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          Los derechos humanos son derechos inherentes  a nuestra natu-
raleza; sin ellos no podríamos vivir. 
 
           Son derechos destinados a garantizar  a  todos los humanos y a
todas  las  humanas  una  vida  digna,  armónica  en  todas  las  áreas,   
plena,  libre  de  violencia,  sin otro control sobre la vida de cada un@
que no  sea  el  suyo  propio, con  la posibilidad de construir su propia 
identidad  y  de  buscar y establecer relaciones equitativas con los de- 
más seres humanos, que le permitan vivir en libertad.

          Estos derechos, que han sido infinidad de veces negados, vulne-
rados y conculcados a lo largo de la historia, especialmente en lo que
se refiere a las mujeres, se caracterizan por ser:
innatos,  porque  todas  las  mujeres  y todos los varones nacen con 
ellos;
universales,  porque  comprenden absolutamente a todos  los  seres
humanos en todas las épocas y en cualquier lugar del mundo;
necesarios, en tanto garantizan al ser humano una vida digna,  libre
de  oprobio, de  humillación, de  sometimiento,  de   discriminación,
exenta de miedo, en la que pueda desarrollarse en libertad  y  satis-
facer plenamente sus necesidades individuales, familiares y sociales;
inalienables,  por  cuanto  no  son derechos  a  los que se  pueda  re- 
nunciar, cederlos o transferirlos,  ya que están indisolublemente inte-
grados a la naturaleza de cada ser human@;
inviolables, porque  tod@  ser  human@  tiene  el derecho de exigir 
que le  sean  respetados  y  cualquier  acción  por  parte de terceros  
que  contraríe  esos  derechos,  constituye un delito.