Movimiento de Liberación Nacional
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La estrella tupamara

NO HAY MEJOR TEORÍA REVOLUCIONARIA QUE LA QUE SURGE             DE LAS REVOLUCIONES HECHAS. RAÚL SENDIC











 

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ENTREVISTA A MARENALES DE SOTILLO

 

Entrevista

TUPAMAROS APUESTAN A LA REVOLUCION VENEZOLANA

HABLA JULIO MARENALES RESPONSABLE INTERNACIONAL

DEL MLN-TUPAMAROS DEL URUGUAY

 

Por Israel Sotillo. Especial para REBELIÓN.-

E

n un sótano de un edificio ubicado en la calle Venezuela de Montevideo tuvo lugar allá por 1962, una reunión,  la cual, más tarde, incidiría en la creación de la guerrilla urbana más prestigiosa en la historia de América Latina: “Los Tupamaros”.  Cuarenta y un años después de aquel hecho tiene lugar en tierras venezolanas una conversación entre Julio Marenales, uno de los líderes históricos del famoso grupo guerrillero fundado por Raúl Sendic, y un grupo de soñadores, entre quienes me cuento; no para fundar una nueva organización armada binacional, sino para hablar del futuro de nuestros pueblos, de las próximas elecciones, y acerca de un posible eje Montevideo-Brasilia-Caracas, en caso de ganar el Frente Amplio, tal como lo indica el desarrollo de político de la lucha, las próximas elecciones uruguayas. Acompañado de otro tupamaro, Rubén García, el viejo Julio, dejó discurrir su pensamiento en la tertulia, invariablemente con voz firme.  Participaron, asimismo, en esta entrevista, los utópicos de siempre, más no quiméricos, Edith Franco, Rodolfo Diverio y Arnaldo Aguilar.

—Cuéntenos a qué ha venido el responsable de Asuntos Internacionales del MLN- Tupamaros a Venezuela.

—Hemos venido fundamentalmente a tener un vínculo, a reforzar el vínculo con los compañeros venezolanos y analizar algunas cuestiones; y también, ver en vivo un poco que está pasando acá, que nos importa muchísimo.

—¿Están valorando ustedes el caso Venezolano, de qué manera?

—Sí, le cuento: Para nosotros visto desde Uruguay el fenómeno, no digo del chavismo; el fenómeno venezolano, es muy importante —pensamos—, porque puede constituir una parte integrante, una especie de eje que nosotros decimos: Uruguay, en donde, hay una gran probabilidad de ganar las elecciones las fuerzas populares en Uruguay, en llegar al gobierno. El fenómeno Brasil y que llega hasta Venezuela; y lamentablemente, nos hubiera gustado, haber entroncado a Ecuador, pero ahora a Ecuador no lo vemos; o sea, nos importa todo eso.  Porque nosotros nos llamamos Movimiento de Liberación Nacional (MLN); o sea, desde nuestro nacimiento, la cuestión nacional estuvo presente. Porque, decimos, sí queremos transitar un camino de cambios profundos en nuestras sociedades, siendo dependientes, no va a ser posible. 

—Y hay que comenzar por alguna parte, ¿no es cierto?

— Hay que romper la dependencia; y para romper la dependencia, hay que juntar todo lo juntable en función de eso. Y, bueno, acá lo que está pasando en Venezuela, es un proceso que para nosotros forma parte de lo que se conoce como acumulación de fuerzas para una ruptura de dependencia.

ELECCIONES Y EXPERIENCIA DE GOBIERNO

—Por acá todos creíamos que esta vez sí, que la izquierda uruguaya accedería al gobierno de la República Oriental del Uruguay. Díganos, porqué se perdió la última contienda electoral:

Bueno las elecciones se perdieron porque la clase dirigente tuvo la habilidad de promover una segunda vuelta que no existía en Uruguay; entonces, ellos introdujeron una reforma que permitió una segunda vuelta. En la primera habíamos ganado. Pero no nos alcanzaron los votos para cumplir con el cincuenta por ciento. Entonces, la derecha promovió esa segunda vuelta; lamentablemente, algunas fuerzas, o una fuerza que integra las fuerzas progresistas del Frente Amplio, tenía sus argumentos para decir que no era tan negativa esta segunda vuelta, por lo siguiente: Porque en Uruguay los partidos llamados tradicionales, tenían diferentes candidatos a la presidencia, y por una ley que se llamaba ley de lemas el que tenía más votos, dentro de ellos, juntaba todos los otros, o sea, permitían que con los diferentes candidatos hacían un rastrillo que juntaba desde la izquierda hasta la derecha. Entonces, unos compañeros de la fuerza progresista pensaban que eliminar eso era positivo. Ahora todos estamos obligados a tener un sólo candidato. Pero, otros como yo, pensábamos que no era positivo, de que justamente esto permitía que los dos partidos tradicionales se unificaran,  que fue lo que pasó, y ahí nos ganaron.

—Sabemos que persiste un desnivel cuantitativo en los votos que la izquierda obtiene en Montevideo y los que alcanza en el interior del paisito... ¿eso ha cambiado?

—Ha habido y va haber. Nosotros estamos convencidos de que va haber  un aumento del aporte electoral del interior de la República; pero, indudablemente, Uruguay es un país macro-encefálico, tiene una gran cabeza, un cuerpo endeble, y entonces, casi la mitad de la población vive en Montevideo. Entonces, ese desnivel sigue existiendo. Con todo, con todo... ha habido una avance de las fuerzas progresistas y pensamos que en esta próxima elección va  haber un avance mayor; porque, además, justamente, por  obra de las políticas que han existido hasta ahora, en el plano económico, ha habido  una cantidad de gentes, productores agropecuarios, que sí no se arruinaron, están al borde de la ruina. Son gente, viste, que desde el punto de vista de sus intereses han llegado a la conclusión de que éste sistema no les ha sido favorable, y sabemos, que hay bastante gente, no sabremos cuanta, lo dirá la elección, que están dispuestas a hacer un experimento.

—Dada la experiencia de gobierno en la intendencia de Montevideo, ya  son varios los períodos administrativos; se le suma ahora, por cierto,  una praxis política en el seno del parlamento. ¿Van a repetir lo actuado en esas instituciones, qué cosa harán?

—Yo creo que no. Nosotros como movimiento político, tenemos nuestras diferencias, bastantes sustanciales, con la gestión que se hizo en el plano municipal. Tenemos que reconocer que estuvimos omisos. Teníamos que haber metido más cabeza e intentar incidir mucho más. En cierta manera, lo que hicimos, fue, bueno... analizar y ver, y llegar a la conclusión de que había que analizar y ver y llegar a la conclusión de que había cosas  que había que hacerlas de otro modo. Recién en ésta última gestión que se está realizando pudimos tener muy poquitos compañeros que nos han permitido eso, incluso, recoger información. Y, yo me atrevo a decir, indudablemente, que nosotros vamos a plantear que hay que hacer las cosas de otro modo. Por ejemplo, una cosa que no se hizo (se habla de participación). Una de las primeras participaciones que habría que lograr, sería la de los propios trabajadores donde estamos; por ejemplo, en este caso la Alcaldía o la Intendencia como la llamamos nosotros.

—¿Pero hicieron algún esfuerzo?

—No se hizo ningún esfuerzo de ganar a esos trabajadores, no para el partido político, sino para un proyecto, para una gestión diferente. No se hizo eso, y eso, es grave para nosotros. Pensamos, que eso no se puede repetir, que hay que hacerlo no solamente en el ámbito municipal, sino que también en el resto del Estado. Ese trabajo político tendiente a ganar al funcionariado público para una gestión, hay que hacerlo. Porque tenemos el problema siguiente: En el Uruguay el llamado Partido Colorado ha sido el partido de gobierno desde que nació la República, prácticamente, salvo un período intrascendente, no. El del otro partido tradicional que es el Blanco. O sea, toda la estructura del Estado está permeada por gente del Partido Colorado,  y por una burocracia impresionante.

—Igual sucede en Venezuela, aquí la conducta del funcionariado sigue siendo adeco-copeyana. Nosotros hablamos de una cultura cuarta republicana; y de verdad que no se ha hecho mucho al respecto, y eso sin duda, eso contagia...

—Pues, nosotros vamos a ir a un medio donde nos vamos a encontrar con eso. Y hay que plantearse todo, hay que  planificar una tarea política tendiente a ganar a esa gente para una gestión. No somos tan ingenuos para creer que vamos a ganar a todo el mundo. Yo soy uno de los que piensa: A Dios rogando, pero con el mazo dando. Vamos a intentar ganarlos, a algunos, y a algunos otros, mala suerte para ellos, habrá que sacarlos. Porque vamos a encontrar saboteadores que van a poder estar en la rueda, y yo creo que haciendo todo el esfuerzo posible, trabajando de otro modo. Además, que no se trabajó en el municipio, es decir, cuando tomemos un lugar determinado vamos a encarar una tarea. Esa tarea planificaremos con el conjunto de la gente que va a participar en ese afán, para que se sientan comprometidos. Y hay experiencias de este tipo que han dado resultado, bueno, comprometerlos, porque han participado en la elaboración y van a decir vamos a marchar por este lado y ahí engarza uno.

—Pudiera hablarnos de experiencias concretas —le apuntamos—, y nos responde:        

—Más que experiencias, han sido casos particulares. Yo les puedo explicar el caso de un compañero nuestro que trabaja en el Ministerio de Vivienda. En donde llegó un arquitecto de esta administración, un hombre con otra cabeza, con otras ideas, nunca habían visto planificación de trabajo ahí. Allí hay burocracia como hay en todos lados. Este hombre, elaboró un plan, lo presentó a la gente que trabaja en ese departamento, lo discutieron y nuestro compañero está asombrado por el cambio que hubo en la gente. Dice: Hay que ver como trabajan, yo no lo puedo creer, cómo se motivó a la gente.

—¿Con alguna incidencia en la comunidad? Le pregunta Edith Franco.

—No, más bien es un trabajo de planificación y no afecta directamente a las comunidades, allí se hacen planes, se elaboran planos. Hacen estudios de población y de distribución de planos para ver el desarrollo de la zona, y todo eso, que todavía no se ha concretado. Pero los funcionarios de ahí trabajan juntos...  Tenemos nosotros un compañero en Montevideo, vendría a ser como una especie de parroquia de la capital uruguaya, ¿no?, donde un compañero nuestro es secretario de ese lugar, que hay un Concejo Vecinal y también se está trabajando de otro modo, es decir, hemos visto que cuando se trabaja de otro modo y cuando la gente te ve, cuando la gente que tiene la responsabilidad hace punta, la gente queda motivada. No diremos que la totalidad, pero la gran mayoría se motiva.

—Eso demuestra que se pueden hacer las cosas de otro modo:

—Nosotros decimos que ésta próxima administración va tener que ser así. Y vamos a pelear para que sea así.

EL FRENTE AMPLIO URUGUAYO, EJEMPLO PARA VENEZUELA

—El Frente Amplio comienza a ser estudiado en Venezuela. Aquí hay un gran interés en propiciar una discusión en ese sentido.  El Presidente Hugo Chávez, quien es amigo del General Líber Seregni, uno de los promotores de ese instrumento de unidad, está invitando a las distintas corrientes que lo apoyan para que constituyan un Frente Nacional, integrado con fuerzas progresistas y de izquierda. ¿Cómo hicieron ustedes en Uruguay, fue fácil? Discierna por favor, un poco sobre ello:

No creo que sea muy amigo de Líber Seregni, porque el compañero Seregni, que ahora está replegado, cuando el compañero Presidente, no era Presidente, era un “militar golpista”, digamos así, no lo recibió Seregni; los únicos que lo recibimos, fuimos nosotros el MLN-Tupamaros. Nadie lo recibió en el Uruguay; es decir, para nosotros no era un golpista, era alguien con un intento de ser revolucionario.

—Si mal no recuerdo, Seregni esos días se fue de Montevideo hacia Buenos Aires.

—Sí, es cierto eso que dice.  Bueno, voy a la pregunta: Indudablemente, que la experiencia del Frente Amplio es muy importante, no. Yo creo que el conformar un frente tiene la virtud de aglutinar distintas corrientes, que tiene que priorizar, por su puesto, determinadas cuestiones que son esenciales y que son las que permiten trabajar juntos. Pero que a su vez permiten, paralelamente con eso, que cada corriente tenga sus matices, sus diferencias, porque difícilmente se va a lograr que coincidan en todo. Nosotros, no nos planteamos lograrlo, va a ser muy difícil. Pero sí hay elementos esenciales que hemos priorizado y nos permitieron trabajar juntos y seguir juntos hasta ahora y vamos a seguir juntos, no. No sé hasta cuando. Pero eso permite que haya diferentes corrientes de pensamiento y andar... En el frente Amplio hay desde grupos que tienen una visión bastante conservadora, digamos, que no se plantean de ningún modo, la transformación profunda de la sociedad; porque dentro del Frente Amplio, bueno no se plantean  de ningún modo transformar en lo profundo la sociedad uruguaya, aunque sí, producir cambios, no por esto que está ahora, sino otra cosa.

—Ustedes, sí...

—Pero nosotros, nosotros, sí lo planteamos, uff... una transformación total de la sociedad uruguaya, que sabemos que va a ser únicamente con una gran fuerza, un logro  del pueblo uruguayo; porque nosotros no creemos que pueda transformarse profundamente una sociedad aislada del contexto continental y hasta mundial, imposible pensar en eso.

Pero un frente permite eso.

—Sí nosotros, con nuestra idea de cambio profundo, y de trabajo de acumulación estratégica para el cambio y también... pero que nosotros decimos: Bueno, pensamos en luchar en tener un gobierno que a la gente le dé de comer, o que la gente pueda comer y tenga trabajo, y eso ya es una cosa muy importante; todos pensamos en ese sentido, y estamos coincidiendo, y eso sirve... indudablemente que sí. Priorizar ciertas cosas esenciales; las otras, bueno, dejémosla para el proceso, él irá indicando que es lo que podemos llevar adelante, y que es, lo que no podemos.

¿Las corrientes del frente amplio son muchas? Son como seis... créame, no lo tengo muy claro:

—Por los menos coinciden trece corrientes en el FA:

—Después de lo ocurrido en Irak, y visto el pobre papel de la ONU. ¿Usted considera que EE. UU permitiría una victoria de la izquierda uruguaya?

—Nosotros pensamos que sí, por una razón muy sencilla, ¿no?... por ahora, porque no están tan afligidos por el agua, porque nosotros no tenemos petróleo. Pero tenemos agua, y el agua empieza a ser un elemento importante.  Eso hace que en cierto modo, por ahora, no se preocupen tanto de nosotros.

—Interviene Rubén García, para agregar:

No están tan afligidos porque el parlamento votó una ley en la cual permite comprar la tierra a Sociedades Anónimas todavía; con el aditivo de que no son dueños no sólo de la superficie sino del subsuelo. Por lo tanto, han venido comprando toda la capa freática y los acuíferos que están en la ola. Por eso no se preocupan, porque ya los tienen.

—Sigue Julio Marenales:

—Aunque no lo tienen totalmente, pero tienen...

EE.UU. ETERNAMENTE EL HEGEMON

—Arnaldo Aguilar, pide la palabra para indagar al entrevistado: ¿Desde el punto de vista político no es preocupante que haya otro eslabón en el continente latinoamericano que se sume a ese proceso de democratización, de liberación?

—Sí,  podría ser. Pero el problema es que ya, como no hay intereses inmediatos, bueno, eso ya motiva en cierto modo. Pero, además, en la situación que está Uruguay, hay que ver si se sale adelante, no hay plata. Y ellos no van a dar dinero. Entonces, tampoco hay que subestimar a los norteamericanos, este Busch no es normal, evidentemente, es un enfermo, no. Pero hay otros que piensan en EE.UU., por algo no invadieron Cuba. Piensan, algunos piensan. Es que algunos deben estár presionando allá para que las cosas se hagan de otro modo. La expectativa es esperar y ver que pasa, porque va ha ser muy difícil levantar la cabeza porque no hay dinero en Uruguay. Además, es una cosa que solamente la piensan ellos, hay un movimiento ahí en Uruguay... de gente, no los voy a nombrar para no quemar la cosa, que cree que el gobierno del Frente Amplio, tendrá vida dos años, y después, fracasará; y entonces, ellos van a saltar y dirán la solución va por acá. Hay quienes piensan que no va tener suerte el gobierno popular, ¿no?. Entonces los norteamericanos no están pensando eso: Ellos creen que esto no va ha tener larga vida porque no tienen como salir adelante.

—En todo caso, para nadie es un secreto que EE.UU. no verá con buenos ojos ese acercamiento. Han reprochado una y otra vez el acercamiento que Venezuela ha tenido con Cuba.  Aunque en esta futura relación no podrán acusar a nadie de comunista. No obstante, eso del comunismo, no es lo que le preocupa al mundo neoliberal, lo que realmente les provoca dolores de cabeza a los capitalistas, son las voluntades revolucionarias de reencauzar los recursos hacia la satisfacción de necesidades nacionales, para el consumo masivo de toda la población. 

—El eje Montevideo, Brasil y Venezuela. Yo no sé si lo van a permitir. En el caso venezolano es otra cosa, acá cuidado. Pues, hay de todo. Pero en el caso de Brasil, la cosa también es diferente, porque en Brasil existe, podríamos llamarlo, un capitalismo nacional; o hay capitalistas brasileños con un gran sentido nacional, simplemente porque sus intereses están metidos allí; porque desde el punto de vista de sus intereses les importa que se desarrolle la cosa ahí, que eso funcione. Y que entra en contradicción con los intereses transnacionales, eso es un elemento coadyuvante. Lula, en este caso, ojalá que pueda aprovechar, justamente, esa corriente que hay en Brasil; y que los individuos nacionalistas, en función de ese peligro que está por allá, que está presente ahí, prioricen dejar que éste país crezca un poco, combata el hambre como dijo Lula; a los efectos de hacer un país más viable para no darle pretexto a los otros. Ojalá que a Lula lo ayude eso.

—¿Y en el caso del pueblo de José Artigas?

—En el caso Uruguay es distinto, porque Uruguay es un país que no tiene desarrollado esto, no ha tenido nunca un sector empresarial que pese políticamente, digamos un capitalismo nacional no lo ha tenido nunca.  Lo cual no quiere decir, que no haya empresarios que sus intereses están estrictamente circunscriptos al país, que justamente, son los que nosotros en cierto modo estamos o se están arrimando a este proceso nuestro.  Porque ven, que por este lado las transnacionales los matan, y los gobiernos neoliberales, ajustadamente, los liquida por completo. Son sus enemigos que los están pulverizando. Un empresario dijo en una reunión, donde se discutía, es decir, una gran marcha donde se integraron a los trabajadores, se integraron a los empresarios, vinieron tractores y camiones; cuando se estaba discutiendo el hacerse esa movilización,  participaron cientos de miles de personas; un empresario dijo: “Yo tenía miedo a las expropiaciones que se hicieron en el campo socialista, a mí, me expropiaron acá ahora”.  O sea, el régimen no ha servido acá tampoco.

—La dialéctica de la historia está empezando a ser comprendida... ya vemos.

—Incluso, otro empresario que fue fundador en su juventud de una agrupación de carácter fascista, fascista. Un gran arrocero, un hombre que desde el punto de vista tecnológico ha avanzado muchísimo, porque en el Uruguay el planteo del arroz se ha hecho con gran tecnología y dan ocho mil y pico de kilos de arroz por hectárea, una gran producción. Él defendió esa movilización de la central de trabajadores y dijo: “Acá tenemos un problema de clases, pero si éste gobierno sigue así no vamos a tener ningún problema porque desapareceremos todos”. Bueno vamos a liquidar esto y después nos ocuparemos de nosotros; claro el hombre, ¿no? Esa es la situación del Uruguay.

—Retomemos la idea de desarrollar un Frente Nacional en Venezuela, nos concierne abundantemente, porque, además, hay sectores que están hablando de un partido único:

—Acá la idea esa de conformar el frente me parece formidable. Porque hablar de partidos únicos, no creo que sería lo más viable. Los partidos únicos no han funcionado en ninguna parte, están en Cuba, ahí; en otro lado, no están funcionando. Una sociedad heterogénea, aglutinada en un partido único... nosotros, hace mucho que no somos partidarios de un partido único...

 

—Edith Franco, argumenta lo que sigue: Es que aquí se plantea esa gran disyuntiva también... y creo que no se termina de cohesionar, eso de partido o movimiento, todavía eso no llega a concretarse.

—No sé acá como están dadas las cosas. Pero conociendo mí país como lo conozco, y en otros países que conozco más o menos veo... si nosotros construimos un partido único, los sectores sociales se expresan políticamente siempre. Entonces, como la única expresión política es un partido, ahí se van a expresar todos: Los trabajadores, las clases medias, los más conservadores, y entonces, hasta dónde el germen de la pudrición de los partidos únicos no fue eso. Donde los elementos nocivos de la sociedad,  donde ese es el único lugar donde pueden crecer y  hacer carrera,  es ahí adentro... dejémosle. En el Uruguay... claro... la clase hegemónica y los partidos siguen marchando, ellos ¿no?... Y hasta ahora estamos marchando y nos permite a nosotros, inclusive, nos dejan la válvula esa donde nos desinflamos. Vamos a aprender de ellos también. Sí, sí... sí, no importa que sea un poco, dejémosle que formen lo suyo. Con ojos abiertos y nos quedamos en el medio. Cuidado, no tan arriba ¿no? Dejémosle, porque si se nos meten adentro, nos pudren el partido. Entonces, dejémosle la expresión. Ahora, con inteligencia, ¿no?  Acá todos los medios como están, eso no puede ser.

—Definitivamente la política es una cosa de inteligentes. Y añade Edith Franco: Hay que aclarar que los medios de comunicación, de masas, aquí son un partido político...

 —Por su puesto, en todos lados. No, no es aquí nada más;  y que no precisan reunirse para hacer lo que tienen que hacer, para jorobarnos a todos los de abajo... No se equivocan, en todos los países y en nuestro país es igual, es lo mismo. ¡Claro!... los medios, todos están en manos capitalistas.

COOPERATIVISMO Y ECONOMIA

—En Venezuela, la Ley de Tierras y de Desarrollo Social, al igual que la Ley de Cooperativas le da una preponderancia a la economía social, al modelo  cooperativo de producción. De allí, que se esté asimilando otras experiencias como las cooperativas ejidales mejicanas, los koljoses soviéticos, las comunas chinas, las cooperativas del MST-brasileño, incluso, los kibutz israelíes y sus formas de producción colectiva. 

—Los kibutz fueron un fenómeno muy especial.  Funcionaron, claro que funcionaron; pero la gente que instaló los kibutz no era cualquier gente. Eran gente... en los kibutz había ingenieros, había arquitectos, había gente capacitada, y había trabajadores, había de todo.  Pero había gente que venía, además, que no era de allí. Venía gente de todo el mundo.  Y la gente que se largó a ir allá, era gente que iba con una voluntad determinada; es un fenómeno, muy particular, que hay que tenerlo en cuenta;  funcionaron, sí, pero es otra cosa.

—¿Cómo ve a las cooperativas, cómo cree usted que se pueden asimilar los ciudadanos a un proceso que se ha comprometido con incorporarlos a todos a actividades productivas o  socialmente necesarias?

—En otros países, en los nuestros mismos, el problema cooperativo tiene diferencias. En Uruguay lo que funcionó, fue las cooperativas de ayuda mutua para vivienda, hay cientos de miles de uruguayos habitando en las viviendas que se construyeron con el modelo cooperativo. Eso es real. Pero estamos viendo esto: Se construyeron la casa y como decimos allá se “achancharon”... el ímpetu se terminó.  El fenómeno cooperativo, para que marche necesita una preparación de la gente. No quiere decir que la gente, aunque sea un analfabeto, una persona sin estudios, pero tiene inteligencia. Y, entonces, que comprenda determinadas cuestiones. Lo primero que debe lograrse en el cooperativismo para que funcione es perder en gran parte el individualismo feroz. La cooperativa marcha cuando se entiende que es una cuestión de comunidad colectiva. Eso no resulta fácil. Logrando eso, funciona, si no se logra eso, no funciona.

—En China les llevaba hasta cinco años ponerlas a andar más o menos bien; según decía Mao Tse-tung, en una de sus acostumbradas charlas que las cooperativas tardaban cinco años mínimo para funcionar. Añade Edith Franco: “Las experiencias del MST, también no los indican, no son dos días lo que tienen”.

— Sí, sí, hace años que están trabajando.

—El gobierno venezolano está instrumentando de nuevo la Agenda Alternativa  Bolivariana, que pretende ser un mecanismo diferente al recetario neoliberal. El desarrollo endógeno al servicio del pueblo, dice Chávez. La explotación del petróleo por nosotros, PDVSA de los venezolanos, para salir del estancamiento económico. ¿Qué modelo alternativo al neoliberalismo se plantean en Uruguay?

—No hay que hablar. Acá en Venezuela hay esa ventaja, es decir, tienen la gallina de los huevos de oro que es el petróleo. Nosotros no tenemos petróleo. A nosotros nos va a ser muy difícil. Es decir, acá hay un remanente de dinero para hacer cosas. Allá no tenemos, vamos a ver de dónde lo sacamos, ¿no? Va a ser muy difícil allá. Pero, el modelo alternativo nuestro, simplemente es, emprender, a pesar de que estamos nosotros en MERCOSUR. Ahora hay que estudiar todo eso, es decir, para nosotros M es muy importante. Un MERCOSUR distinto del que hicieron ellos, porque el MERCOSUR que hicieron los gobiernos que han habido, nosotros estuvimos en contra. Somos partidarios de una integración, pero de una integración diferente.

—¿De cuál integración habla, en todo caso? ¿Cómo sería?

— De una complementaria. Va a ver que modificar todo eso. Ahora a pesar de MERCOSUR tenemos que ver lo que nosotros producimos, si vamos hacer esta integración, si está en consonancia; y no para que los brasileños con los argentinos nos pongan la bota arriba, sino que a pesar de que somos chiquitos, sea en igualdad.  Si no, entonces, si no nos tratan como iguales no; no, para ser esclavos, no sé que haremos ¿no? La cosa así no va a funcionar. Creo que esa es la intención y esas son las cosas que nosotros hemos conversado, y que lógicamente, se ve las cosas de otro modo. Ahora, el proyecto nuestro es reconstruir el aparato productivo del país que se deshizo. En Uruguay durante la guerra de 1945,  la Segunda Guerra Mundial y después de la guerra, a poco tiempo después se desarrollaron, como en casi todos los países de América Latina, las industrias de sustitución. Y eso funcionó en Uruguay... había industrias textiles, habían industrias mecánicas, metalúrgicas, bueno...

—Sustitución de importación, observa Edith Franco.

—Sustitución de importación, porque claro, no venía de afuera porque estaban trabajando para la guerra. Termina la guerra en el 45 y un tiempito después empieza cuando el Plan Marshall, todo eso que recompuso a Europa.  Se recompone a Europa, empiezan a venir los productos extranjeros, y ahí, entonces, la industria nuestra, no podía competir con ellos. Había un proteccionismo, pero no suficiente y eso motivó de que la industria nuestra fuera muriendo cada vez más.  Hay un trabajo en economía escrito en la Universidad de  la República Oriental  del Uruguay... que ya tiene un montón de años, en el cual se decía,  fueron proféticos ¿no?: El Uruguay...  tiene un gran sector de su economía de protección necesaria; se le quitó la protección y aquí tenemos los resultados, un país que se murió desde el punto de vista industrial. Desaparecieron todas, vino de afuera la competencia y liquidó todo. Entonces, nosotros planteamos, reconstruir el aparato productivo y protegerlo de algún modo. En Uruguay, sí no se lo protege, no puede. Yo ponía este ejemplo en medio de las campañas electorales, que es medio grosero, pero puede servir para ilustrar: “Yo trabajaba de carpintero, utilizaba tornillos uruguayos que no eran muy buenos. 

—¿Qué les sucedía, se doblaban acaso?

—Se quebraban a veces, no se fabricaron más en Uruguay; y se trajeron tornillos de diferentes lugares, tornillos brasileños, o no sé de dónde, muy buenos tornillos, de diferentes lugares, hasta de china venían.  Pero el que fabrica los tornillos en otro país  no me compra un banquito a mí. El trabajador uruguayo que hace el tornillo a lo mejor viene a mi taller y me dice: Preciso un banquito... entonces, el salario que gana haciendo tornillo, una parte me la paga a mí por el banquito, si lo hace en otro país no, no me compra banquito a mí, ni a nadie de acá. Es una cosa muy grosera, pero puede servir para ilustrarnos como desde el punto de vista nuestro aunque los productos que podemos producir en el Uruguay, de pronto, no sean tan perfeccionados...

—¡Tan competitivos! Le señalamos en coro los presentes.

—¡Tan competitivos! Como permiten dar trabajo, permiten que la economía empiece a moverse. Porqué, qué pasa en nuestro mercado interno, es chiquitito, nuestro mercado interno es de 3 millones y medio de habitantes, un poco más.  Aún así, y en eso estoy dispuesto a discutirlo con todo el mundo; en Uruguay, gran parte del funcionamiento de la economía fue por el trabajo de adentro, del mercado interno, justamente. ¿Qué fue, o qué le permitió mantenerse cuándo la guerra? La guerra no posibilitaba la llegada de los productos extranjeros, lo que producíamos, lo hacíamos para el mercado interno, no para exportación. Era para dentro, pero la gente tenía trabajo y comía, y vivía mucho mejor que ahora. Bueno, ese es un ejemplo.

—Pero no es con el mercado que se va a resolver ese problema; evidentemente que es con la política.

—Es que es con la política. La política orienta la economía de determinada manera y crea determinado mercado. El mercado interno se desarrolla por medio de una política establecida de mercado interno.

LA LUCHA GUERRILLERA

— La lucha armada venezolana fue seguida en Uruguay por Los Tupamaros. Hubo una publicación llamada “Epoca” que informaba acerca del desarrollo de la lucha revolucionaria en nuestro país ¿Hubo contactos con los guerrilleros del PCV y el MIR? ¿Con quién mantuvieron contactos?

—¿Venezolanos? No. Tuvimos con argentinos; tuvimos con paraguayos, los exterminaron a todos. Pero más de ahí no.

—El MIR Chileno, le comenta Edith Franco

—El MIR Chileno, sí; pero el MIR Chileno no estaba con las armas en la mano. Nosotros tuvimos una vocación de vínculo internacional toda la vida, porque  decíamos: La ruptura de dependencia no la vamos hacer solos, ni los uruguayos. No los brasileños solos, ni los venezolanos solos. Tenemos que hacerlo todos juntos.

—Después de la derrota de la guerrilla venezolana que fue primero que la uruguaya nadie veía para acá. Después, creo que la izquierda mundial no mostraba interés alguno por el proceso que continuaron unos pocos.

—Tuvimos, atentos, naturalmente a los sucesos venezolanos de aquella época. Pero vínculos no.  Estuvimos atentos, después hubo compañeros nuestros, en la diáspora ¿no?... que vinieron a Venezuela a Colombia.... y a todos lados.

—¿Están al tanto del nacimiento de una organización social que aquí en la Parroquia 23 de Enero de Caracas, tomó el nombre de ustedes?  Ellos asumen que están preparados para defender con las armas este proceso de cambios que vivimos los venezolanos.

—Sí, sabemos que existen. Bueno, no nos hemos comunicado con ellos. Es una cosa muy curiosa... tenemos que precisar, porque, evidentemente son realidades muy diferentes. El nombre lo ha habido en muchos lugares.  Pero, no sé si hay una coincidencia con el enfoque nuestro, porque es una realidad distinta y tener una coincidencia de enfoque  no debe ser fácil ¿no?...  Pero está, les gustó el nombre. No sabemos bien como es la cosa, no hemos tenido contacto alguno con ellos. Es una experiencia, según nos contaban, es una experiencia, ¿no?  Hay algunos acá que no la comparten como hemos visto...

—¿Sigue siendo una alternativa la lucha guerrillera para nuestros pueblos, para Los Tupamaros?

—Nosotros con respecto al uso de las armas en la política, pensamos con C. Von Clausewitz, el alemán: “La guerra es la continuación de la política  por otros medios”. Lo pensamos antes, y lo seguimos pensando. Ahora, el uso de determinados instrumentos lo marca la coyuntura histórica. Nosotros en esta coyuntura histórica entendemos que lo que estamos haciendo es lo correcto. Ahora lo hemos dicho en el Uruguay, donde siempre nos buscan la lengua, ¿no? Y no tenemos ningún inconveniente en decirlo: “Nosotros no renunciamos a ningún procedimiento político, pensando como Clausewitz que la guerra es la política por otros medios”. Es la coyuntura la que indica, históricamente, que procedimientos vas a utilizar. Pero no renunciamos a ningún procedimiento. Es más, nosotros pensamos que el enemigo de clase actúa político-militarmente, en consecuencia, acción y reacción, ¿no? Como contrapartida, hay que pensar en el Che, porque el enemigo actúa así. Y acá en Venezuela fue clarito. Es decir, cuando dieron el golpe que destituyeron al Presidente Hugo Chávez  

LA TRAICION

— La traición es una constante  en América Latina, ustedes tuvieron a Hector Amodio Pérez, nosotros recientemente a Luis Miquilena, los ecuatorianos a Lucio Gutiérrez. Alguien nos decía en Montevideo que la historia de América Latina es la historia de la traición

—Del mundo. Vamos a pensar por uno de los más famosos Judas, el Iscariote... vamos a empezar por ese.

—Se interesa Rubén García y señala: “Yo, me recuerdo el libro de Julius Fucik... El reportaje al pie del patíbulo, donde el Mirek, que era el recambio de él en el Comité Central del Partido Comunista, fue quien lo traicionó

—¿Quién falla el hombre, el partido, la organización?

—Yo soy de los que piensa que el hombre es un producto social, ¿no?  Es decir, nacemos en un entorno... tenemos un sistema nervioso que nos permite hacer aprendizajes. Las historias personales, lo que uno ha ido recibiendo, todo eso se nos mete adentro y a determinada altura de la vida se conjuga eso, y uno es como es. Yo pienso que sí, pues, si falla el hombre, no es solamente por el hombre, es porque algo se introdujo en él  que lo llevó a hacer eso.  ¿Qué es? No lo sé, pero es así.

—¿Le habían preguntado que significa ser Tupamaro?

—Es una respuesta que no tenía, porque soy Tupamaro de manera natural. Digamos, soy Tupamaro, simplemente. ¿Qué significa esto?: En Uruguay, desde que surgimos, y seguimos en la misma tesitura, somos las personas que tenemos muy claro que todas nuestras luchas se dan, estamos en una lucha de acumulación estratégica, no solamente Los Tupamaros, todas las fuerzas progresistas y revolucionarias del mundo desde que nacieron, y eso es quizás histórico de la humanidad, diría yo, más bien. Hace un ratito hablamos de Cristo, ¿no?... Cristo, también, hizo un trabajo de lucha contra la injusticia. Desde que se ha conformado la sociedad, desde que apareció el Estado, la diferencia de clases, apareció la injusticia. Entonces, hace rato que estamos luchando contra la injusticia, de diferentes formas claro.

—Del lado venezolano, creemos que la izquierda vive uno de sus mejores momentos. Y que, por lo tanto, debe aprovechar la ocasión para acumular la mayor fuerza posible y construir siempre al lado del pueblo. Hacerse de una base social importante para asegurar la consolidación de la revolución bolivariana. ¿Cómo lo aprecian ustedes en el Uruguay?

—Los Tupamaros en el Uruguay, tenemos muy, muy claro, que estamos en un trabajo de acumulación, porque estamos en un marco de poder que está del otro lado. Es decir, que estamos en una sociedad; en la cual, desde el punto de vista estratégico, estamos en una correlación de fuerzas desfavorable. Los Tupamaros lo tenemos muy clarito,  y tenemos muy clarito que todo lo que es institucional en el Uruguay; sin  desconocer la lucha del pueblo uruguayo, y todo lo que se quiera, pero lo que está estructurado y se organizó  no fueron los hombres de izquierda quienes lo construyeron.  El Estado uruguayo, ya estaba constituido cuando apareció la izquierda en el Uruguay. Esa estructura tal como está, fue organizada y construida para mantener la hegemonía de las clases ricas. Sí, nosotros queremos hacer una transformación profunda, no solamente acumular gente, acumular ideas, nos toca transformar también a la sociedad hacia un Estado distinto. Es un grave error creer que el Estado  como está constituido sirve para un cambio profundo. Esa es la convicción nuestra.

EL ESPIRITU LATINOAMERICANISTA

—Los venezolanos lanzamos una consigna que anda por el continente: ¡Alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina! Con ello le quiero significar que  el espíritu latinoamericanista está vivo y muy activo; ingenioso, como nuestros grandes ríos el Amazonas, el Orinoco y el Paraná. Se siente que recorren por la Patria Grande, Simón Bolívar, José Artigas, Manuela Sáenz, Ernesto Guevara de la Serna, Emiliano Zapata, José de San Martín, Augusto Cesar Sandino, Salvador Allende y todos los revolucionarios, hombres y mujeres progresistas que viven del Río Grande para abajo.

—Yo pienso, en términos generales, principalmente en los países centroamericanos. Esa idea de comunidad de pensamiento, y de integración que fue el pensamiento de los próceres, digamos, estaba más desarrollada por allá; estuvo siempre más desarrollado que en Uruguay. Uruguay... siempre fue un país europeizante, somos todos descendientes de italianos, de españoles, las razas indígenas prácticamente desaparecieron. Es más, ellos nos llamaban la Suiza de América. Es increíble, pero resulta que Uruguay... se latinoamericaniza con la miseria.

—Ya no son la Suiza de América...

—Dejó de ser la Suiza de América, las clases medias en Uruguay que tenían su fuerza, se pauperizaron, y gracias a eso, comenzamos a mirar a América. Porque no mirábamos América, mirábamos a Europa. En Uruguay, uno se iba a perfeccionar a París, a París... Un tipo raro, dos tipos raros que estuvimos;  yo fui a la escuela de Bellas Artes, ¿no?... estaba intentando en ser un poco escultor, alguna porquería he hecho...

—Cuéntenos, detállenos...

—Hubimos en la escuela de Bellas Artes, en todo lo que conocí yo de la escuela de Bellas  Artes, dos tipos que fue Octavio Podestá que es escultor, muy buen escultor uruguayo; y yo que no soy escultor, dos tipos que pensamos recorrer América para ver el arte precolombino.  Decíamos como los gitanos... después yo no pude, porque tenía que cumplir con tres hermanos más y estaba a cargo de mi casa y no podía; eso me trancó. Pero, sino, lo hubiéramos hecho en un carro, recorrer América para ver lo precolombino. Nadie se iba, los becaban a todos a Europa. Fuimos un país extranjerizante. La geografía de América la integramos ahora cuando las necesidades económicas y la pauperización de la clase media. Es esta situación la que nos lleva a aproximarnos por el lado malo, digámoslo así, hacia los pueblos latinoamericanos. Desde allí, es de donde viene la tragedia. Antes éramos una cosa extraña en América.  Éramos, sí, europeizantes totales. Ahora no, ahora hay un fenómeno, y la izquierda, la izquierda misma se ha nacionalizado también en el Uruguay, nacionalizado...

RAÚL SENDIC

 —Una última pregunta. ¿Sigue vigente el pensamiento de Raúl Sendic?

—Yo, del compañero Raúl Sendic lo que rescato, esencialmente, porque la propuesta que él hizo era una propuesta que podía tener vigencia o no; no que  fue un hombre que se dedicó a la teoría. Algunas cosas dejó, pero para mí lo más importante que dejó Sendic, fue su obsesión contra el sectarismo. ¡Contra el sectarismo! Fue un obseso de la lucha contra el sectarismo. Tanto, que yo; por ejemplo, me pelee muchas veces con él, porque yo soy un tipo partidario de organizar las cosas, ¿no?  Y de trabajar disciplinadamente, él no era demasiado disciplinado, ni era demasiado organizado tampoco. Teníamos diferencias en ese sentido, porque  él entendía que lo organizado en determinado momento lleva al anquilosamiento y a la burocratización, y yo siempre decía: Sí es así,  viejo, voy a pecar, porque yo soy partidario de las cosas organizadas, metódicas. Era Sendic, tenía una obsesión, y yo digo, era  un contrapeso importante, porque ese problema existe. Entonces, esa obsesión de él no era mala, era buena.

—Nada más, muchas gracias.-

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