Montevideo, 19/07/87


LA PALABRA DE UN LEGIONARIO


Todos los demás ángeles están acá,
no te inquietes mi Marisa
que también la palabra
de uno de tus hermanos tendrás.

Y ahora veo como TU le inspiras. Mi Señor, nunca había visto de qué manera era, qué maravilloso.

Acabo de recibir el mensaje de mi Padre -dice él-
que es Padre tuyo y es Padre de todos.
Y tengo la oportunidad, así de esta manera
Solamente estar frente a ti,
poder hablar y decirte:
También yo soy como tu, de cuerpo,
de sangre, de huesos, de alma, de pensamientos
y de acción.
Se acercan los momentos en los cuales
nos tendremos que acercar y rodear
en gran parte este planeta.
Descenderemos y yo estaré para hablarte a ti.
Para darte también un conocimiento,
y tu después cuando se los tengas que dar a otros,
muchos van a tener temor, pero tu vas a decirles que no,
que no teman, que no teman, que no venimos como invasores,
que venimos como hermanos, o como redentores, si quieres
decir, aunque la palabra es muy grande.
Pero venimos para ayudar.
Tenemos en nuestras manos las armas para poder hacerlo.
Pero no son armas de combatir, las armas nuestras
son distintas. Nuestras armas son el Amor, como el
Padre dice siempre. La otra arma es la Fe, la otra es
extender nuestras manos vacías, porque las armas
que tenemos en ellas no se pueden ver. Son las de
la fuerza, apóyense en nuestras manos, esas son las armas.
La fuerza que tenemos para poderlos ayudar.
Tu también tendrás que decir a muchos Marisa,
y después te apoyarás en mi brazo
y verás que te puedes apoyar
que no es en el aire,
sino es firme como el tuyo, pero más fuerte, verás.
Me voy a presentar, porque hasta ahora no lo hice,
perdóname.

Y se pone ahora la mano en la cintura y te hace una reverencia.
Y dice:
Sabes cómo me llamo? Soy humano como tu, tengo
dos ojos, una nariz, y mi nombre es NIRIOC,
Nirioc, recuerda cuando esté frente a ti y te diga:
aquí estoy, Nirioc a tus pies, mi capitana te diré.
Y ahora sí, me despido, beso tu mano, tu frente
Y beso tus pies.

Ah! se puso de rodillas y te besó los pies. Ahora se levanta y con una sonrisa, pero simpatiquísimo se va elevando.

¿De dónde viene?
Vengo en una estrella que se llama Hermandad. Somos compañeros, por lo tanto, por eso estamos juntos ahora, somos muchos, pero muchos más. Nuestra estrella se llama Hermandad, no lo olviden. Y ahora tenemos que continuar, porque nuestro trabajo es muy intenso. Por más que quisiéramos como humanos detenernos, tenemos que continuar, porque lo justo es completar la obra. Hasta lueeeeggoo …

Y con una sonrisa … los dos igual. ¡qué bendición!

Y ahora es como un gesto de gratitud que tienen hacia TI, mi Señor, que tienen los dos y todos los demás también, puedo verlos. Y digo gracias a todos, la estrella se va alejando, puedo verlos. Gracias por todo.

Gracias ¿por qué?
gracias a mis hijos doy
y siempre daré.
Gracias por tanto como han sufrido
por tanto y tanto padecer.
Se acercan los momentos ya descriptos
pero no les deben temer,
serán fuerzas, serán ayudas,
y las armas como dijo ahora él,
esas armas, las que poseen,
la de la inmensa ternura,
las del amor, la comprensión,
la de la fe, y la del perdón,
la de la humildad.
Esas son las armas que enarbolarán,
esas son las varas de la Justicia
la Justicia quiere decir
que no dejarán a ninguno de lado,
porque a todos, como si pudieran abrazarlos,
a todos, como si pudieran abrazar también
a una pequeñita lombriz
Amén

Amén, mi Señor. Pero qué hermoso lo que dijiste. Que aunque a una lombriz pueda ser desagradable, mostraste qué Amor hay hasta en eso tan pequeñito que se arrastra en la tierra y sin embargo qué útil que es, cómo excava, excava para que las raíces de las plantitas no sufran al sentirse aprisionadas por la tierra, sino que forman sus túneles y que las raíces respiren.
Poder abrazar hasta a una lombriz.
Sólo TU lo dices mi Señor. Gracias por todo.
Amén.


Montevideo, 12/06/87

UN ANGEL COMO ALMA GEMELA


Bienvenidos todos.
Gracias mi Señor, les pido a mis hijos …

Y aquí llegó, nave de 18 puntas y en cada una de ellas hay consagrado un sector.
Y el centro está iluminado como un corazón. De ese corazón descienden ahora, cinco de mis hijos y vienen hacia ti, por ese camino, un camino de Luz.

Es tu compañero, el Ser que en el Cielo te destiné
El Ser que estará eternamente a tu lado,
Después de MI y la Madre quién más te ama,
lo más seguro, lo más tierno.

Veo que él extendió primero una mano y ahora extiende las dos y viene hacia ti.

Mi nombre es Augusto.
Y hace una reverencia.
No me dejas verte bien cómo eres. Se da vuelta y sonríe.

Yo mismo te diré como soy
Mido 1 metro 82.
Mis cabellos son castaños con tonos rojizos,
el color de mis ojos es un celeste grisáceo.
Mi tez es clara.
Complexión, soy delgado
es en balanza de aquí de la tierra,
estoy pesando en estos momentos 73 kilos 800 gramos.
Soy doctorado en Ciencia,
tu me vas a ayudar.
El Padre viene anunciando que descendemos de las estrellas
Sí, tu ya sabes Benita mía cómo es la estrella,
la Luz que forma el corazón que te alumbra
entonces podré hablar contigo, así frente a frente,
y podrás sentir mis manos, la tibieza y la fuerza
que hay en mis manos y yo también, la tibieza y la
fuerza de tus manos.
Tendremos la alegría de nuestro reencuentro, así como
yo lo sé, también en ti, va a dar todo aquello, los
conocimientos, la sabiduría que el Padre nos dio desde
el Cielo. Ahí tendrás la Sabiduría y luego, está el
sentido humano, el sentido …
Y luego todo lo que nuestras almas nos brinden, porque
ni aún yo poseo toda la sabiduría del Cielo.
Solamente nuestras almas las poseen, y como el Padre
dice que será un momento, en el cual está ya anunciado,
no antes.
Y ahora me inclino ante ti.

Veo que pone una rodilla en tierra, te da un beso en la mano. Va retrocediendo con una sonrisa y se elevan. Pero ahora siento una música ¿Tocas música tú también?
Efectivamente.
Un día, un día te haré escuchar esta música también.
Se sigue elevando, elevando, elevando, la nave está iluminada, todos los sectores de la nave, las 18 puntas. Esa estrella maravillosa, entran por una rampa, los cinco que lo acompañaban, no cinco eran, los cuatro que lo acompañaban, entran los cinco y hacen todos un gesto con la mano, un saludo. Se va cerrando lentamente la compuerta, se va elevando la ave siempre iluminada. Hasta que ya no la veo, desapareció y se apagaron las luces.

Gracias mi Señor.


Montevideo, 29.6.85

ASI LLEGANDO MIS HIJOS ESTAN

Fueron y son de los tiempos,
como ustedes también lo son.
Ellos vienen en gran contento,
traen aquí su colaboración,
su aporte y su corazón.
Es como ofrecerse totalmente,
así, llegando mis hijos están,
y ahora, almas mías verán,
cómo alguien, como si fuera indigente
que tanto necesita, mucho más recibirá.

Y los veo de pronto, como en una formación divina... como en un enorme Aguila dorada e inmensa. Todos se formaron en una unión tan perfecta, que formaron toda esa gigantesca maravilla. Incluso parece, como que la cabeza del Aguila se mueve y los ojos despiden rayos de luz. De pronto, como que el pico se abre, del águila y como que de ahí también parte algo. Y ahora, la parte que representaría al pecho, también iluminado de una manera especial... comienzan a descender varios, varios seres.
Ya han arribado acá. Vi descender sobre la mesa, ....... con un pequeño brinco, por decirlo así, y se van colocando junto a ustedes.
Hay detalles muy especiales... algunos, vienen equipados para atenderlos, y hay quienes traen la flor en la mano, tu las inspiraste, mi Señor, las que pidieron, y las están ofreciendo. Y hay quienes pidieron el ramo, y ahí, está la montaña de flores también. Y muestran, cómo estarán a salvo, que no se destruyan, que no se marchiten.
Hay quienes son atendidos... no digo quién, ni lo que están haciendo ellos, pero en algunos veo como que están controlando la sangre, en qué condiciones se está... En otros, su presión arterial normalizando... hay quienes están dando un masaje en el corazón, y hay quien está vibrando como con una obstrucción. Hay quien, en la planta del pie, parecería, porque veo que le toman los pies. Hay quien en la espalda, como si la zona renal fuera afectada. y veo un gran cambio... es instantáneo el cambio que veo. Trabajan tan rápidamente y con tal seguridad... tal precisión, que es asombroso. Pero, me indican que están cerca de estos sitios también, en otros lugares, atendiendo a otras personas, y en otros sitios, no están atendiendo... simplemente como en una compañía. La persona se sobresalta, siente una presencia... pero de pronto se tranquiliza... no, no hay nadie, pero sí está la presencia, estuvo la presencia. Y ahora, ya concluido el trabajo, ahora los veo como en un acto de religiosidad, de adoración hacia el Padre.
Y el Padre dice.

Como en un jardín divino, que acaban acá de formar,
y ustedes se encuentran, hijos míos,
como flores en las que representan
y portadores de ese aroma, que envuelve todo el lugar.
En una colaboración tan grande, pronto de todos necesitaré.

Ahora, me estás mostrando, mi Señor, que alguien trae un copón inmenso, y lo deposita en el centro y le quitan, la parte superior y comienza a salir una hostia, una hostia muy grande, muy grande y en la hostia veo a Tu Hijo, al Cristo, mi Señor, impreso en la hostia, pero toma su forma humana. Está con los brazos extendidos. Y toma parte de la hostia y comienza a distribuirla, pero al tener en la boca ... ¿es hostia, es maná, es pan, es suavidad...? Y comienza a distribuir para todos y todos la reciben. A mi se me hizo agua la boca de pronto.....
Y ahora todos, como en una congregación divina y todos están tan unidos, tan unidos que forman como los pétalos de una flor. Acá, acá lo están formando, con ustedes y como si ese copón de divinidad, fuera el centro de la flor. Y te veo a TI, mi Señor, como si levantaras todo y TU fueras el tallo que lo sostiene y que le da la vida. Pero de pronto, veo como que el tallo tiene espinas y veo que TU las besas las espinas y las espinas se transforman como en hojas suaves y delicadas.

Como la esperanza que en todos estará —dice EL—
YO soy el tallo que les da la vida, y unidos en amor divino,
pronto mis hijos se encontrarán y formarán esta flor ya bendecida.
Y luego, como flor que por el mundo irá,
impulsada por los vientos suaves, o por las brisas,
mas también la flor refrescándose en el agua,
de una cascada, o de un manantial.
Y se sentirán felices de poder colaborar,
y de dar de esa nueva vida, a toda la Humanidad.
Es preparación, almas mías, que fuera no quedarán.
¡Adelante..! Que en cada día, siempre deben de dar,
este ejemplo de amor eterno, de sumisión y de humildad.
Amén


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