Salto, 23.6.85

LA TIERRA CAMBIARÁ DE UBICACIÓN

Después de esta comunión que hubo, este copón inmenso comienza a elevarse. Se eleva, se eleva y aquella tapa, aquello que formaba como un cúpula divina... veo ahora, alrededor de esa especie de cúpula que queda suspendida... debajo estaba la hostia y ahí surgió el Cristo... veo que comienza a elevarse.
Pero el Cristo que comenzó a dar de las partículas de la hostia, de la cual El salió... quedan muchas hostias más y veo cómo estas hostias son puestas, cada una, en mano de cada uno de ustedes, pero siguen distribuyéndose, porque todos los ángeles que están acá, también han recibido una hostia y comprenden. Cada uno toma por un camino distinto, y las van distribuyendo a todo el que encuentran en el camino. Y por esa hostia, van dando también, todo el amor, la ternura, la sabiduría y van recibiendo el perdón, para comprender cómo deben volcarlo en otros.
Y dice EL:

Así es el camino que recorran y pasos inmensos que tendrán que dar.
Es la divinidad, que luego al mundo envuelve,
y será ya no como el Jardín del Edén, sino como el Jardín Celestial.
Que ya no parecerá la Tierra, tal será la transformación,
que hay lugar que no quedará piedra sobre piedra,
pero sí, será recubierto de flores,
nuevas, -dice EL-, que pondrá YO.
Y en ese jardín maravilloso, donde nuevos frutos brotarán,
recuerden lo que les he dicho, hijos míos, hambre ya no habrá jamás.
Beberán del agua de vida, fresca y pura,
habrá un manantial, un manantial que surgirá pronto,
y será un agua, cual no se ha tenido jamás.
Mas también, hijos bienamados, no olviden lo que mencioné,
pero ahora, he de agregarles algo:
la Tierra cambiará de ubicación,
y estará en otro lugar del Universo.
Después de la Noche Negra, esto lo verificaré.
Y encontrarán como un Sol Nuevo,
y como una Luna más cercana también,
pero ya no habrá gravedad que atraiga,
sino sublimidad que envuelva.
Esto es una Revelación
que en ustedes ahora, acabo de ofrecer.
Amén


Montevideo, 29.6.85

EL LAGO DE AZUFRE Y FUEGO ES EL ARREPENTIMIENTO

Mensaje, alma mía bendita,
para ti y para todos mis hijos es,
que ahora diré, hijita:
si algo nuevo en la Argentina va a surgir,
no olviden que en todos estaré.
No teman... ni por allí,
y te señala a ti, Alberto...
...ni por allá...
ni otros que piensen, no en el sucumbir, sino en el elevar.
Es la palabra que corresponde,
porque luego todos se sentirán,
que los pies, ya no se contaminan,
porque será un estado de espiritualidad,
que aunque en cuerpos... como de tierra, mis benditos,
sin embargo, con un alma que de Cielo es,
será el resplandor divino, que muchos podrán contemplar también.
Para ti, para los tuyos, para todos como que mis hijos son, digo:
vinieron destinados, a cumplir esta Gran Misión.
Misión única en la Tierra,
jamás, almas mías, esto se dio,
y todo el Universo se congregará.
Porque habrá cataclismos,
guerra, muerte, destrucción.
Por lo tanto, mis benditos,
las últimas señales que faltan,
pronto diré cuáles son.
Son pocas y verificadas
y están en el camino del divino y alto honor.
Este mensaje trasmito
y este mensaje, en cada corazón, queda grabado,
como a fuego, hijitos.
Y luego, la llegada Divina del Cristo, ese Hermano Mayor,
ese que vengo anunciando, que no viene para aniquilar,
no viene como condenador, sino que viene para abrazar.
Que el lago de azufre y fuego ¿ese?
El nombre ahora diré: hasta ahora, no lo había revelado
y el nombres es el de: ARREPENTIMIENTO.
Amén



Montevideo, 20.7.85

LA NOCHE NEGRA... Y UN MAÑANA DE DIVINIDAD

Hay un mañana, alma mía, un mañana de divinidad,
pero antes de ese, mi María, habrá una noche muy negra,
que a todos hará temblar.
Mas, los que están ya preparados,
destinados para la Gran Misión,
habrán sido antes elevados,
porque serán transportados, con divino e inmenso amor,
para luego ser la ayuda, que todos necesitarán,
ser la luz que penetre, alma mía,
dentro de esa noche de terrible oscuridad.
Ser el aliento de vida, en tanto como ustedes verán,
como en pozos anegados,
como en infiernos ya mencionados,
porque Infierno es la vida misma,
es el sentirse acorralar... bombardear.
¡Oh!, mi Señor, me estás mostrando algo tan tremendo,
El sentirse flagelar.
aquél que en un incendio muere,
eso un infierno también es,
solamente esto, lo que parece eterno,
ya que el dolor se hace interminable, mi bien.
Mas, el mañana que prometo, el que acabas de mencionar,
es lo puro, lo divino, lo auténtico, que a la Tierra envolverá.
Cuántos seres piensan que Dios un rincón
solamente preservado tiene y sabrás,
que la Tierra Prometida,
no es para un pueblo solo, alma mía,
sino para todos mis hijos,
ya que nadie afuera, debe quedar.
Ese es el mañana que anuncio
y el mañana para el que preparándote estás,
mañana de Divinidad, mi María.
Que no olvides,
esta es una profecía,
que cumplida pronto será.
Amén


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