autogestión vecinal

A r t i g a s
el resplandor desconocido
(ensayo histórico)
© GONZALO ABELLA

Capítulo VIII

Releyendo documentos. Habla Artigas y hablan sus contemporáneos

     Lo principal en Artigas no son los documentos sino las acciones, los gestos, la mística, el carisma, el perfil ético. Tuvo una visión extraordinaria, una capacidad asombrosa de entender el futuro y sus desafíos.

     Pertenecía a un mundo oral, y si se relacionó con el mundo escrito fue por su lúcida comprensión de la necesidad de usar todas las armas de la época.

     Pero algunos de sus escritos (especialmente entre 1811 y 1812) no dicen todo lo que piensa. Esto es lógico por la coyuntura, por la precaria alianza con fuerzas muy vacilantes y por la complejidad de un planteo multicultural que funcionaba en la acción pero que resultaba extraordinariamente complejo de formular en palabras. Sólo la coherencia de su trayectoria explica el por qué de algunos actos previos.

     Y aún después de 1812 a veces sus frases dicen sólo lo que es necesario para cada momento concreto.

     Esto no significa que en Artigas no haya habido una evolución, cambios importantes; sin embargo, cuando su nombre empieza a relacionarse con el proceso emancipador americano, ya sus principales opciones están hechas y son para siempre, aunque no las exprese. Se detectan, en una perspectiva actual, por la coherencia de sus pasos.

     En lo fundamental, sus documentos hablan por sí mismos.

Recordemos su famosa "oración de Abril" (21):

     "El resultado de la campaña pasada me ha puesto al frente de vosotros por el voto sagrado de la voluntad general" (...)

     "cenizas y ruinas, sangre y desolación: he ahí el cuadro actual de la Banda Oriental y el precio costoso de su regeneración; por ello es pueblo libre" (...)

     "Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana"(...)

     "Nuestra historia es la de los héroes, ella formará la admiración de las edades" (...)

     "Resolver sobre este particular ha dado motivo a esta congregación porque yo ofendería altamente vuestro carácter y el mío, vulneraría enormemente vuestros derechos sagrados al pasar a resolver por mí una materia reservada solo a vosotros"

     Y cuando propone no acatar con ciega obediencia el Congreso General, sino elaborar cuidadosamente las condiciones de un pacto con las otras provincias, advierte: "esto ni por asomo se acerca a una separación nacional".

     Después reiterará muchas veces su afecto al pueblo revolucionario de Buenos Aires y de las demás provincias hermanas; tienen razón los que niegan que Artigas haya sido el "fundador del Estado Oriental".

     Recordemos también el pliego de condiciones que finalmente llevan los diputados orientales para la edificación de ese gran Estado federal (22):

      "...II: No se admitirá otro sistema que el de Confederación para el pacto recíproco de las provincias que forman nuestro estado"

      "III: promoverá la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable"

      "XVII:No podrá violarse el derecho de los pueblos para guardar y tener armas"

     Dos años después, en su célebre "Reglamento Provisorio" (23) establece que:

     "...Por ahora el Sr. Alcalde Provincial y demás subalternos se dedicarán a fomentar con brazos útiles la población de la campaña. Para ello revisará cada uno en su respectiva jurisdicción los terrenos disponibles, y los sujetos dignos de esta gracia, con prevención que los más infelices serán los más privilegiados"

     Al Cabildo de Montevideo, desde el Cuartel General de Paysandú, 28 de Junio de 1815, le dice:

     "trate de formar una milicia cívica para la custodia del pueblo, recolectando todas las armas y pertrechos que le sean posibles..."

     A Güemes, desde Purificación el 5 de Febrero de 1816:

     "Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"

     Y evoquemos sus célebres frases contra la tiranía, diseminadas en cientos de documentos y recopiladas en los años sesenta por una publicación de la cooperativa "Comunidad del Sur", pequeño libro cuyo título era "Citas de Artigas". Tomo de allí las siguientes frases:

     "destrozar tiranos o ser infelices para siempre" (...)

     "los tiranos no por su patria sino por serlo son el objeto de nuestro odio" (...)

     "todo tirano tiembla y enmudece ante el paso majestuoso de los hombres libres" (...)

     "no tengo más enemigos que los que se oponen a la pública felicidad" (...)

     "los Americanos del Sur habían jurado en el fondo de sus corazones un odio eterno, un odio irreconciliable a todo tipo de tiranía" (...)

o su reafirmación en correspondencia a la provincia de Córdoba:      "los indios tienen el principal derecho"

     Los documentos dicen mucho más cuando hablan por sí solos. Hay otros documentos que deben ser evocados aquí.

     Antonio María de Freitas había publicado en 1944 (24) las cartas de Rivera pidiendo a Ramírez que matara a Artigas; Rivera llegaba a ofrecer su ayuda para ese fin.

     No sé qué repercusión tuvo eso en 1944, porque yo no había nacido, pero hace muy pocos años un joven estudioso de la historia uruguaya, Oscar Montaño, volvió a publicar estas cartas ¡y la fotografía reproduciendo hasta la firma de Rivera! en su libro "Umkhonto" (25).

     Pensé que los riveristas iban a poner el grito en el cielo diciendo que los documentos eran falsos, pero hicieron algo más inteligente: usando su influencia decretaron que el libro de Montaño no existe, y no se habla de él en la gran prensa ni en la televisión mientras se reeditan con gran marketing libros riveristas que omiten este episodio y otros igualmente graves.

     "Quien calla, otorga" dice un viejo refrán. Pero si se hace callar todas las campanas grandes, ¿qué se otorga?

     Reproduzco aquí también un fragmento de estos documentos.

     Rivera a Ramírez, segunda carta con el mismo asunto:

     "Todos los hombres, todos los patriotas deben sacrificarse hasta lograr destruir enteramente a José Artigas; los males que ha causado al sistema de libertad e independencia son demasiado conocidos para nuestra desgracia, y parece excusado detenerse en comentarlos cuando nombrando al monstruo parece que se horripilan."

     Después le anuncia a Ramírez que su nuevo amo, el invasor portugués Barón de la Laguna pide:

          "...que usted acabe con Artigas y para eso contribuirá con cuantos auxilios estén en su poder "

     Y concluye:

     "Con respecto a que yo vaya a ayudarle puedo asegurarle que lo conseguiré" (para) "ultimar al tirano de nuestra tierra"

     No son hechos circunstanciales en Rivera. Rivera en algo es consecuente: en su inconsecuencia. Jorge Pelfort, en carta al semanario Búsqueda (26) y citando nuevamente a Freitas y por él a La Gaceta Mercantil de Buenos Aires de 1833, nos recuerda un comentario de Juan Antonio Lavalleja, jefe de los Treinta y Tres Orientales que iniciaron la Cruzada Libertadora de 1825:

     "Cuando tomé prisonero en 1825 al General Rivera se le halló en la cartera una autorización para que ofreciera mil pesos al que le entregara mi cabeza" (la de Juan Antonio Lavalleja, G.A.) " y otros mil al que le presentase la del entonces Mayor y ahora General Manuel Oribe".

     El archivo de Pelfort nos da todavía otro aporte interesante sobre la personalidad de Rivera a través de una carta de Don Frutos escrita muchos años después (ya próxima su muerte en Melo). Curiosamente Pelfort encuentra reproducido este documento en un suplemento dominical del difunto diario "El Día" de Montevideo, de fecha muy reciente: 6 de marzo de 1977.

Escribió Rivera:

 

     "Yo creo no poder regresar tan pronto a la capital para ocuparme del gobierno y de la política porque lo que más importa es el completo exterminio de los blancos" ( por supuesto se refiere a los partidarios del Partido Blanco o Nacional, no a los caucásicos ).

     Pero si esto es así, ¿qué hace la imagen de Rivera en las escuelas públicas del Uruguay? ¿Cómo se permite el violento atentado a la verdad histórica de presentar a un enemigo jurado del artiguismo, como su continuador? ¿Cómo se armoniza la tan mentada "laicidad" de la escuela pública con el homenaje a un personaje cuyo único mérito fue fundar un partido político tradicional y aborrecer al otro?

     Hay más. Documentos que nos llegan de trabajos argentinos. Hablan, por ejemplo, del impacto de la propuesta artiguista en las provincias argentinas.

     Mucho debemos al libro del cordobés Ferrero "La Saga del Artiguismo Mediterráneo" (27). Allí leemos:

     " No por nada dice Mitre que Córdoba era el cuartel general del interior del artiguismo."    (...) " Los artiguistas de Córdoba trataban de influir en las provincias vecinas para mejorar la relación de fuerzas en el futuro congreso." (..) " En Santiago del Estero sus simpatías son atraídas por Borges, que no tardará en alzarse en armas; en La Rioja apoyan a los federales de Villafañe y en San Luis al grupo de artiguistas movido desde Córdoba por su gobernador José Javier Díaz, quien trata de impedir la elección de Pueyrredón cuyas ideas centralistas y monárquicas conocía."

     Recuerda Ferrero también "...la tentativa de Rondeau y la oficialidad porteña del Ejército del Norte en alianza con las `clases decentes' de Salta y Jujuy de deponer a GÜemes en el Gobierno de su Provincia."

     Borges en Santiago del Estero, Bulnes en Córdoba, Villafañe en La Rioja, Santos Ortiz en San Luis, Vera en Santa Fe, las montoneras de Alvarez al Sur de Córdoba, son datos que deberíamos conocer más.

     Sigue Ferrero, hablando del interior argentino:

      "... Allí los artiguistas intentarán movilizar a los indios ranqueles, creando un novedoso frente que dividiría aún más a las tropas directoriales que operaban en Córdoba y San Luis. Para ello un agente del Protector" (...) "... había llegado hasta el paraje de Guanaco Laguna, territorio infiel..."

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