autogestión vecinal

vecinet – No. 678 – Pobreza, realojos y derechos vecinales – 25/02/05

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Comunicación alternativa independiente para la participación y la organización popular

"No venderé el rico patrimonio del pueblo al bajo precio de la necesidad" "Cuando se trata de salvar los intereses públicos, se sacrifican los particulares" "Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana" "La causa de los pueblos no admite la menor demora" "... que los más infelices sean los más privilegiados" "Unión caros compatriotas y estad seguros de la victoria" "En lo sucesivo solo se vea entre nosotros una gran familia" José Artigas

"...es necesario contar historias del pueblo de tal forma que en vez de paralizarnos nos lleve a la acción" Danny Glover

"La revolución de las Tecnologías de la Información ha evolucionado para servir a los mercados, pero ha dejado de lado a las necesidades de la gente" Vandana Shiva

Fumar es un "placer" mortal. Decile NO a todo tipo de drogas / AUTOSERVICIO Tío Pancho / Ir a Portada / Ir a Noticias

s u m a r i o (hacé clic en el título)

     1- Sobre el Tema, también se puede consultar en Internet
     2-
Junta Local N° 8 convoca a vecinos y organizaciones a trabajar por la inclusión social
     3-
Concejo Vecinal de la Zona 8 apoya realojo de vecinos de Tajes
     4-
Cooperativa de Viviendas COVHI solidaria con familias de asentamiento Tajes
     5-
Realojo en Carrasco Norte: desafío para el Estado y para la gente

     6- Entre realojos y discrepancias
     7- El Observador "aterroriza" a vecinos de Carrasco Norte  

1- Sobre el Tema, también se puede consultar en Internet

     Asentamiento Tajes: ¿Realojo o Expulsión? (http://www.chasque.net/guifont/noti671.htm#2); "Realojos totales o parciales de volumen importante", Documento sobre Compromisos de Gestión 2005 (IMM), pág. 30, item 7 (http://www.chasque.net/guifont/cogest05.pdf); Informe de la Junta Local N° 8 al Concejo Vecinal de la Zona N° 8 – 27.07.04 (http://www.chasque.net/guifont/junloc8.pdf); Informe del Concejo Vecinal 1999 (http://www.chasque.net/guifont/cvinfo99.htm); Plan de Trabajo para el Periodo 1998-1999-2000 (http://www.chasque.net/guifont/plan8.pdf); FUCVAM y la Reforma Urbana (http://www.chasque.net/guifont/refurb.pdf); Haciendo la ciudad entre todos (http://www.chasque.net/guifont/haciudad.htm); Desigualdades Sociales y Segregación en Montevideo (http://www.chasque.net/guifont/desigmon.pdf ); Reglamento de tierras de 1815 (http://www.chasque.net/guifont/regl1815.htm); Artigas puebla la Banda Oriental (http://www.chasque.net/guifont/artigas4.htm) (vecinet)

sumario

 

2- Junta Local N° 8 convoca a vecinos y organizaciones a trabajar por la inclusión social

     La Junta Local N° 8, reunida en sesión ordinaria el día 23 de febrero del año en curso, analizó los recientes acontecimientos originados en el realojo de las familias del asentamiento ubicado al final de la calle Máximo Tajes, a orillas del Arroyo Carrasco, en particular el realojo de 15 familias en el predio municipal de Acosta y Lara y Santa Mónica, que diera lugar a una movilización de vecinos del barrio de Carrasco Norte, rechazando este realojo.

     Ante esta situación la Junta Local N° 8, con la responsabilidad que le compete y el interés de colaborar en superar el conflicto, declara:

1-       El realojo de las familias asentadas en el predio municipal, denominado Asentamiento de Tajes, está incluído en los Planes Quinquenales de la Zona 8, elaborados por el Concejo Vecinal con la participación de las Organizaciones Sociales, Instituciones y los vecinos de la Zona.

2-       Asimismo el Gobierno Local ha priorizado este realojo, en distintas instancias -tanto a nivel local, como a nivel municipal- por razones humanitarias con el fin de mejorar la calidad de vida y del habitat de las familias y por razones ambientales en la recuperación del Arroyo Carrasco.

3-       Comparte y apoya los criterios definidos por la Intendencia Municipal de Montevideo, con el esfuerzo económico que ello implica, en realizar el realojo en tres predios ubicados en el territorio de la Zona N° 8, atendiendo de esta manera una definición de la Junta Local de realojar en este como en otros casos en el territorio, evitando el desarraigo de las familias, sin afectar los vínculos laborales y sociales.

4-       Entiende adecuada la construcción de las viviendas en zonas urbanizadas, con infraestructura y servicios, posibilitando una mejor inserción. Por lo que aspira a una gradual integración social, con participación de los distintos actores sociales e institucionales público y privado y de los nuevos vecinos, aceptando la diversidad y promoviendo la tolerancia.

5-       Reconoce el derecho de los vecinos y de las vecinas a solicitar una mayor participación e información, no obstante la solución planteada por la Intendencia Municipal de Montevideo, ha contemplado algunos de los planteos sin menoscabar el derecho de todos y todas a habitar la Ciudad, sin privilegios, porque en los últimos años todos los/as montevideanos/as somos testigos de la segregación y guetización de nuestros barrios, sin distinción  social y económico de la comunidad.

6-       Convoca a los vecinos y a las vecinas y al conjunto de las Organizaciones Sociales e Instituciones de distinto tipo de la Zona N° 8, a trabajar activamente en pos de la inclusión social, por una Ciudad de todos y para todos, como se expresa en el Plan Estratégico de la Zona, con el objetivo de "alcanzar el justo equilibrio".

     Montevideo, 23 de febrero de 2005 (vecinet)

sumario

 

3- Concejo Vecinal de la Zona 8 apoya realojo de vecinos de Tajes

     A propuesta de la Comisión de Políticas Sociales, el Concejo Vecinal de la Zona 8, reunido en el Salón Comunal del Barrio Cooperativo por ayuda mutua José Pedro Varela (ASCOZ 3), el día 23 de febrero de 2005, resolvió apoyar el realojo de los vecinos del asentamiento de Máximo Tajes, de acuerdo a la resolución tomada por la Intendencia Municipal de Montevideo, en cuanto a:

     1. que se realice en grupos pequeños facilitando la integración de los vecinos realojados al barrio y de éste a los primeros;

     2. las características resueltas para las viviendas.

     Recomienda se de el mismo tratamiento para los 3 grupos formados simultáneamente.

     Reconoce que la IMM asume esta responsabilidad, cuando ésta debería haber sido compartida en su oportunidad con los ministerios de Transporte y Vivienda.     Asimismo diferencia el término "traslado" de "realojo", ya que considera que realojar significa no solamente mudar a la gente de lugar físico, sino también realizar un trabajo social hacia y desde todos los vecinos; pero este trabajo no sólo se debe realizar durante y después del traslado como será en este caso, sino también previamente al mismo, con la anterioridad suficiente y la integración al trabajo de los correspondientes Ministerios, Organizaciones, Facultades, etc. para que la integración y reinserción social sea realmente efectiva.

     Por todo lo expuesto anteriormente, y considerando que en un futuro próximo y cercano nuestra zona asumirá nuevos realojos, es que este Concejo Vecinal, como órgano del gobierno Local de la Zona 8, recomienda y solicita más participación y consulta para no enfrentar los diferentes problemas de notoriedad que se dieron en este caso, quizá ocasionados por desinformación, información tardía y/o mal manejada.

     Apoyaron la resolución, 20 votos a favor y 1 abstención, sin votos en contra. El Concejo Vecinal de la Zona 8 está integrado por 30 miembros.

Olga Tonelli (Secretaria) / Guillermo Font (Presidente) (vecinet)

sumario

 

4- Cooperativa de Viviendas COVHI solidaria con familias de asentamiento Tajes

     La Cooperativa de Viviendas por ayuda mutua Hipertex (COVHI) encuentra sus orígenes en un núcleo de trabajadores y familiares de la textil HIPERTEX. Nuestra cooperativa fue fundada en 1989, logrando construir después de 8 años de espera por el préstamo, habitando las viviendas en el año 2000. Somos un grupo de cincuenta familias entre las cuales hay compañeros y compañeras docentes, empleados y empleadas de la administración pública, trabajadores cuentapropistas, empleados y empleadas de la salud, empleadas domésticas, obreras y obreros y por supuesto, desocupados y desocupadas.

     El camino para acceder a la vivienda estuvo signado por la organización, la lucha y el sacrificio de muchas compañeras y compañeros que junto a nuestra FUCVAM fueron conquistando cada logro: la personería jurídica, el terreno, el plan de saneamiento, el préstamo del MVOTMA y finalmente, la propia construcción de las casas.

     En el marco de la lucha por obtener un terreno, COVHI ocupó un terreno del cual fue desalojada por la fuerza, debido a la movilización iniciada por los vecinos, que veían en la cooperativa una amenaza a la homogeneidad del barrio. Aún en su actual terreno, (comprado a la IMM en el marco de los convenios por las carteras de tierras), se escucharon voces de otros vecinos alarmados porque en el terreno se estaba construyendo una casilla de costaneros y tablas de obra, la casilla que finalmente sería nuestro pañol durante toda la etapa de la construcción.

     Ante la reacción que ha suscitado en el barrio, el realojo de las familias de Máximo Tajes, COVHI tiene algunas cosas que decir, porque no hace mucho tiempo estábamos en una situación muy similar. Las familias que integramos la COVHI no venimos de lujosos apartamentos en Pocitos, o de mansiones de la zona sur de Carrasco, venimos de vivir como agregados, de pagar alquileres injustos, de convivir hacinados en casas de familiares, o en ranchitos provisorios hasta que se terminaran "las casitas".

     El hecho de que hoy contemos con nuestras casas dignas y confortables, no nos nubla la memoria ni la capacidad de análisis, para darnos cuenta que todavía quedan muchos compatriotas que la siguen peleando desde más abajo y que también hay otros compatriotas que miran esa pelea desde muy arriba.

     Esa distancia entre el abajo y el arriba no debería marearnos; no somos más porque tenemos las casas terminadas, ni tampoco son menos porque sus casas no están revocadas, ni tampoco son más los otros porque su casa vale quinientas veces más que la nuestra.

     Tampoco debemos confundirnos y dejar que los apuros de los gobiernos que quieren terminar sus obras para sacarse la foto cortando la cinta nos impida ver que en el medio de este apuro hay una verdad más absoluta, y es la de que cincuenta y pico de familias pueden ver mejorada su calidad de vida: son las familias que viven en Máximo Tajes y que próximamente serán realojadas, para permitir la terminación de las obras de acceso a Montevideo.

     Este trabajo intenta dejar claras algunas cuestiones que nos parecen fundamentales. Somos muy críticos del apuro y de la perentoriedad de los plazos que se han establecido para llevar a cabo este realojo; máxime si tenemos en cuenta que es una obra de larga data y que ya se sabía que en algún momento ésta medida había que tomarla.     No seremos los cooperativistas de COVHI quienes en nombre de esa postura crítica, nos movilicemos para impedir el realojo de esas familias, o boicotear su instalación en terrenos que ni son nuestros, ni nos pertenecen.     Hemos analizado la información disponible, después de haber participado en las reuniones del Concejo Vecinal, después de haber escuchado a los técnicos municipales, a los vecinos de Máximo Tajes, a quienes están de acuerdo y a quienes no, y también a nuestra Federación.     Como cooperativistas, nos sentimos en profunda solidaridad con las familias que deben abandonar unas viviendas que han logrado construir con sacrificio, para ser realojadas en una nueva casa. Apostamos y comprometemos nuestro esfuerzo para que estas nuevas casas se construyan aprovechando al máximo los recursos disponibles, y logren construir en las mejores condiciones y obteniendo el mayor provecho de esos recursos.

     Aspiramos, sin duda a que los compatriotas realojados se organicen en cooperativa, y puedan concretar el sueño de contar con una vivienda digna para vivir, y mil veces mejor que los núcleos básicos evolutivos construidos por el MVOTMA con las 500 UR que se les está ofreciendo a estas familias.

     Desde ya comunicamos que nuestra cooperativa no va a iniciar ninguna acción que promueva impedir el realojo organizado de estas familias y rechaza tajantemente la posición expresada en la nota periodística de El Observador, en nombre de los vecinos de Carrasco Norte, ya que la misma no contempla los intereses de todos los vecinos, y para la cual no se realizó ninguna encuesta, ni estudio de opinión en el barrio.

     Como cierre queremos decir que todos los uruguayos tenemos derecho a la vivienda y que éste es uno de los Derechos Humanos consagrados por todos los países del mundo. Lamentablemente desde los sucesivos gobiernos que ha tenido nuestro país, ese Derecho ha sido desconocido, no ha existido la voluntad política para aprobar verdaderas políticas de vivienda, ni tampoco para considerar las propuestas que en ese sentido hemos acercado las organizaciones cooperativas.

     Gracias a la solidaridad y la lucha organizada, muchas familias uruguayas han concretado lo que se ha puesto en los papeles. No será la cooperativa Covhi la que se coloque entre las familias y la posibilidad de conquistar su Derecho a la Vivienda, y desde ya planteamos que haremos todo lo que sea necesario para que esas familias se constituyan en una cooperativa y logren construir por el sistema de ayuda mutua.

     ¡Por la vigencia del cooperativismo y los valores cooperativistas! ¡Viva la vivienda popular! (vecinet)

sumario

      

5- Realojo en Carrasco Norte: desafío para el Estado y para la gente

     por Mariana Contreras (extractado de Brecha)

    En el Uruguay de hoy, solucionar el problema de la vivienda para los más pobres implica, además del techo, encontrar vías que permitan volver a integrarlos a los territorios centrales de la ciudad. El desafío no sólo es para el Estado, es sobre todo para la gente.

     A fines del año pasado sucedió algo muy curioso en Montevideo: la Intendencia Municipal debió intimar a un grupo de vecinos de Carrasco, que se habían armado de hecho un barrio privado, para que retiraran "en un plazo de 48 horas"; las vallas, casetas de seguridad y carteles que anunciaban, a quien por allí pasara, que estaban a las puertas de los "Jardines de Carrasco"; así se autodenominó el barrio dentro del barrio.

    En realidad, los barrios privados no existen en la capital, la legislación departamental los prohíbe; pero el ingenio no. No hubo más que construir la “urbanización” de manera tal de dejar habilitada una sola entrada hacia las calles interiores; no fue necesario impedir la circulación a nadie, sacar por la fuerza a intrusos o bajar las vallas para cortar el paso: la simple presencia de la seguridad en la entrada, las barreras "siempre en alto, pero presentes"; y el cartel anunciando la llegada a los "Jardines" autoexcluyen a los ajenos. Adentro, enormes y lindas casas, un cuidado entorno; en lugar de los enormes cubos que anuncian el nombre de las calles, discretos carteles que incluyen el logo del barrio, buena pavimentación y la seguridad patrullando las calles en carrito de golf.

     Los vecinos protestaron ante la intimación, porque la caseta (que todavía está junto con el cartel) es necesaria para los guardias, y los guardias son necesarios por razones de seguridad; y dicen -en una carta que figura en el expediente abierto por la IMM- "estar seguros de que la IMM valora y reconoce el mérito de una urbanización que transformó la realidad de la zona y permitió el desarrollo de nuevas zonas residenciales en la capital".

     Al costado del barrio, apenas cruzando la calle Acosta y Lara, en la esquina con Máximo Tajes, se levanta, en obsceno contraste, el asentamiento Tajes. Hace más de 20 años que está ahí y las casas siguen siendo de madera y lata; no hay ni siquiera un boceto de calle interior así que se camina entre la tierra, el barro y la mugre; y las casas se ubican donde quieren y como pueden. Aunque sin letreros que lo anuncien, el asentamiento Tajes también provoca la autoexclusión de los de afuera.

     Las 52 familias que allí viven se convirtieron en noticia durante las últimas semanas a causa del realojo que piensa llevarse a cabo. El Puente de las Américas, que pasa sobre el cruce de Giannattasio y Av. de las Américas provoca la necesidad de construir un intercambiador -una rotonda y un viaducto sobre Av. Italia- que facilite el tránsito vehicular; si bien el puente no afecta la zona del asentamiento, el intercambiador se extiende sobre parte de ese predio.

     De los tres lugares propuestos por la IMM para el realojo, en uno ya se manifestó el desacuerdo de los vecinos. Según las intenciones municipales, 15 de las 52 familias se realojarían en la calle Santa Mónica, pocas cuadras al norte de Av. Italia. Sin embargo la propuesta ya generó malestar entre los vecinos de esa calle y en las cooperativas de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (1) que ocupan los predios linderos al terreno en cuestión.

     En algo menos de tres quilómetros Carrasco muestra tres territorios diferentes y bien definidos, que pujan por el espacio, rechazándose los unos a los otros. Es que lo que podría parecer un simple traslado, a causa de los avances del "progreso", termina siendo un ejemplo modélico que muestra las grietas que la fragmentación económica y social genera cada vez con mayor fuerza en la ciudad. La segregación residencial es la huella que deja en el territorio la polarización de los que se mantienen dentro de la ciudad y los que quieren hacer fuerza para volver a entrar.

     Es también la muestra de la inexistencia de una política estatal de vivienda. La falta de una política que tenga en cuenta los aspectos culturales y sociales, que integre la noción de que segregación residencial no es sólo tener una casa precaria y vecinos igualmente pobres, sino que allí se anudan en forma compleja varios factores. La relación entre un barrio ya constituido, con sus propios códigos, que recibe a la nueva población y "los realojados", que deben salir de un lugar para intentar insertarse en otro completamente diferente, es sólo uno de los factores que se manifiestan hoy en Carrasco.

     Historia de imprevisiones. El puente de las Américas se comenzó a construir en el año 2001, pero mucho antes, en 1995, las autoridades del gobierno local de la zona 8 habían incluido en su plan quinquenal zonal el realojo de estas familias. El pedido fue realizado también en el siguiente quinquenio (2000-2005) sin que las autoridades municipales dieran el visto bueno. Es que la capital absorbe el 80 por ciento de los asentamientos irregulares del país; se estima que en el territorio montevideano existen 364 -y crecen a un ritmo del 10 por ciento anual-, con más de 44 mil viviendas que albergan a unas 200 mil personas, que componen el 50 por ciento más pobre de la ciudad. De ellos, casi la mitad son menores de 18 años.(*) Están, en su gran mayoría, bordeando la ciudad, donde la tierra es más barata y la infraestructura y los servicios escasos.

     Según explicó a BRECHA Gonzalo Altamirano, director de Espacios Públicos de la IMM y futuro director nacional de Vivienda, el método para decidir los realojos es complejo, pero incluye, además de la emergencia en que se encuentre el asentamiento, el lugar en que está ubicado; el de Carrasco se encuentra en un área servida de la ciudad "tiene servicios de salud, educación, transporte, espacios de recreación, etcétera" cosa con los que otros, sobre todo los periféricos, no cuentan. Hasta que el puente no se les vino encima, no fue prioridad.

     La falta de una política nacional de vivienda hace que en los hechos se superpongan las funciones de varias instituciones. Si bien el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente tiene la potestad, a través de la ley nacional de vivienda, lo cierto es que no existe una política de intervención que asegure, además del realojo, el comienzo de la recomposición del tejido social que se va desmembrando a medida que los más pobres son expulsados más lejos. Por ahora el Estado ha preferido la política que pretende resolver el problema entregando núcleos básicos evolutivos y para ello elige por lo general terrenos en la periferia, que es más barata, homogeneizando socialmente el territorio.

     "En la ciudad se ha actuado con mucha emergencia y poca estrategia" dice Altamirano, que reconoce que la IMM también ha tenido sus fallas. "Que la población de bajos ingresos se instale por motu propio en la periferia es razonable, porque las tierras son más baratas. Existen mercados informales porque no hay políticas habitacionales. Si las hubiera, si los fondos de vivienda se destinaran, los procesos podrían ser mitigados y revertidos. No hay políticas de alquileres, entonces la gente no alquila porque sus ingresos son una proporción muy alta del alquiler. Es más barato el asentamiento." Pero a este problema se suma que el Estado actúa de la misma forma. Casavalle, Aquiles Lanza, Isla Rinaldi, son algunas de las consecuencias generadas por las intervenciones estatales, que utilizando el mismo criterio de la gente, opta por comprar tierras en las zonas periféricas de la ciudad para construir allí las soluciones habitacionales. Algunos guetos de miseria en la ciudad son de autoría estatal, una intervención en la que la visión de inclusión social sigue ausente.

     Intentos de otras políticas. ¿Qué tiene que ver todo esto con Tajes? Si bien la IMM no es la encargada de las políticas de vivienda, en los hechos atiende buena parte de la demanda que los asentamientos de Montevideo generan. En el caso de Tajes -y no sólo en él- el municipio intenta aplicar una política que pretende revertir el proceso de fragmentación residencial de la ciudad, además de dar soluciones habitacionales. El presidente del Concejo Vecinal de la Zona 8, Guillermo Font, explicó a BRECHA que casi siempre se busca que el realojo se haga en la misma zona a efectos de evitar el desarraigo. Muchos de los habitantes de Tajes trabajan en la zona, ya sea como jardineros, empleadas domésticas, cuidacoches o clasificando basura; los niños van a las escuelas del barrio, utilizan los servicios de salud, tienen su estructura de supervivencia allí. Por otro lado, explicó Altamirano, el realojo no se hace de forma completa en un predio (aunque el de Santa Mónica alcanzaría para albergar a todas las familias), con la intención de disminuir el impacto que inevitablemente se genera. Según el criterio utilizado por la IMM, a Santa Mónica y a Camino Pavía irían aquellas familias que tienen algún ingreso fijo, al terreno de Joaquín de la Sagra (más grande y con un entorno menos urbanizado) los clasificadores que tienen carro y caballo.

     También se intenta mantener la armonía con la zona en lo que tiene que ver con el tipo de construcción y el tamaño del terreno. Para Altamirano, por último, es importante tener en cuenta "la trama social y urbana, por lo que buscamos población cooperativista para tratar de insertar a los realojados en una trama de solidaridad que pueda incidir y generar un marco de integración mayor que insertarlos sin ese entorno. El problema es cuando se dice: es acá, y ponés el dedo en el territorio".

     La ciudad y su conflicto. "Queremos que el ómnibus pase por casa pero que la parada no esté en la puerta, nos encanta el contenedor pero no en la ventana de casa, la feria pero que no esté en mi cuadra..." coinciden Font y Altamirano y podría agregarse que todos reconocen el derecho de los pobres a tener casa digna pero no pegada a la de uno.

     En Santa Mónica hay al menos cuatro cooperativas construidas por la modalidad de ayuda mutua, también una comisión de fomento, que reúne a los habitantes de casas particulares. La mayoría de los vecinos ponen reparos a que se construyan viviendas para quienes hoy viven en el asentamiento.

     Curiosamente, los habitantes más antiguos de la zona se opusieron, en su momento, a la construcción de cooperativas, con el pretexto de que se desvalorizaba el precio de sus propiedades. Y si bien la IMM busca cooperativistas para facilitar la inserción de los realojados, la mayoría de éstos también se oponen a la construcción de viviendas para los habitantes del asentamiento. En este punto cooperativistas y viejos vecinos del barrio (que rechazaban a los cooperativistas) se unen para repetir a coro que los nuevos vecinos instalan los problemas de seguridad en el barrio. O sea, nadie quiere a los pobres cerca de la casa porque suelen ser sinónimo de problemas, sean estéticos, económicos o sociales. Expresado un poco brutalmente, ése es el conflicto que vive hoy esta zona de Montevideo. La brutalidad no va en desmedro de la complejidad del problema: "...los mecanismos de exclusión social expresan representaciones o imágenes por las cuales ciertos grupos o clases sociales tienden a ignorar a otros de la convivencia familiar e institucional (...) existen no solamente obstáculos físicos sino también fronteras socioculturales, con relación al acceso a los servicios urbanos, por parte de los sectores más carenciados."(**) Desarrollar una política social ligada a la vivienda que permita hacer frente a esto parece ser el secreto para la vuelta a la heterogeneidad en el interior de los barrios.

     La socióloga Ana Laura Rivoir, docente de la cátedra de sociología urbana de la Facultad de Ciencias Sociales, considera que una política que pretenda revertir los procesos de segregación residencial debe contener aspectos multidimensionales como la cultura, los hábitos, las percepciones "del otro": "las poblaciones sufren un trauma con el realojo, por más que a la larga el cambio sea más ventajoso, con el traslado se pueden destruir las redes sociales de sustento, vecinos que quedan separados, por ejemplo, a eso se le suma el rechazo de los nuevos vecinos, que suele basarse en el temor y desconocimiento del otro, alterando la calidad de vida de ambas partes".

     Pero además considera que el trabajo debe ser previo y no posterior al cambio de territorio. El problema es que integrar territorialmente analizando el fenómeno estructural, piensa, es más fácil de decir que de hacer.

     El tema de la seguridad se repite en los argumentos de todos. Otro asentamiento, con más de 200 familias, y también cercano al predio de Santa Mónica, ha generado en el barrio innumerables conflictos. "Acá los ladrones no corren, caminan tranquilos", "a las cinco de la tarde es infernal", "no se puede salir", son comentarios comunes entre los vecinos que sienten que "no son 15 familias, son más de 100 personas, que además se multiplican rápido" y que, por más que no sea seguro, es probable que se parezcan a los otros. Esa visión "del otro" es un abordaje fundamental para lograr la aceptación e inclusión, según Jorge Larroca, docente a cargo del proyecto de investigación Habitación y Subjetividad de la Facultad de Psicología, que hace más de 10 años analiza la complejidad del tema. En el mismo sentido opina Rivoir: "cuando uno habla de integración no trata de decir que son todos buenos sino de discernir entre mito y problema, y atacar el problema. En cualquier asentamiento puede haber cinco ladrones y 195 personas trabajadoras, que también padecen el vivir con los cinco ladrones. El rechazo refuerza la segregación, aunque la proximidad espacial sea mayor".

     Los cooperativistas a su vez se enfrentan con su propio discurso de solidaridad, vivienda digna y reforma urbana. Si bien el rechazo a los realojados genera en muchos una fuerte contradicción, para Leonardo Caula, vicepresidente de covi 89, la entrega de materiales, tierra, y conexiones sanitarias a los asentados resulta injustificable: "parece que les caen las cosas de arriba. Los cooperativistas somos contrarios a estas cosas, cuesta conseguir el terreno, hacer la obra, debe haber un reconocimiento al esfuerzo". La IMM planea entregar a cada familia, según lo conversado con Altamirano, la "cáscara" de una casa. En el caso de Santa Mónica significa: contrapiso, baño y cocina, el resto debería ser construido por ellos mismos, asesorados por el MVOTMA, que además entregaría una canasta de materiales de 500 ur por casa. Washington Rodríguez, presidente de la comisión del asentamiento Tajes, dijo a BRECHA que es una propuesta que el barrio no acepta porque "nos sacan el 15 de marzo y se viene el invierno y no nos da tiempo de construir". La IMM analiza ahora una propuesta que incluye construir paredes, cocina, baño, hacer las instalaciones y dejar en manos de la gente las paredes interiores y un entrepiso.

     La comisión de fomento de Santa Mónica habla, según publicó el diario La República, de desvalorización de las propiedades, argumento que según la IMM no es válido ya que además de la obra vial (que se está haciendo en la zona) y el saneamiento, las viviendas construidas serán similares a las cooperativas, además de que se pondrá alumbrado, pavimentación y se proyecta un parque lineal.

     Válidos o no, los argumentos que se cruzan entre IMM, cooperativistas, futuros realojados, y comisiones de fomento sirven para entender que detrás del rechazo a la mudanza hay una complejidad social que necesita ser atendida. (Brecha) (vecinet)


* Datos tomados de Desigualdades sociales y pobreza urbana: asentamientos precarios en Montevideo; Danilo Veiga y Ana Laura Rivoir, mayo 2002 y del Mapa de la exclusión e inclusión social en Montevideo, IMM/ El Abrojo, 2004.

 ** Desigualdades sociales y pobreza urbana: asentamientos precarios en Montevideo; Danilo Veiga y Ana Laura Rivoir, mayo 2002.

Nota de vecinet: (1) La cooperativa COVHI es la que ha tomado resolución de Asamblea, pero, al contrario de lo que expresa la nota de Brecha, han resuelto apoyar el realojo y la integración de las familias del asentamiento que vivirán al lado de la propia Cooperativa.

sumario

 

6- Entre realojos y discrepancias

      (extractado de La República)

     Intendente Pérez Piera: familias (realojadas) merecen ser incorporadas a la sociedad

     El asentamiento Máximo Tajes -ubicado en la calle que le da su nombre, sobre el borde del arroyo Carrasco- será realojado debido a la construcción del puente Av. de las Américas, que atravesará sus viviendas.
     La República dialogó con Gonzalo Altamirano, director de Espacios Públicos de la IMM, quien explicó que este proyecto se ha desarrollado desde hace dos planes quinquenales, "y al constituirse el puente de Av. de las Américas es necesario el realojo de las 48 familias". "En un comienzo participaron de este proyecto el Ministerio de Transporte, el Mvotma, la IMM y organizaciones de vecinos de la zona. La IMM se comprometió a poner la tierra, el Mvotma la canasta de materiales, una ONG el asesoramiento técnico y seguimiento, y el MTOP el saneamiento y el agua, cosa que nunca cumplió porque dejó de participar hace un año, responsabilidad que asumió también la IMM".
     Altamirano explicó los criterios que aplica la IMM en los realojos:

     -"Realojo cercano a la zona, porque si no significaría un desarraigo, dado que el 80 % trabaja y/o van a comedores dentro del barrio.
     - No realojarlos todos juntos en el mismo lugar. Por eso, en este caso los separamos en tres grupos: veinticuatro por un lado y trece por otro, que irán al norte de Camino Carrasco, mientras otras quince familias sobre la calle Santa Mónica".
     - No crear dos ciudades paralelas y sí mezclar a ricos con pobres. En todas las situaciones "las casas se construirán básicamente por ayuda mutua. En primer lugar los organismos intervinientes harán una plataforma de 42 m2 con un baño y conexión sanitaria. En segundo lugar los propios involucrados realizarán las paredes externas, las reparticiones internas y el techo de chapa bajo el asesoramiento técnico de la ONG 'Mi casa un Sueño'".
     Además, el director se refirió a las molestias de los vecinos de Santa Mónica por el ingreso de familias del asentamiento Tajes: "Es un realojo que supone una mudanza de cuatro cuadras. Los terrenos a utilizar sobre Santa Mónica están a una cuadra de otro asentamiento -ubicado sobre Acosta y Lara, entre Santa Mónica y Gral. Nariño- en el cual viven doscientas familias. Las condiciones del barrio no cambiarán tanto".
    
Los vecinos de Santa Mónica
     Vecinos de la calle Santa Mónica se oponen a que se instalen quince familias en la zona. Una de las vecinas señaló a este matutino que "las viviendas no son adecuadas para que vivan familias que tienen entre 3 y 9 hijos; ¡32 m2 no son suficientes! Además, se desvalorizan los terrenos en los cuales vivimos. Por otra parte, no tienen los mismos valores ni los mismos códigos de convivencia".
     Otra vecina manifestó su preocupación y disconformidad: "Se hizo una reunión con profesionales de la IMM informando de la situación. Lo que yo considero es que pagamos una contribución muy alta, luz, agua y todos los impuestos. Si bien todos tenemos derecho a tener una vivienda digna, creo que ésta no es la zona más adecuada. Además, no sabemos si pueden venir más. Hay otra cantidad de terrenos libres atrás de Carrasco Polo, ¿por qué no hacerlo allí? También sería bueno que se les diera un trabajo y que pudieran trabajar la tierra y cultivarla".
     Por su parte, vecinos que viven en los alrededores del asentamiento ubicado en Acosta y Lara -a una cuadra de Santa Mónica- dicen que "no se puede caminar por la calle porque te roban. Roban todos los días, estamos encarcelados, otro asentamiento más, ¡no! Somos todos iguales, con una diferencia: trabajamos para vivir y ellos para robarnos".
     La República recogió también los testimonios de algunos vecinos del propio asentamiento Tajes. Washington, quien concurre asiduamente a las reuniones de la comisión de vecinos manifestó su preocupación: "Hace cinco años que estamos buscando ayuda, y ahora vienen con que nos tenemos que ir el 15 de marzo. Además, nos quieren llevar con los ranchos tal cual están y recién después ir construyendo, pero no podemos porque la madera está podrida, las chapas todas rotas y pronto viene el invierno. En dos semanas quedaron la IMM y el Mvotma en contestarnos si se puede hacer de otra forma. Tendrían que haber hablado desde que empezó la construcción del puente".
    
Ricos contra pobres
     Altamirano, respecto de los comentarios de los vecinos de Santa Mónica, señaló: "ellos pretenden que se vayan a la periferia. Con ese razonamiento se crearían dos ciudades, una de ricos y otra de pobres. Es como tratar de vivir en otro mundo. Lo que sucede es que no se está aceptando la pobreza. Además, se están olvidando de mencionar que se abrirán dos calles nuevas pavimentadas, nueva iluminación y saneamiento, y que tendrán un puente nuevo. Hace cuatro meses que se eligió el área a realojar y a partir de ese momento hemos mantenido diversas reuniones con las partes involucradas para realizarlo de la mejor forma posible. Estimamos que para finales de 2005 se realice el realojo".
     Por otra parte, Guillermo Font, presidente del Concejo Vecinal de la Zona 8 sostuvo en una nota informativa
(http://www.chasque.net/guifont/noti671.htm#2) respecto al realojo: "A mi entender se ha encontrado una solución razonable y la mejor posible. Seguramente no será entendida por algunos vecinos, que ya han planteado su rechazo por problemas de tener cerca de sus casas a 'intrusos', y por problemas de seguridad, al relacionar a los habitantes de asentamientos directamente con la delincuencia. (...) Debemos poner la cabeza a pensar en qué forma vamos a colaborar y a ser solidarios para que las situaciones de extrema pobreza puedan ser superadas. Pero no es haciendo bolsones de pobreza lejos y escondidos que vamos a solucionarlo; se los podrá alejar y no verlos más, pero el problema de la exclusión y la marginación se acentúa. Se trata de lograr una integración e inclusión en la diversidad social, económica y cultural".

     Intendente: familias (realojadas) merecen ser incorporadas a la sociedad

     Por otro lado, La República se ocupa de la gestión del nuevo intendente que asume en lugar del Arq. Arana, quién será el nuevo Ministro de Vivienda a partir del 1ro. de marzo.

     El plazo de la gestión de Pérez Piera será de poco más de cuatro meses -hasta el 8 de junio- pero el jerarca adelantó que no se dedicará a "hacer la plancha" ya que tiene previsto llevar adelante diversos proyectos que tiene en carpeta la actual Administración.

     También se refirió sobre el polémico destino del asentamiento que se encuentra a orillas del arroyo Carrasco. "Sabemos que eso ha generado algunos problemas, pero tenemos que avanzar con el tema. Vamos a realojar a 15 familias, no como se ha dicho por ahí. Esta gente fue preseleccionada y la Intendencia le hará viviendas dignas. Le queremos dar tranquilidad a los vecinos de que vamos a rehabilitar a unas familias que merecen ser incorporadas a la sociedad sin causar problemas a los demás". (La República) (vecinet)

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7- El Observador "aterroriza" a vecinos de Carrasco Norte

     (extractado de El Observador)

     Vecinos de Carrasco 'aterrados' por reubicación de asentamiento
     Advierten que aumentará la inseguridad

     La Intendencia prevé realojar a 15 familias de un cantegril en un predio de Santa Mónica Los vecinos dicen que la comuna no los consultó y se oponen a la iniciativa.
     "¿Sabe usted que la Intendencia de Montevideo proyecta realojar a 15 familias del asentamiento de Máximo Tajes y arroyo Carrasco en el barrio Santa Mónica?". Con este volante como buque insignia, habitantes de Carrasco comenzaron a hacer escuchar su descontento con la decisión de la comuna de reubicar a estas familias en un terreno enclavado en el corazón de Santa Mónica, la principal arteria de la zona norte de Carrasco. La semana pasada 300 vecinos de Carrasco se movilizaron e hicieron oír a las autoridades municipales su descontento durante una reunión en el barrio.
     Los vecinos están "aterrados", según manifestaron muchos de ellos a El Observador, con el anuncio de la IMM de realojar a los habitantes del cantegril de Acosta y Lara (1) y arroyo Carrasco en un predio municipal de Santa Mónica. En esa área de Carrasco están los principales colegios privados de la zona (British Schools, Jesús María, Scuola Italiana, Stella Maris, entre otros).

     La decisión de la comuna -informada esta semana a los vecinos- se debe a un convenio firmado entre el municipio y el Ministerio de Vivienda que prevé reubicar a las personas que viven en la margen del arroyo Carrasco donde se asentará una de las cabeceras del puente colgante de avenida de las Américas y avenida Italia.
     Esas personas serán trasladas a tres predios: dos están al norte de Camino Carrasco y el restante se encuentra en pleno Santa Mónica.
     "La intendencia no consultó a nadie. Ni a la comisión de vecinos, que tiene más de 40 años de actividad en la zona, ni al centro comunal ni a los consejales del barrio", dijo a El Observador María Camacho, una de las vecinas movilizadas.
     Reunión con la imm. El martes pasado, unos 300 vecinos concurrieron a una reunión con la arquitecta municipal Patricia Petit, de Acondicionamiento Urbano, y plantearon su descontento con firmeza. "Estamos aterrados. La gente está muy preocupada. Hoy vivimos todos entre rejas ¿qué vamos a hacer ahora?", afirmó Margarita Stewart, otra de las vecinas.
     "La Intendencia hizo esto de forma inconsulta. A dos cooperativas que se van a instalar en los predios contiguos al que destinarán para las familias del asentamiento, les exigieron permisos y tuvieron que hacer trámites durante años ¿por qué van a hacer una excepción?", agregó Stewart.
     Para los vecinos, el traslado de las familias del asentamiento de Acosta y Lara a Santa Mónica creará un nuevo foco de tensión en el barrio. "Todos sabemos que ese asentamiento es un refugio de delincuentes. Por ejemplo, debe ser el único barrio de Montevideo donde el basurero no entra sin antes ir a la garita policial y solicitar que lo acompañe un patrullero. Eso pasa todos los lunes, miércoles y viernes de mañana", dijo Jorge Ciasullo, quien hace 12 años construyó su residencia en esa zona de Carrasco y desde entonces observó cómo se depreció su valor por la instalación del asentamiento.
     Casiullo cree que la solución debe pasar por buscarle otro destino a las familias. "No es que la gente no sea solidaria pero es una realidad que no está en la cultura de ellos integrarse a nosotros, ni de nosotros integrarnos a ellos. Sería como crear un nuevo Euskal Erría en Carrasco", agregó.
     El Observador intentó comunicarse con la arquitecta Petit, pero no respondió a los llamados. Las autoridades del comunal 8 -de Carrasco- estaban de licencia.
     Esta semana los vecinos se entrevistarán con el intendente interino de Montevideo, Adolfo Pérez Piera, para plantear su discrepancia con esta medida. (El Observador)
(vecinet)

(1) La información de El Observador contiene muchos errores, entre ellos, se refiere al asentamiento Asociación Civil Esperanza de la calle Acosta y Lara, en lugar del de Máximo Tajes, que es de lo que se trata el tema, y, además, no son situaciones similares. Por otro lado, no fueron consultadas las autoridades locales que no "estaban de licencia", presidente del Concejo Vecinal o concejales vecinales de la Comisión de Políticas Sociales, o integrantes de la Junta Local, por ejemplo...

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