Salto, 18.09.84


AQUEL LIBRITO DEL APOCALIPSIS,
DULCE AL PALADAR Y AMARGO EN EL VIENTRE:
ES LA NOCHE Y LA GLORIA DE LA HUMANIDAD

Sentirás que la Tierra se mueve,
mas en tu casa no es,
sino que la Humanidad entera
pasará por esa Noche austera.

Menos mal, mi Señor, que dices austera y no dices terrorífica como dices otras veces.

No adelantes -dice EL- pero di eso otro.

Sí, mi Señor.
EL había mostrado en el Apocalipsis a Juan cuando se le presentaba un librito que estaba cerrado y que Juan lo debía de comer, lo debía de tragar y que era dulce en el paladar y amargo en el vientre. Ese librito no se sabía lo que era. Pues, EL dio el conocimiento, que la amargura del vientre es una noche que se acerca para el mundo entero. La Tierra como por error humano pierde su eje imaginario y comienza a sacudirse en forma descontrolada, pero luego, en la llegada del Cristo, la Tierra vuelve a asentarse y se restaura totalmente, maravillosamente es transformada. Pero no la transformación en toda la Tierra, sino que comienza en un punto, en lo que será reconocida como la Nueva Jerusalem.
Después sí, se extiende al mundo entero. Pero de la Nueva Jerusalem parten como Apóstoles todos los seres que están en el Conocimiento que EL va llevando en el camino, preparándolos para el gran y divino mensaje que tienen que transmitir al mundo. Y ese es el sabor dulce en el paladar. Aunque lo haya mencionado invertido, porque en la Biblia está así, ese es el sabor dulce en el paladar. La dulzura que hay que compartir, que todos tendrán.

Que todos tendrán -dice EL-
No temas a tu techo, alma mía, pero la Tierra temblará
y luego con alegría, de emoción se estremecerá.

Y yo le digo: ¿sigue temblando la Tierra, mi Señor?

Esto solamente un símbolo es,
ya que la emoción que anuncio con la alegría
solamente es simbólica,
la anterior es auténtica.
Amén



Salto, 18.09.84

PIEDRAS PRECIOSAS PARA LA NUEVA JERUSALEM

Bienaventurados, hijos,
que elegidos al azar no están.
Vinieron destinados al mundo
para cumplir la Obra,
la Misión que ha comenzado,
y presentar a la Nueva Jerusalem.
No olviden que como piedras preciosas
de esos cimientos ustedes están.
Almas mías, bienaventurados, y les vuelvo a reiterar,
son mis hijos muy amados que al mundo la luz portarán,
que no quedan fuera de ella,
no como filamentos
sino como antorchas de Cielo.
Viene de Sión, vienen los vientos,
vienen de Sión y ustedes están,
porque viene de Sión el Cristo,
después del tormento,
por el que pasará la Humanidad.
La Tierra se conmociona.
Y en el libro que Juan tuvo que tragar,
cuando le presenté en el Apocalipsis lo que habría de pasar,
en aquel libro que era dulce al paladar
y en el vientre amargo -dice EL-,
en ese libro estaba encerrado lo que falta pasar,
lo que aguarda al mundo entero.
Y en el mundo entero -dice EL-
en cada uno de mis hijos,
en cada piedra y en cada suspiro estaré YO también.
En cada montaña y en las olas del mar.
Y no solo en las olas,
en cada gota y en cada partícula de arena,
en todo lugar, así como Padre estoy YO,
multiplicando en MI el dolor.
Almas mías, mis bien amadas,
como una noche larga y cruel,
así será esa noche que pasará la Humanidad.
Y luego en el Amanecer es la llegada del Cristo,
acá en este suelo será.
No olviden que vengo diciendo,
la Nueva Jerusalem reconocida será.
Cuando ella....

Sí, mi Señor, te refieres a mi...

Me decía, "Mi Señor, lo aguardan allá en Jerusalem solamente"
y YO le dije: a la vieja no lo voy a tornar
¿qué pasó en aquellos tiempos?
ahora, pues, es acá,
ya estaba dispuesto,
todo destinado,
cómo debía de ser,
cómo era cada paso,
y aquí es donde lo traeré.
Por eso los vengo preparando,
para colaborar con El,
cual apóstoles divinos,
cual apóstoles de amor y de paz,
brindando luego al mundo entero
lo que ustedes acá reciban,
y al mundo lo volcarán.
Las manos no quedan vacías,
multiplicado todo es,
como el bocado que han recibido,
como el pan que distribuirán también,
que dando y dando, almas mías,
de una sola partícula nada más,
podrán saciar el hambre del mundo entero
y todavía las manos...

Mi Señor, me muestras que es tanta la cantidad que hay...

... que por los caminos se derramarán.
Las avecillas del cielo también vienen a comer.
¡Qué representación Divina la que he puesto!
Cumplida como realidad.
Mi Palabra será cumplida,
cumplida, reitero,
como realidad todos la presentarán.
Amén


Montevideo, 23.02.85

HABLA LA DESESPERACION

Y estoy también ¿por qué no?
Si soy la Desesperación, si quieren apartarme y no pueden...
Si los abrazo, pero en mí hay amor.
Si todo estaba anunciado,
sí, Jesús, ¿qué anunció?
Qué habría en el mundo.
Si estoy destinada,
para estar en estos momentos como una reina despreciada,
porque soy Desesperación.
Si anunció Jesús, hace tanto,
que cuando viniera, estaría acá,
todo esto desatado... el miedo, el terremoto,
la desesperación, cuánto más.
Esos jinetes que galopan y galopan sin parar...
Cuatro jinetes del Apocalipsis,
ya pronto se detendrán.
Y no estarán vestidos de negro,
sino de blanco y de luz, a la vez.
¿Y los caballos? Parecerá que tienen alas,
¡qué divinidad será también!
Cuando el Cristo llegue... detiene el galope,
los cuatro jinetes del Apocalipsis negros se transformarán,
y entonces, a mí me mandarán muy lejos...
ya Desesperación echada será,
¿y dónde iré yo a arrastrarme?
¿Qué pasa? ¿Otra vez la Inmaculada ahí está?
¿Qué me dices? ¿Adónde me voy cuando Tu Hijo comience a manifestar?

Y ahora es la Inmaculada que habla y dice:

Te transformarás, no temas, verás,
que ya no será Desesperación, sino serás Ternura y Divinidad...
¿Será posible? y ¿cómo hago?
Muy fácil todo será,
como los cuatro jinetes tan negros,
si parecen tan malos,
se transforman en caballeros muy blancos,
así tú también serás.
Amén


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