SAINT GERMAIN ERA UN VENUCINO
¿Querías sobre Saint Germain?
Bueno, sobre Saint Germain te revelaré.
Saint Germain siendo humano,
había nacido y estaba en otro lugar,
como un venucino o venuciano, como le quieras llamar.
Por eso sus conocimientos,
por eso ese don especial,
por eso se le podía ver en distintos lugares,
a un mismo tiempo,
porque era proyectado
y podía manifestar.
Esto es lo que te digo sobre lo que fuiste allá.
Era esa la razón, mi bendito, no otra,
Y era todo muy natural.
Amén
Montevideo, 11/02/88
LA HUMANIDAD ESTARÁ EN OTROS SITIOS
Paysandú.
Bueno, Mi Señor, no vas a decir ahora cómo se inspiró el nombre de Paysandú.
Pero,
un paso, un titubeo y después sonrisas mi bien,
como una reverencia, como brazos puros y sinceros,
como decirte, no al oído, sino fuerte,
que sordo no quedarás, no te vayas,
quédate acá, que todos te necesitamos,
porque serás un aporte muy valioso
en aquel punto, hijo amado,
porque por ti saldrá una gran luz,
también esto confirmado será.
Y será tanto que recibirán, tanto.
Mi Señor, me estás mostrando una Luna Llena, pero la luna ahora está menguando ¿qué significa? Y veo en la Luna Llena muchas cosas, veo la ciudad de cristal, veo muchas otras cosas, pero la parte de las partes volcánicas pero de pronto qué!? Ahora no me gusta mi Señor, ahora me da miedo. Como que una parte de la luna explota. ¿Por qué mi Señor muestras esto? ¿qué significa? ¿qué hay? De esa explosión de la luna surge algo, como un volcán pero no es lava, no es distinto, es como algo que hubiera sido no solo, no para asustar sino de maravilla. Es como las luces de bengala, cuando se les enciende que empiezan a arrojar y son como flores, toda esa maravilla. Y es lo que estoy viendo, lo que en un primer momento me asustó, ahora me está dando, como puedo decir, como el niño, que los ojos no me dan para mirar. Y que me están dando y sin embargo, los ojos no me dan para mirar todo lo que vas presentando. Y es como si en vez de ser luces y flores de bengalas fueran seres luminosos que vienen cayendo, cayendo y cayendo. Lo que me estás mostrando es sorprendente, mi Señor, es como si estuvieran cayendo y estuvieran entrando acá en este momento. Me siento como mareada.
Es
que pronto mis hijos, como en un torrente de Divinidad,
vienen llegando a este suelo bendito,
a este suelo que está destinado
para la transformación de toda la Humanidad.
Y al decir humanidad no me refiero a la Tierra solamente,
sino al Universo completo,
porque la humanidad se ha ido extendiendo, extendiendo,
y está en muchos otros sitios,
pero tendrán el contento de ver como un Divino torrente
que se volcará hacia acá,
y la luz que irradiarán todos como ustedes,
será tan deslumbrante
Mi
Señor
Que la noche más oscura la luz potente penetrará,
hasta en los rincones.
Y
veo mi Señor que fueran rincones y estuvieran todos como en recovecos.
hasta en los lugares más ocultos
la luz intensa todo lo transformará.
Así mis benditos hijos, lo que acabo de presentar,
mis ángeles están llegando.
¿Cuánto
tardarán mi Señor, años, siglos?
no preguntes, dice EL,
pero no olvides que YO dije
no sólo en esta generación, sino en este presente,
todo lo cumpliré,
Amén
Montevideo, 28/04/90
MUCHOS HERMANOS EN LA TIERRA
Gratitud
hacia esos hermanos,
y esos hermanos que preparados ya están
habrán encuentros acá en la Tierra
y ellos los invitarán a subir a esas estrellas
y encontrarán a ese símbolo, a ese Arthur
y a muchos más como El verán.
Símbolos y divinidad a la vez,
la Tierra se sentirá florecer.
Ellos también dicen: gracias hermanos
por vuestra colaboración,
gracias por recibirnos
en ese templo de purificación.
Y ellos dirán:
muchos de nosotros en la Tierra
estamos ya,
para convivir con ustedes,
para prepararlos también,
para enseñar, despaciosa, lentamente.
Y así, como niños,
muchos ya han ido aprendiendo.
Estamos en muchos sitios,
estamos dispersos, para poder ayudar.
Pero no podemos intervenir,
muchas veces quisiéramos,
que no hubiera destrucción en la humanidad.
Y esos hijos míos, continuarán diciendo -dice el Padre-
cuántas veces hubiéramos como humanos también,
deseado aplacar, quisiéramos impedir
una guerra o que nunca se hubiera construido
un arma nuclear.
Y sin embargo, debemos dejar
que aquella Profecía se cumpla.
Sí, -dice el Padre- así esos hermanos
les pueden hablar.
Pero ellos deben respetar
aquella Profecía de mi Jesús,
que habría de volver
en el momento de mayor esclavitud.
Esclavos de temores, de dudas,
de incertidumbres, de desafíos,
de tantos momentos sombríos,
esclavos de tantas obligaciones también.
Esclavos encadenados, sin poder abrir
ni un eslabón de esas cadenas,
sintiendo que cada vez son más fuertes
y más y más aprietan.
Eso es lo que mi Jesús anunció -dice El-
que habría de volver.
Y este es el tiempo más cruel.
Por lo tanto, esos hermanos
que sus estrellas ya llegarán,
están preparando a muchos de mis hijos
en muchos sitios de la Tierra
para ese encuentro, elevarlos
y allí tendrán el encuentro con el Cristo,
y muchos con el Cristo,
en el Monte de Sión descenderán.
Y la Nueva Jerusalem se estremecerá
de emoción y de felicidad,
y toda la Tierra luego será
la Nueva y Divina Jerusalem,
el corazón del Universo,
que latirá con tanto Amor,
y que irradiará tanta Paz.
Amén
Si
en otros momentos los poderosos fueron los más sufridos,
los que estuvieron en la indigencia,
y aquellos que ahora están en este desvarío
en otros momentos fueron los poderosos,
luego se podrán reconocer, y nadie podrá reprochar diciendo:
¡apártate de mi! Que tú has sido cruel,
porque al mirarse dentro, sabrá que en la misma medida,
lo ha sido él a la vez.
Hermanos en la Divinidad, hermanos de Cielo
que no se van a apartar, ángeles sublimes todos por igual,
ángeles que retornan al Cielo,
ni uno primero ni otro después,
todos, así como juntos partieron,
todos juntos regresarán,
como ángeles de divinidad,
tiernos, sublimes, dulces
y repito: y fuertes a la vez.
Amén
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