Montevideo, 24/07/93

TRIANGULO DE LAS BERMUDAS

Miriam, Nueva casa para un hermano. Adriana, Triángulo de las Bermudas.
Mi Señor, TU me habías mostrado, ya hace mucho tiempo, esa enorme casa que está en el Triángulo de las Bermudas, esa gigantesca como una ciudad. Cuando eso se construyó no había agua, ni se sabía que luego iba a haber una catástrofe tan grande que sería todo inundado, y aquello tan sólido. Y TU me mostraste muchas veces, mi Señor, cómo... yo me he visto allí adentro, como se abren compuertas, entran barcos o aviones, se cierran y no entra el agua. ¿Qué hay, qué impide, como digo siempre, que el agua pueda penetrar? No lo sé, pero hoy esperamos Tu Palabra.
Y nueva casa para un hermano, mi Señor, cuando Yo un día, me veía en un edificio que era redondo y lleno de apartamentos y entonces yo los llamaba a todos y les decía. Bueno, acá hay cajitas con llaves, acá es con un dormitorio, acá es con dos, acá con tres y acá con cuatro, así que..... y cada uno tome la llave que necesite y no va a saber para qué apartamento va, pero entonces será un convivir, hay un gran parque, decía yo, nadie espere que el otro limpie, y cuando hay un enfermo, todos corran a atenderlo, nunca se sabe de quién se puede precisar. Y yo veía eso, y veía cocheras y qué lindo que era y todos tenían su casa y nadie tenía que pensar en pagar nada más que su propio alimento y compartirlo con otros y lo de otros con ellos. Y así era..... Y ahora TU me mostraste otra vez eso, mi Señor. Y es como si de pronto fuera un maravilloso palomar donde todos se sienten en un vuelo de libertad, pero todos tienen su techo. Y dice EL:

Todos tendrán su techo, firme y seguro,
no habrá vientos que lo puedan levantar,
sino todos será tal como lo he dicho,
en lo humano, pero también en lo grande y en lo puro.
Humanamente sí, el techo firme y seguro está,
no deben de temer a nada,
saben que Mi Palabra se cumplirá.
Y acerca del Triángulo de Bermudas
como mi Adriana acaba de pedir,
ahora voy a aclarar:
Muy pronto conocerán también todo lo que hay allí,
que esos benditos hijos míos, que hermanos vuestros son
ellos están ya con todo dispuesto, todo preparado,
solo esperando el momento,
como cuando hay una carrera,
¡la largada! ...... y allá van....!
así están esperando ellos,
no una respuesta, no una palabra,
sino la señal, el reloj que da la hora.
Y entonces en esa hora justa es,
que ellos se vienen acercando,
ángeles como ustedes también
y serán también llevados
en conocimiento a muchos lugares
y ahí también, no en el Triángulo de las Bermudas
en una de las Estrellas
el primer encuentro con ese Vuestro Hermano,
Ese, que llamarán Cristo, que le llamarán de distintas maneras...

Mi Señor, y los veo en una estrella y están tomando mate....
Es que los hermanitos todo lo respetan,
y a quien le guste, mate también tomará.
¿Qué piensan? que no será compartido
nadie dirá: que hay microbios, qué han traído!
sino dirán: ¡qué hermoso es!
un poquito también de este néctar libar.
Amén



Montevideo, 11/06/94

LA BARCA DE LA ALIANZA

La Barca de la Alianza, Susana.
Bien, mi Señor, tu bendita Susana puso eso, y ahora esperamos como siempre, Tu Palabra.

Como siempre Mi Palabra, y como siempre Mi Amor,
que en la barca de la alianza navegarán.
Irán por las aguas y la barca se elevará,
irán por los aires y entrarán también a lo profundo
de aquel océano, como también adentro de aquel volcán.
Porque la alianza se establecerá en todo lugar,
en el aire, en la tierra, en los mares, en los volcanes,
en el desierto, en los bosques, también en las grandes ciudades.
Y esa barca maravillosa, blanca, ya la verán

Mi Señor, me dejas que te interrumpa un segundo, porque de pronto se me representó algo. Hace tantos años, mi Señor, cuando TU me hablabas de tus hijos en el espacio y me mostrabas las naves, pero me las mostrabas blancas y ahora de pronto la barca de la alianza tan blanca...... y no se hablaba de ovnis, no se hablaba de nada, mi Señor. Y TU me estabas preparando y yo veía todo aquello con esa naturalidad que TU me mostrabas a todos tus hijos, pero sin comprender que era real, que existían. Y ahora me estás mostrando eso maravilloso, como hace tantos y tantos años, mi Señor.

Es que esas barcas de la Alianza,
las barcas de la fraternidad,
las barcas maravillosas,
ustedes se sentirán que ellas que se vienen acercando,
invitados a ascender serán.
Y esos vuestros hermanos, legionarios del amor,
con los brazos abiertos los estrecharán
y parecerá que late, no por separado,
sino como uno solo,
como si fuera un solo corazón.
Sí, benditos, sí hijos míos,
y en esas barcas también irán
para ir sembrando las nuevas semillas del nuevo trigo,
para ir sembrando las semillas del amor, de la cordialidad
y esa alianza que no se destruirá jamás.
Así los bendigo también como los trocitos del pan,
así los bendigo, porque trozos de mi corazón también son,
así digo: benditos mis hijos,
que del Cielo quisieron venir dejando la alegría,
dejando las maravillas,
dejándolo todo allá,
para venir a esta destrucción,
porque sentirse cada uno,
cuántas veces ya no pueden sonreír.
Pero llega la gran transformación,
y en esa alianza maravillosa,
en ese sello de la paz
entonces sí, comenzarán los cantos,
¡aleluyahs!
Y esos cantos a toda la Tierra la van a alegrar,
desde lo profundo y al espacio.
Y no olviden lo que mencioné
que en ese error humano
a la tierra la transformarán en un corazón.
Corazón lleno de amor,
corazón del Universo,
corazón pleno de paz,
porque el corazón
es una barca de alianza también.
Amén

Ahora me estás mostrando otra vez la barca, muy blanca, muy blanca, maravillosa, mi Señor. Y en esa barca muy blanca, en lo alto de un mástil, allá está la palomita, como haciendo equilibrio. Pero ella sabe muy bien que no se va a caer de ahí, se aferra con las patitas ahí y ahí está.
De pronto ese mástil tan alto se transforma en un Arbol de Navidad y Ella que está allá en lo alto, la veo que se forma como una Estrella de cinco puntas y dentro de esa estrella de cinco puntas comienza a surgir la Madre del Cielo. Paloma, Espíritu Santo y Madre, todo una sola cosa, ahí está, cinco puntas, cabeza, manos y pies.
Y de pronto es como si el árbol se aplasta, se hace chico, es verde siempre y forma también una barca, forma una barca y las ramas son como si hubiera remos todo alrededor. Que si hay que remar hacia un lado, que si hay que remar hacia el otro, para aquí, para allá, como sea, y al mismo tiempo esa barca de la alianza, verde de esperanza es la Tierra! Y la Madre está......... pero la Madre está en toda la Tierra! La Tierra o es tan pequeña o Ella tan inmensa, porque está en todo eso.

Cómo no va a estar si Madre de todos es,
no olviden que con la Madre somos
en cada hijo la Trinidad.
Esto siempre lo ha sido y siempre lo será.

La veo ahora, cómo con las alas inmensas, porque tiene alas y parecía que las alas las tenía escondidas, las abre, las abre y ahí están, y están todas formadas por destellos más que nada verdes, verdes pero suaves, no son como........... plumas duras, rígidas, no, son destellos muy suaves de un verde fuerte, poderoso. Estoy mirando todo y de pronto de cada pluma y verde van surgiendo las figuras, pero siempre vestidos de verde y son ustedes mismos. Pero son millones, millones, millones que hay. Estoy mirando, sí, está todo completo. Ella da vuelta el ala para que mire del otro lado, da vuelta la otra ala, nunca había hecho esto.

No falta ninguno, me dice Ella,
mis hijos prendiditos están,
y además se van intercambiando,
no todos quedan en un mismo lugar,
y se intercambian con amor,
porque también pactaron esto
en esa alianza maravillosa,
no decir: aquí me quedaré yo.
Y ahora, como siempre, les cantaré mi arrorró,
como una Mamá que acuna a los hijos,
como una Mamá que siempre da su Bendición.

Y mientras toma toda la Tierra, todos entre sus alas con su inmenso amor, va entonces acunándolos. Se vuelve a elevar. Ese árbol de navidad que quedó así, ahora lo veo que forma la tierra pero parece como un pesebre maravilloso, un pesebre de esperanza. Y como si todos miraran el pesebre, la miran a Ella como diciéndole:

Nos sentimos como niños otra vez,
como que salimos de un pesebre,
y estamos viviendo ya una Navidad.

¡Ay! pero la Navidad cuánto tarda ... aunque la Navidad no llegue...
Sí, la navidad llega, sin fecha, sorpresivamente,
toda la Tierra tendrá esa navidad.
Porque ese hijo que anuncio,
ese Hijo que quería sufrir El solo,
no quería el dolor en sus hermanos,
pero todos quisieron venir para acompañarlo
y compartir en su desgarrar.
Por lo tanto, la Tierra será como el gran pesebre,
la Tierra verde como mis alas también,
aquí tienen la esperanza -dice Ella-
aquí tienen la esperanza,
ya no van a sentirse decaer.
Que quien partió, aquí también está,
porque su alma es eterna
y ustedes estarán con alma y con cuerpo a la vez.
El ángel que vino del cielo,
luz, potencia, como le quieran llamar,
pero son nuestros hijos, los que quisieron venir de allá,
tomando esta forma humana,
pero se irán reconociendo unos a otros,
quiénes fueron allá,
así sea con un africano, lo verán resplandecer,
porque todos son de la misma esencia,
son partes nuestras: del Padre y Mía -dice Ella-
Por lo tanto, no hay diferencias.
Y ahora, hijitos, ahora les cantaré.

Y los va acunando nuevamente y les canta. Pero veo panes, veo muchos panes, y los veo a ustedes como trozos de pan también. Pero veo vuestras mesas, hay panes.
Y dice EL:

Es que todo pan, incluso la miga que pueda caer,
esa migaja bendecida será.
Vamos -le dice a Ella-
que contigo YO voy a cantar también.

Y siento a los dos cantando. Y cantan, no como lo voy a repetir yo, sino como los Papás del Cielo que son.
(Canto en lenguas)
Y es como si estuviera tocando música y es como si esa música fueran campanitas. ¡Que hermoso!
(sigue cantando)
Y es como si la última campana le fuera dejando como una melodía. Es realmente maravilloso.

Es que ustedes -dice el Padre -

Y Ella lo mira sonriendo y dulce a la vez,

ustedes son la gran melodía
que quisieron venir a distorsionar acá,
pero pronto esa maravillosa melodía,
todo, todo se va a congregar
para sentir la emoción
y sentir también en todo
la auténtica y eterna ya felicidad.
Amén


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