INTENDENCIA MUNICIPAL DE MONTEVIDEO

II.2.2 REDES DE INFRAESTRUCTURA BÁSICA

Las redes de infraestructura básica constituyen el entramado que, a nivel territorial, oficia de soporte de las diversas actividades existentes o proyectadas.

El suministro de agua potable, el saneamiento, la infraestructura eléctrica y de comunicaciones, la red de suministro de gas por cañería, la red vial -pavimento y alumbrado-, y el servicio de recolección, transporte y disposición final de residuos sólidos constituyen estructuras y sistemas de tal importancia que condicionan y muchas veces definen la naturaleza de las intervenciones que se planea realizar en el territorio.

Es este sentido resulta trascendente considerar el alcance que en el horizonte temporal del presente Plan, se prevé que han de tener dichas redes.

Suministro de agua potable, saneamiento, energía eléctrica y suministro de gas por cañería

De acuerdo a la información suministrada por los organismos responsables de los servicios de gas por cañería, agua potable y energía eléctrica, y en función de las previsiones del Plan Director de Saneamiento, surgen las áreas de cobertura previstas para el año 2005 -cuadro Nº 1 y planos Nos I.22, I.23, I.24 y I.25 de la Memoria Informativa.

Cuadro Nº 1. Infraestructura básica, áreas previstas de cobertura para el año 2005 (Datos absolutos y porcentaje sobre área total del departamento)

Fuente: GASEBA, O.S.E., U.T.E. e I.M.M.

Se observa que los tejidos servidos por lo menos con tres redes ocuparán el 29% de la superficie departamental.

Los servicios de suministro de agua, electricidad y gas por cañería no son de competencia municipal, por lo que las acciones desde la Intendencia Municipal se limitan a sugerir y orientar las decisiones de los entes y empresas responsables. Por el contrario, el saneamiento es responsabilidad municipal, y, en consecuencia, la Intendencia puede desarrollar en este terreno actuaciones directas.

Del análisis de los datos precedentes surge que una parte del tejido urbano actual, así como las áreas de posible crecimiento del mismo -áreas periféricas- quedarían, en el horizonte del Plan, sin cobertura del servicio de saneamiento.

Es necesario instrumentar acciones complementarias en este sentido, cuyas prioridades se deducen de la consideración particularizada de cada zona. La necesaria coordinación de las acciones en el espacio público de los distintos agentes responsables de las redes de infraestructura básica se realiza a través de la Unidad Asesora Interinstitucional -UN.AS.I.-.

Debido a que se trata de un órgano asesor y que vincula diferentes organismos estatales, no tiene un carácter coercitivo en sus recomendaciones. Es por ello que deberán promoverse acciones tendientes a estrechar los vínculos interinstitucionales, destacando la relación costo-beneficio de una acción coordinada.

Servicio de recolección, transporte y disposición final de residuos sólidos

Los volúmenes de residuos sólidos urbanos tendrán una tendencia creciente en proporción mayor al crecimiento demográfico y al nivel de actividad económica, debido a la rápida y acelerada difusión de hábitos de consumo que implican una gran producción de desechos.

En virtud de ello deben promoverse cambios importantes, que deben abarcar desde las formas dominantes de consumo y producción hasta el manejo de los residuos sólidos urbanos, incorporando criterios más estrictos de control de los mismos -separación de los residuos peligrosos, impermeabilización de los terrenos receptores, compactación de los vertidos, control de los lixiviados-. Una parte menor pero significativa seguirá siendo recolectada por clasificadores informales, y deberán implementarse acciones de promoción social vinculadas a experiencias de reaprovechamiento de los residuos.

Los vertederos ocupan grandes extensiones de suelo y tienen vida limitada, pero provocan profundos y duraderos cambios en el medio. Constituyen usos del suelo temporales, pero que condicionan por un largo período el uso futuro de las tierras afectadas, una vez colmatadas.

Tres aspectos son claves para reducir las consecuencias negativas perdurables de este tipo de usos:

• — adecuada intervención,
• definición del destino futuro,
• localización y dimensiones del espacio ocupado.

Existen hoy conocimientos técnicos que permiten el funcionamiento de vertederos con muy bajas implicaciones ambientales, si su localización, diseño y manejo se efectúan de la manera adecuada -impermeabilización y control de lixiviados, adecuada compactación y cobertura, separación y tratamiento diferencial de los residuos peligrosos-.

Una vez colmatadas, las áreas utilizadas para vertederos pueden acondicionarse y recuperarse para distintos usos urbanos : parques, campos deportivos, otros usos recreativos. Esto implica cumplir con requisitos técnicos durante su vida útil y un seguimiento y evaluación de sus impactos ambientales de acuerdo al uso previsto. Esta consideración debe relativizarse fuertemente, especialmente en aquellos casos en que los vertederos no han sido construidos y manejados con criterios adecuados durante su vida útil.

Los criterios a considerar a los efectos de definir la localización de las áreas de tratamiento y disposición final de los residuos sólidos se pueden clasificar en: criterios intrínsecos que dependen de la naturaleza específica de la zona, y extrínsecos que dependen de factores externos a la misma.

En los primeros habrá de considerarse:

• Características geotécnicas del terreno: topografía y suelos.
• Condiciones climáticas: temperaturas, humedad y dirección de los vientos.
• Presencia de acuíferos, ecosistemas frágiles -humedales, parques naturales, sitios patrimoniales-.
• Capacidad del ecosistema inmediato para absorber impactos.
• Usos actuales de la zona y sus alrededores, distancias a zonas urbanas y/o rurales con usos incompatibles; previsión de usos futuros.
• Disponibilidad de áreas próximas para la expansión futura.
• Viabilidad para la preparación y tratamiento previo del área.

Y en los segundos:

• accesibilidad y vías de comunicación: conexión con los puntos de origen, estaciones de transferencia, rutas y horarios de circulación.
• Volumen y procedencia de los residuos considerando sus tipos: domésticos, industriales, peligrosos.
• Estaciones de transferencia en caso de distancias importantes.
• Estaciones de reciclaje, en lo posible contiguas a las zonas de transferencia, enviando a los vertederos sólo los desechos no aprovechables con otros fines.

Se prevé que la vida útil del vertedero en uso -Usina 7- es acotada, por lo que se está estudiando la ubicación de nuevos vertederos en dos localizaciones:

• Próximo al lugar actual, al norte y noreste, en terrenos ubicados en el Área de Usos Mixtos. (Ver Capítulo II.3.3.2 -Directrices generales para la Zonificación y ordenación del Suelo Rural). La superficie total considerada abarca aproximadamente 45 hectáreas y cubriría las necesidades previstas para los próximos 10 años.
• En inmediaciones de La Tablada, próximo a los accesos de las rutas nacionales Nos 1 y 5, abarcando una superficie aproximada de 40 hectáreas, también en Área de Usos Mixtos.

Están en curso los estudios necesarios para dar solución a los problemas en los vertederos recientes -Usinas 6 y 7-, e instrumentar soluciones técnicas de construcción y manejo de los vertederos nuevos que entrarán en funcionamiento a corto y mediano plazo, una vez colmatada la Usina 7.

La propuesta para los nuevos vertederos comprende:

• Relleno sanitario para residuos domésticos.
• Vertedero para residuos sólidos industriales y barros de plantas de tratamiento de efluentes industriales.
• Vertedero provisorio para residuos industriales en tanto no se construye el señalado precedentemente.

La propuesta deberá adecuarse a los criterios manejados internacionalmente en materia de control de efectos ambientales nocivos -separación de residuos peligrosos, control de lixiviados hacia cursos superficiales y napas superficiales, y gases, etc.- Deberá prestar especial atención a la creación en los propios predios donde se instalen los rellenos, de un cinturón periférico de amortiguación de impactos que contemple aspectos paisajísticos y de barreras de dispersión de olores, polvos y materiales livianos transportables por el viento (ejemplo: bolsas de plástico).

Con un horizonte temporal más alejado, en el marco del Plan de Saneamiento Urbano III -P.S.U. III- se ha realizado un llamado a consultoras para estudiar propuestas de políticas relativas a residuos sólidos para una serie de localidades del área metropolitana: Montevideo, Rincón de la Bolsa, La Paz, Las Piedras, Pando y Ciudad de la Costa hasta El Pinar.

El llamado se enmarca en el P.S.U. III, Subproyecto B, con apoyo del Banco Interamericano para el Desarrollo y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, e involucra a tres Intendencias: Canelones, Montevideo y San José.

El estudio abarca globalmente el tema de los residuos sólidos desde la producción y el consumo, pasando por la recolección y el procesado hasta su aprovechamiento y disposición final y comprende el período que va desde el año 2000 al año 2015.