El nombre "micromachismos" fue creado por el Lic. Luis Bonino Méndez (en Corsi, Jorge y otros: "Violencia Masculina en la Pareja. Paidós, Bs.As., 1995), para designar un repertorio de "pequeñas" violencias cotidianas que ejercen los hombres en el hogar, como forma de man- tener su poder, control y dominio, fundamentalmente sobre su esposa o compañera, limitando la autonomía de ésta, e intentando subordi- narla. Este concepto alude a una distribución desigual del poder en la pareja, a una asimetría en la relación, que coloca al varón en una po- sición superior, posición que está convalidada por la cultura patriarcal y por la socialización de género. De ahí que estas prácticas de domi- nación sean consideradas "normales". Al considerárselas normales, quedan invisibilizadas y sólo se ponen de manifiesto algunos de sus efectos, que son motivos frecuen- tes de consulta por parte de la mujer, sobre todo cuando lleva muchos años de convivencia con su marido: disfunciones familiares, baja auto- estima e irritabilidad, son algunos de los malestares que por supuesto el marido -y muchas veces también los hijos varones- explican con ligereza amparados en la impunidad que les brinda la naturalización de estas prácticas: "es la menopausia", "cada día está más loca", "es una histérica", "es una enferma", etc. Hacer visibles estas microviolencias, ponerlas de manifiesto, ha- cerlas conscientes -ya que en algunos casos son inconscientes- contri- buirá a que las relaciones en la pareja y en la familia sean más equi- tativas, menos abusivas, más cooperativas.