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Marcha de FUCVAM a Punta del Este

La República, 20/01/03

Fueron detenidos 169 cooperativistas de FUCVAM

El gobierno mostró ayer en Maldonado
su veta autoritaria

A pesar del impresionante operativo policial, FUCVAM llegó a Punta del Este. Resultaron detenidos 169 cooperativistas e inmediatamente fueron liberados por orden judicial

Marcha de FUCVAM a Punta del Este

El acto de Fucvam fue multitudinario.

POR CARLOS PELAEZ - MALDONADO

Si alguien creyó que la peor cara del gobierno era la del presidente Jorge Batlle diciendo que "los argentinos eran unos ladrones del primero al último"; o luego, cuando se le vio llorar a pedido frente a los medios de la vecina orilla, se equivoca. La peor cara se vio ayer cuando por orden expresa de Batlle, el ministro del Interior, Guillermo Stirling, dispuso un impresionante operativo policial con 350 efectivos; unos treinta integrantes del GEO de Coraceros y casi tres decenas de vehículos, para cortar el acceso al puente elevado de Portezuelo, con el único fin de impedir el paso hacia Punta del Este de unos 200 cooperativistas integrantes de Fucvam.

Curiosamente, sin que ninguna autoridad se inmutara el sábado por la noche el acceso a Punta del Este estuvo cerrado desde la parada 40 de La Mansa, por espacio de cinco horas, ya que la Intendencia organizó sus fuegos artificiales y desfiló Graciela Alfano al ritmo de "Nietos del Futuro".

Varios legisladores frenteamplistas presentes ayer en la marcha de Fucvam afirmaron que la actitud del gobierno era "un recorte a las libertades públicas" y anunciaron su intención de proponer el martes en la reunión de bancada una interpelación al ministro del Interior para que explique los motivos que lo llevaron a "violar la Constitución en forma tan evidente", según señalaron.

Tal como se había anunciado, la marcha partió aproximadamente a las 17.00 del lugar en que habían pernoctado el sábado, ubicado al ingreso de playa Chihuahua con rumbo a Punta del Este.

Mientras tanto, frente al Arboretrum Lussich por una de las dos vías de acceso al balneario se ubicaban unas cuatro mil personas que concurrieron desde diferentes localidades de Maldonado para recibir a los caminantes.

Un pequeño camión cruzado sobre la calzada serviría de improvisado escenario. Allí el clima era de alegría que se manifestaba con ondear de banderas.

Pero desde allí hacia adelante la vista era terrorífica. La Policía había cortado los accesos al puente elevado sobre Camino Lussich y colocó vallados metálicos.

Debajo del puente había más efectivos policiales ocultos a los caminantes.

De ese lado estaban el jefe de Policía de Maldonado, inspector Mario San Pedro; el jefe del operativo, inspector Luis Maldonado, y casi toda la plana mayor de la Jefatura.

También estaban un representante del Ministerio del Interior, de apellido Piquinela, y la jueza Penal de feria, María Julia Rodríguez, junto a la fiscal María Gabriela Fossati.

Del otro lado estaban casi todos los dirigentes de Fucvam, los 200 caminantes y su infraestructura, compuesta por médicos, enfermeras y apoyo, junto a los vecinos de Maldonado y varios turistas argentinos que circulaban entre el público.

El caos vehicular

La operativa de represión parecía estar coordinada. Pero no ocurrió lo mismo con el tránsito. Los policías y los inspectores municipales daban órdenes contradictorias y en determinado momento se produjo una cola de vehículos de casi cinco kilómetros. Sin embargo la responsabilidad no era de los cooperativistas que ocupaban una sola mano y se extendían por aproximadamente cien metros.

Era la hora de mayor tránsito por el retorno a Montevideo. La rotonda de Lussich comenzó a lucir como en sus peores épocas, aquellas en que llegaba a Punta del Este el turismo masivo.

Los turistas comenzaron a ponerse nerviosos porque perdían sus vuelos o pasajes de barco.

El tránsito estuvo virtualmente detenido casi media hora, hasta que las autoridades lograron ponerse de acuerdo en qué hacer. Una de las soluciones casi termina por provocar varios choques.

Dos horas después llegaron unos treinta integrantes de los GEO que, empujando, abrieron paso entre todos los presentes para permitir el pasaje de vehículos hacia Montevideo. Aunque en realidad fue un despliegue inútil de fuerzas, porque los propios integrantes de Fucvam abrieron paso a los automóviles.

FUCVAM igual llegó a Gorlero

Pocos minutos después de las 18.30, cuando ya habían hablado todos los oradores, Gustavo González, secretario de Fucvam, anunció que el presidente de la institución, Víctor Fernández, estaba en la Plaza Artigas de Punta del Este colocando una ofrenda floral al pie del monumento al héroe nacional José Gervasio Artigas.

En ese momento los parlantes llevaron la voz de Fernández a todos los presentes en comunicación por teléfono celular. La multitud estalló en aplausos y consignas contra el presidente Batlle.

Pero mientras el dirigente cooperativista hablaba, anunció que efectivos policiales querían detenerlo.

"Estoy hablando por teléfono y nadie me lo puede impedir", se le oyó decir mientras discutía a viva voz con quienes querían capturarlo. Mientras continuaba hablando, Fernández aprovechó para perderse entre los stands y visitantes de la feria artesanal y logró zafar, momentáneamente, de la detención. Pero fue buscado y finalmente la Policía logró detenerlo, aunque poco después recuperó la libertad por orden judicial.

Todos detenidos

Después de la parte oratoria, el secretario de Fucvam anunció que "toda la Dirección Nacional y los caminantes" intentarían cruzar el vallado policial para seguir hacia Punta del Este y solicitó a los presentes que aguardaran hasta que regresaran.

Inmediatamente uno de los dirigentes de Fucvam se acercó al primer oficial policial que constituía la avanzada y le entregó la lista de 169 caminantes con su correspondiente Cédula de Identidad.

Allí el diálogo fue cordial. Un inspector mayor le informó que "había efectivos policiales desarmados para impedir que cruzaran la valla" y agregó: "Ustedes, igual que nosotros, queremos que esto transcurra en paz. Pero si intentan pasar los vamos a detener".

Y eso fue lo que efectivamente ocurrió. Un cordón policial se cruzó sobre la carretera en diagonal al puesto policial de Solanas.

Los periodistas discutieron entonces con el inspector Maldonado que pretendía impedir su paso a una zona que denominó de "seguridad" e ironizó diciendo: "Ustedes no son corresponsales de guerra", cuando se le recordó que el riesgo era nuestro.

Casi inmediatamente un efectivo policial pretendió detener a este corresponsal "por orden superior", pero luego de una breve discusión otro policía logró convencerlo de que estaba equivocado.

Mientras tanto los cooperativistas hacían fila para ser detenidos. Uno tras otro, con González y sus compañeros de dirección a la cabeza, ingresaban al puesto policial donde eran registrados sus nombres y documentos y luego subían a un micro para ser trasladados a diferentes dependencias.

El primer grupo salió rumbo a la Seccional 1ª de Maldonado y los otros fueron a las seccionales de Las Flores y Pan de Azúcar.

Junto a los cooperativistas fue detenido el periodista Alberto Silva, que acompañó la marcha a los efectos de transmitir para su programa Amargueando que se transmite por 1410 AM LIBRE.

La segunda tanda de detenidos iba a ser trasladada en un camión policial de caja abierta. Pero la intervención enérgica de los diputados Darío Pérez y Enrique Pérez Morad, quienes indicaron que las normas impiden que viaje gente en camiones por las carreteras, logró disuadir al jefe de Policía que hizo traer autobuses de una empresa privada de transporte de pasajeros.

Jefe de Policía y jueza cruzan responsabilidades

El inspector San Pedro, jefe de Policía de Maldonado, aseguró a los periodistas que "los caminantes habían sido detenidos por orden judicial", aunque no pudo explicar bajo qué cargos.

Pero casi enseguida el diputado Pérez Morad (FA) decía a LA REPUBLICA que se había "puesto en contacto con la magistrada Rodríguez, quien dijo que su presencia en el lugar buscaba garantizar derechos y que recién luego de recibir el informe policial se expediría al respecto".

Exactamente fue lo que hizo aproximadamente a las 20.40, cuando dispuso la libertad de todos los detenidos.

Algunos miles de personas permanecían aún delante del estrado coreando consignas bajo una persistente llovizna que cayó casi toda la tarde.

Al cierre de este envío --hora 22.00-- aún permanecían aguardando el regreso de los cooperativistas para volver tranquilos a casa después de vivir una de las jornadas más tristes de la historia de Maldonado.

 

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