El Padre carga con el mayor dolor (Pág. 2)

 

EN ESTA PÁGINA:
- ¿EUTANASIA? COMPRENSION PADRE
- SUFRO EN CADA SER
- CARGO EN MI EL MAYOR DOLOR
- JUNTOS HEMOS PADECIDO
- ESTOY EN EL DOLOR DE CADA UNO
- EL PADRE COMPARTE UN INFIERNO


Montevideo, 16/12/87

¿EUTANASIA? COMPRENSION PADRE

¿Qué tienes para decir, mi Señor?

¿Qué tengo para decir?
que en la agonía de cada hijo también estoy.
Que multiplicó en MI cada sufrir,
y en cada.... desagradable en lo humano, reacción,
en cada una, en MI son diez.
Esto es lo que soy YO.
Por eso pido, suplico,
que aunque soy Dios, suplico a mis hijos,
que no me deben temer,
que comuniquen a todos que soy el Amor,
que soy el Bien, que no me aparto de ninguno,
y en cada hecho y en cada gesto a la vez,
puedo comprender a cada hijo,
que quien practica la eutanasia,
yo no lo juzgo, porque lo hace por Amor.
Para evitar tanto desgarramiento,
no lo hace por comodidad,
sino también en ese ser hay un sufrimiento
diciendo: estoy terminando con un ser,
y si en este momento hubiera una luz,
hubiera un milagro?
mi alma me podrá perdonar lo que yo quiero ahora realizar,
y lo hago por piedad, lo hago por obra de misericordia.
Cómo voy YO a un hijo juzgar?
cómo voy a censurar?
puedo comprender a cada uno
esta es mi Palabra,
no voy a agregar más.
Amén



Montevideo, 4/12/93

SUFRO EN CADA SER

Bueno, mi Señor, TU que sabes a qué pregunto yo, si TU sabes bien lo que cada uno de tus hijos necesita.

Preguntan que cómo me encuentro,
desgarrado estoy de dolor,
no sufro como uno solo,
sufro en cada ser,
como Dios y Padre que soy.
Desde el Cielo he venido con todos
y cada uno en su parte viviendo va,
pero cada uno quería cargar la cruz,
más pesada que aquélla,
aquélla que fue
la de aquel inmenso dolor,
hace casi dos mil años ya.
Cada uno quería cargar una cruz más pesada,
y YO sabía que no podían llevar,
por eso la cargo en MI
y una partícula he dejado en cada Ser.
¿Cómo estoy?
Desgarrado por verlos sufrir,
que si no fuera porque se ofrecieron
y las profecías también las debo respetar,
no les dejaba ninguna parte de la cruz,
la de cada uno la cargaba YO.
Soy Padre, no soy verdugo,
Soy Amor, no soy el juez,
no soy el cuco, ni soy el ogro,
soy el Ser que con Amor
a cada hijo YO creé.
Rosa, rosa,
habrá quien liará una rosa con otra,
y una rosa que pronto llega,
llena de alegría de poder abrazar,
una rosa que todavía tiene espinas,
por distintas razones las espinas están,
pero muy pronto mi rosa se sentirá feliz
y sus pétalos sentirá cómo se van a renovar,
y el verde de sus hojas
es la esperanza que no se marchitará.
Y comienza el Reino de Paz y de Amor,
de Paz y de Amor
y toda la Tierra se sentirá estremecer.
Paz y Amor,
así será la paz en cada corazón,
y el Amor a todos los unirá,
como ese hilo invisible,
ese cordón corazonal,
ese que no se va a destruir,
pero que en todos, en todos está,
y no atadito y un nudito
y que se puede después zafar,
no, porque ese cordón corazonal,
lo trajeron desde el Cielo,
ese no se romperá jamás.
Pronto tendrán esa gracia plena
y entonces cuando llegue ese momento,
ahí podré decir:
Ya no cargan ninguna partícula de la cruz,
ni tampoco la llevaré YO,
porque entonces podré YO también sonreír.
Cuando dicen gracias o piden algo,
gracias, siempre digo YO,
gracias, porque se ofrecieron, hijos míos, tan amados,
gracias, pichoncitos del Cielo,
gracias, palomitas divinas,
gracias, ángeles que pronto se sentirán alados,
sí, se sentirán revolotear
y los pies, aunque vayan caminando,
se sentirán como que van suspendidos,
como cuántas veces se sienten mis hijos,
como que la Tierra no la pueden tocar,
¡Ay! están como en las nubes,
pero las nubes,
ya también ellas se van a transformar,
no son las nubes sombrías,
las nubes también de las distintas situaciones
que compartimos, almas mías,
esas nubes todas tendrán su maravilla,
y ya no se verán como las nubes oscuras,
del tiempo o de la situación,
sino se transformarán
como en caritas sonrientes,
porque hasta la situación
será como caritas sonrientes
para compartirlo todo,
vuelvo a reiterar,
en esa paz y amor.
Amén



Montevideo, 16/4/94

CARGO EN MI EL MAYOR DOLOR

Despertares, Delia. 1974, Myriam, voy para atrás, no sé porqué, lo escribo todos los días, no sé porqué en vez de 1994, escribo 1974. Ril, ... de pescar.

Despertares,
cuántos de mis hijos que están como dormidos,
cuántos de mis hijos se sentirán despertar.
De pronto el cuerpo sentirá como una sacudida
y será una sacudida de alegría y de paz, de emoción y de felicidad.
Y ahí comienzan los despertares,
aunque también otros despertares como anuncié, habrán.
Muchos hijos despertarán de sus sueños,
para colaborar en la Redención total.
Y este 1994 y si retrocedemos un poco también,
cuántos tropiezos han habido,
cuántas heridas en esos surcos de la vida.

Y veo, mi Señor, la Tierra como que se abre y sangra. Y es como decir, los cuerpos están así, heridas abiertas y sangrando.
Pero pronto esa sangre será restañada
y tendrán la alegría de vivir en estos tiempos,
porque han dicho muchos, ¿por qué esto a mi?
¿por qué este sufrimiento? ¿por qué....?
¿por qué si yo no me ofrecí?
Sí, cada uno se ofreció a padecer en más y en peor,
cada uno quería cargar la montaña del mayor amargor,
cada uno quería sentir ese peso y sentirse aplastar también.
Pero YO soy Padre, no soy el ogro de mis hijos,
soy el Padre que los ama,
y cargo de cada uno en MI, diez veces más.
porque no lo podrían resistir,
como en esa Africa, como en esa Bosnia,
mis hijos están desgarrados,
sin embargo están aliviados, y ustedes dirán:
¿Aliviados en qué....?
Que también ellos se ofrecieron para padecer mucho más,
lo cargo diez veces más en MI,
si aquello es horrendo y aun a la distancia lo pueden confirmar,
más horrendo sería si les dejara todo lo que querían como en ustedes,
y eso jamás lo iba a permitir,
porque no es en MI el deleite de ver a ningún hijo sufrir,
sino por el contrario, lo cargo en MI para poder aliviar,
de lo contrario no sería un Papá.
Soy el Pare, el Dios, el que con amor a cada uno creó.
Y en este 1994 se verificarán otros hechos,
y habrá uno muy, pero muy amargo,
Peor que el de Africa, mi Señor, ¡¡por favor!! en qué parte del mundo....... lo veo muy lejos, mi Señor, pero ¿qué hay?
También habrá sorpresas divinas,
sorpresas que maravillarán
y se sentirán ustedes, no con un ril en la mano,
se sentirán como pescadores, contentos,
porque irán de los mares rescatando,
tanto como el mar se llevó.

Mi Señor, no te entiendo las palabras, no sé lo que TU quieres decir, pero sé que en estas Palabras tuyas hay un mensaje y que ya lo entenderemos, pero no te entiendo.... Veo muchos pescadores en la dársena, veo muchos en distintas costas, en las rocas, veo muchos en los barcos, veo echando las redes, veo como.... ¡ay! cómo están tratando de llenar esas redes y veo los arpones..... ¡ay! no, no mi Señor, sufren y yo no puedo ver sufrimiento en nada ni en nadie. ¿Por qué, mi Señor, hasta cuándo? Sí TU estás desgarrado, si Tu sientes también el arpón ue se clava en TI!
¿Qué ves? -me dice ahora
¡Ay! no, ahora por el contrario, ya no veo las redes esas, las están doblando, y miran hacia otros lados. Ven barcos que van a zozobrar y es como querer poner las redes debajo de los barcos par que puedan reflotar. Estoy viendo mi Señor como que están echando no la ceba en el agua para pescarlos, no, están tratando de alimentar. Y dice EL:
¿Qué anuncié?
que el grande al chico no se lo comerá,
por lo tanto, ni redes, ni riles, ni cañas,
de ninguna manera, en ningún sitio se va a producir.
Lo que hasta ahora fue dolor no se vuelve a repetir,
sino por el contrario comenzarán a trasmitir y a dar
el divino dulzor de lo profundo del corazón,
y si fuera necesario el corazón se lo arrancarían
y lo ofrecerían también.
Esa es la Obra, almas mías, esa es la Obra.
Y ahí comienzan los grandes despertares.

Aunque... mi Señor, hay muchos que están despertando, hay muchos que TU me estás mostrando en esos despertares, pero, no que estén dormidos, sino que es como un renacer, es mirar la vida desde otro ángulo, es mirar las cosas con otra, no digo aceptación o resignación, sino con una fuerza nueva.
Así son los despertares,
y en este mil novecientos noventa y cuatro,
dolor inmenso como se vivió,
dolor que se vive y desgarrante también,
dolor habrá en otro sitio,
pero también habrá algo, realmente maravilloso,
porque también esto ya se está verificando,
pero será mucho más firme,
todo más como en un gran abrazo,
lo que muy pronto se comienza
y será acá también.
Amén


Montevideo, 02/07/94

JUNTOS HEMOS PADECIDO

Rosas de Oro, Sarita. Marisa.....
Bien, mi Señor,
¿Qué vas a presentar? Ahí me está mostrando la rosa que yo la conozco con el nombre de Rosa Talismán, que es de un color amarillito pálido, la rosa té le llaman otros....
Mi Señor... estás mostrando, primero como un pimpollo, un rosal, pero hay una rosa que está abierta, de pronto comienzan bum, bum, bum, naciendo todos los pimpollos, pero reciben los rayos del sol y todos son como de oro. Dentro de esos pimpollos que abrieron, está el centro, siempre me muestras esto maravilloso, me muestras como que una gran luz parte de allí. De todos esos pistilos, de todo eso, como una gran luz. Pero de pronto dentro de ello surgen los rostros de todos. Los pétalos son como de oro, realmente son como de oro. El tallo con muchas espinas, muchas espinas, algunas son tan punzantes y dice el Padre:
Pronto la gran transformación,
las espinas representan el dolor que ha sufrido cada hijo,
representa cómo se encuentra cada corazón,
y están también simbolizando las distintas situaciones.
Pero mira
-me dice a mi- YO te he mostrado muchas veces
que las hojas verdes, son como los brazos de esperanza que se elevan.
Y fíjate, las rosas de oro, mira cómo están.

Veo, mi Señor, como que hacen multiplicar los pétalos y esos pétalos como de oro se van como alas maravillosas, y deslumbran cada vez más. Pero van también con hojitas verdes de esperanza. Y dice EL:
Van llevando la sabiduría,
la sabiduría a todo lugar,
no quedará rincón a oscuras, almas mías,
porque junto con la Sabiduría llega algo que están esperando,
ese Sello divino de la Paz.
Y lo que ha pedido esta bendita Marisa,
también un símbolo es,
representando el Conocimiento con la Sabiduría,
es una linda parejita que van del brazo.
Mira
-me dice a mi- ya lo puedes ver.
Sí, mi Señor, veo cómo esos pétalos se unieron, como TU dices, como una parejita, deslumbrante, esas rosas de oro van llevando el oro, no el material, el oro del Cielo. Veo sí, la parejita, como que de los pétalos hay como dos bracitos, tomados del brazo. El Conocimiento y la Sabiduría. Y es como si de los pétalos se desprendiera como polvillo de oro, que van dejando en tantos sitios.
Así la Tierra rápidamente recibirá,
toda la Tierra, este Conocimiento,
que es el Conocimiento del Amor,
el conocimiento, que en él está la comprensión,
está la misericordia, está la felicidad, están los cantos divinos,
está algo tan hermoso... como es la consagración de todos ustedes,
y al decir todos ustedes digo todos los hijos míos.
Ahí lo van a ofrecer, se consagraron no para retener,
se consagraron por amor, para poder dar,
todo lo que se necesite,
como si el corazón se puede arrancar,
tómalo, ¡aquí lo tienes!
y el corazón como música feliz también se repartirá.
La Sabiduría en todo momento,
aunque ahora se encuentren muchas veces
como en esos remolinos en tantos y tantos tormentos.
pero no teman, hijos míos,
todo lo que anuncio no es que YO lo haya dispuesto,
"Dios nos prueba, Dios nos manda, Dios se aleja, Dios ¿dónde está?"
Ni los pruebo, ni los mando, ni me alejo ¿dónde estoy?
estoy junto a cada uno, como Padre, que con amor los creó.
No pruebo a mis hijos, porque si los probara, conozco la reacción,
esa, la inmediata y la otra, la más lejana.
No, ustedes dispusieron vuestro destino,
ustedes, antes de venir, cuando eran ángeles en el Cielo,
se ofrecieron para cumplir y dijeron: "¡Vamos!
y quiero hacer esto y poner las piedras en las que voy a tropezar,
y poner el volcán en el que quiero caer,
y poner en el fondo del mar donde me quiero ahogar,
y ponerme también en aquella destrucción,
pongo todo esto para mí,
yo me fijo mi destino y quiero padecerlo así."
Así lo hicieron mis hijos y lo hicieron por amor.
Por lo tanto, también tienen el Conocimiento,
en todos está la Sabiduría
y todos se sentirán como rosas divinas de oro,
pero también sin espinas,
porque las espinas como pétalos de oro se van a transformar,
que acariciarán las heridas que recibieron a través de los tiempos,
pero fue, reitero, por vuestro poder de Cielo,
"quiero pasar por todo esto"
y YO dije: "¡no, hijos míos, no!"
Ustedes se impusieron y dije:
"¡Entonces en cada uno voy YO!
y multiplico en MI vuestro dolor."
Soy Padre sí, y si no lo fuera no hubiera actuado así,
los hubiera dejado padecer, cuando dicen:
"Dios mandó a su Hijo al sacrificio."
Dios mandó a su hijo... ¡qué distinto es!
no sólo no lo mandé, cómo me iba a quedar en un Cielo
lleno de alegría, mientras mi hijo sufría tormentos, y mis hijos ¿qué?
Juntos vinimos, juntos hemos padecido,
y estamos ya al Final de los Tiempos.
Esos Ancianos que he presentado
comienza la transformación en todo,
a ponerse, aquellos ancianos,
de los tiempos anunciados, de caos, de guerra, de terror,
serán transformados en seguridad, en paz,
en divino esplendor.
Amén



Montevideo, 17/06/95

ESTOY EN EL DOLOR DE CADA UNO

Angélica, Sabiduría. Juicio. Norma, Hogar para todos. Salud.

Hogar, hogar...
está el hogar privado, pero está el hogar celestial.
La Tierra pronto se sentirá transformar en el gran pesebre
y es para todos sin excepción,
ninguno fuera de ello va a quedar.
Este es el gran hogar.
Aunque muchas veces a los hogares los sintieron...
no mecer, sino balancearse, como que podían derrumbarse.

Mi Señor, ahora me estás mostrando algo más... Me estás mostrando... son los mismos rostros, pero de pronto veo el rostro con una luminosidad tal en todos, pero veo muchísimos más. Es una luminosidad tal y es tal la belleza de todos. No se puede decir uno más hermoso que el otro, uno más joven o mayor que el otro, no. En lo humano hay diferencias, pero ahí está asomando la parte de ángel que TU no me muestras nunca, el ángel como me estás mostrando ahora, nunca, mi Señor!
La sabiduría está dentro de cada ser,
si alguno se ofreció para ser un discapacitado,
se ofreció por amor, pero el alma, el ángel,
ése, posee toda la sabiduría y se ofreció por amor,
cargando en lo humano cruz invisible también.
Pero pronto llega Ese que es vuestro Hermano,
Ese que por todos se ofreció, y El trae la salud,
la alegría, la armonía, la paz, la gran maravilla.
Los cantos, como tantas veces mencioné,
cantos de aleluyah.
Y juicios....

Me mostraste en un momento dado, mi Señor, como que un juez iba a bajar su martillo, para dar el juicio.
Y dice EL:
En lo humano el veredicto está,
pero ya no habrá fracasos,
si a la Justicia se la simboliza
con una balanza y los ojos vendados,
la justicia está ciega,
ustedes no están ciegos,
y entonces ya pronto verán cómo habrá juicios,
pero maravillosos, no para hundir,
sino para ensalzar, y decir a cada uno
de las distintas maneras como lo puedan ver:
aquél que parece que se equivocó,
no, hermano, si no te equivocaste,
si estás por la senda segura.
¡Vamos! sigamos adelante.
Y aquél otro que tantas veces en la misma piedra tropezó
y que quiere que otros tropiecen, dirán:
¿Ves? hasta la piedra ha venido tus pies a besar,
no te ha querido herir, por lo tanto, no la podemos juzgar.
Los juicios serán muy distintos,
serán juicios de amor, de comprensión, de ternura infinita,
porque YO jamás enjuicié a ningún hijo.
Nunca de MI, una palabra de condenación.
Se ha hecho qué imagen de este Papá que Soy YO.
¡Qué imagen tan cruel!
Hijos míos, los bendigo y los amo, y cuando dicen:
en Dios está el poder,
claro que en MI está el Poder,
que puedo decir: se termina ya,
pero cuántas veces dije: YO también estoy en el dolor
y estoy en cada ser, no como uno más,
estoy en el dolor, y no para compartirlo
en la misma medida o en la misma intensidad,
no, benditos hijos míos,
estoy en el dolor de cada uno,
pero multiplicando en MI, para aliviar,
porque no podían resistir el peso y el desgarramiento,
no habría podido resistir ningún corazón.
Pero pronto la salud en todo,
ya la Tierra no se sentirá como ahora está,
contaminada, descompuesta,.
Ya la misma tierra está clamando ¡no puedo más!
La Tierra será renovada totalmente,
iluminada, gloriosa, porque no olviden lo que he dicho:
es un trozo de cielo dentro del mismo cielo,
pero un trozo de cielo, porque hasta este trozo de cielo
se ofreció por amor.
En el cielo no había Tierra
y la Tierra por amor,
creada por ustedes, hijos míos, también fue,
como Templo de Expiación.
Amén


Montevideo, 20/01/96

EL PADRE COMPARTE UN INFIERNO

Con permiso al Padre y con flores.
Con permiso,
si ustedes se ofrecieron en venir
para estar no como una flor,
sino tener en los corazones, los cardos, las espinas,
esos abrojos que no se podían arrancar,
como cuando se prenden de aquella ropa,
y no se pueden tampoco transformar.
Ustedes se ofrecieron a padecer en todo,
cuando dicen: Gracias a Dios, no, YO digo gracias a ustedes.
Con permiso,
si YO no quería,
no di permiso a ninguno para que dejaran el Cielo
para venir a compartir sufrimiento,
sino que ustedes se impusieron y dijeron:
vamos todos, no dejamos a nuestro Hermano solo,
vamos todos allá y así decidieron venir
para compartir de distintas maneras
todo este horrendo y que parece eterno sufrir.
Pero pronto comienzan las sonrisas sí.
Y TU dijiste: con permiso,
sí, el permiso está, el permiso fue otorgado
porque ustedes se lo habían impuesto, hijos míos tan amados,
pero YO dije, no, si todos van, voy YO en cada ser
y no como uno más.
Y voy como un verdadero Papá.
Si quieres cargar la montaña cómo te la voy a dejar.
La montaña tuya la llevo YO,
si tú quieres estar en ese océano y sentirte ahogar,
no, YO te tengo suspendido pero por tí me ahogo YO.
Si quieres estar también en aquel volcán
y entre la lava aquella tan atroz,
hijito, cómo te voy a dejar,
dejaré que te quemes la punta del dedito,
pero YO me pongo todo por ti.
Así es este infierno de la vida.
Permiso,
sí, tuve que otorgar el permiso para que vinieran,
pero no le dejé a ninguno de mis hijos
todo el sacrificio por el que querían pasar.
Esto es Palabra Mía, de vuestro Dios,
de vuestro Padre, de vuestro Creador,
del Ser que junto a la Madre, más los ama,
pero ustedes se ofrecieron también en esta consagración
por inmenso, por eterno amor.
Amén


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