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SOBRE MONTEVIEDO ENTRE TODOS
MONTEVIDEO CIUDAD ABIERTA

por Arq. Alfredo Fonticelli

Históricamente desde Aristóteles, que creía imprescindible un cierto numero de habitantes por cada ciudad, hasta hoy el carácter de las mismas ha sido un tema importante para el pensamiento de la humanidad. Pero generalmente fue tema de diseñadores y urbanistas, de los arquitectos e ingenieros y sus cofradías.

La idea es comprender hoy nuestro cabal papel de habitantes y nunca mejor que a luz de esta iniciativa de carácter urbanista y por lo tanto social denominada CIUDAD ABIERTA. Ya que esta no puede prescindir del hombre que pasea y trabaja, del que sueña y ama, del que se compromete y con su acción vincula al resto.

De otra forma este concepto fracasaría, veamos por que. A lo largo de la historia la ciudad fue adoptando diversas formas producto de la época, los lugares y sus sistemas socio culturales. Las encontramos puerto, fortaleza, obreras y utópica, entre otras. Algunas surgidas de los tableros de los diseñadores, otras de los criterios de defensa militar o de salud de los médicos ambientalistas franceses.

Todos tenemos imágenes de la acrópolis, de sus agoras y teatros, de un ámbito en donde se participaba de una vida volcada al espacio publico. Sabemos como la ciudad se fue amurallando debido a las guerras de conquista. Esa ciudad medieval que, a través de sus iconos mas importantes la iglesia y la muralla, dominaba el espacio interior y exterior.

Mas actuales son las respuestas al proceso industrial, con ideas como la ciudad obrera y las utopías de Saint Elia que imagino la ciudad dividida en niveles de transito y asociación peatonal.

Mención aparte merecen los archigran que años mas tarde vieron un futuro no prospero sobre la tierra y elevaron sus ciudades haciéndolas móviles y enchufables.

Pero no todo quedo en el papel en el campo de el urbanismo. Ahí esta Brasilia muy cerca para demostrarlo una ciudad pensada desde su fundación hasta el ultimo ladrillo, desde un tablero, con sectores diferenciados según la carta de Atenas y el urbanismo de Le Corbusier . Con sectores de transito, de trabajo, de vivienda y esparcimiento.

Con grandes edificios habitacionales, de escala monumental, con puentes peatonales que cruzan avenidas de ocho carriles. Una ciudad pensada para el hombre, pero sin el. Quien no lo crea que viaje y camine por ella, que recorra su plaza central de dos cuadras de ancho por diez de largo y compruebe su desolación y después me cuente.

Y este es el punto, el hombre como hacedor de su espacio urbano, como verdadero gestor de las características de la ciudad.

Y para esto es necesario entender al urbanismo como la manifestación de una comunidad en la historia, que deja sus huellas en al construcción de su hábitat. Cuando los profesionales del diseño hacemos intervenciones arquitectónicas, desde el concepto de obra abierta, sabemos a que nos referimos y en que pensamos, sabemos del peso de la historia, de la tecnología de los materiales y de los programas a desarrollar pero fundamentalmente sabemos que una obra pensada desde acá, esta situada en un lugar determinado y con un propósito claro: mejorar la calidad de vida del hombre.

Veamos un ejemplo actual y otro antiguo, el museo de la plaza del entrevero, una obra que respeta este concepto, se incorpora a la ciudad y le aporta lo suyo, pero no destruye su trama y aun mas importante, suma a la plaza como lugar de encuentro y espacio simbólico, otro uso, alberga otros programas, y el espacio interior o subterráneo, y el exterior se unen se adivinan.

El palacio Salvo es otro ejemplo de obra pensada para la ciudad, con su recova reconociendo el nivel cero, que participa del espacio publico y lo gradúa hasta hacerlo propio.

Pero para hablar de ciudad abierta, se necesita algo mas que las acciones aisladas. Por un lado, una acción consiente de los que se dedican al arte de construir, que en un espacio tan construido y habitado como las capitales latinoamericanas, debería sujetarce a actuar como el alfiler del acupunturista debiendo destrabar mucho con muy poco esfuerzo, con soluciones simples y efectivas, recuerden menos es mas. Y por otro lado, el papel del usuario de la ciudad que la hace suya apropiándose de espacios públicos como la calle, el bulevar, la esquina y la plaza.

Pensando a la ciudad como un gran patio de todos, con respeto por todas las culturas y expresiones de nuestra gente. Incentivando y atendiendo a todas aquellas actividades ciudadanas que se realizan al aire libre, fuera del espacio privado de nuestra vivienda.

Sentir nuestra a Montevideo, olvidando aquella idea de que como es de todos, no es de nadie. Desde una actitud de participación se diseña una ciudad como ciudadano, se diseña como vivirla, y cuidarla y este es el aspecto fundamental para pensar una ciudad abierta.

¿ Será posible?

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