autogestión vecinal

Cultura e Identidad uruguaya

El Mate(*)

Ver también: La yerba mate

Uruguay: Mate tipo porongo

por Guillermo Font / vecinet

Gauchos uruguayos mateando, junto al fogón "chilla" la caldera...Afiche
del
Festival
de la
Patria Gaucha Tacuarembó
Uruguay

     Una leyenda guaraní cuenta que "una tribu nómade, momentaneamente detenida en las sierras donde nace el río Tabay, decidió seguir viaje, quedando en el lugar un viejo indio, sin ánimo ya para continuar. Su hija Yarii se quedó a acompañarlo. Una tarde el viejo recibió la visita de un desconocido, a quien el color de su piel y la ropa denunciaban como extranjero. En homenaje al huesped, el indio asó un acutí y un tambú de abundante carne y muy ponderada.
     Ante tales muestras de hospitalidad y afecto, el visitante, que no era otro que Tupá (Dios del Bien), premió a sus anfitriones haciendo brotar una planta de la Tierra, para que pudieran agasajar a sus invitados cuando quisiesen y, al mismo tiempo, distraer las solitarias horas de su refugio. Así mismo, Tupá nombró a Yarii diosa protectora de esa planta."
     De esta manera refiere el mito al orígen de la "Caá-Mate", la yerba mate (ilex paraguariensis) de nuestros días. "Caá", del guaraní, significa hierba, y "Mate", que proviene del quechua "Mati", significa calabaza pequeña para beber.
    
La tierra del mate se sitúa en el Cono Sur americano, fundamentalmente en Argentina, sur de Brasil, sur de Chile, Paraguay y Uruguay.

    En Uruguay, símbolo de amistad, es una costumbre tan arraigada como la institución más sólida.
    
El mate, desde los inicios, fue adoptado por el gaucho (primer poblador no indígena de estas tierras), que, al mismo tiempo que su carácter libre e independiente, fue adquirido en su contacto y convivencia con los pobladores autóctonos.
    
En los campamentos artiguistas poblado de gauchos, negros e indios, y, por supuesto el propio Artigas, era común el agua calentándose en los fogones junto al asado de carne de vaca, y el mate circulando de mano en mano.

    Amigas uruguayas compartiendo el mate, mientras conversan...

Ruben Sol Font, mateando...
Ruben Sol Font, mateando...

     No faltó nunca el amargo o cimarrón, incorporado luego como definitiva herencia a las costumbres tradicionales del paisano y del ciudadano oriental (uruguayo). A esto se suma también, por imitación, el extranjero o gringo que pisa estas tierras, sin poder desprenderse de él.
     
Actualmente el termo, incorporado por los uruguayos desde antes de 1950, ha contribuido a su uso masivo. No hay lugar que no se vea un hombre o una mujer, paseando, trabajando o disfrutando de un espectáculo, con el termo debajo del brazo (de una manera muy propia) tomando mate.

     En las casas, en el campo, en las calles de los barrios, en plena Avenida "18 de Julio", principal avenida del centro montevideano, en el Estadio, en las plazas, en la playa, en el trabajo, en el estudio, en reuniones, en los velorios, en las manifestaciones, en el auto, (prohibido expresamente en el ómnibus a pasajeros y funcionarios por razones de seguridad, dado el contenido del agua caliente en el termo y de la bombilla con "punta" en la boca) ... Se toma en los viajes, las discusiones políticas, los trabajos manuales, la producción intelectual, en la preparación de exámenes... Lo toman tanto ricos como pobres, siendo muchas veces, acompañado por un trozo de pan, el almuerzo de obreros en una fábrica en los tiempos de crisis económica.
     
El termo, inseparable ya del mate, ha llegado a "ser parte del esqueleto humano" y, situado entre el brazo y la caja del cuerpo, se ha desarrollado como un "órgano nuevo".
     
"Iguala, comunica, enraíza, une sin tener en cuenta honores, títulos o virtudes a todo aquel que se acerca y pasa a integrar su rueda. Eliminando además, sin discusión posible, prioridades y privilegios: todos de la misma bombilla, de la misma yerba, igual cantidad de agua, cada uno a su turno, por la derecha" (Investigador uruguayo Fernando de Assuncao)

 Termo y mate, inseparables en Uruguay, lo que permite tomar mate en cualquier momento y lugar

Guillermo Font, mateando...
Guillermo Font, mateando...

     La yerba mate , aunque parecido en muchos aspectos, no es un té como cualquier otro. Su forma y "técnica" de preparación, su simbolismo y ritual, lo hace esencialmente distinto. Incluso se dice "cebar", en lugar de servir, dando la idea de mantenerlo, alimentarlo y sustentarlo.
     
No es la misma cosa invitar con un té o un café, que se sirven en tazas individuales. El mate es más intimo. Es un elemento de vinculación, de aproximación entre las personas, por el hecho de pasar de mano en mano y porque todos toman de la misma bombilla.
     
El mate, en general, se toma compartido. Este es su principal motivo, aunque también sirve para acompañar en un momento de soledad o de reflexión.
    En reuniones o encuentro de amigos es infaltable la "rueda" simbolizando, cuando se está en la ciudad, el tradicional fogón.

Mi nieta Emma, 18 meses, con su termo y mate de juguete...
Mi nieta Emma, 18 meses, con su termo y mate de juguete...

     La yerba mate esta incluida en Uruguay dentro de la "canasta básica familiar" como artículo de primera necesidad. Aunque no se produce en el país, y se importa preferentemente de Brasil, su consumo es porcentualmente el mayor de la región.
     Lo más generalizado en Uruguay es tomar la infusión llamada mate amargo o cimarrón, al natural, que se le puede agregar yuyos a gusto (hierbas medicinales). Si se le agrega azúcar a la yerba o al agua, se le llama mate dulce. También se toma el mate cocido (se prepara como el café, se toma en taza o jarro y se le puede agregar leche) y el mate de leche, suplantando el agua por leche, (tomándose en la calabaza tradicional, con bombilla, agregándole azúcar como al mate dulce).
El tereré
     Cuando hace calor, se puede tomar con agua helada o fría, denominándose tereré, costumbre muy generalizada en Paraguay y norte argentino, saborizado (en el caso de ellos) con limón o naranja en el agua, y/o yuyos (hierbas medicinales). Pero perfectamente se puede hacer con la yerba tradicional de consumo uruguayo. Muy recomendable y refrescante en el verano, yo lo empiezo a consumir desde los primeros calores fuertes de octubre, hasta finalizado el verano. Lo hago desde 1978, que me lo dieron a probar en Asunción, y desde entonces lo adopté para todos los veranos.
Un buen regalo
      Desde chicos, mis hijos van probando el mate (ahora mi nieta). Al terminar los gurises la escuela y pasar al liceo (secundaria), le regalo un termo, un mate y una bombilla, aprovechando como regalo en la noche del 5 al 6 de enero. De esta manera simbolizamos que ya son más grandes... (más o menos a los 12 años)

Presidente uruguayo Eduardo Víctor Haedo, cebándole mate al comandante Ernesto Che GuevaraEn la foto,
el entonces
presidente
uruguayo
Eduardo
Víctor
Haedo,
cebándole
mate al
comandante
Ernesto Che
Guevara,
Uruguay,
1961 o 1962
(disculpen
la mala
memoria).
Se puede apreciar el tipo de
"mate galleta"

Mate típico uruguayo (foto La República)
 

 

 

 

 

 

 

    "La "bombilla ecológica" que utilizaban los indígenas, se llamaba takuapÿ. Takua (caña)- pÿ (para agua).
    Takua es cualquier tipo de caña. (la "c" no existe en guaraní) Takua-rembó, Takua-ra, etc.

 
 En guaraní, la calabaza del "mate" ("recipiente", que proviene del quechua) es "Kaiguá" (cuya traducción sería "el lugar para el agua de yerba" -Ka, en realidad Kaá, yerba- i -por agua- gua -el lugar de procedencia-).
    Los guaraníes le dicen a tomar mate "kaáiú" (De Kaa - yerba - i - agua - u - comer, o sea que la traducción sería "comer agua de yerba"
. (Rodolfo Martínez Barbosa)

Curar el mate
  
  Se le llama "curar" al procedimiento que se debe realizar para poder ser usado posteriormente sin que le quede gusto a madera.
     Los mates se pueden dividir en dos categorías: curables e incurables. Los Incurables son aquellos hechos de materiales no porosos (vidrio, metal, losa, porcelana, etc). Estos mates no deben ser usados porque pierden toda la memoria del sabor cuando se lavan y además, no tienen la capacidad de proporcionarle ese sabor añejo que solo un mate curado puede dar.
      La curación tiene dos objetivos; remover los tejidos suaves y adaptar el mate al tipo de infusión particular que se va a usar.
       Para remover los tejidos, hay que llenar el mate con yerba mate usada, agregar agua caliente y dejar dicha preparación durante un día. Al día siguiente hay que remover la yerba y eliminar los tejidos suaves. Repetir luego todo el proceso una vez más.
     Lo mejor es hacer el proceso durante unos 5 días. Lo de la yerba usada es más bien para no desperdiciar yerba nueva...
     El agua caliente es para que la yerba desprenda el gusto y lo tome la calabaza, para que se impregne bien sin que quede gusto como a madera.

La bombilla
     Para sorber la infusión se utiliza una cañita o bombilla, originalmente llamada tacuapÿ en cuyo extremo se colocaba una semilla ahuecada que servía de filtro.
     Actualmente se utiliza un tubo metálico, generalmente de plata o alpaca, llamado bombilla (al chupar, actúa como bomba de agua), cuya extremidad inferior, en forma de globo, está dispuesta a manera de colador, con una parte más chata sirviendo como cuchara a los efectos de ir dando vuelta el mate, para buscar el mejor sabor.

(*) Recopilación muy resumida de textos de los libros El Mate, Fernándo Assuncao (uruguayo), Ed.Arca - 1967 y El Mate: su historia y cultura, Margarita Barreto (argentina), Ed.del Sol - 1989, recortes de prensa y comentarios de experiencias personales.
   
Ver también: El mate (Wikipedia) / El mate es bueno para combatir el colesterol malo

     Recomendamos leer el libro más completo, escrito por Javier Ricca sobre el tema
    
El Mate: los secretos de la infusión, desde la cultura nativa hasta nuestros días
    
(historia, religión, supersticiones, implementos, ingredientes, costumbres, códigos)
    
Este es un ensayo donde la yerba mate es el hilo conductor y el ingreso a distintas miradas desde la historia cultural. El autor deja también de m+anifiesto, como en la rutina diaria de nuestra cultura, que el mate sólo se ha reducido a una calabacita que nos brinda su agradable sabor, tan áspero como necesario; al tiempo reflexiona acerca del motivo por el cual sólo hemos rescatado su sabor, perdiendo sus componentes simbólicos. A través de sus páginas, el lector se sumergirá en la búsqueda del alma, de la esencia y del pasado de esta infusión, detectando cómo el mate está a la vez muy cerca y muy lejos de nuestra realidad cotidiana, cómo influye inconcientemente en nuestras acciones, cómo devela nuestros secretos, nuestras magias o, trascartón, cómo recrea su verdad histórica, desarrolla nuestra cultura y crea nuestra identidad.

Recomendamos leer el libro El Mate: los secretos de la infusión, desde la cultura nativa hasta nuestros días, escrito por Javier Ricca, lo más completo sobre el tema

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