Montevideo, 14/05/94

APARICIONES, MENSAJERO DE ACUARIO

Triunfo, Olga.
Ay! qué bueno, menos mal que no está la lanza y la espada. (Risas)
Apariciones. Mensajero de Acuario.
Bueno, mi Señor, sí, tus hijos hablan de que es la Era de Acuario, mi Señor, pero TU ahora responderás.
Ahí estás, mi Señor, y es maravilloso todo. Pero es como que TU con la mirada acariciaras, y estuvieran descendiendo las estrellas y los ángeles descienden. Y ya se les ve en muchos sitios y muchos dicen: pasan las paredes, atraviesan todo.

-dice EL- se proyectan.
Tantas apariciones,
pero apariciones de la Madre como también se anunció,
en muchas partes del mundo, apariciones con amor.
Aunque muchos digan: ¡ah! pidió un templo,
cómo lo vamos a erigir, ...............

Pide un templo, pero lo interpretamos mal los humanos y pensamos que es el templo de las paredes que primero hay que hacer los cimientos, todo. Y TU estabas diciendo que el templo es cada uno, ese es el templo que pide la Madre, cada uno con sus puertas abiertas.

Así, así es.
Triunfo en todo, triunfo de los Tiempos,
pero esto que le llaman en lo humano la Era de Acuario,
ese Ser, ese Mensajero, ese es mi Hijo, es vuestro Hermano.
Ese que viene también no como una aparición,
sino auténtico como ustedes lo son,
así lo es El también.
Sorpresivamente comienza la gran y total redención.
Y entonces sí, ahí ya, las lanzas y las espadas se transformarán,
no digo en rejas para trabajar la tierra, en arados,
porque habrá milagros también,
ya no tendrán que ir a trabajarlo,
a esforzarse y a plantar las semillas,
y con las manos vacías será como una caricia
que la Tierra va a recibir,
y entonces va a reverdecer
y ofrecerá los frutos cual nunca se ha visto,
la Tierra, la misma, pero renovada totalmente,
como engalanada para una fiesta,
así se verá a la Tierra.
Por lo tanto, almas mías, tesoros benditos,
esta es la Era en la que todos están esperando,
en la que todo se anunció y será todo por fin otorgado.
La Era de las maravillas, es la Era todavía del Gran Dolor,
pero también en esta Era es el Divino Resplandor.
Ese mensajero y mensajeros ustedes también,
para ir transformándolo todo,
porque llega el gran momento de un abrazo,
como una fusión entre todos, Conmigo mismo,
porque así lo manifestaré,
para otorgarles lo que ya estaba anunciado,
el Gran Poder,
pero con qué humildad lo van a ejercer.
Apariciones ustedes también lo son,
porque estando en un sitio, otros dirán:
estuvieron conmigo,
yo vi a fulano, mengano o sultano,
¡qué buenos hermanitos!
También ustedes serán apariciones,
el cuerpo en un lugar, pero fragmentados en otros sitios,
donde los pueden ver y los podrán tocar.
Amén


Montevideo, 27.7.85

SON TANTAS SEÑALES DE LO ALTO

Sí, mi bendita hija, como preparación que es,
éste es el Camino Divino y esta es la Nueva Jerusalem.
Es prepararlos para ese Encuentro,
cuando el Cristo su pie acá pondrá.
Verán también que en esos acontecimientos
las Estrellas se acercarán.
Y son muchas, sí, mi bien amada,
como aquella de la antigüedad,
llegan otras y en una Gloriosa Jornada vienen todas...

Mi Señor, están como si tuvieran la forma de una Paloma, todas unidas... ¿o qué? Hay una forma extraña.

Viene el Aguila Gigantesca, y la Estrella de Belén.
La Estrella de David, también se acerca,
los cuatro ángeles con trompetas, que a muchos alarmarán,
más ustedes sabrán lo que es.
Son tantas señales de lo alto
y muchos de mis hijos a esas señales responderán.
Donde ellas los guíen... allá corren,
donde se detengan... también se detendrán.
Y es el momento sublime,
y antes de la Noche Negra, esto acontecerá,
antes de esa Noche Negra, pero tendrán conocimiento,
porque Mi Palabra, a todos les va a llegar, diciendo:
"Ahora ya es el momento, dispuestos todos tienen que estar,
verán algunas señales de lo alto, y será en tal, o cual momento."
Y estarán pues preparados, y saldrán a contemplar,
cuando vean los destellos comprenderán ... ya todo es.
Ha llegado el gran momento y todos presente responderán,
simbólicamente -dice EL-
Donde las señales los guíen, estén como estén saldrán,
no se inquieten, en tomar nuevas ropas, ni un refrigerio querer llevar.
Como estén, almas mías, rápidamente,
que en un sitio las estrellas se detendrán,
y habrá una luz que será envolvente
y se sentirán por ellas atraer,
como fue también en la antigüedad,
cuando aquellos reyes y pastores tenían que ir a la cita celestial,
también se sintieron envolver por la luz y en ustedes será igual.
Mas luego comienzan a izarse... a elevarse, en divinidad.
Y después, como un Séquito Divino,
que al Cristo van a acompañar.
Y verán también lo sombrío que a la Tierra envolverá
y ustedes tendrán el privilegio,
pero no como privilegio humano que es,
sino a pedido de otros hermanos,
que en ustedes se encomiende
la Obra de Divinidad a realizarse.
Obra que nunca ha habido en el Universo,
única en el mundo.
Por eso preparándolos una y otra vez,
reiterando mis palabras, hijos míos, no los elegí al azar,
vienen a cumplir un destino y como humanos aquí están.
No los necesito en un recinto,
ni en un claustro, encerrados y en oración,
sino en un mundo abierto,
y por estos caminos, donde se consagran
y pueden comprender al hermano,
al que ha caído o al que está hundido,
al que está en sufrimiento o al que está en el terror.
Habiéndolo pasado primero, así pueden comprender.
Esto también es preparación,
las manos siempre extenderán, manos que siempre bendeciré.
Alerta pues, almas mías, que donde haya una necesidad,
sea con una caricia, o con una sonrisa,
una palabra o una migaja de pan.
Migaja de pan es simbólica, es como entregar el corazón.
No olviden, cuando hace casi dos mil años,
aquel Hijo mío, -dice EL- así se ofreció:
quién comiere de este pan, de mi cuerpo comerá,
que quien beba de este vino, como que mi sangre tomará.
Y así, en el tiempo se ha repetido, y siglos han pasado ya.
Hablo como Humano siendo Dios,
hablo como Padre, pero soy el Creador.
En MI está el corazón abierto
todos dentro se pueden ver,
que mi corazón sólo se cierra,
cuando no quede ya nadie fuera,
y ustedes harán lo mismo, harán igual que YO.
Y qué hermoso será, ¿verdad?
Así los necesito y así obrarán también.
y sigo preparándolos en el camino,
unos como pastores irán,
que verán a los corderos,
en distintos hechos o acontecimientos
y a todos me recuperarán.
Y otros irán como sembradores,
y donde esparzan la semilla ahí germinará.
La parábola de hace casi dos mil años,
la que Mi Hijo -dice EL- ofreció allá,
sólo las de la Tierra fértil producía,
las demás ¿dónde caían?
Entre la maleza, o entre el pedregal,
o en los caminos pisoteada.
La de ahora... toda germinará.
La que caiga también en el agua,
o la que en el fuego pueda caer,
que el fuego no la quema, sino la ayuda,
y hasta el aire se ofrece,
porque el aire la sostendrá, la que en él quede.

Mi Señor, me muestras como ramas suspendidas en el espacio, cargadas de frutos y las raíces también las puedo ver ... en el aire.

Así será -dice EL- hasta las piedras se ofrecen,
y las semillas que ahí depositadas estén,
las piedras también se ofrecen, pues tienen un corazón,
y las ayudarán a crecer.
Mi Señor, ¿y aquéllas que los pájaros trasladan?
Son también como bandadas, que los vienen a ayudar,
sembradores míos divinos, ninguna semilla se perderá.
Y en frutos multiplicados ¿pueden ahora mirar?
Como el desierto de arena formado,
como si cada grano de arena, pudiera representar,
un árbol cargado de frutos, y ustedes dicen:
pues que eso no puede ser,
si el grano es tan pequeñito y un árbol gigantesco es,
pues les digo: sí, almas mías, como en el símbolo que hay,
por cada grano de arena, un árbol cargado de frutos,
que hambre en el mundo ya no habrá.
Amén


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