autogestión vecinal
Conferencia realizada el 15 de abril de 1998 - BIBLIOTECA NACIONAL (Montevideo)
CICLO "TESTIMONIOS"
de la plástica Nancy RAMOS BOERR (FREDDA)

¿Porqué rescatar
solo lo indígena?

Exposición de Rodolfo Martínez Barbosa (Es versión textual)

Introducción a cargo de la Profesora Ma. Teresa BARBAT

Ayer hemos dado comienzo, con gran éxito, a este ciclo de "TESTIMONIOS" con la presentación en esta Biblioteca Nacional de los trabajos de la plástica y periodista Nancy RAMOS BOERR (Fredda) y conjuntamente con esta presentación plástica y artística se realizó una jornada, memorable creo yo, de encuentro musical, de encuentro de amigos, de encuentro de entusiastas sobre el tema, con gran avidez. Tanto es así que normalmente después de un gran acontecimiento o "vernisagge" como el de ayer el segundo día es difícil venir, el segundo día no es tan fácil, y esa fue una cosa que tuvimos en cuenta cuando se hizo este programa, que quedaran dos días continuos, uno para las charlas y otro para la parte artística. Era un desafío y vemos que realmente tuvo éxito. Esperamos que todos Uds. puedan salir con bien de todo esto y que podamos saber más, conocer más sobre nosotros mismos.

Hoy tenemos la presentación de un periodista, escritor, investigador, ex presidente de la ADENCH y muy vinculado a todo lo que tiene que ver con este quehacer del ascendiente indígena, de nuestro pasado indígena. Rodolfo MARTINEZ BARBOSA es una persona que hace años conocemos trabajando incansablemente, va a las escuelas, ha recorrido prácticamente todo el país, ha escrito libros, es realmente una persona que se está dedicando a este tema con mucho fervor. Por eso es que hoy inauguramos esta serie de charlas con su presencia y esperamos que sea del agrado de todos Uds. Y, por supuesto, él planteará la situación, el tema del día y como en todas nuestras charlas nos gusta, y especialmente a él que es un docente, que nos hagan preguntas cuando lo entiendan oportuno.

"Somos orgullosos mestizos"

Exposición de Rodolfo MARTINEZ BARBOSA

Bueno, yo reitero el agradecimiento a cada uno de Uds. por estar presentes hoy, obviamente que era un desafío, como decía María Teresa, el hecho de iniciar la segunda instancia de estos "Testimonios" que en torno al trabajo de Nancy tratamos de compartir con Uds. y subrayamos algo que digo María Teresa, que en definitiva, pretendemos que esto se base en vuestras preguntas.

Este es un buen marco para realizar una serie de precisiones que, a pesar de no ser mi costumbre, las creo de tal relevancia que recurro a estos apuntes escritos, tratando de evitar dejarme llevar por apasionamientos que puedan generar malas interpretaciones. Incluso Nancy sabe que uno a veces, vaya a saber por cual gota de sangre, se deja llevar por los apasionamientos. Hemos estado compartiendo reuniones con Nancy y con muchos de quienes aquí se encuentran y conocen que aveces uno pierde…es decir, se "calienta" demasiado, vamos a utilizar las palabras comunes. En este caso quería evitarlo. Defender nuestro carácter de mestizos no ha sido fácil y ahora tampoco lo es. Pero las actuales dificultades son de diferente carácter a las que enfrentamos inicialmente.

Al principio, cuando surge a nivel nacional una corriente de reconocimiento de la orgullosa permanencia de lo indígena, aquí en Uruguay, los descendientes éramos víctimas de agresiones basadas más en la mala información que en la mala intención. Hubo decenios donde se hizo creer a los uruguayos que descendíamos de los barcos, hubo decenios donde se difundió la difusa y permanente idea que sugería que antes que vinieran los europeos aquí nada existía, éramos las tierras de ningún provecho, siempre según una óptica extranjera.

Si me refiero a cuales fueron las situaciones cuando recién comenzamos los mestizos a pelear para que nos respetaran y reconocieran como tales, les tengo que contar que habían quienes nos increpaban con una mezcla de orgullo y desprecio: "¿qué van a ser descendientes de indígenas…? Si acá no quedó nada, si los matamos a todos" Había incluso folletos turísticos que indicaban como una virtud "Somos el único país que no tiene el problema indígena".

Y sufrimos mucho en ese tiempo, pero no aflojamos. Soportamos estoicamente la reiteración que los indios habían pasado como un accidente por la historia y que nada habían quedado de ellos. Pero, como les digo, tan caprichosa como orgullosamente buscamos unirnos en la necesidad de mostrar nuestro carácter de mestizos.

Hubo también quienes nos acusaron de pretender formar un grupo político, y hasta se inventó la inexplicable versión que nosotros reclamaríamos tierras. Fue el tiempo, ese juez implacable, el que demostró cuales eran nuestros verdaderos propósitos.

Con mucha dificultad, con mucha humildad, nos pusimos al servicio de los investigadores, los apoyamos en sus iniciativas y nuestras razones empezaron a ser escuchadas. Coherentes con nuestros objetivos nunca pretendimos campañas grandilocuentes y siempre optamos, ante la notoriedad el bajo perfil, sin apartarnos jamás de la seriedad y el rigor, ya fuera en las investigaciones como en los pronunciamientos.

Ahora, cuando se vencieron aquellas dificultades iniciales, enfrentamos otros problemas. Lo indígena se ha puesto de moda. Es duro decirlo, pero, si queremos ser honestos con nosotros mismos, tenemos que reconocerlo.

Y esta situación, si bien es consecuencia de todo el esfuerzo invertido en tiempos ingratos, en el presente implica, para todos, riesgos a asumir y a enfrentar.

Nosotros siempre fuimos partidarios y promotores de la democratización del conocimiento, pero jamás faltando el respeto a los investigadores. Obviamente que siempre tiene que haber terreno para la discusión y la discrepancia, lo que no equivale recorrer la senda de la falta de rigurosidad o el sectarismo. Siempre hemos creído que los verdaderos maestros aprenden hasta que mueren, sin nunca caer en la soberbia de creer saberlo todo.

Uno de los errores más comunes que se cometen en este tiempo, es pensar que hay parcialidades indígenas que son superiores a otras. Esto lo enseñó el conquistador que nos introdujo la diferencia entre lo que denominaban altas culturas y las demás. Nosotros siempre preferimos a las culturas que, como las que habitaban esta región, priorizaban los valores éticos sobre la acumulación de elementos materiales. Somos de los que preferimos el silencioso respeto a la palabra empeñada, la veneración de los ancianos y los niños, a cualquier maravilla de arquitectos o ingenieros.

Pero en lo que hace a nuestro caso en particular es tan marcadamente equivocado privilegiar el charruismo, como el guaranicismo, y perdonen estos términos que utilizó solo a los efectos de una rápida comprensión. Mal cumpliríamos nuestro papel los descendientes si pensásemos que algún grupo de los que habitaron la región fueron superiores o mejores unos que otros. No somos charruístas, no somos guaranisistas, somos orgullosos mestizos, somos descendientes de los indígenas que poblaron nuestro suelo, mucho menos podemos decir, como por allí alguien desubicadamente dice, "soy indio".

Muchas veces se transportan los valores etnocéntricos del conquistador y en ocasiones, hasta sin quererlo, algunas personan se adaptan y adoptan la misma escala de valores que durante tanto tiempo nos mantuvo postergados en el conocimiento.

Primera precisión: Con muchisima humildad (que entendemos necesariamente imprescindible) es que hay que emprender el camino del desencubrimiento, de la busqueda de la verdad de nuestras raíces. Hemos sido testigos de la proliferación de publicaciones en las que se recopilan opiniones, en general sacándolas de contexto, para arribar a conclusiones que no poseen mucho fundamento. Es una sana recomendación reiterar que se debe ser firme en el respeto de las fuentes en las que se basan los conocimientos. No son tiempos recomendables aquellos en los que la Historia pretendió delinearse en base a especulaciones.

En esa misma línea es que muchas veces se llega al borde de instancias casi religiosas. En la mayoría de los casos sin pretenderlo y sin que haya mala intención, las necesidades de espiritualidad que caracterizan a las sociedades globalizadas hacen que estén surgiendo interpretaciones de lo indígena como corrientes teologales. Y esto va desde la simple necesidad de creer en algo superior hasta cosas más graves como la utilización de substancias ilegales con el único fundamento que, en algunos momentos y bajo determinadas circunstancias, los indios las utilizaban, y hasta determinados hechos históricos son tomados para crear una nueva costumbre, también de perfil ritual: las peregrinaciones.

Nosotros, bisnietos de indígenas, no somos indios, como tampoco ya lo son quienes no viven como tales, en consecuencia estamos muy lejos de llegar a entender cabalmente la espiritualidad indígena. Y jugando con ella lo único que logramos, contrario a lo que se pretende, es faltarle el respeto.

Somos mestizos de mestizos, formados en esta misma sociedad a la que le tenemos que estar llamando la atención porque pretende que olvidemos todo nuestro pasado y reneguemos de nuestras raíces. Muy a nuestro pesar no podremos revivir lo que ya no existe, improntas culturales que, en definitiva, prácticamente desconocemos y que aún son objeto de estudio.

No debemos dejar desviarnos de nuestros verdaderos objetivos, que en el caso de los descendientes, son claros y se plantearon desde un principio.

Para que se entienda claramente lo que estamos diciendo, tengamos en cuenta lo ocurrido el pasado 11 de abril. No se habló del Día del Indio.

Siempre el 11 de abril fue para los descendientes una instancia de difusión, de reconocimiento, por eso fue que con mucho esfuerzo y muchos años de trabajo logramos que se le denominara: "Día del Indio" y que en distintos puntos de la ciudad y del interior se realizaran actos de homenaje. Siempre el propósito fue que más y más personas en mayor cantidad de lugares de nuestro país y de la región se reunieran con ese motivo. Y vean lo cuidadoso que hay que ser, por movimientos espontáneos, realizados sincera y honestamente, (y esto lo subrayo) este ultimo año se quebró la verdadera intención que el 11 de abril tiene que tener. En muy pocos lugares se mencionó el día del Indio, y de distintos puntos del país se organizaron excursiones a distintos puntos cercanos a Salsipuedes, cuando todavía no conocemos concretamente el sitio, es decir los sitios, donde ocurrieron las emboscadas del Queguay.

Fue muy doloroso comprobar que no se mencionaba al Día del Indio y que en lugar de desarrollar más puntos de recuerdo, mas conmemoraciones de homenaje, se cae, repito que honestamente – no tengo porque dudar tampoco de la sinceridad - en el error de crear más mitos, como en este caso lo que ya he denominado como peregrinaciones. Sería importante que tengamos en cuenta para cada próximo 11 de abril es mejor que cada quien en su lugar, en cada punto de la república busque organizar el recordar a nuestros indios, a todos nuestros indios. No creo, y repito utilizando la primera persona, no creo acertado exaltar los dolores ni mistificar las derrotas. Sabemos que solo olvidan los desmemoriados conscientes, nosotros hacemos del recuerdo nuestro primer valor, pero no para eternizar las tristezas, sino para mostrar que rescatamos de la memoria todo lo que algunos pocos pretendieron exterminar.

Segunda precisión: No siempre la buena voluntad justifica todos los procederes. Tomemos como enseñanza que al no haberse hablado este 11 de abril del "Día del Indio" se retrocedió mucho camino ya andado. El "Día del Indio" siempre tuvo como meta la socialización colectiva de los temas que nos interesan. Socialización significa descentralización, la realización de muchas conmemoraciones en la mayor cantidad de sitios posibles, cosa que este año, quizá por nuestra propia responsabilidad de no expresar públicamente nuestra posición de lo inconveniente, para el tema, que prosperaran iniciativas como las de concurrir a cercanías del Salsipuedes. Y no quisimos enfrentarlo porque queremos y pretendemos desarrollar una actitud verdaderamente de unidad.

Mucho se habla de una necesaria unión y parece que no se comprende, en este tema, el verdadero valor de esa necesidad. Nosotros – y en este caso utilizo consciente y acertadamente el plural nosotros, porque en este sentido comparto el sentimiento con la casi totalidad de los compañeros e "inchalá" de ADENCH– nosotros elegimos siempre hasta apartarnos antes de abandonar nuestros principios y cuando se nos planteó la posibilidad de formar otro grupo – incluso eso se nos sugirió desde esferas oficiales y universitarias - todos respondimos que eso no era lo correcto, que era mejor permanecer unidos peleando por lo que entendemos justo. Lo importante es sumar y multiplicar, lo nefasto en actitudes humanas siempre fue restar y dividir.

Bien se sabe que nos hemos mantenido siempre unidos, y felizmente cada día más fortalecidos, a pesar de serios problemas internos que no viene al caso detallar en esta circunstancia, y esa actitud de mantenernos unidos nos hace estar seguros que en breve, esos inconvenientes, serán resueltos, y ahora para siempre.

Los descendientes demostramos no solo con intenciones sino en los hechos concretos que hemos ido sumando más y más voluntades, que ya prácticamente no disponemos de tiempo para cumplir con las escuelas e instituciones que nos llaman y que cada día son más las instituciones que nos juntamos para realizar una labor conjunta. Y aquí hay un reconocimiento concreto a la Asociación Indigenista del Uruguay (AIDU) y a la Cooperativa Yasy Guasú, con quienes hemos actuado y actuaremos como uno solo. Está como ejemplo el Centro de Estudio de las Culturas Indígenas, un organismo de estudio y documentación creado conjuntamente por AIDU y ADENCH, ahora también al servicio de Yasy Guasú.

Porque siempre hemos pregonado la necesidad de unir, en todo el país, en toda la región, a aquellas personas que, sin importar si tienen esa gota de sangre indígena o no, creen que hay que continuar buscando y dando información que nos acerque cada vez más a lo que fue y es la verdad.

Unamos nuestros esfuerzos. Pero hagámoslo con sinceridad. Uno de los riesgos más notorios de un tema que se transforma en moda es la atomización. La unidad no es una palabra conveniente, debe ser una actitud inevitable. Nosotros, como lo hemos hecho siempre, apostamos a la humildad y como ejemplo está el que pretendemos que nuestra asociación deje de lado para siempre los lastres que nos ataron a la soberbia y la desinformación durante mucho, demasiado tiempo.

Recordemos que nuestro país tiene un nombre que nos dejaron los indígenas, que en los ríos, los arroyos, la flora y la fauna se reiteran denominaciones indígenas. Si bien nosotros hablamos un idioma, todas las cosas de nuestro suelo hablan otro, el idioma legado por nuestros indígenas. Pero eso no justifica que señalemos formaciones rocosas naturales para parangonarlas con construcciones que no fueron ni siquiera características de nuestro continente, ni mucho menos atribuir todo lo desconocido a los indígenas, o llevando aún más allá los equívocos llamar solo charrúa a nuestro pasado indígena. Una cosa como la otra equivaldría a un error. Y si estamos dispuestos a practicar el "desencubrimiento" de la historia, también debemos estar a ejercer la humildad necesaria como para no incurrir en los mismos errores que otros cometieron en el pasado, y que resultara que la única perjudicada fuera la correcta valoración de nuestros indígenas.

Y por fin la última precisión: Evitemos crear nuevos mitos. Los mitos no iluminan a la verdad, en general son el velo que la encubren. No creamos que los mitos, por más románticos que sean nos enaltecen, lo que eleva absolutamente, y en definitiva nos acerca a nuestros objetivos, es la busqueda del conocimiento.

En los tiempos que corren son más las cosas que desconocemos que de las que tenemos certeza. Y precisamente eso es lo que debe determinar mesura, respeto y, reiteraré hasta el cansancio, mucha humildad.

Sin duda que, en estos temas, no se puede exigir que se pierda totalmente el apasionamiento pero si que todos seamos más cuidadosos a la hora de sacar conclusiones, partiendo siempre de la convicción que, en muchos aspectos, recién estamos corriendo el velo de la ignorancia de nuestro pasado.

Evitemos que por la sana convicción de rescatar nuestras raíces americanas se pueda caer en situaciones en las cuales un gesto parezca solo una mueca. Es recomendable, repito, que seamos cuidadosos a la hora de seleccionar nuestras fuentes de información, de sobra sabemos que no todo lo que se escribe y se ha escrito es precisamente la verdad, también conocemos lo nefasto que sería intentar fabricar sincretismos, actuemos entonces en consecuencia.

Creí que estas precisiones, si era honesto con Uds. las tenía que plantear antes de comenzar cualquier tipo de conversación pública. Y me agrada en particular manera que esté presente el Profesor Eduardo Acosta y Lara, una de las personas que respeto desde el día en que no solo sentí que estaba sanguíneamente vinculado a lo indígena, – sino también desde el primer día que; tal vez como consecuencia eso lo determinó; sentí la necesidad de exaltar el espíritu artiguista. Gracias por haber venido profesor, es una distinción que no merezco.

Ahora quedo sometido a Uds., porque hay muchas cosas planteadas en lo que ya se dijo, que si lo escribí fue porque no quería olvidarme de ninguna de ellas. Además porque sabía que los papeles escritos se transforman en documentos, y estamos en tiempos donde uno tiene que delimitar en que terreno se encuentra, y la mejor manera de solicitarle a los demás que cada uno establezca en que terreno está es comenzar estableciendo en que terreno se encuentra uno. Democraticemos el conocimiento, que esto no sea una conferencia donde, como en mi caso, viene una persona que no sabe prácticamente nada, porque cada día que leo un poquito más me doy cuenta que es cierto eso que se dice que si nos dedicamos a estudiar, cada día sabemos menos. Yo me creía muy sabio hasta que empecé a leer los libros de mis profesores y otras cosas, antes creía que "las tenía todas", que tenía todas las respuestas de que eran y como eran nuestros indígenas. Y ahora, con Susana [GONZALEZ POSSAMAY] y con Melba [Prof. Melba PIRIZ] cuando vamos a las escuelas, o cuando vamos a los liceos y se nos hacen determinadas preguntas tenemos que recurrir a ese viejo consejo que una vez nos dio la Licenciada Leticia Cannella: "Uds. cuando no sepan algo, digan sencillamente no sé" No queremos hacer la demostración de ignorancia de quienes cuando no tienen la respuesta dicen cualquier cosa "para no quedar pegados". El que dice cualquier cosa no es inteligente, es un tonto, y nosotros elegimos el camino de la inteligencia y tratamos, por lo menos de ser inteligentes en eso, cuando no sabemos algo decimos no sé y no respondemos con tonterías. Sin renegar del compromiso de seguir buscando respuestas ¿verdad?. Nunca quedándonos en ese "no sé", para que pasado mañana cuando nos vuelvan a preguntar lo mismo por lo menos tengamos un acercamiento a esa respuesta.

El tema de esta conversación compartida con Uds. tenía como título: "Los indígenas de la región y los mestizos actuales", por eso vamos a establecer también otras pautas. Que quede definitivamente sentado, y eso con el grupo de compañeros con los que estamos intentando defender la seriedad de la Asociación de Descendientes somos todos muy firmes y convencidos, en no privilegiar ningún grupo indígena sobre otro. Nos sentimos orgullosos que alguna parte de nuestra familia haya estado vinculada a lo indígena.

Tampoco renegamos de ninguna de nuestras otras partes, ni de nuestra parte negra ni de nuestra parte europea. Sería un planteo sectario, racista, y vaya a saber cuantos epítetos más, si así lo hiciéramos.

A veces nos preguntan: "¿Porqué Uds. rescatan su parte indígena, si son mestizos o trihibridos? ¿Porqué rescatan solo lo indígena?" Y la respuesta es simple, sencilla, irrefutable. Sabemos que de los distintos grupos venidos de europeos hay clubes, asociaciones, hasta del más mínimo pueblito de la zona de Italia, por ejemplo. Ellos, con todo derecho y con orgullo de su pasado, se reúnen, recrean las vestimentas, las costumbres, las comidas de sus ancestros de ese lugar de Europa. Y está bien que lo hagan. Los negros, también defienden claramente su cultura en todas sus expresiones, y sin duda que también está muy bien que lo hagan, y en el caso de los negros es mucho más necesario que los grupos que representan al pasado europeo.

Pero sucede que, de lo indígena en general no se hablaba, nadie daba el paso delante de decir vamos a recordar y rescatar determinadas cosas. Desgraciadamente son muy pocas cosas las que tenemos para recordar y rescatar. Más allá de la costumbre de tomar mate, que tampoco es exclusivamente nuestra tampoco, porque acá llega una persona de cualquier lugar del mundo y a la semana está tomando mate. ¿Comidas que recrear? Acá en nuestra zona no tenemos, en la zona de Paraguay por lo menos Uds. tienen [dirigiéndose a los paraguayos presentes] ¿Formas de vestir? Tampoco tenemos. Ni siquiera tenemos en el momento de tratar de ejercer el rescate de determinados costumbres o usanzas.

Hoy alguien nos preguntaba cosas vinculadas a la repatriación de los restos [de charrúas] que se encuentran en Francia – y cuando se habla de los restos que se encuentran en Francia establezcamos una vez más que lo único que existe en el Museo de Francia es el esqueleto de Vaimaca Pirú, nada más que eso.

Obviamente nosotros estamos de acuerdo con la repatriación, [de esos restos] respetuosamente sabemos que hay gente que está en contra de la repatriación, con las mismas razones y la misma energía que nosotros. Pero por allí se dijo, en determinado momento, que una vez lograda la repatriación "sepultar esos restos a la usanza charrúa". Obviamente no fue ninguno de nosotros que lo planteó, porque no estamos capacitados para referirnos a cuál usanza charrúa de enterramiento. Se conocen, según los tiempos, varias formas de sepultura; y de grupos que muchas veces no sabemos si nos estamos refiriendo concretamente a charrúas. Porque muchas de esas cosas están en este momento en investigación. Bien lo sabe el Prof. Acosta y Lara que lo que nos han dejado escrito no está escrito con mala intención, pero sí está escrito con ojos de persona que recién ve expresiones de una cultura que desconoce absolutamente, con la lógica mala interpretación de quien relata lo que no entiende, por aquello del famoso eurocentrismo, el etnocentrismo, y todos los centrismos con que podamos denominar a esas actitudes. Esos relatos no estaban hechos por maldad, no necesariamente con maldad, pero para nosotros muchas veces significaron ser las fuentes de la desinformación al momento de delimitar, por ejemplo ¿qué era lo charrúa?.

En estos tiempos hasta nos estamos enterando que Laureano Tacuavé Martínez era de padres guaraní, y eso no le quita absolutamente ningún valor del que le asignábamos, o que María Micaela Guyunusa era de padres minuanes, aunque en este segundo caso la cosa es más fácil porque ahora se habla de la "gran familia charrúa", o la "macro etnia charrúa", si eran minuanes a la larga terminaron integrados con los charrúas, y por ese lado está resuelto el problema, si es que lo encaramos como un problema, que en realidad no es.

Que nosotros estemos dividiendo nuestro pasado sería un error. Creo que suficiente enseñanza es el hecho que en tiempos de globalización nosotros nos estemos preocupando por nuestra identidad y nuestras raíces. Esto será lo único que haga posible que no nos transformemos simplemente en "el más chico de los cuadros chicos". Mantengamos el orgullo de ser lo que somos. Y esto por suerte, y por el trabajo de muchisima gente, porque no podemos decir que hemos sido nosotros los que encabezamos la defensa de la identidad, no, hubo mucha gente antes que nosotros.

Alguien pregunta: ¿Qué hay de las impresiones digitales?

De las impresiones digitales, que si uno comete un delito y las deja lo más seguro es que lo lleven preso (risas) Yo creo que tú te referís a ellas como expresión gráfica de un indicador genético. Es un indicador genético, y como tal es simplemente eso, un indicador. Los indicadores no son ni incluyentes ni excluyentes, ni determinan ni eliminan la posibilidad de ser descendiente, en este caso, de indígenas. Podríamos en otro momento profundizar un poquito más, pero establezcamos porque es otra precisión necesaria: los indicadores genéticos no son ni incluyentes ni excluyentes, y esto que digo lo subrayo.

Se puede tenerlos todos [los indicadores] y no tener vinculación con lo indígena; es un caso raro porque si se los tiene todos hay grandes posibilidades de esa vinculación, pero lo digo para resaltar su relatividad. Por ejemplo, me ha pasado que una vez llegamos a Aiguá, donde teníamos que dar una charla, y en el club a donde íbamos nos estaban esperando todos con la credencial en la mano, y preguntamos: ¿pero qué es esto, un club político? Les habían dicho que, por medio de la credencial se podía establecer si se había tenido algún ascendiente indígena.

Y parecía que me estaban esperando para que yo [luego de mirarles la individualidad dactilográfica] los "bautizara" Ud. es descendiente de indígena, Ud. no es, Ud. sí, Ud. no, etc. Y en esos casos uno, sin desearlo, tiene que asumir el antipático papel de decirles, "miren que no es serio, no es posible determinar vinculación con lo indígena por medio de la credencial". En realidad un indicador genético es simplemente eso, y los verticilos son un simple indicador genético, y el más relativo de todos ellos. No es posible determinar si uno tiene ascendientes indígenas tan solo por ese indicador. Por algo antes se les denominaba "marcadores genéticos" y para quitarle un poco esa presión determinante que tiene la palabra "marcador" ahora se habla de "indicadores".

El Dr. Orlando Rojas (presidente de AIDU) hace una intervención en la que relata que una indígena canadiense que había llegado a Uruguay se asombraba que aquí se dijera que no había indios. La indígena se refería a que mirando los rostros de las personas se puede establecer que no solo hay descendientes de europeos, sino que se nota que han quedado rasgos indígenas en nuestra población.

Lo que dice el Dr. Rojas es absolutamente cierto. Les cuento que hace unas semanas atrás cuando estuvimos en la "Patria Gaucha" de Tacuarembó precisamente nos asombraba eso. En el desfile inaugural dos cosas que nos sorprendieron, la primera, nosotros sabíamos que había gente en Uruguay, lo que no sabíamos era que había tantos caballos, [Risas] lo digo porque fue impresionantemente grande ese desfile. Sin duda el más grande en los 12 años que se realiza este celebración. Lo otro asombroso, y que nos tenía maravillados, eran los rasgos de las personas, que mostraban, casi innegablemente una vinculación con la idea que nosotros tenemos que eran los rasgos de los primeros habitantes de este suelo. Yo vivo "jugando" en mi casa, y ya los tengo cansados, cuando sacan notas callejeras en la televisión y en la mayoría de las imágenes de caras yo destaco y pregunto, irónicamente: "¿y éste de qué país de Europa vino?" porque la mayoría de nuestra población tiene esos rasgos que parecen vincularlos con los indígenas. Y, si a una de esas personas uno va y le pregunta: ¿tú como te llamás? capaz que la respuesta es: "nosotros somos italianos" "o venimos de …", aunque sepamos valorar también que eso está cambiando en estos tiempos, antes nadie decía con claridad "somos uruguayos", parecía que todos se sentían inquilinos en esta tierra, y siempre referían a "nosotros somos vascos, o andaluces, o piamonteses…" Repito que eso se está, por suerte, perdiendo. Ahora es más la cantidad de gente que se siente orgullosa de ser uruguayo y aquello de la vinculación con zonas europeas se reserva para, en caso de corresponder, a los abuelos, o a los bisabuelos. Creo que nos ha ganado el país a nosotros, con esa persistencia que tienen las cosas de nuestro país, esa sutil subliminalidad de las raíces, nos ganó a todos nosotros.

Cuando terminamos las charlas en las escuelas, siempre le decimos lo mismo a los gurises, y hay cosas que sabemos de antemano (ya lo hemos hecho tantas veces con Susana [GONZALEZ POSSAMAY] y siempre pasa lo mismo) si bien no siempre hablamos de los indicadores genéticos, en algunos niveles [escolares] no lo entenderían y no viene al caso, pero cuando lo hacemos les decimos les vamos a hablar de algo que les va a causar gracia, porque vamos a hablar de "la mancha mongólica", y los gurises se ponen jua, jua, jua a reírse con esa complicidad surgida en que malamente se utiliza el término mongolismo para referirse al Síndrome de Dawn.

Pero lo que me importa destacar de esto, al cerrar las charlas siempre le decimos a los gurises: "Uruguay es el país más hermoso que existe en el planeta" y la mayoría parece que no lo creyeran al principio y solo después se dan cuenta que puede ser cierto lo que les decimos, pero al principio ante esa frase nos damos cuenta que no están muy convencidos como para creernos y muchos también se ríen. E insistimos "sí, miren que Uruguay es el país más hermoso que existe en el planeta, y eso siempre lo repetía la bisabuela o el bisabuelo indio de nuestras familias" Y cuento esto porque cuando decímos que Uruguay es el país más hermoso que hay en el planeta, todos se ríen, como pensando ¡mirá las cosas que dice este señor! Y a veces hasta algunas maestras hacen un gesto de incredulidad, y cuando nosotros les explicamos – porque no es caprichosa la afirmación y tampoco es por chauvinismo – que siendo tan chiquito territorialmente el Uruguay, tanto que los poetas le llaman "paisito", dentro de ese territorio tan chico hay todo tipo de paisajes diferentes y todos bellísimos. Lo único que hace falta es que lo conozcamos al Uruguay.

En general, el uruguayo no es muy partidario de recorrer su país, a la menor posibilidad que tiene busca irse para Porto Alegre o para Buenos Aires, el Uruguay es visto por muchos de nuestra población como algo de segunda categoría y cualquiera sabe que a una persona que no se le conoce no se le puede amar, y que lo mismo ocurre con el país. Nadie puede querer a su país si no lo conoce – y el país no es solo su costa.

Hemos estado en escuelas donde los niños conocen Miami, conocen París o Londres y no conocen Mercedes, no conocen ni las Termas, ni Minas, ni la Bajada de Pena, ni han visto nunca al Batoví. Y tengamos en cuenta que los paisajes no son solo físicos, porque el paisaje más importante que tiene el Uruguay, y su más grande valor, es la gente que reúne.

Una de las personas presentes interviene y se refiere a que siente con pesar no tener nada que lo vincule a lo indígena porque tiene pleno conocimiento que sus abuelos vinieron todos de Europa. Ella plantea que se siente avergonzada por el papel que cumplieron los conquistadores y reitera , insistentemente, su dolor de no tener posibilidad de ser descendiente de indígenas. Cuenta que en un reportaje televisivo vio que un médico uruguayo estaba trabajando por los yanomamis y que había que seguir ese ejemplo de apoyar y reivindicar a los indígenas de nuestro continente. Se queja que no hay apoyo presupuestal para los estudios del pasado de nuestro país, o para las personas que honorariamente trabajan y estudian por la identidad nacional.

Con respecto a lo primero, no importa que no seas descendiente [de indígenas] ya lo dijimos al principio que el nuestro no es un planteo racista, lo que importa es tu actitud. Y con respecto a lo otro, aquí tenemos un claro ejemplo en la persona del Prof. Acosta y Lara que, por favor, tratar de compararse con él como investigador debe ser muy difícil, y el hombre tuvo que utilizar su trabajo para cubrir y llevar adelante sus estudios…yo se que Ud. [dirigiéndose al Prof. Acosta y Lara] es muy humilde y le molesta que yo diga estas cosas pero déjeme decirlas, en todo caso si son mentiras Ud. diga "el señor es un mentiroso" entonces yo me callo…él tuvo que aprovechar las posibilidades que le daba el trabajo, era piloto de avión, y cada vez que le tocaba ir al exterior se metía en las biblioteca, en los archivos a recabar información. Mi trabajo como periodista es el que cubre los gastos de todas mis actividades de reivindicación e investigación del pasado indígena. Nadie que trabaje sinceramente en estas cosas va a morir rico, lo digo por los factores presupuestales a los que tú te refierías. En dinero no va a morir rico… Va a morir sí con la conciencia del deber cumplido.

Tú también decías que esto es muy lento, que se avanza poco en el conocimiento. Es cierto que a veces parece muy lento, pero tampoco caigamos en el error de apurarnos demasiado, que sería otro error.

No es la velocidad de los hechos lo que importa, y menos en este caso. Tengamos en cuenta la propia realidad que 500 años después se está levantando con dignidad el recuerdo de los primeros habitantes de nuestro continente. El único grado de invencibilidad que poseemos es saber con absoluta certeza que lo que no logremos nosotros lo lograran nuestros hijos, o lo lograrán nuestros nietos, y no te quepa duda que lo lograrán. Olvidemos el egoísmo de querer ser nosotros mismos los protagonistas. La historia es más sabia que cualquiera de nosotros.

Porque lo que logren recién nuestros nietos igual va a ser un logro nuestro, como esperamos que lo que estamos haciendo nosotros; cuatro, cinco o seis generaciones después; sea un logro de aquella parte indígena que nos precedió. Porque así como nosotros estamos tratando de cumplir con lo que sentimos como un deber, nuestros nietos también lo van a cumplir. Repito que ese el único grado de invencibilidad en que confiamos. Y tampoco te sientas excluida porque tú según decías "no tengo ninguna gota…" no, no, no hagamos de esto ni una cuestión sanguínea, ni sectaria, ni racista.

Si tú sos consciente que es necesario avanzar en las investigaciones para llegar a una conclusión real del papel cumplido por nuestros indígenas sentite igual a cualquiera de los descendientes y con los mismos derechos y obligaciones.

Tal vez nosotros tengamos la responsabilidad de necesariamente asumir lo que tenemos que asumir, pero es mucho más importante que sientan lo mismo que nosotros aquellos que lo interpretan como justo, en ese sentido la actitud de quienes no son descendientes [de indígenas] tiene mayor importancia.

Alguien pregunta en que estado se encuentra la repatriación de los restos charrúas que se encuentran en París.

En esto se avanza, como lo hemos dicho en lo demás, lenta pero seguramente. Uds. saben que hemos presentado en la anterior administración un proyecto de Ley que recibió la aprobación de diputados pero no lo logró a nivel del Senado. En la actual administración se reiteró el proyecto, que está ahora a estudios de la Comisión de Constitución y Códigos. Por otro lado se hicieron tratativas puntuales, como cuando vino el presidente de Francia. Aunque en ese instante se enfrió el excelente relacionamiento que veníamos teniendo con la Embajada, porque algunas comunicaciones que la misma recibió fueron interpretadas como agresivas. Y debimos comenzar, allí también todo de cero. En ese instante estabamos muy cerca de lograr el gesto de buena voluntad que solicitábamos al gobierno de Francia.

Actualmente hay otros apoyos para lograr este reclamo, además que el proyecto de Ley sigue su curso administrativo. Todos sabemos que hay sectores partidarios que no quieren que se hable de este asunto, pues desgraciadamente todavía, a nivel de las autoridades, hay quienes conservan un sectarismo político ultrancioso que pretende seguir ocultando hechos históricos.

Se han contactado con nosotros desde distintos organismos internacionales, incluso el Museo de Minnessota [EUA] está colaborando y logró el apoyo del organismo que nuclea mundialmente a los museos. Fueron ellos mismos los que nos indicaron que debíamos confiar más en las iniciativas particulares. Incluso esos mismos organismos ya estuvieron realizando algún trámite con los responsables del Museo del Hombre de París. Y por suerte siempre nos informan y consultan a cada paso.

No podemos dejar de señalar tampoco acciones como la de la Junta Departamental de Colonia que, en lo interno, también ha insistido en la necesidad de la repatriación. Estamos seguros que la misma se logrará, aunque no sea en nuestro tiempo eso no importa. La historia tiene una contundencia ineludible, no hay que dudarlo, además que cada día crece el apoyo internacional y este es un caso más como otros que ya se han dado en otros países. Como lo dije desde el principio, no seamos ansiosos, seamos constantes.

La Prof. María Teresa Barbat se refiere al "Día del Indio". Recuerda que su primera conmemoración se efectuó precisamente en la propia Biblioteca Nacional. Se cuestionó sobre su validez porque entiende que pueda ser interpretado como una separación tan excluyente como crear un "día del vasco", "día del negro", o como cuando se habla del "día de la raza" ¿a que raza está referida ese día? ¿a la raza humana? se pregunta. ¿Por qué no hablar directamente del día de Salsipuedes?

Aclaremos dos cosas, por un lado que son tiempos distintos. Por el otro que el término "raza" ya fue excluido de los diccionarios por la Real Academia Española – igual que el término "señorita" – en consecuencia seguir hablando del "Día de la Raza" sería un anacronismo. Con respecto a que estamos en tiempos distintos me interesa aclarar que cuando ella se refería a la primera conmemoración y hablaba de la bandera de ADENCH, no podemos ignorar, no seríamos honestos, si no reconociéramos que se cometieron muchos errores, que muchas cosas debieron corregirse y aún quedan otras por corregir.

Esa bandera, a la que ella se refería por ejemplo, estaba mal construida porque en lugar de tener la franja cruzada en el sentido de la de Artigas la tenía en el sentido de los blasones de la nobleza. Creemos que hasta la denominación, que nosotros la respetamos por haber sido la voluntad de los fundadores, pero debo decir que creo que la denominación original no fue muy feliz, porque se presta a confusiones y hace referencia – aparente e indirectamente – a una sola parcialidad.

Pero insisto en que creemos que tiene que haber un "Día del Indio", como hay, efectivamente un día del vasco, y un día del inmigrante que se conmemora y es toda una fiesta que se promociona por la televisión por parte de las instituciones de gobierno. Y hay una plaza del inmigrante, y tienen su derecho, está bien que hagan esa conmemoración. Nosotros no vamos a "apedrearles el rancho" cuando ellos lo conmemoran, e insisto que entiendo que tiene que haber un "Día del Indio" para recordar su participación en nuestra historia. Y precisamente el día de Salsipuedes porque es el día en que se inicia una actitud. No es "la actitud", es el inicio de la intención que finaliza pasada la mitad del siglo pasado, en 1862 cuando se produce la destrucción del último grupito de San Borja del Yÿ [y que después continúa con la manipulación del ocultamiento de hechos históricos]. Por eso marcamos el 11 de abril en el Queguay.

¿Por qué no referirse, entonces, a la fecha de la primera matanza de indígenas? Por ejemplo la de San Salvador.

Nuestra respuesta es muy concreta y con responsabilidad la asumimos. El choque que existe entre las dos culturas, entre dos formas de vida distintas, está evidenciado lógicamente porque los recién llegados al continente lo hacen con poderosas armas de destrucción y eso se dio en todo el continente americano. Si recurriésemos [para establecer un día] a ese choque entre lo autóctono – por denominarlo de alguna manera - y lo del invasor europeo quien sabe que fecha tendríamos que buscar.

Nosotros sabemos que la intención de exterminio de nuestros indígenas acá no fue culpa ni de conquistadores ni de colonizadores, sino de los criollos. Subrayemos, la responsabilidad del intento de exterminio nosotros acá no se la podemos echar a los europeos que tuvieron una actitud de choque e intolerancia en todo el continente, pero acá la responsabilidad fue de los criollos, exclusivamente de los criollos. [Estos] empezaron a pergeñar por 1828 lo que "manu militari" desataron el 11 de abril de 1831, y nosotros para no traspolar la responsabilidad, responsabilidad que se perdería vagamente en averiguar quien fue el primero que chocó y asesinó a los indígenas, asumimos – a riesgo que muchas veces se nos acuse de "partidarios de tal cosa…" – que el 11 de abril de 1831 aquí comenzó la actitud de matanza de nuestros indígenas.

Y digo, porque no soy hombre de tirar la piedra y esconder la mano, que se nos acusó muchas veces diciendo: "Ustedes ¿qué interés político tienen de enchastrar a Rivera?". Y quienes preguntan eso se están equivocando, porque allí sí con una utilización más partidista de la que se nos trata de endilgar a nosotros, se le cargan las tintas en solitario a Rivera. Y Rivera no actuó solo ni fue el único responsable de lo que se desató en abril de 1831. Ojo, que no estoy justificando o disimulando la muy comprometida actuación de Rivera. Los responsables que desataron y promovieron lo que empezó ese 11 de abril eran hombres de las que posteriormente fueron las dos colectividades políticas históricas de nuestro país; recordemos que fue mucho después de esto que surgieron las divisas políticas.

Y nosotros no queremos escurrir el bulto ni eludir la responsabilidad de decir claramente y sin temor: aquí la actitud fue responsabilidad de los criollos. No le pedimos a nadie una autocrítica de esa actitud, no tendríamos el derecho en todo caso de exigir una autocrítica de esos hechos ocurridos porque caeríamos nosotros en el etnocentrismo y la intolerancia que denunciamos. Cuando analizamos hechos ocurridos en la historia hay que ver las circunstancias que existían en la sociedad de ese momento, sin caer en aquello de "los buenos eran los nuestros, los malos eran los otros". Quienes llevaron adelante el exterminio lo hacía basándose en factores ideológicos por los que entendían – obviamente que nosotros estamos no solo en desacuerdo sino absolutamente en contra de eso – ellos creían llevar adelante la "civilización" y de esa manera exterminar la parte "bárbara" de la sociedad. Y "llevar la civilización" en ese momento significaba para esa gente todo el valor cultural central y se expresaba en exterminar todo lo que no se les sometía a sus valores e intereses. Había factores políticos, religiosos, todo un sustento filosófico que determinaba que esas personas actuaran así. Repito, nosotros obviamente estamos en contra y lo denunciamos porque ese no es nuestro concepto de civilización, ni antes ni ahora.

Por eso establecimos, llevamos adelante y lo presentamos como parte de un proyecto de Ley – aprobado por Diputados – que el 11 de abril es el "Día del Indio". Téngase en cuenta que no lo llamamos día del charrúa, porque allí caeríamos en un exclusivismo excluyente; lo llamamos "Día del Indio" porque en ese momento se desató la actitud que denunciamos y en lo que hoy es nuestro país se extendió por años, hasta finalizar a todos los grupos tribalizados. En principio fueron los charrúas, y cuando cayó en desgracia Rivera – porque algunos grupos organizados guaraníes eran las tropas de Rivera – también se les exterminó. Los opositores a Rivera aprovecharon el eclipse de éste para quitar del medio lo que en su momento había sido su sustento militar, cosa que, lógicamente, también entendemos que estuvo muy mal hecho. Todo producto de ese choque mal resuelto de culturas distintas.

Nosotros no podemos hoy cambiar la historia, pero sí ante ese choque mal resuelto de culturas, lo único que podemos y debemos hacer es éticamente rescatar los valores de los vencidos. Porque los vencidos no escribieron la historia, en todos los casos los vencedores escribieron la historia para perjuicio de los vencidos.

Yo dije hace un rato "no seamos el más chico de los cuadros chicos" pero sabemos que somos "cuadro chico" y tratamos de jugar lo mejor posible, con seriedad, con rigor histórico, hasta los "cuadros chicos" han llegado a ser campeones. No duden jamás que van a ser nuestros hijos o nuestros nietos los que van a hacer justicia con la historia.

¿Pero, qué es hacer justicia con la historia? Es decir todas las cosas como fueron y, por lo menos, dar la libertad de analizar y conocer todos los puntos de vista, y no – como hasta ahora – uno solo.

El Prof. Acosta y Lara establece un paralelo entre Rivera con los charrúas y Latorre con los gauchos.

Sin duda que es absolutamente claro. Ahora que Ud. lo dice, tengo una tesis personal que por allí es muy trasnochada, Uds. escúchenla como una cuestión anecdótica y nada más que eso. Yo todavía estoy buscando la frontera entre el indio y el gaucho. Personalmente creo que el gaucho es el camino de aculturación del indio en su integración a la sociedad envolvente.

Es cierto que el choque de la antinomia "civilización-barbarie" también fue llevada adelante mediante el alambrado que terminó con el gaucho.

Cuando nosotros hablamos hoy de la "Patria Gaucha" o hablamos actualmente de "gauchos" nos referimos simplemente a campesinos, trabajadores rurales, en ningún caso gauchos.

El gaucho fue exterminado por el alambre, hace más de un siglo que ya no existe el gaucho. Luego del alambrado que hizo imposible la "vida suelta" del gaucho obviamente que esa cultura también fue exterminada.

Es la culminación de la actitud que marcábamos. Rivera no debe haber tenido claramente definido cual sería el final de lo que desatan en 1831. Porque, según la concepción de aquel sector entonces dominante, el "arreglo de los campos" recién se logra con el alambrado, Rivera ni conocía la existencia del alambre.

Incluso cuando aquel muchacho norteamericano inventa el alambre,[*] ni él era consciente ni se imaginaba el cambio que produciría en el mundo entero su invento, que aseguraba definitivamente la propiedad privada a los poseedores de la tierra.

[*] El estadounidense Joseph f: Golden fue el primero que obtuvo la patente por la invención del alambre de púas, que cambiará la fisonomía de todo el mundo.

Alguien pregunta: ¡Y entonces, Rodolfo: ¿Qué tenemos que hacer?

Yo, pido perdón, pero no soy "Tata Dios" para responder a un semejante esa pregunta, sería un soberbio si me creyese capacitado para contestarla. Aunque ya lo dije, no quiero eludir ninguna responsabilidad.

Creo que primero debemos tener conciencia colectiva. ¿A qué llamo conciencia colectiva? – porque a veces se puede dar a manejos este término. Es primero asumir el problema sin importar si se tiene "esa gota de sangre" o no. Es también empezarnos a preguntar muchas cosas. Preguntarnos, preguntarnos y preguntarnos, y que ese cuestionamiento individual pase a ser una actitud compartida por más gente, siempre vinculado a si tenemos raíces o no.

Y atención, algo ineludible – si se quiere hacer las cosas en serio – es tener una actitud muy responsable con las fuentes de información.

Algo también recomendable es no pensar que somos los dueños absolutos de la verdad, porque creer eso es caer en las deformaciones que cayeron los conquistadores y creyéndolo nos estamos cerrando ante las conclusiones de las nuevas investigaciones.

Hubo hoy una palabra que se repitió muchas veces: humildad. Lo importante es la humildad con que se hagan las cosas. La humildad tiene que ser la principal característica en esto. Porque trabajando con seriedad, humildad y entrega vamos a lograr el respeto necesario para que, finalmente, todos se den cuenta que muy equivocados no estamos y que sí es inevitable que rescatemos los valores que hacen posible que hablemos de nosotros, los uruguayos, los orientales.

Hasta cuando nos referimos a orientales o uruguayos estamos utilizando terminologías muy actuales, muy recientes. Cuando yo hablo de Nación Charrúa – en el sentido utilizado por el Padre Lozano – estoy hablando de lo que ahora es Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Misiones, Río Grande del Sur y parte de Santa Catarina, no solo del actual Uruguay. Si me refiero al mundo guaraní, capaz que me estoy refiriendo a casi toda América del Sur, porque aún no sabemos con absoluta certeza cual fue la extensión real de la cultura tupí-guaraní.

Voy a finalizar, porque esto se ha extendido demasiado – no por mí sino porque no quiero aburrirlos - y [dirigiéndose a quien realizó la última pregunta] te felicito y agradezco, porque es una buena pregunta final eso de ¿qué tenemos que hacer? que yo no puedo responder. Primero por ese compromiso que ya establecí que les iba a decir que cuando no supiera algo iba a decir simplemente "no sé".

Con mucha responsabilidad, y respeto sigamos juntos unidos, hay muchos que les molesta tan solo vernos unidos. Que nos caracterice la honestidad, la humildad y la sinceridad…

Alguien dice: "¡y no olvidar!"

y, efectivamente, no olvidar. En la precisión efectuada al principio yo utilicé un eufemismo, porque solo olvidan los estúpidos conscientes y los absolutamente seniles. Sé que ninguno de nosotros se encuentra incluido en esas categorías. Ahora sí, muchas gracias….

(aplausos)

©ES MATERIAL DE DIVULGACION. Correo-E: charruas@adinet.com.uy
Está autorizada su reproducción total o parcial. Solamente agradeceríamos citar la fuente.

Volver a Los Charrúas

© autogestión vecinal (http://www.chasque.apc.org/guifont) Montevideo/URUGUAY
Edición Internet 1998: Guillermo Font


Guillermo Font - ELECTRICISTA
correoCorreo Electrónico: guifont@chasque.apc.org
Montevideo - URUGUAY