GENERAL - LA SANTA MARIA
La
Santa María, preparada almas mías está. Llega el momento
glorioso que una luz de ella partirá y se sentirán atraídos.
Esto es una revelación. Se sentirán atraídos y elevados
por la nave, sublime, la nave del gran amor. Cada uno donde se encuentre el
llamado sentirá, saldrá presuroso hasta el lugar donde los guiará.
Y ahí será el gran encuentro y el gran recibimiento también.
Y será el abrazo de hermandad, puro, sincero, auténtico, verdadero.
La Santa María luego hará un vuelo, como una paloma gigantesca
verán, la Santa María hará un vuelo divino y ustedes en
ese vuelo se encontrarán. A lo otro no te respondo, conocimiento tendrás,
a lo otro no te respondo que después ya lo sabrás.
Amén
Montevideo- 21/2/86
PRESENCIA NAVE - 18 PUNTAS
Una
estrella está en lo alto que alumbrando a todos va. Estrella de tantas
puntas... 18 en ella hay. En cada punta una luz y en cada Luz alguien está,
contemplando y ayudando porque aún a distancia lo pueden realizar. Pronto
habrá un encuentro sublime, de amor, de cordialidad, de perfecto entendimiento,
y de ayuda inquebrantable. Porque la ayuda será eterna, no lo deben olvidar,
pero será recíproca a la vez, unos a otros, así como lo
presenté; mas la bendición es para todos, y ahora sí la
brindaré. Bendigo mi estrella 18 puntas hay, bendigo mis hijos que en
esa estrella viajando de aquí para allá. Que ahora se ha detenido
su luz, apunta este lugar, benditos todos mis hijos, los que alumbran y los
que iluminados están. Benditos desde mi corazón, benditos de todo
mi ser. Porque cuando en el cielo los engendré YO, les di las fibras
de las que tantas veces les mencioné. Benditos por siempre y pronto en
la altura, aunque la tierra pisando estén, se encontrarán tan
elevados, que no habrá contaminación, sino la purificación
total como siempre les anuncié. No teman a nada almas mías, momentos
difíciles se acercan ya, mas sin embargo, ustedes libres de todo para
luego poder ayudar. Benditos nuevamente mis hijos, bendita estrella que recorriendo,
va ayudando a tantos y tantos que aguardan como este momento ya ha partido no
se te puede contemplar, pero vas rápido a salvar y a ayudar a tantos
que están heridos, por un derrumbamiento que se produjo en un lugar lejano
de acá.
Amén.
Montevideo, 21/01/89
UNA ESTRELLA DE 18 PUNTAS, EN LA NUEVA JERUSALEM
Lo estoy esperando, esa respuesta, que no llegaba. A pesar de que fue ahora, reciente.
Fue
ahora, reciente, a las dos me voy a referir,
a la vieja, por hechos que acontecen,
y otro por el que muchos se sentirán sacudir.
y la Nueva Jerusalem,
como una Estrella gigantesca que al mundo iluminará,
una estrella de 18 puntas...
Nunca
habías hablado, mi Señor, de la estrella esta, que esto formara
una estrella de 18 puntas.
Y la veo que señalan a distintos lugares, mi Señor, ya lo alto
y hacia abajo, ... dentro y fuera también.
Así
será, la Nueva Jerusalem,
la Estrella gigantesca tendrá
18 puntas de divinidad,
18 rayos de luz
que al Universo entero alumbrarán.
Amén.
26/12/92
HABRA TAMBIEN UN NUEVO TRABAJO
Yo les pregunto, pero es lo que el Padre ahora dispone. Yo siempre la misma.
Bueno, mi Señor.
Estrella
de diez y ocho puntas a la que pronto ascendidos serán.
Habrá renovación y habrá una salud,
pero habrá también un nuevo trabajo,
al que muchos de mis hijos se abocarán.
Varias puertas muy pronto se abrirán,
varias puertas, parecen pequeñas,
pero de pronto una, es tan inmensa, tan inmensa,
Mi
Señor, hace días que TU estás mostrando eso y lo estás
diciendo también. Esa puerta la veo siempre tan grande y tiene cada uno
una llave en la mano, tienen que abrir esa puerta y el miedo. No voy a poder,
es pesadísima, es inmenso esto, cómo voy a hacer. Pero de pronto
la llave es como una plumita, tan liviana y sin necesidad ni de colocarla ahí
se está abriendo la puerta. Sí, pero la colocan, pero de fácil
que resulta... Y es como al traspasar ahí... es ver algo distinto. Y
dice EL:
Habían
pedido por la familia, habían pedido por la salud,
por el trabajo, por esos caminos de luz,
pidieron claridad de alma, sí,
en un momento, todo, todo se tendrá.
También esa estrella de diez y ocho puntas,
esa estrella que está tan cerca,
como aquellas otras estrellas, la de la Gloria, la de Belén,
tantas otras que se vienen acercando,
serán ascendidos a ellas y allí será el primer encuentro.
También hay una nave....
Mi
Señor, TU nunca dices nave...
Sí,
hablo así a mis hijos, como humanos que son también,
se les llama de distintos nombres,
para MI estrellas con ángeles como ustedes a la vez,
habrán encuentros sublimes.
Mi Señor, estoy viendo aquí la nave esa de diez y ocho puntas,
esa nave....
Sí,
ahora puedes decirlo -me dice EL-
Sí,
la nave laboratorio. Nunca podré olvidar, mi Señor, hace diez
años, yo me encontraba en una reunión cuando dije: llegó
la nave laboratorio, están ellos descendiendo, los están atendiendo.
También estoy viendo acá, cómo descienden, cómo
están atendiendo a muchos de ustedes. Cuando de pronto se sintió
olor a alcohol. Y alguien dijo, yo no lo había sentido, pero de pronto
aquello fue olor a alcohol así... y dije, fíjense en la cocina,
para no sugestionarnos, miren en el baño. Pero no, era solamente allí,
fue increíble. Y uno de los chicos que de nacimiento sufría de
un problema en la garganta, era un liceal, no podía practicar deportes,
siempre con sus cuidados, él sintió un pinchazo y un corte, no
dijo nada en el momento. Corrió a su casa, se miró al espejo y
tenía la marca del pinchazo y del corte. Le dejaron la señal de
que había sido atendido. Y desde ese día podía arrojarse
al río, era de Salto, podía arrojarse al río en pleno invierno,
nunca más supo lo que era un problema en su garganta. Tenemos el caso
de Adriana, que fue acá en Montevideo, y su madre, que no conoce nada
de esto, ella vio y vivió algo que quisiera que Adriana también
lo explicara, no en este momento, para que no se haga tan tarde por ellos, pero
un día lo vas a decir, mi amor, porque fue grandioso. Diez años
pasaron de aquella maravilla, ellos llegaron. Quisiera que muchos de ustedes
se puedan sentir atendidos y guiados. Recibí una carta de Italia, una
señora envía su foto, que ella ve a los hermanos y hermanas extraterrestres,
también quisiera leerles después la carta, después me la
vas a traer, Giancarlo, si hay tiempo para que puedan escucharla. Yo estoy en
contacto con el Padre, y el Padre los reúne a todos, comprenden, yo no
estoy reunida con ellos, mi camino no es de extraterrestres, mi camino es de
Amor para todos como me enseña el Padre. Y esto es lo importante. No
pedirles a ellos más. No olviden, ofrecernos, como yo digo, si podemos
ayudar, en qué podemos colaborar, qué podemos hacer y lo demás,
como decía Jesús, se os dará por añadidura. Mi Señor,
que estos pichones, yo sé que tienen que ir a trabajar y en TI está
todo.
Está
mi Bendición, está mi inmenso amor,
están en el dulce que esta hija trajo desde allá,
y está en este pan que esta otra hija acaba de traer,
y ella siempre lo puede preparar.
Pero no es necesario, mi bien, esto no quiere decir,
que tengas tu que estar trabajando,
porque está el otro pan, ese, que aunque no lo vean,
también lo reciben de mis manos.
Cómo no he de bendecir, tus manos, tu corazón también,
Pero,
mi Señor, se van a poner celosos...
No,
ninguno se pone celoso,
sabe que cada uno representado está
en el trocito de pan que ahora recibirá.
Cada uno está en el dulce que también van a compartir.
Adelante y sin temor,
¡vamos! ven hija, tu los vas a distribuir,
pero ahora la Madre dará su Bendición.
La Paloma que siempre en un vuelo llega,
la Paloma que entre sus alas los tiene, los mece...
Mi
Señor, pero yo hoy no estoy como para... para interpretar y retransmitir
ese arrorró.
Pues
sí, que lo vas a hacer -dice EL-
Y
la veo a Ella como siempre con su gran ternura, pero como si en las plumas hubieran
caramelos, caramelos y más caramelos, ahí están en esas
plumas los caramelos. Y cada uno recibe el caramelo que está y es el
mismo, está en esa dulzura. Pero es como si quisiera romperse todo y
distribuirse para que todos puedan tener. Pero dice el Padre:
Aquí
están, tómalos -le dice a Ella-
Y
toma también como si fuera, no un canastito, como si fuera un pesebre,
y todos se sienten aquí dentro de este pesebre. Y dice EL:
Como
un trocito de pan cada uno es,
ahora TU les vas a cantar y mis hijos se sentirán acunar.
Canta, -le dice EL-
Y
Ella les canta y yo... tengo que retransmitir, mi Señor. (Canto en lenguas).
Y
ella levanta las alas, inclina la cabeza y es como ofrecérselos al Padre.
(Sigue cantando)....
...
y en mi corazón están....
Y
es como si de pronto los pudiera llevar hacia Ella, adentro... y ahora... tu
repartes, mi amor. Otro día te toca a ti, eh, Nicolasito, y otro día
te va a tocar a ti.
Bien,
mi Señor, y ahora....
Ahora
mis hijos todo lo comparten,
ahora mis hijos no sólo en este momento se sienten bendecir,
siempre mi Bendición los envuelve,
como la Bendición de la Madre
es una Bendición de Eternidad,
porque no tiene fin.
Digo gracias por haberos consagrado,
digo gracias, y no olviden cuántas veces he dicho
¡Perdón! ¡Perdón por haber permitido
que vinieran a tanto sacrificio!
Cuántas
veces, mi Señor, te he visto pedir perdón a tus hijos. TU pidiendo
perdón, y no lo vuelvas a hacer, me conmueve, mi Señor, tanto
verte así. TU, siendo el Dios, en ese ejemplo de humildad, TU pidiendo
perdón, y TU, tantas veces te he visto de rodillas delante de tus hijos...
Y
ahora lo vuelvo a hacer -dice EL- me multiplico,
Mi
Señor, pero es un campo inmenso, inmenso y no se ve el fin de las cabezas
de tus hijos. Y ahí estás TU, multiplicado, porque te veo como
una luz delante de cada uno,
de
rodillas, besando las manos, besando las rodillas,
besando los pies y envolviendo a cada uno
en Mi Manto de Amor
que está aquí dentro,
son mis brazos y los traen hacia mi corazón.
Amén
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