03/10/92

TIEMPOS DE ANGUSTIAS Y DESOLACION


Tiempos de angustias se están viviendo,
Tiempos de angustias y desolación.
Mi Jesús no dijo: volveré en tiempos bellos,
volveré en el tiempo del mayor caos y confusión.
Tiempos de angustias había anunciado,
y no dijo, tal día, ni mes, ni año,
dio señales del tiempo
y estamos en el Tiempo de los Tiempos.
Tiempos de angustias, la vivo en cada ser,
pero muy pronto la Luz surgirá,
iluminará a todos.
pero la Luz que va a resplandecer,
viene desde lo profundo de cada uno de mis hijos,
desde lo más profundo,
aunque en sí, nadie se la podrá ver,
podrán verlas en otros,
y otros en ustedes a la vez.
Esto también es ejemplo de la humildad
con que se van a revestir
y no será para ostentarla como...

Mi Señor....
como para disimular otras cosas,
de decir: me hago el humilde,
No, porque también la humildad
está desde lo más profundo de cada Ser.
Vino con el alma, desde que se consagró,
cuando juntos todos salimos del Cielo,
para la total redención.
Y la estrella, esa estrella que están esperando,
pero que la estrella ya está,
lentamente se viene acercando
y pronto en su grandiosa manifestación
la van a seguir, porque ella los va a guiar.
Esa luz de esa estrella, esa fuerza y ese poder,
pero también la sensación de paz,
que esa estrella les brindará.
Así como fue en la Antigüedad,
cuando la estrella aquella a tantos guió,
pastores, peregrinos, y seres poderosos,
a aquel lugar tan humilde donde mi hijo llegó.
Se ofreció para llegar, también El con humildad
entre animalitos,
sin hacer ostentación de quién era,
pero la Obra la iba a realizar.
También ustedes se ofrecieron
y vinieron en tantos momentos,
en tantos y en tantos momentos,
pero no vinieron así, decir, este cuerpo,
el alma vuestra, la que está en cada ser,
esa es la que se ofreció,
esa es la que ha vivido,
esa es la que ha padecido,
y se consagró,
como he repetido tantas veces,
por amor.
Estamos en el Tiempo de los Tiempos,
y esa estrella que muchos ya la pueden ver,
que tiene luces, que oscila,
que va de aquí para allá,
que se eleva, que desciende,
ya se está manifestando
para que ninguno se aterre,
y digan: es la Estrella de Belén,
ella nos va a guiar.
Ella los va a elevar,
sentirán que la luz desciende,
una paz muy grande y una gran emoción
y al mismo tiempo una gran alegría,
y ahí será el primer encuentro
con ese Ser que está en la vida.
Y ahí se abrazarán,
y habrá una gran preparación,
y con El después recorrerán
para poder ayudar.
Y en esas noches de oscuridad,
la Luz de la estrella los iluminará.
Luz, sí, y ya la angustia no se va a conocer,
la angustia que los tiene a veces en un rincón,
aunque a veces aprietan las manos
y quisieran golpear todo con las manos y con los pies.
Pero, ¿saben lo que yo hago?
YO soy vuestro Padre, YO soy vuestro Dios,
sé que dentro de esos gestos,
hay un indescriptible dolor,
cómo voy a decir: ¡mira cómo está!
sino digo: mira cómo está, ven a mis brazos,
y abro las manitos y las beso y las beso.
Y así, como Padre y Dios que soy digo:
tesoritos míos, ya la angustia
se va a transformar en alegría,
y se sentirán como niños
y a nada le temerán,
que estas angustias de ahora....

Mi Señor, me estás mostrando los corazones, pero veo el de Carlitos y veo los corazones como destrozados, como llorosos, y algunas lágrimas son rojas, mi Señor, rojas de tanto dolor..... Pero rápidamente veo y parece, mi Señor, como un gigantesco rubí, que despide luces, destellos maravillosos, y al mismo tiempo es tiernito como un flancito, como un rubí que resplandece, y al mismo tiempo la ternura. Y veo como que abre las puertas el corazoncito y como diciendo: hay capacidad para todos. Y como si el corazoncito tuviera ojitos, y mirara y como si dijera: el Universo entero cabe acá.

Sí, no habrá elección de decir:
unos sí y a los otros de lado los voy a dejar,
¡No! cuando se transforme la angustia
en esa alegría que reinará por doquier,
sentirán que pueden abrazar
a aquellos que los hirieron,
porque pensarán ustedes también, hijitos,
cuántas veces yo herí,
y cuántas veces no lo comprendí.
Pero ahora puedo ver,
puedo pedir perdón yo también,
porque ustedes en ese perdón, es ...
luces que van a ofrecer.
Amén


21/11/92

TIEMPOS DE SEMBRAR Y RECOGER

Mirta, Luz a la vida. Víctor, Tiempo de cosechas. Walter, Paz y Amor.

Luz a la vida, Tiempo de cosecha, Paz y amor.
Se está sembrando tantas veces la Paz y el Amor
y no se puede cosechar, no se puede recoger,
no se puede aún sembrar, como se desea, con el corazón abierto,
que a veces parece que espinas en las manos hay.
Tiempos de luz que se acercan, tiempos de luz,
pero luces ustedes son.
Entonces sí, la siembra será divina
y la cosecha... ¡qué decir lo que será!
Entonces sí, cosecharán paz, amor, fe, comprensión.
Pero al decir el amor, ya con eso sólo puede bastar.
Sí, hijos míos, tan amados,
porque en el amor todo se encuentra,
no hay dudas, no hay vacilación, no hay temor,
no hay... ser que se pueda derrumbar,
porque el amor lo mantiene fuerte y firme,
que aunque esté en el fondo de un barranco,
sabe que puede subir, puede ascender,
y puede a otros, ayudar a la vez.
Tiempos de Amor, Tiempos de Luz,
Tiempos de sembrar y de recoger,
sembrarán, pero no querrán recoger,
porque irán sembrando y sembrando
para que otros puedan tener,
pero al mismo tiempo de otros recibirán.
Las manos de ustedes, como tantas veces dije,
vacías parecerán, y sin embargo, irán sembrando,
y la Tierra se sentirá reverdecer.
Y la Tierra, como tantas veces también mencioné,
como una Madre que está por dar a luz.
Sí, estamos en los Tiempos pre al parto,
el parto de la tierra, la tierra pronto dará esa luz,
y entonces sí, todos se sentirán, no en un reverdecer,
sino en un renacer, como un día de Navidad.
La Tierra como un gran pesebre,
donde cada uno como un niño se sentirá.
Y ya no habrá dudas, no habrá vacilación.
Que esa estrella de Belén, aquélla que hace dos mil años,
a seres, peregrinos, pastores, reyes guió,
esa estrella no sólo va a guiar,
sino también va a elevar hacia ella,
donde hay ángeles míos, como los ángeles de acá,
se unirá en un abrazo divino,
y entonces verán como en la Antigüedad,
Maná, en toda la Tierra, todos lo van a recibir,
y no será un día, otro y otro,
con una sola vez, para que puedan vivir,
lo que vivió aquel Moisés, en aquellos tiempos,
en aquellos años, un día tras otro en aquel desierto,
llevando también él como un pastor, aquel gran rebaño,
ustedes como pastores también.
Se acercan los Tiempos de Luz
y no tendrán que volverse para mirar,
porque tendrán la fe, la total seguridad,
que ningún cordero se les va a perder,
al contrario, irán rescatando.
Y eso también es sembrar Amor, es dar la Paz,
porque hasta los lobos, como he dicho,
en corderos mansos se transformarán.
Adelante en los caminos, Tiempos de todo es,
Caminos de Luz...

Mi Señor, veo los caminos de piedras de ahora, veo las montañas que parece que se desmoronan, veo fuego, veo agua que inunda por otros lugares. Veo... veo, veo, ¡mi Señor! Cuando alguien preguntó el otro día sobre Francia y TU me mostraste la flor de lis, y la flor de lis era negra y yo dije ¿qué símbolo es éste, mi Señor? y con todo lo que me dijo Giancarlo, que él fue siguiendo las noticias, todo lo que ocurrió en Francia ¿conocen ustedes? ¿han sentido? ... bueno, yo no he podido ver, pero me dicen: mensaje cumplido también. Tiempos que se están cumpliendo y como TU dices, TU estás en todo y en todos. Mi Señor...

Pero estamos llegando al final
de este camino de piedras y de espinas, de lodo y de lobos,
de fuego y de agua que va anegando y parece que lo cubre todo.
De deshielos...

TU habías anunciado, mi Señor, como los hielos se derretían y yo pensaba que era aquella primavera que TU anunciabas ya para toda la Tierra. Primavera en todo, que no quedaba ni un lugar que no fuera en un reverdecer maravilloso. Y hubo deshielos y los iceberg llegaron hasta Punta del Este, hasta acá llegaron... gigantescos, gigantescos, mi Señor. Volviste a anunciar otra vez los deshielos en un mensaje... Acá el teléfono es todo el día, todo el día llamando, tanto ayer como hoy fueron veinte y pico de llamadas, anteayer también. Veinte y pico de llamadas, pero veinte son desgarrantes, el piquito son más suaves... Y también había anunciado otra vez esa Primavera, los deshielos, y yo digo: ¿será otra vez como esto, mi Señor, los enormes bloques? o será ya para que por fin surja TU primavera.

Mira -me dice EL-

Sí, mi Señor, veo los iceberg flotando en las aguas... flotando no, porque si se asoma una parte sabemos que siete más están para abajo de las aguas. Pero... hasta los hielos los veo, mi Señor, todos cubiertos de plantas, todo es un verde, cómo es posible eso!! ¡cómo es posible!! nunca me mostraste esto, es grandioso.

Milagros y maravillas que pronto toda la Tierra,
mis hijos, no sólo ustedes, sino todos vivirán,
las maravillas que vengo anunciando,
después de los sufrimientos,
de los desgarramientos atroces, que juntos hemos vivido,
a través de los distintos tiempos.
Sólo vuestra alma es Eterna, vuestra alma que se ofreció,
no solamente para un Tiempo,
sino para vivir en todos los tiempos.
Así vuestras almas como hostias
que salieron de aquel Tabernáculo,
pero ahora se sentirán íntegras, fuertes,
y como hostias se sentirán que la obra no fue en vano,
porque fue consagración de Amor.
Amén


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