON LOS DOCTORES DEL TEMPLO

Dice el Señor: ...y Madre explica:

"Luego su infancia transcurrió, como todo niño,
con la normalidad de los alti-bajos, de la mayoría.
Tosía, se resfriaba, problemitas de garganta,
una vez tropezó y se lastimó mucho, toda una pierna,
pero, sin ser nada serio...
Mencionaré... sino lo que verdaderamente pueda
ser de gran ayuda, para ir siguiendo, lo que fue esa vida.
Nuevamente se trasladaron, a su lugar de origen,
con ciertas dificultades en el camino...
deteniéndose en algunos pueblos, buscando dónde ubicarse,
descansar un poco, y continuar.
Así llegaron nuevamente a su hogar.
Fue un periodo en el cual, después el Niño,
comenzó un aprendizaje superior.
Los conocidos maestros de le Antigüedad, los Esenios,
ellos vivieron, la familia de Nazareth, vivió con los Esenios,
y allí el Niño, pudo aprender muy rápidamente,
en enseñanzas superiores.
Luego, teniendo conocimientos, y recibiendo la Palabra
del Padre, no en el sentido de un continuo, continuo diálogo,
no, el Padre sólo le manifestaba en determinadas ocasiones,
qué debía El obrar, qué debía expresar.
Así se llega a la parte conocida, cuando después de ir,
a Jerusalem, al regreso,.....
La Madre tranquila, sabiendo que el Niño, jugaba con
otros niños, que iban en grupos, siguió confiada;
pero llegó un momento en el cual, se hizo necesario
un alto en el camino, participar del alimento,
reponer energías para tener fuerzas y seguir.
Ahí a buscarlo, para darle su parte... no lo encontró.
Ahí comenzó la inquietud. Lo buscaron, preguntaban a todos...
-Pero ¿no lo vieron ?.. Pero ¿dónde está?...
Pero, ¿qué ha sucedido?.... -
Estaban cansados; sin embargo, desesperados, volvieron
sobre sus pasos, y buscando por aquí, por allá,
fueron al Templo para orar... para pedir la ayuda divina.
y allí fue donde lo encontraron... hablando, entre
los doctores de la Ley. Y ellos se asombraban,
de muchas de las cosas que decía.
Cuando ellos trataban de establecer ciertas leyes,
para los habitantes, El, volvió nuevamente a salir,
con frases como estas...- Por qué no aplicar las leyes
de Mi Padre? -
y ellos lo miraron, algunos sabían que su padre era carpintero;
qué leyes podía un carpintero presentar, a los doctores,
como eran ellos ?... Un ser tan sin conocimientos.
Pero El no se refería a las leyes de la Tierra,
se refería a las otras, y se aferró mucho, a los
Mandamientos, aquellos Mandamientos que Moisés había
recibido en el Sinaí. Allí quedaron más estupefactos...
- Cómo un niño... un niño sin otra ciencia,
que la natural a su edad, podía dirigirse a ellos,
y hablarles con una madurez que asombraba. ­-
Así fue esa parte conocida.
La Madre le reprochó, porqué su estado de nervios,
esa fue su reacción. Pero el Niño, sumiso y valiente a la vez.
le dijo: -Pero, Madre, esto es lo que Yo debo de hacer.-
La Madre luego recapacitó, y abrazándolo fuerte,
con José y el Niño, su camino reinició.
Estaban todos aguardando, ninguno de allá se movió,
sino que,... dije mal, no es que ninguno se movió,
muchos con ellos colaboraron, buscando en cada rincón,
luego también habían tornado, diciendo...
-No lo hemos encontrado, acaso, es que por acá ya volvió? -
Pero al verlo llegar, a su encuentro salieron,
y eran abrazos, y frases de contento...-¿Dónde estaba?...-
-Pues estaba en el Templo, allí nos dirigimos,
nosotros a orar, y allí lo encontramos,
con los doctores de la Ley.-
- ¿Con los doctores ?... ¿y qué hacía ?..­
- Imponiendo una de El... -­
y así sonriendo, y hablando, el camino se reinició;
el cansancio, parecía que había pasado,
María tenía los pies llagados, pero estaba contenta,
encontró a su bendito, y con amor, con El continuó.
Amén.


- Bovolone - 9/4/86

HECHOS DE LA ADOLESCENCIA Y JUVENTUD DE JESÚS

Dice el Señor:

"Después, la pobre María, otro momento vivió,
porque en sus brazos mecía, al más pequeño de su corazón,
Juan, así se conoce, Juan, él que milagros obró.
Cuando Jesús, se enojaba, él siempre con amor lo calmaba,
era el bendito de su corazón.
Doce años tenia El, cuando Juan, al Mundo arribó,
y milagros el pequeño obraba, siempre, y su cabeza
apoyaba, sobre aquél corazón.
y así transcurría el tiempo.
Al año siguiente, fue, Jesús jugando, con otros pequeños,
más o menos como El, pequeños, pero del tiempo;
a un árbol El se subió, se quiebra la rama, se cae,
y se quiebra, cerca de la mano, su brazo.
Oh...qué dolor! y qué terror todos ellos;
y ahora, todos, qué hacer, se sentían tan culpables,
se sentían estremecer, había que llevarlo a su Madre.
Temblando todos, y diciendo lo que pasó...
-La culpa es de la rama, que al cuerpo no le resistió;
oh, la rama era tan floja, pero qué terrible voló...- ­
Ya no se acordaba El de la rama, sólo pensaba,
y miraba aquella hinchazón; hinchazón que crecía y crecía.
La Madre se desconsoló, gritaba despavorida...
-Ah, qué le pasa, ah , Mi Señor...
qué habrá que cortarle el brazo, ah qué cosa, qué terror!
Vamos a llevar al médico, y allá rápido se acudió;
y el médico tan paciente, y con sus palabras,
y con tanto amor, primero colocó una tablilla,
y el brazo muy suavemente, con un ungüento trató.
Luego, siempre con cautela, y con tanto e inmenso amor,
porque el médico también conocía el dolor;
él también había padecido, supo de niño lo que fue,
no se le había olvidado, por eso, por eso así, es como fue.
Colocó la otra tablilla, y luego vendaje fue,
vendaje suave, muy fuerte, más fuerte, más...y ya terminó.
Qué importante se sentía, con su brazo entablillado,
y Jesús, así se veía, como un campeón coronado.
El tiempo siguió pasando, y en maderas trabajó;
trabajó en tantas cosas, pero Mi voz, escuchó.
Y le decía... -Sabes Hijo, que Tú tiene que padecer?
Sufrirás un cruel martirio, por amor a tus hermanos,
también profetizarás, en todo te iluminaré.- ­
­-Oh, que importante seré...un martirio r padecer...
todos me alabarán...-
Y Yo decía... - Qué va a ser... Qué alabanzas... -
lo contrario, gritos, y afrentas sufrió,
mas los que querían vitorearlo, callaban por gran temor.
Pero siguió pasando el tiempo, y a los dieciocho,
ya se mencionó. Cuando iba a otro poblado,
y fueron todos interceptados, pero luego la comitiva siguió.
Seguimos pasando el tiempo, a los diecinueve,
en un monte oró. Tampoco esto fue conocido,
y fue en un tiempo crudo, y sombrío, fue tiempo de desolación.
Las mieses, que no crecían, el tiempo, tan duro fue;
El viento, los arboles azotaba, y esas maderas crujían,
sin dar frutos,... ¿Cuándo? ¿Cuándo podría ser?
Al ver la desolación, y la gente al ver sufrir,
y los niños con dolor, penderse a las madres, y pedir,
y pedir de un alimento... fue tiempo amargo aquél.
Fue breve... Pero subió a un monte, desesperado y clamó:
-Padre, ayúdalos a todos, mira qué desolación...
te lo imploro, te lo imploro... -Besaba el polvo y lloró.
Nadie conoce este hecho,... el Sol nuevamente alumbró,
la tierra fue recubierta, de un divino... verdor;
y los arboles al punto, se revistieron otra vez,
de un follaje, de verde profundo,
y de frutos, cual nunca habían dado, dieron esa vez.
Y los seres bailaban, y cantaban, y me daban loas a Mi:
-Eloím... Javéh... Jehová... gracias...-
y El contento, con todos después,
mas a ninguno dijo... para aquél monte Yo subí;
callado, pero feliz, de ver, a los pequeños,
comer y comer contentos... qué alegría!
Sí, mis hijos, qué alegría hubo.
Amén .


- Roma - 13/4/86

JESÚS SANA A UNA ANCIANA AMIGA

Dice el Señor:

"Seguimos recorriendo los caminos, y en este transitar,
en este ir y venir de una a otra ciudad,
y seguimos recorriendo.
Veintiún años estamos dejando ya,
para tener un contento, de algo que se habría de verificar.
Estando en un sitio, almas mías, había mucho dolor;
una anciana en una agonía, y sumida en la agonía,
también en un desgarrante dolor.
Mas, los tañedores de flautas, habían comenzado ya.
El sintió tal compasión, al escuchar desde lejos,
y quiso ir a aquel lugar.
Y reconoció a la anciana, que tantas veces le dio,
agua fresca en su cántaro, un vaso de leche de cabra,....
y adelantándose en el camino dijo: -No, no puede ser,
tan atenta ha sido siempre conmigo,
pero, ¿que puedo Yo hacer ?... ¿Acompañarla en el trance?
Sí, a eso, aunque sea, voy. -
Y llegado a aquel camastro, de rodillas, a su lado se ubicó.
Puso la cabeza a su lado, y al instante Me oró,
y Me decía... - Padre, da calma a este pobre corazón,
ha sido siempre tan buena, y mira, qué desgarrante dolor.
Pero, si hicieras un milagro, qué feliz me sentiría Yo.- ­
y aquel ser, comenzó a callarse, y El decía: -Oh, qué dolor
se esta yendo, poco a poco, milagro... ah Padre no me escuchó
-Sí que te oí, Hijo amado, los quejidos ya no están,
porqué, la salud en su cuerpo, recibiéndola ya está.- ­
- No puede ser...Es posible? Pero... oh, mi buena Ester!- ­
- Ah... hijito mío bendito, quieres la leche de cabra?
¿Que yo te la de a beber?...
-Por supuesto... ¿es posible?...- ­
-Claro que es posible, y qué hacen todos estos seres acá...
¿Qué ha sucedido ? ¿Es que alguno se ha muerto?
Que no sea mi marido, que sin él no puedo estar...-
-No, Ester, nada ha sucedido, vamos, leche me vas a dar? ­
­Este también ha sido un milagro,
que con este Hijo mío, que aunque registrado no está,
lo realizamos, y contentos, y el camino a continuar.
Amén.


- Roma - 13/4/86

OTRO MILAGRO DE JESÚS: SANA A UN MUCHACHO

Dice el Señor:

"Estamos recorriendo caminos de Jericó, y hay una pendiente.
Ahí, va subiendo Jesús, va ascendiendo, un poco encorvado
por el esfuerzo; y es como si estuviéramos contemplándolo,
va solo. De pronto veo, un corderito pequeño que viene
corriendo, en un balido... behhh... behhh... behhh... behhh.
Se ha perdido de su madre.
El lo toma en brazos, y mira en todas direcciones,
y no ve nada. Pero hay una elevación mayor, cuando,
de pronto, un muchacho se asoma, a través de esa altura,
comienza a aparecer, y lo alcanza a distinguir...
Un muchachito, le dice, que aquel es su cordero,
y El le dice que sí, que lo tome, que lo había perdido,
y lo tomó en brazos, que lo vio que estaba temblando.
El muchacho, va a correr, para tomar el cordero,
cuando se resbala, y rueda entre las piedras....
Se golpea la cabeza, quede inconsciente.
Jesús se desespera, y ya no sabe, si soltar el cordero,
o qué, pero corre, corre con el cordero en brazos,
corre junto al muchacho. Su cabeza sangra.
El se desespera, no ve nada, no hay un poco de agua,
no hay un pozo alrededor..... quiere atenderlo .
Se está produciendo una inflamación muy grande,
y El desesperado, no sabe ya qué hacer.
De pronto se ve, la oveja que ha perdido su cordero,
que está balando, buscándolo... y ahí es el encuentro
de la oveja con el cordero. ¡Qué hermoso!
El corderito corre hacia la madre, pero va de súbito,
a prenderse de una mama, a tomar el alimento;
y Jesús, recibe iluminación de Su Padre...
-Sí, dice El, lo iluminé que debía también ir,
ya que la oveja, leche le daría a él;
en sus manos la tomó, y en el hueco colocó
y le dio a aquel muchacho, un poco de leche a beber.
Estaba inconsciente, mas, la saboreó,
y luego, también con la leche, las heridas le curó.
Pero Mis Manos en sus manos, y otra transformación,
aquel muchacho renovado, que al principio dijo sentir,
que su cabeza le giraba, al punto comenzó a reír,
diciendo... - ¿Qué me ha pasado? ¿Cómo un sueño todo fue? ­
- Es que Jehová estaba a tu lado, - Así Mi Hijo,
le respondió a aquél.
- ¿Cómo te llamas? -
- Jacob... -
Bueno Jacob, adelante pues, sólo piensa que el Creador,
no te abandona, y en Mi tienes un amigo. -
y fueron juntos hasta aquella loma, y luego se despidieron,
la oveja con su hijito, y El también con el pastorcito,
fueron junto al rebaño, y Mi Hijo siguió,
caminando por Jericó.
Amén.


- Padua - 25/4/86

JESÚS A LOS VEINTITRÉS AÑOS PASA POR DIFICULTADES

Dice el Señor:

En los veintitrés años, un gran tropiezo dio,
un tropiezo, que habría de repercutir hondamente en su corazón
Se encontró de pronto, en un sitio, donde lo acribillaron
a preguntas...y sobre qué... cómo... y el cuándo.
Y El se encontró de pronto, en un silencio cerrado,
sabía, que estaban tendiéndole un cerco, y hacerlo caer.
Y así ha sido, pero El sabía después, como salir de él;
pero los dejo inciertos, dudas... ¿qué es, cómo es?
¿Quién es El?... ¿De dónde viene?...
¿Para qué ha llegado?... ¿Qué va a hacer ?...
Fue un momento difícil, y angustiante para El.
Se sintió bien como humano, y temía, no saber responder.
Y así, por un momento callamos, mas luego, comenzó hablar;
Yo le iba inspirando toda palabra, para acercar,
y aquellos seres, que en un primer momento,
querían destruir, se vieron después ellos mismos,
golpeándose el pecho, y diciendo:
-¿Cómo es posible? No quisimos ver la luz,
que está dentro de El, y ha venido hasta aquí?-
Porque allí surgió algo nuevo, y en el tiempo después se vio,
como algunos de aquellos que se opusieron,
luego lo buscaron, para continuar con El,
en el camino, en la tribulación.
Y pasaron también como El, por un momento amargo,
ya que vivieron un martirio, y supieron de quebrantos.
Fue una lección tan necesaria, más en un cumplimiento,
como lo es, como lo ha sido a través de los tiempos,
pero pronto, todo esto, dará paso a la divinidad.
Amén.



- Bovolone - 30/4/86

JESÚS PASA POR TANTAS VICISITUDES

Dice el Señor:

"Después más adelante, su vida no fue rutina,
por que hubo tantas variantes, que amenizaban su vida.
Distintos hechos, que no hay necesidad de manifestar,
pero como tantos seres, pasó por tantas y tantas vicisitudes
como también luminosidades a la par.
Estando finalizando los 24 años, en un momento dado,
sobre un asno se montó, tenía que realizar un viaje,
pero antes quería probarlo, y el asno de un brinco
al suelo lo tiró. Ah, qué magullado se sentía,
oh... qué terrible dolor, riéndose se frotaba,
toda la parte dolorida, pero después al asno, con amor acarició
Y el asno, como una respuesta, una lamida le dio, como diciendo
- Vamos, sube, que con gusto te porto yo. ­
Y así siguieron el camino, y en el camino encontró,
algo nuevo, muy distinto, un anciano en un dolor,
se quejaba pobrecito, de un dolor en su nariz,
no sabía lo que era, se había dormido en el pasto,
y se había introducido una lombriz. La lombriz había andado,
tanto y tanto, que el pobre sintió, como que el naso,
estaba tan tapado, mas Jesús, también con una caricia,
un milagro obró. Se acercó al naso de él, y al instante,
allí sopló, y la lombriz asustada, buscando la luz, salió.
Amén.

"Siguiendo andando otro hecho, que a muchos conmocionó.
Iba camino de un pueblo, y un incendio a lo lejos divisó.
- Pobrecitos, qué ha pasado, qué tragedia, oh ¡qué dolor!
Vamos a ver si ayudamos,... -Y al instante allí llegó.
Corriendo, tomó en sus brazos, un niño que gimió...
-Pobre mi abuela, querida Lila, sin la casa se quedó...
Y :El le dijo: -No temas, almita mia, que verás que pronto
tendrán, otra casa, más linda que ésta,
una casa con tanto amor, y mayor comodidad. -
Y corriendo de un lado a otro, con tantos colaboró,
salvando lo que podía, mas el fuego tanto destruyó.
Pero como El dijo, al otro día, todos corrieron hacia allá,
ayudando a la pobre anciana, otra casa a levantar.
Y esa anciana, tan afectuosa, y tan reconocida a la vez,
no sólo para todos ellos, vecinos como lo eran,
les brindó amor y ternura, y un pan que siempre preparaba,
mas, como lo fue con Aquél, que le decía:
-Siempre que puedas, ven por mi casa, a comer,
aquí encontrás ternura, como el reposo a la vez.-
Y eso fue una prueba dura, cuando ella pudo conocer,
en aquellos momentos tristes, lo que había de acontecer.
El niño había crecido, el niño con amor y con paz,
se había quedado tan dolorido, pero con tanta ternura a la vez
que por el incendio asustado, pero conmovido,
por el amor que encontró,
se había aferrado tanto, que le decía.....
- Rabino, cuéntanos algo, lo que es tu camino,-
Y El enseñaba historias, y ejemplos,
donde siempre ponía su amor,
Luego, aquel ser, tan puro, ya no se quiso apartar,
y llegó a ser un apóstol, divino,
que a Jesús solía acompañar.
Su nombre fue el de Andrés.
Ahora pueden conocer, como llegó el conocimiento,
y Andrés se quedó con El.
Amén.


24/3/86

REVELACIONES SOBRE EL PRIMER MILAGRO DE JESÚS

Francisco: ¿Cuál fue Mamita, el primer milagro de Jesús?

-Madre: El primer milagro de Jesús.
Jesús era un niño que tenía 22 meses, y estando un día con su Madre, sentado en la falda de su mamá... entra un pequeño, y tenía este pequeño 8 años, tenía su carita deformada, su carita había sido quemada. Pobrecito daba pena verlo. El Niño tan pequeñito le impresionó, y ocultaba la carita en el pecho de su madre. María, para suavizar esa tensión, le dice al otro niño, que era muy pequeñito, que no sabía jugar...
Aquel niño se fue, se fue, se retiró.
Ahora, pasaron unos días, y estando el Pequeñito solo, jugando, entra nuevamente aquel niño, y el Pequeño, siente la voz del Padre que le dice... acarícialo. Y El decía... no. El Padre seguía insistiendo, y el Niño se rehusaba, pero el padre sigue insistiendo, hasta que al final, tomándole la manito, le dijo... acarícialo así, y la carita del niño quedó sana completamente.
Ese fue el primer milagro de Jesús.


Ir a siguiente página (segunda parte)
Volver a página anterior
Volver a página del Cristo
Volver a página de Entrada