Montevideo, 5.12.84

POR ERROR HUMANO, UNA NOCHE DE TERROR

No temas, hija bendita, mi mano te guiará.
Que lo que temes que se quiebre
fíjate, cómo mi paso lo fortalece
y tú por aquí transitarás.
Vamos, hija bien amada,
vamos mi pequeña ya,
que después de algunas jornadas
el cambio, hermoso se producirá.
Mas luego habrá otro cambio,
muy ruidoso, hija, lo es
y dirás: no quisieras oírlo,
YO te digo, no temas, mi bien,
que al instante te sonríes
y dirás: por fin ya pasó.
Y después con nuevos bríos,
así en el camino te conduciré YO,
con una nueva energía y en una modificación.
Que se acercan horas muy sombrías
y es para el mundo entero
y en cada uno como Padre estaré YO.
Luego por un error humano
el mundo convulsionado estará.
Ensombrecido, hija mía,
mas no temas, pues sabrás,
que después de esa noche terrorífica,
recuerda lo que acabo de decir,
terrorífica, hija mía,
la gloria se presenta y es aquí.
Acá la Nueva Jerusalem reconocida será,
acá es donde el Cristo llega
y la paz al mundo
ustedes y otros la sembrarán.
Amén


Salto, 02/03/87

DOS SOLES EN LA TIERRA NUEVA

Llegamos a Salto. Hoy... ¿Qué día es hoy?
- Lunes 2 de marzo de 1987.
Y alguien dijo algo, solamente Papá lo puede hacer. Y TU enseguida me respondiste:

Con ustedes mis hijos
todo será,
así como el Universo lo creamos
con todos juntos fue,
que YO no hice solo las cosas
sino con vuestra colaboración
y con los demás hijos también.
Mas esta enorme maquinaria
como un gigantesco reloj,
está tan cercano el momento,
de dar esa sublime hora,
y será como un despertador,
como el despertador
en el momento amargo
que a muchos va a aterrar,
pero al instante verá
la hora ha llegado
y el reloj se iluminará.

Me muestras mi Señor, todo el Universo, nunca habías dicho esto, todo el Universo, todo iluminado como un enorme reloj, verdaderamente... ¡Qué sorprendente es!

La tierra estará en otro lugar
por la sacudida que tendrá,
habrá dos soles
y una luna más cerca,
y ¡qué divinidad luego
en ella se va a manifestar!
La tierra desde lo profundo
y más de la superficie también,
será después el Divino Conjunto,
el Paraíso Terrenal, el Jardín del Edén.
Y ustedes, nuevamente como ángeles
porque en un reconocimiento total,
que aunque estén como humanos,
mi Alberto gordito como está,

Mi Señor...

Si, hablo como Papá humano,
así mis hijos me pueden comprender,
aunque estén con estos mismos cuerpos
como se encuentren,
verán las maravillas
que podremos realizar.
Con ustedes las haré
Amén.



Montevideo, 26.01.85

UNA NOCHE LARGA E INTERMINABLE

No temas, mi Margarita que hoy lo que anuncio es de paz.
Mis hijos pueden quedar tranquilos,
porque la paz en el mundo pronto se sellará.
Después de ese error humano
y en la venida del Cristo que anuncio,
sabrán que la noche parecerá larga, interminable, y de un terror..!
cual no se ha vivido, en esa noche se sentirá.
El mundo entero, en partes gime
y el que ha gemido, podrá luego comparar,
que lo que anuncio no es comparado,
porque en vez de gemidos, alaridos desgarrantes
y ahogados en el pecho quedarán.
Lo que anuncio es lo bueno,
en la alborada tendrán, la llegada del Cristo
que visita esa terrorífica oscuridad
y trae la calma en la sacudida
que en el mundo se verificará.
Y trae la paz y la armonía
y un canto que todos acompañarán.
El canto, divino y sublime,
cántico de alegría y de amor,
cántico de libertad, porque Aquél el que redime,
muy pronto, lo juro, hijos, su pie acá pondrá.
Amén



Buenos Aires 10/10/93

ESPERANZA Y NUEVO AMANECER

Flores en el campo, Oscarcito. Esperanza. Nuevo amanecer.
Bueno, mi Señor, ahora esperamos también tu Palabra.
Me estás mostrando un amanecer, pero Mi Señor, la noche, esa oscura quedó ahí, atrás, está todavía... todavía incierta, está amaneciendo, pero, mi Señor, esas pinceladas, diríamos así, de ese amanecer, dejan aún ver las huellas de esa noche horrenda. Sigue asomando el sol, ya está cambiando todo, la Tierra comienza rápidamente a reverdecer. ¿Es el verde de la esperanza, mi Señor?

Es el verde de la esperanza,
la Tierra así la presentará,
en ese Nuevo Amanecer,
que ya nadie temblará jamás.

Mi Señor, me estás mostrando cosas tan divinas,... tan divinas, esa gran transformación, todo eso... estás mostrando, mi Señor, y quisiera poder presentarlo así, de esa manera maravillosa que TU estás mostrando todo.
Esa transformación... veo esos bosques, como otras veces me mostraste, quemados, como bosques fantasmales, mi Señor y cuántos de tus hijos caminando en el bosque fantasmal de sus vidas mismas, sienten el crujir de las ramitas y se asustan, todo los atemoriza, todo los hace temblar, las distintas situaciones que están viviendo, por decir vivir, mi Señor... ahí están tan marcadas.... Pero de pronto está amaneciendo, sí, y esos árboles, con las primeras luces del sol, los troncos están formando todos como dorados y es como si en los troncos de los árboles estuvieran apareciendo como símbolos maravillosos y rápidamente están saliendo las hojitas, crecen, crecen, crecen, se cubren de flores, no cae ningún pétalo, los pétalos se cierran para formar los frutos.

La Tierra Nueva, siendo la misma,
estremecida de emoción dará los frutos,
ustedes son frutos también,
son árboles divinos,
son los árboles y vuestros frutos son vuestras obras,
sí, hijos míos, vuestras obras.
Hay un nuevo amanecer,
hay una paloma que viene volando,
Paloma, Espíritu Santo, como la quieran llamar,
esa Paloma que se transforma
en esa Mamá que en el Cielo los transportó,
los acunó, les cantó.
Inmaculada le llaman muchos,
inmaculados los hijos también
que aunque humanamente estén en el fango,
el alma no se ha contaminado jamás,
ya que se ofreció a padecer....

Pero me estás mostrando un águila, mi Señor, y sé que muchas veces TU te manifiestas y te representas en la fuerza de ese pájaro, el Aguila que proteje también a la paloma.

Aguiluchos son también mis hijos
y en ese Nuevo Amanecer ya no habrá graznidos,
sino habrán gorjeos divinos
y no solo saludando al nuevo sol,
sino saludándose entre todos.
Aguiluchos soberanos,
pero al mismo tiempo son águilas y son palomos,
palomitas mías del Cielo,
que pronto iniciarán vuelos tan grandes, tan raudos,
no se podrán detener jamás,
querrán con vuestras alas acariciar a la Tierra,
querrán con vuestros cantos también poderla arrullar,
querrán con vuestras patitas abrir nuevos surquitos
y depositar con los piquitos las nuevas semillas
y prometo, cumplido es, que ninguna se perderá jamás.
Amén


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