Montevideo, 16/2/86

UNA CIUDAD PRONTO DESAPARECE

YO te respondo, dice EL.
Pasan todos los cataclismos, pero algunos, verás mi bien,
serán tan atroces hijo, y en cada dolor como Padre estaré.
Una ciudad que pronto desaparece.
Me muestras mi Señor que solamente una punta queda afuera y otra vez me vuelves a mostrar esa de la que no queda más que escombros y sangre mi Señor. Y te veo a TI desgarrado, desgarrado de dolor en todo eso.
Esos tres volcanes pavorosos. Me estás mostrando cuántos hechos mi Señor, pero eso ¿llevará mucho en el tiempo? tantas calamidades, tanto horror, me estás mostrando como ese Cristo que se ve en Chile como si se derrumbara, mi Señor. Pero el Cristo no se derrumba, se derrumba como si fuera esa parte de la Cordillera, la parte más alta quizá de la cordillera, como si se derrumbara, ¡qué espanto! y qué es lo que sepulta. Y me recuerdas cuando el 23 de febrero del año pasado...

Ya no más sangre, no más dolor,
sólo paz, armonía, sonrisas, manos siempre extendidas,
no para arrebatar, sino para ofrecer,
ya que en todos, te reitero, como abierto el corazón,
el corazón derramando siempre ternura y comprensión,
es el nuevo mundo, mi José María,
es el nuevo mundo que he anunciado,
es la Tierra Prometida,
pero no es en un solo rincón,
sino la Tierra Prometida,
así, dice EL, la presentaré YO.
Amén



Montevideo, 04/11/95

VISION PROFECIA SOBRE ISRAEL

¿Cómo hacemos para cambiar esas Bosnias en Uruguay, por lo menos? Uruguay. Familia. La pobreza en Uruguay.
Ahora, mi Señor, esperamos TU Palabra.
Me estás mostrando al Uruguay y otra vez me estás mostrando al Uruguay, pero de pronto me mostraste Israel. Allá estamos, recorriendo Israel, mirando y mirando, acá estamos recorriendo Uruguay, mirando y mirando, y es como si fuera lo mismo. Acá hubo momentos amargos, en Israel también se están viviendo, lo vivieron y se sigue viviendo.
Pero de pronto..... ¡Qué cosa más rara, nunca tuve esta visión, veo a Israel como que es asfixiado, no sé lo que puede representar, veo los dos colosos, los veo en Israel así. Nunca tuve esta visión, repito, mi Señor ¿qué significa? Puedo equivocarme no ser la palabra "asfixiar", a lo mejor es "abrazar"... Pero, no sé lo que es. No tomen en cuenta mi palabra, el gesto, vamos a pensar que sea abrazado. Pero veo acá algo totalmente distinto, veo que acá como que realmente se abre como una flor en primavera. Y mucha luz, mucha luz llega. Y veo el centro de la flor como la luz más grande, pero forma como una estrella, la estrella que está como titilando como que está..... sube, desciende, sube desciende, sube..... y de pronto ilumina todo.

La Nueva Jerusalem que reconocida acá será,
la Nueva Jerusalem y hambre ya no habrá jamás.
Pero ¿cuándo, mi Señor, a partir de cuándo?! EL me hace señas que no lo interrumpa, perdón. Yo vivo suplicándote e interrumpiéndote, perdóname por favor.
La Nueva Jerusalem, luz al mundo va a dar,
como una flor que se abre en una primavera,
pero una flor que no se deshojará jamás.
Sino los pétalos se multiplican y la tierra envuelta se sentirá,
es la gracia tan divina que prometida fue desde la Antigüedad.
Cuántos hijos míos recibieron conocimiento.
Lo que habría en los últimos tiempos,
primero de desgarramientos y luego de dulzura y de paz,
de cantos maravillosos, todos unidos estarán,
que nadie va a desentonar en ese canto de alegrías de........
Mi Señor, déjame que te interrumpa, porque es maravilloso lo que me estás mostrando, no puedo evitarlo. Veo como si de pronto toda la Tierra se transforma en un jardín, inmediatamente deja de ser un jardín para ser de una blancura tal como un templo en el espacio. De pronto deja de ser un templo para transformarse en un verdor, verdor de esperanza. Y está en toda la Tierra. No veo mares, no veo desiertos, no veo montañas de piedras, no no. Veo toda la Tierra reverdecer. Y ahora de pronto vuelve a cambiar y se transforma en un corazón. Pero no es el corazón palpitando como se sabe que es el palpitar del corazón. No, palpita en música.
Y dice el Padre:

Pidieron familia, todos mi familia son,
pidieron de Uruguay, pidieron por la pobreza,
por mi Bosnia que estoy en cada ser, desgarrado, sufriente.
Pero aquellos seres, ángeles también,
se ofrecieron por amor a otros hermanos,
que ninguno se pudiera perder.
Por eso hay desgarramiento,
reciprocidad, y esa es por amor y comprensión.
Si tú tuviste tanto que pasar, mucho más quiero pasarlo yo.
Y mi Jesús decía: pero no quiero en ningún hermano el dolor,
¿Cuál es la verdadera familia?
La Familia del Cielo, todos hijos míos son.
Pero esta familia terrena, pronto sentirá la gracia plena,
que ya no habrá angustia, ya no habrá incomprensión,
sino por el contrario, como que las puertas ya se están abriendo
y la paz estará en cada hogar.
Y la comprensión y la ternura,
y una fe que los unirá a todos, almitas mías,
porque terminan las horas duras
y llegan las horas de la redención total.
Amén


Comentario de Giancarlo:
Este mensaje y esta visión de Madre sobre Israel, fue dado en el mismo momento en que acontecía la tragedia del atentado a Rabin en Israel.


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