LA FUSION ENTRE EL CRISTO ANTIGUO Y EL NUEVO

 


Montevideo, 13.05.84

VISITA DE LOS HERMANOS COSMICOS Y FUSION ENTRE EL CRISTO ANTIGUO Y EL NUEVO

En este momento se abre como una escotilla, hay como una escala, más ancha que la que hemos visto y vienen descendiendo varios. Y ya vienen mirando y vienen sonriendo. Algunos de los de siempre, otros nuevos, ya dieron el saltito y ya están acá. Rápidamente se están ubicando, pero se ubican junto a cada uno, pero están saludándolos, a espaldas de cada uno, los están saludando y van girando alrededor de todos para saludar a todos. Todos reciben el saludo de todos y cuántos hay en este momento!
Porque son varios, como los representantes de cada una de las naves. De algunas naves, de las más pequeñas, vienen sólo dos en representación de los compañeros, pero de algunas otras vienen... de una de ellas vienen 18 en representación de los demás.
¡Qué delegación maravillosa!
Y los veo suspendidos... hay una mesa muy grande y ellos están en esa mesa. Un mantel con un símbolo, no puedo distinguir bien el trabajo, y esa mesa tiene algo, es un pan formado por muchos panes, por panes pequeños que forman como un pan grande. Uno de ellos me indica que efectivamente, me muestran cómo está preparado, sin partirlo, liviano. Está preparado con fécula de arroz, harina integral, con levadura y mitad agua de una vertiente, una vertiente de acá y mitad leche de cabra. Me muestran sal, sal gruesa muy oscura que también la emplearon para ésto. Nunca me habían presentado esto. La cocina la conocía. Donde prepararon... bueno... el maná.
Y ahora sacan más panes calentitos y se los están ofreciendo a ustedes y quienes los han tomado sienten el calor en la mano, el calorcito del pan, y están felices.
Dice María: yo siento el olor...
Contesta Madre: y yo también... a pan recién horneado.
Piden una Bendición.
Veo cómo todos tienen las manos cruzadas sobre el pecho, con la cabeza inclinada. Tus manos, mi Señor, tu Bendición aguardan tus hijos.

Mi Bendición la tendrán -dice EL-

Los veo a ustedes, como si cada uno de ustedes con ese pancito también lo pusieran en alto y EL da su palabra y dice EL:

Bendigo este pan, almas mías, como uno solo él formado está,
los representa a todos mis hijos como que cada uno es un pan,
todos formando uno solo que luego compartido es,
ustedes serán compartidos por los milagros
que por ustedes, y a través de ustedes YO ofreceré,
estando en tantos caminos, todo lo que tienen que aportar,
es lo que ahora les profetizo por la multiplicación reitero, que habrá.

Y ahora les habla a ellos, y les va a hablar en distintos idiomas. Estoy viendo distintos seres de distintas naciones, pero unidos en el Amor..

Bendiciones en distintos idiomas...
Y para todos es la misma Bendición, en distintas lenguas, lenguas que EL creó, pero para todos la misma Bendición. Ellos hacen genuflexión con la rodilla y al inclinarse es como si desearan besar al Señor. Luego cada uno toma el pan y comienzan a elevarse. Cada uno toma el de él y lleva a sus compañeros para compartir en cada sector como corresponde.
Rápidamente se hace todo. Y los veo a ustedes cada uno con el pan como si cada uno de ustedes también tuviera que transportarlo y llevarlo a la vez para otros. Ese pan los representa a ustedes mismos. Es como dijo EL, como si al multiplicarse... y en unos estará multiplicado en la palabra, y en otros... de distintas maneras. Como si todo hubiera sido realizado tan rápidamente, acá nuevamente están todos.
Pero aquella mesa, que contenía el pan sigue ahí, pero está adornada con flores que están como enhebradas y en el centro, flores también. De pronto es como si una brisa que viene deshoja las flores y aquella visión maravillosa, que Tu presentaste, mi Señor, de los pétalos, es como si esa brisa que entra, las deshojara a las flores, porque sabe que es el momento oportuno, el momento preciso en el cual los pétalos ya tienen que desprenderse, pero están tan hermosos y comienzan como a volar suavemente y a descender a la vez. Y de dónde surgen esa luz y ese rocío que ahora comienza a manifestarse en los pétalos que como ahuecados llegan?...
Y veo que cada uno puede beber en el pétalo. Y los pétalos siguen y siguen y luego forman como un enorme manto, todos unidos como un enorme manto. Un manto grande hasta como con cola. ¡Qué hermoso que es, mi Señor! Y como si todos encontraran refugio bajo ese manto. A ellos también los veo también, como si trataran de refugiarse ahí, pero como niños felices y les demuestran a ustedes eso, que como niños felices están.
Y dice EL:

Como mis ángeles bienaventurados que saben que siempre el refugio tendrán,
porque siempre estoy a cada lado y esto que he presentado,
es el símbolo de la Divinidad, como la brisa que los acaricia
como los pétalos sutiles, puros y fragantes que están
y aunque aún, almas mías, no los perciban
abajo de ese manto protector del que nunca saldrán,
y a veces hay temor y también inseguridad.
Y a veces resquemor y otros amargura
que les parece que ya no pueden tragar más,
pero les digo, no teman, que el agua que se les ofreció,
es el Agua, ya no tendrán sed,
es el Agua de la purificación,
poseen todo, almas mías.
Qué más, mis hijos, pueden pedir,
si la parte material, muy pronto aquí en la vida,
tendrá la transformación divina, la que les prometí,
que Papá promete y cumple,
Papá no los va a abandonar,
Papá los ama inmensamente porque mi amor -dice EL-
de Cielo es y por siempre lo será.
Amén

Ahora, mis hijos también están aguardando,
y hoy una palabra especial, no en un día que se diga como acá,
sino algo que ellos necesitan y saben que de MI -dice EL- lo tendrán.
Ellos saben que les aguarda una gran dificultad,
y están dispuestos a sufrir como todos y el momento muy cercano está,
porque esa convulsión en la Tierra, a ellos les va a afectar,
porque tienen una base y esa base se estremecerá,
y les digo: sí, hijos míos, bien amados, también conocimiento tendrán,
y sabrán cómo poner a salvo y dónde se establecerán,

Y los veo que respiran con alivio

Todo, todo es en su tiempo, ya que aporte ellos son,
y necesitan de esos elementos para colaborar en todo momento,
en esa confraternidad, en esa divina elevación.

Y los veo ahora, transportando rápidamente todo, y el lugar es tan hermoso y cuando terminan que están sacando todo, es como en esas minas, como se ve en las películas, esas minas que de pronto se derrumban y se ve todo el gas y la tierra y todo lo que se ve ahí, como una nube, así como en una película, veo cuando terminan de salir. Vuelven rápidamente la cabeza, como si hubiera quedado algo, pero no, está todo a salvo. Se trasladan rápidamente. Y en la Tierra quedó como un pozo, esa parte de la Tierra quedó como un terrible pozo.
¿Qué había ahí? ¿Hacia qué parte está?
Hacia el norte. Hacia el polo. No se preveía nada...
¡Qué sorpresa, mi Señor!

Así es -dice EL- mira ahora...

Veo como si el Cristo estuviera en la orilla de la parte hundida que quedó. Ahí, en la orilla, estuviera mirando todo y arrodillado estuviera con las manos unidas. Y después extiende las manos. Y aquello quedó como un manto invisible y sin embargo... se puede pasar y no se cae nadie. Y el Cristo ahora se siente más tranquilo, no hay peligro, no ofrece peligro a sus hermanos.
Mira hacia lo alto y se mira con ellos. Mira hacia lo alto y puede ver dentro de una de las naves al anciano, al más anciano y hay una mirada muy tierna, muy tierna y hay a la vez en el anciano como una mirada de súplica. Y hay lágrimas en los ojos del Cristo y hay una sonrisa muy dulce en el rostro del anciano. Y hay una escalera de luz o un camino de luz a través del cual el Cristo va ascendiendo y se postra ante el anciano y besa su huesuda mano. Y el anciano con la otra mano le acaricia la cabeza. Lo... lo atrae hacia él, y lo atrae con dulzura y... tanta seguridad en ese abrazo.
Y el Cristo se siente como que de pronto es uno solo, como si toda la Sabiduría y el pasado del anciano ya estuvieran en EL, y se fundieran los dos en uno y se ve en la actitud de El, -del Cristo- el poder del tiempo y se ve en el ademán, el amor y se ve en el gesto, humildad, y se ve en el paso, la seguridad.
Y ahora veo que está rodeado por todos. Pero es como si la parte del anciano, nuevamente la vuelvo a ver, fuera solo un despojo humano que se desintegra, se desintegra totalmente, queda sólo, sólo lo que lo cubría. Queda flojo, flojo... hasta ya quedar vacío, la tela solamente y todos los demás arrodillados ante aquello que se desintegró. Lo que fue el venerado, el amado, ese anciano, que tanto, tanto los guió.

Y veo al Cristo en pasos de seguridad y lo veo cómo lleva de la mano a los más pequeños. Y lo veo en la puerta de la nave. ¡Qué hacer! al camino... mira... gira la cabeza, pero de pronto otra más en lo alto como otro camino hacia allí, comienza a ascender por él, pero sabe que tiene que dejar a aquellos pequeños y ascender solo, allá lo aguardan más. Y allí la nave gira, entra, pero se ve otro camino de otra que está más alta y luego otra que está más alta... y luego una gigantesca.
¡Cuánto en tiempo!... cuándo en divinidad...
Ellos ahora elevan los brazos y me dicen: el tiempo necesario, Mamá, -me dice uno de ellos.
-¿Unidos?
-Sí, -me responden- estamos todos unidos.
-¿El amor nunca se quebrará?
-No -me responden- nunca se quebrará. El hermano siembra amor. Y los hermanos amor también.
Y dice El:

Este Amor bendigo YO
y les reitero, porque a ustedes los engendré, son obra Mía -dice EL-
a mi imagen y semejanza como hijos que son de Dios,
así divinizados también y glorificados por mi Amor,
así, almas mías, benditas, purísimas como ángeles que están,
todos por fin, todos mis hijos
muy pronto como esos ángeles benditos
con alegría y diafanidad revolotearán.

Ellos nuevamente están con las manos sobre el pecho cruzadas y la cabeza inclinada casi en genuflexión. Y EL hace dos gestos, uno, la señal de la Cruz y otra los brazos -extendidos- para que todos se refugien en ellos.
¡Ay! en este momento me hace poner las manos -dirigiéndose a Giancarlo- tendrías tú que hacer ésto. Y EL dice:

Lo harás también, alma mía,
pero mis bendiciones están, como en cada uno de mis hijos
por la obra a realizar que ya no será la Cruz
la del martirio que fue, sino la Cruz del Amor,
que ustedes representan -dice EL- luminosos mis bienamados.
Así, así ustedes son, luminosos mis bienamados que así los presentaré YO.

Y los veo a ellos ahora abriendo los brazos... y no quieren mostrarse luminosos porque son humildes y EL dice.

Todos divinizados, así se presentarán, todos mis hijos, bienamados
por los caminos que trazados están.
Amén

Y ahora EL hace un gesto con la mano y ellos siempre hacia EL comienzan a elevarse a elevarse, a elevarse y entran cada uno en sus naves y veo nuevamente esos panes que cada uno, llevando el pan, nuevamente comulgan, otra vez... cuánta divinidad, mi Señor!

¡Cuánta! -dice EL- que siempre bendecida será
porque son nuevos pasos que muy pronto todos mis hijos marcados dejarán.
Amén

- Madre, ¿esto fue un símbolo?
- Es un adelanto en el tiempo
- Madre, ¿ellos tienen bases acá? porque yo veo como 4 puntos luminosos. Uno de ellos en las costas de Maldonado, puede ser por Piriápolis.
- Mira, EL una vez me mostró a uno de ellos saliendo de un lugar como si fuera por las costas de Piriápolis. Un lugar subterráneo, salía como si fuera un simple pescador, con una caña con ril y ese ril como si fuera un radar, donde detectaba que no había vida en determinada distancia que pudiera delatarlo. Entonces, esto es un dispositivo especial por el cual ellos se trasladan y pueden avanzar, conectados siempre ellos avanzan. Pero sucede que había alguien fuera de ese alcance, desde una altura observando con largavistas. Y de pronto eso le llamó la atención. Cuatro días después aparece en los diarios un testimonio de un hombre que había visto, dando esa misma versión, exactamente lo que fue presentado ahí. Y dije yo, una de dos o ese ril tiene mayor alcance y se dejaron ver para tener un testimonio de lo que presentaban ahí, para que pudiera ser confirmado...
He visto que hay un lugar, por ahí, como una base secreta, desde luego, porque imagínate que ellos están para el bien y tienen que estar con mucha precaución.
- Yo lo vi muy claro -dice Carlos- queda entre la Sierra de Minas y Piriápolis en una especie de camino de balasto, hacia mano izquierda hay una barranca como de 50 metros de diámetro, profundo y ahí están.
- Yo en cambio lo vi a la inversa y todo tiene un significado, dice Madre- yo lo vi dentro de una montaña en un lugar secreto y luego sí, hacia la profundidad. Por ahí se puede entrar y allí tienen su base. Muchos dirán extraterrestres, yo puedo decir misioneros del Amor...
- Pregunta Rubín: ¿Qué significado puede tener -porque normalmente el viejo Cristo estaba dentro de la nave, y ahora lo vi al borde del pozo...
- Bueno, yo vi al nuevo Cristo al borde del pozo -dice Madre-
- Y al lado el viejo Cristo, yo los vi a los dos. Y esa forma como se va desintegrando, es decir como le va entregando la misión que tiene encomendada...
- Al nuevo Cristo... -dice Madre-
- Pero fuera de la nave... y yo normalmente lo veía dentro de la nave, enfermo, atendido, muy cuidado... ¿qué significa?
- Todo tiene un símbolo, claro... y dice EL:

Hijo mío, bien amado -dice EL- el símbolo que te presenté
el Cristo autentificado, el Cristo desintegrado, la Nueva Jerusalem,
se está al borde de un cataclismo pero el cataclismo,
fíjate cómo está no se nivela, alma mía
sino como un tul tenue de divinidad pero firme ahí estará.
Es la desintegración como de un átomo, y como de una fuerza nueva
que resurgiendo se tiene y se poseerá.
Se tiene porque ha llegado, se poseerá porque pronto se va a brindar,
esta es la respuesta a ti y a mis hijos que están acá,
y luego por doquier dirán: el Cristo ha llegado ya,
a prepararse, en Bien, todos hacia El correrán,
muchos dirán: está demente, no lo queremos escuchar.
Amén


Montevideo, 18/10/87

TESTIGOS DE LA FUSION DEL CRISTO

Palabras combinadas,
pero podrán comprender
lo que las palabras representan
y algo más que pronto también
y a ustedes como testigo los tendré.
Los tendré de algo muy grande,
penoso y feliz a la vez.
Esa fusión que vengo anunciando.

Sí, que me destroza el corazón mi Señor...

Ya lo sé, pero no debes temer,
todo dispuesto en los tiempos
todo necesario es,
todo.
No sólo aceptado, sino ansiado desesperadamente
por mi Jesús, por lo que tú sabes,
hasta por mis demás hijos,
porque ansían el gran momento
de ver el fin de los tormentos,

Yo te pido, mi Señor, por el fin de los tormentos, sí, siempre te pido, pero cuando debiera de pedir, empecemos por tu tormento, por TI que estás multiplicado en todo, en cada partícula como te digo siempre, en cada piedra, en cada hoja aunque esté seca, destrozada, pulverizada, estás en todo mi Señor. Por tu propio sufrimiento, y ahí entra también mi desesperación, pero cuando pienso en eso otro, lo veo como otro tormento que no sé si tendré fuerzas para presenciarlo, y TU dices que serán testigos. Jesucristo, dijo Elvirita.
Mi Señor, esa, esa palabra combinada, todo lo que representa... ay!
no sé, no puedo seguir, por favor, mi Señor, ya me duele el pecho atrozmente.

No te inquietes -me dice EL­
no te inquietes, ya verás
como una caricia, ¿ves?
el dolor desaparecerá.

Sí, me diste un poco de serenidad. ¡Ah! ahora sí, parece que el dolor comienza a hacerse más suave. Gracias mi Señor.

Testigo serás mi bien,
testigo, y luego en los caminos
estarás junto a mi Cristo,
para unir, alabar, amar, bendecir,
santificar, y la purificación total
Amén.


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