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vecinet-notici@s - Nº109

Date: Wed, 14 Apr 1999 23:57:33 -0300 (GMT+3)

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Subject: [vecinet] El agro copó y conmovió a la Capital


El agro copó y conmovió a la Capital

La movilización de las gremiales agropecuarias conmovió a Montevideo, despertó la simpatía de la mayoría de quienes por la calle aplaudieron su paso y puso nerviosos y dejó sin discurso a los legisladores de la coalición de gobierno. A tal punto que mientras el vicepresidente Hugo Férnandez Faingold decía que el gobierno la veía "con simpatía", el presidente Julio María Sanguinetti reforzaba la guardia del Edificio Libertad y no recibía a los representantes del agro.

Una multitud de productores, 30.000 según los organizadores, heterogénea al punto de alternar humildes carritos y caballos con lujosas cuatro por cuatro, pusieron los problemas de la producción agropecuaria en un lugar de privilegio de la agenda política y en la cabeza y el corazón de los montevideanos que los recibió por miles a lo largo del recorrido en las principales avenidas.

Los reclamos de los productores agropecuarios pueden resumirse en aplazamiento de vencimientos tributarios y bancarios, reforzamiento del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y un compromiso de instrumentar en 30 días un paquete de medidas para el sector. El combate a la inflación no alcanza, "el mayor costo del abatimiento de la inflación cayó sobre los hombros del sector agroindustrial y mientras nosotros nos empobrecíamos, otros se enriquecieron", plantearon.

Sanguinetti no recibió a los productores, lo hizo Bluth

Dos etapas tuvo la visita de la delegación de los productores agropecuarios al Edificio Libertad, en donde presentaron un petitorio que fue recibido por el secretario general de la Presidencia, el doctor Elías Bluth. En las afueras de la sede del Poder Ejecutivo una concentración se agolpaba, portando pancartas, saludando con vítores a la delegación de productores que ingresó a entregar el petitorio. La misma estuvo integrada por el presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Roberto Symond, el titular de la Federación Rural, Horacio Gasparri, Héctor Fritt, de la Comisión Nacional de Fomento Rural, y Severino Pereira, en representación de la Intergremial de Carne y Lana. La delegación, luego de parlamentar brevemente con la custodia presidencial, ingresó al Edificio Libertad, para dirigirse al 7º piso, en donde entregaron el petitorio.

El Intendente Arana los esperó en la vereda sobre la Av. 18 de Julio

Contrastando con la actitud del Presidente Sanguinetti, el Intendente de Montevideo, Mariano Arana, esperó en la vereda de la principal Av. 18 de Julio, frente a la sede comunal capitalina, a los productores rurales que durante una hora y media desfiló frente al Palacio Municipal. "No podemos tener otra actitud que recibir con preocupación e interés todos aquellos reclamos que tienen que ver con algo tan sensible como la producción uruguaya", señaló.

Arana esperó la caravana de pie en la explanada municipal, aplaudiendo y saludando constantemente a los participantes de la marcha. Los jinetes que integraron la manifestación atravesaron al trote la avenida 18 de Julio y pasaron frente a la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) a las 17 horas, quince minutos antes que llegara el resto de la caravana.

El motivo de la demora fueron los funcionarios del Ministerio del Interior, que intentaron impedir el desfile de la caballería. Arana manifestó su preocupación al respecto porque "no podemos hacerles esto en la capital del país. De alguna manera está reduciéndose la libre expresión de nuestra gente del interior en el momento que asiste a situaciones sumamente angustiosas".

En varias ocasiones algunos de los manifestantes se acercaron a saludar al Intendente Arana. "Permítame darle la mano, arquitecto. Para nosotros sería un orgullo tener un intendente como usted", manifestó un joven vestido de "gaucho" y visíblemente emocionado.

Aunque reconoció que "las intendencias tenemos acotado nuestro campo de acción", el jefe comunal capitalino considera que podrían adoptarse medidas a nivel del Congreso Nacional de Intendentes para disminuir la carga impositiva al agro.

"Estamos a su disposición para recibir sus planteos e ideas, así como somos sensibles a los trabajadores del área rural montevideana, que han recibido beneficios a través de rebajas sustantivas en las contribuciones inmobiliarias y en inversiones en caminería rural y en maquinaria para beneficiar fundamentalmente a los pequeños y medianos productores".

Aunque no tiene atribuciones para tomar ningún tipo de resolución en favor del agro, Arana está dispuesto a trasladar el planteo que reciba al Congreso Nacional de Intendentes, donde "estableceremos los criterios que hemos aplicado a nuestro propio departamento en la medida que puedan ser extensivos a los demás. Cada Intendencia es autónoma dentro de sus ámbitos de competencia como también somos autónomos del gobierno central.

Pero no me cabe duda que el Congreso será muy receptivo a los planteos que involucran a muchos miles de familias que están en una situación problemática".

Los reclamos y las propuestas de las gremiales del agro

Las gremiales agropecuarias entregaron un memorándum donde realizan un diagnóstico sombrío de la situación del sector, de la que responsabilizan a "la aplicación imperfecta de una política económica por parte del gobierno".

En su planteo señalan que en estos años "el costo anual de la canasta familiar que se pagaba con 19 novillos o 60.000 litros de leche industria, hoy día se necesitan 49 novillos o 132.000 litros para lograr el mismo objetivo".

Destacan también la migración del campo a la ciudad y afirman que "la consecuencia ha sido el creciente aumento de la migración del productor a los cinturones de la gran ciudad, llegando su número al de 18 ciudadanos diarios".

Califican la situación de "insostenible" y afirman que "de 53.733 establecimientos rurales que existían en 1988, 10 años después sólo quedan 49.555, habiendo desaparecido en el último año (1997/1998) 1.500 de ellos.

Esta cifra es realmente alarmante por el creciente incremento de la misma". Las gremiales agropecuarias terminan proponiendo siete medidas que contemplan aspectos crediticios, fiscales y políticos. Entre ellos destacan la pedida de aplazamiento de los vencimientos impositivos y la prórroga para los vencimientos bancarios. Piden la inclusión del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca en el equipo económico y el compromiso de elaborar con la participación de las gremiales un paquete de medidas para atender al sector.

Lo que sigue es el texto completo de la propuesta entregada por las gremiales agropecuarias.

Memorándum de las agremiaciones agropecuarias

Hace 10 años, después de la sequía del siglo, con el agro de rodillas y una inflación anual superior al 100% afectando en especial a los sectores de menores ingresos, el Uruguay comenzó una batalla para lograr el abatimiento de dicho flagelo.

A tales efectos, entre otras medidas se aplicó una política económica sustentada en el anclaje cambiario, que preconizaba la apertura total de la economía y la reducción de los costos del Estado.

Fue una dura lucha, en que como es tradicional, el agro asumió el liderazgo.

Creyó en el mensaje, confió en el gobernante y se puso, una vez más, el país al hombro.

Con el transcurrir del tiempo y a pesar de nuestros esfuerzos, vimos que nuestra rentabilidad ya escasa, disminuía en forma alarmante.

En pocos años se crearon dos economías. Una, la del peso, que fue la que siguió el país.

Otra, la del dólar anclado, que afectó en su totalidad a la cadena agroindustrial.

La diferencia entre ambas aumentaba al mismo tiempo que se nos reclamaba y exigía mayor eficiencia y competitividad.

Fuimos en busca de ellas, invertimos lo que no teníamos y lideramos el crecimiento del país.

Lamentablemente el modelo no se aplicó en su totalidad.

El Estado no se achicó, no redujo su costo, sino que por el contrario lo aumentó.

Los precios de los productos y servicios tarifados mantuvieron su tendencia creciente y en consecuencia el sector continuó perdiendo capacidad adquisitiva.

Por lo tanto, las diferencias entre ambas economías continuaron creciendo hasta el punto que la actividad agropecuaria se volvió inviable.

El novillo que en 1988 valía U$S 0,47, hoy día tendría que venderse a U$S 1,12 para que el productor mantuviera la misma capacidad adquisitiva.

El litro de leche industria, que actualmente vale U$S 0,13 tendría que pagarse U$S 0,21 para que el productor tuviera el poder adquisitivo de entonces.

Las importaciones de productos granjeros aumentaron de U$S 2:000.000 en 1990 a U$S 6:000.000 en 1997, quedando claramente de manifiesto la desprotección de la producción nacional.

Y así podríamos seguir en una lista de ejemplos interminable.

Los costos impositivos se mantuvieron, destacándose por su incidencia la Contribución Inmobiliaria, que en valores constantes creció más del 700% y en precios sectoriales superó el 1.000%.

Todo esto nos llevó a que el costo anual de la canasta familiar que se pagaba con 19 novillos o 60.000 litros de leche industria, hoy día se necesitan 49 novillos o 132.000 litros para lograr el mismo objetivo.

La consecuencia ha sido el creciente aumento de la migración del productor a los cinturones de la gran ciudad, llegando su número al de 18 ciudadanos diarios.

De 53.733 establecimientos rurales que existían en 1988, 10 años después sólo quedan 49.555, habiendo desaparecido en el último año (1997/1998) 1.500 de ellos.

Esta cifra es realmente alarmante por el creciente incremento de la misma.

Esta es la situación insostenible en que el sector se encontraba cuando se precipitaron las crisis financieras internacionales de Asia, Rusia y Brasil.

El endeudamiento bancario del sector supera actualmente los mil doscientos millones de dólares, cifra que sumada a las deudas no bancarias, como ser: proveedores, DGI, BPS, Contribución Inmobiliaria, etcétera, llegan a un monto que supera el 70% del producto bruto sectorial.

La responsabilidad de la situación que acabamos de describir corresponde en gran medida a la aplicación imperfecta de políticas económicas que han logrado la inviabilidad de la actividad que genera la mayor parte de los ingresos del país.

El agro no da más, por lo cual se impone un cambio fundamental en la atención que se le brinda al mismo, estableciendo un programa de emergencia que posibilite su rehabilitación.

A tales efectos se solicita a las autoridades nacionales, la adopción de las siguientes medidas:

1) Aplazar de inmediato todos los vencimientos impositivos agropecuarios nacionales y municipales, incluyendo los del Instituto Nacional de Colonización.

2) Prórroga de los vencimientos bancarios de obligaciones emergentes de créditos destinados a la actividad agropecuaria, dentro de un marco de restructuración del endeudamiento que comprenda plazos e intereses acordes al desarrollo de la explotación y al retorno que las mismas producen.

A los efectos de la defensa de los productores en vías de ejecución, las gremiales agropecuarias ofrecen y comprometen todo su apoyo para que los mismos permanezcan en sus puestos de trabajo.

3) Adecuación con carácter retroactivo de las tasas de recargo y multa de obligaciones impositivas, coherentes con los índices de inflación vigentes en el momento de su aplicación.

4) Modificación legal de exigencia de certificado de DGI y BPS para créditos bancarios.

5) Eliminación del Imaba en los créditos destinados al sector.

6) Que dada la importancia económica del sector, principal generador de las riquezas del país, el Gobierno integre al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca al Equipo Económico.

7) Que por consiguiente el Poder Ejecutivo a través de los Ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Economía y Finanzas, con el Parlamento, el apoyo de todo el espectro político y conjuntamente con representantes de esta Mesa Coordinadora de Gremiales Rurales, elaboren en un plazo no mayor a treinta días, el paquete de medidas que facilite el retorno del sector a condiciones de viabilidad, rentabilidad y competitividad que posibiliten su rehabilitación.

Montevideo, 13 de abril de 1999

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