11/01/92

CAMINO A LAS ESTRELLAS

Precioso, Ebraima. Camino a las estrellas. Las semillas.
De las semillas les voy a hablar yo. ...
En esta tu Palabra, camino a las estrellas.

Cuántas veces he dicho
que las estrellas se acercarán,
como aquella Estrella de Belén,
tantos ángeles estuvieron en ella,
hace... tanto tiempo, pasaron casi dos mil años,
pero mis ángeles en sus estrellas,
camino a ellas a cuántos conducirán,
para llevarlos hacia otros sitios,
dar un conocimiento,
conocimiento un poco distinto, sí,
conocimiento más amplio,
es como si acá se estuviera en mitad del camino,
los seres que están alejados,
donde la civilización aún no llegó,
donde hay otros conocimientos,
y acá se está en el medio,
allá están aquellos otros, vuestros hermanos,
ángeles como ustedes también,
que vienen en las estrellas,
se acercan como aquella de Belén.
.....
ángeles, invisibles pero como que están acá, cuántos ángeles estoy viendo, mi Señor, que están ayudando a tantos de tus hijos, sus propios hermanos. Angeles, ángeles todos, como Tu dices...

Así son, mis estrellas son bendecidas
y ellas también en la Antigüedad ya se conocían,
como carros de fuego, de distintas maneras,
pero esas estrellas llegan.
Sí, y a esas estrellas
ustedes también ascenderán.
Y será con estos cuerpos
para poder también otro conocimiento tener,
aunque lo reciben de MI,
pero es necesario, como la maestra en la escuela
que va enseñando a los niños,
el niño podría aprender directamente de MI,
como Dios y Padre que Soy,
sin embargo se necesita de la maestra,
luego de los profesores,
llegar a la Universidad,
para luego también ustedes enseñar.
Así ellos enseñarán,
así ustedes también más van a aprender,
y en ese aprendizaje divino,
a cuántos ayudarán,
con qué fuerza, con qué comprensión
y con qué humildad a la vez.
Amén


Montevideo, 17.04.93

REENCUENTROS MARAVILLOSOS

Víctor dijo Partir. Corina dijo Reencuentro. María Gloria, Juicio. Bueno, ahora, mi Señor, esperamos Tu Palabra.
Me estás mostrando tantas cosas a un tiempo que no las entiendo.

Ya las van a comprender -dice EL-
Partir, hay muchos tipos de partidas,
partidas que son solamente momentáneas,
partir de un sitio donde algo se desempeña
y luego habrán también reencuentros.
Juicios, juicios en lo humano,
pero en lo Divino los juicios no existen,
Juicios en lo Humano,
que muchas veces se sienten desesperados
y nadie les extiende una mano,
sin embargo las manos extendidas están,
invisibles son.
Pero hay otras partidas y hay otros reencuentros
y en todo ello se encontrarán con infinito amor,
no es partir del mundo, sino partir de otra manera,
partir.....

Mi Señor, me estás mostrando como en la Antigüedad, aquellos ángeles, desde la Estrella de Belén, los ángeles de la ballena de Jonás, los ángeles que apartaron la piedra del sepulcro, los ángeles, me los estás mostrando, y cómo ellos vienen y es como si dijeran:

¡Vamos a nuestras Estrellas, vamos ..!

Como si invitaran a algo... ¿a viajes? ¿a dónde?

A viajes -dice EL- a reencuentros,
a reencuentros maravillosos
y habrá sí, habrá un juicio,
juicio pero con amor a todos los sentimientos,
que vuelvo a reiterar,
aquellas palabras que a Francisco inspiré,
no es nada que haya que destruir,
sino todo lo que he prometido que transformado será
por MI y por ustedes también.
Y en ese juicio dirán: bueno ¡vamos...!
incomprensión, tienes que transformarte ya,
¡vamos guerra! que hay que sellar por fin...
y en el apretón de manos ese sello divino
que viene desde el corazón, es el sello de la paz.
¡Vamos, pestes!, que también hay que transformar.
Ese es el Juicio, almas mías, la peste en salud, en todo,
desde lo profundo hasta el espacio también.
Nada quedará contaminado, sino todo será purificado.
Y así, así también habrán reencuentros,
reencuentros que no se esperan,
pero reencuentros que, en algunos casos,
un poco de decepción, en otros la seguridad completa,
sonrisas, alegrías, abrazos.
¡Al fin! al fin nos hemos reencontrado.
Pero llega el momento que sí,
los reencuentros serán todos de alegría.
Si en algunos hay aún decepción,
llegan los reencuentros de infinita comprensión,
de ternura, de fiestas, de cantos, de aleluyahs.
No olviden lo que anuncié, pero entonces sí,
habrá que partir para formar divinos puentes,
no partir del mundo, sino de un lugar para otro,
para unirlo todo en un Divino conjunto.
Amén


Montevideo, 02/09/95

ANGELES PROTECTORES

Angeles protectores, palomas blancas trayendo paz, familia unida, una dulce visita.
¡Qué lindos temas, mi Señor! Y TU, ¿qué vas a responder?

Familia unida eran en el cielo,
cuando resolvieron a la Tierra venir,
sintiéndose como humanos destrozados y desperdigados.
Pero pronto la familia se vuelve a reconocer,
porque es la familia que YO creé
y con cada uno estoy aquí.
Y al decir aquí, no es en este sitio,
es en el Universo entero, almas mías, que estoy.
Y esos ángeles, esos seres que son vuestros hermanos,
como ustedes siempre bendecidos,
ellos los están preparando para el gran abrazo
que junto al Cristo,
renovarán a la Tierra rápidamente
y la Tierra tendrá su corona de Alto Honor.
Paloma de paz, paloma blanca ¿y ustedes, qué son?
Pichones de la Gran Paloma,
que cuando la invocan Espíritu Santo
y cuando se transforma ¿qué es?
La Paloma blanca de la Paz Divina,
es la Madre Eterna que está junto a cada ser.
Cada uno es Trinidad, no lo deben olvidar,
pero llega el tiempo de esa paz, de la salud,
de la alegría y los cantos y las aleluyas que vengo prometiendo,
todo cumplido será.
Y lo cumplo como Dios y como Padre que Soy,
no olviden que no soy verdugo de mis hijos,
que jamás a nadie condené.
Por lo tanto, almas mías, tiernos angelitos,
quisieron venir dejando la paz y la felicidad,
para sentirse en la hostilidad tal como mi Jesús anunció,
pero lo más maravilloso es la unión de toda la familia por fin,
ya que en lo humano, la parte divina que está en cada ser,
el ángel que está en cada uno,
pronto se van a reconocer.
Y entonces, entonces podrán ver,
llegó el tiempo de la redención total,
la Tierra el paraíso por fin!

Mi Señor, pero lo que esta bendita te pidió no le estás contestando todavía.

No te inquietes, que para todos la respuesta está
y cada uno en su corazón la va a recibir.
Por lo tanto, esos ángeles que están en sus estrellas,
ángeles como ustedes también,
ellos están ya preparados para las grandes maravillas,
maravillas que serán compartidas,
están preparando de distintas maneras a tantos de mis hijos,
de tantas maneras, y muchos ya son testigos
y pueden demostrarlo muy bien,
como este ser que desde Durazno llegó.
Cuánto ha habido en su hogar,
viviendo donde vive,
y viviendo también tan inmenso dolor,
porque ella lo comparte con todos
y recién ahora puede un poco respirar,
pero está recibiendo de esos hermanos
como muchos de ustedes, en sueños, en visiones,
una mano que se agita, un ser que respira,
se da vuelta... no hay nadie por acá.
Sí, se manifiestan de muchas maneras.
En lo humano, en las estrellas están,
pero en la parte maravillosa de este acercamiento,
ellos tienen un adelanto
y en lo humano diremos: un progreso,
para poderse manifestar.
Que atraviesan las paredes, que se siente una voz,
que me han llamado... no hay nadie...!
¿qué sucede.....?
Es la gran preparación,
sí, es la gran preparación.
Cuántas veces se presentan a los niños y dicen:
el niñito jugando está,
pero parece que va a perder la razón,
mira, déjate de jugar así...
Y sin embargo, el niñito con todo su raciocinio,
tan claro y perfecto es,
como cuántas veces ustedes de niños
jugaban con los amiguitos invisibles,
y ahora saben que son vuestros hermanos
que pronto se harán presentes,
porque este es el tiempo que se anunció.
Y entonces sí, qué alegría, nada de temer,
que aquellos hijos han superado todo
lo que en la Tierra aún no ha podido ser.
Si la Tierra está sufriendo, todo profetizado fue.
Adelante, mis benditos, vuelvo a reiterar,
adelante y sin temor que llega la maravilla, lo prometido,
que no soy Padre de un grupo de mis hijos,
soy Padre de todos y no olviden que he dicho:
si alguno está en el fango hasta el último cabello,
en el fango hasta mi último cabello,
como Dios y Padre que soy estoy junto a él también,
aunque los demás juzguen....
Pero YO puedo ver en cada corazón.
Amén


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