Montevideo, 6.7.85

MUNDO NUEVO QUE VENGO ANUNCIANDO

Como un mundo transformado, por vuestras manos será,
que luego, el Universo adornado,
por este mundo como una perla, en un Rosario se podrá contemplar.
Ahora está tan quebrado, desolado por angustia y dolor,
en un interminable sufrimiento y en llanto,
pero pronto serán sonrisas, ternura, divinidad y ese alto honor.
Ese alto honor del cielo, por ustedes, impuesto será
como la fe en ese estandarte, que nadie la podrá derrotar.
Ustedes ostentándolo, almas mías, ustedes portadores de la fe,
ustedes, como corazones inmensos,
por el grande amor que trasmitirán y que YO lo aumentaré.
Mundo nuevo, que vengo anunciando,
pero en vuestras manos, esta transformación está,
ustedes, desde el cielo se han consagrado,
y vinieron como humanos a la Tierra,
y en los pasos en que están.
Mirando al pasado, cuántos han dicho:
¿Yo? ¡Jamás, no puedo ser!
Digo sí, eres ángel y estás bendecido,
eres ángel y adelantarás en los caminos.
Pronto, en ese mismo cuerpo,
pero en ese blanco divino,
y con inmensa humildad te verás,
así serás recibido por tus hermanos,
hijito o hijita, así serán recibidos,
Mi Palabra se cumplirá,
Mi Palabra no la traigo en vano,
soy Dios, soy Padre, soy Creador,
soy el Ser que más sufre junto a cada hijo,
que en el Cielo los engendré.
Y en la Tierra vine a compartir el dolor, con cada uno.
Pronto, pronto diremos el último amén.
Ese amén que es para finalizar, cuando termine el dolor,
ese crujir de dientes, ese lamento interminable,
ese llanto, que desborda los ríos y también desborda los mares.

Sí, me estás mostrando, mi Señor, desbordes, desbordes, aguas, aguas, inundaciones... ¿qué representa, mi Señor? Es el símbolo de las lágrimas de tus hijos y Tuyas, también, Mi Señor, con cada uno...

No estoy solo -dice EL-
como la Trinidad conocida, así es,
como la que llaman de Guadalupe, de Fátima o de Lourdes,
así está la Inmaculada,
como Tercera Persona de la Trinidad Santa.
No olviden que esa Paloma,
como Espíritu Santo mencionada está,
es la Madre, que pronto a todos como Paloma con alas,
o como Madre, los va a abrazar.
Y es la llegada del Cristo, que es le Hermano Mayor
con ustedes y por ustedes ha sufrido,
pero ustedes quieren colaborar con EL,
en la Restauración del Cielo, esa Restauración,
e imponer nuevo ese divino mensaje... el del alto honor.
Y ahora los bendeciré.
Como Padre, pero saben que bendecidos de por siempre están.
Los bendigo, como antes de engendrarlos en el Cielo
como hijos divinos, como ángeles de amor y de paz.
Que si ahora como hermanos, y como humanos han sufrido,
si como hermanos y como humanos, se enlodaron también,
es para que puedan comprender al afligido, al arrepentido,
a aquél que está caído, a aquél que está enfermo,
que se siente hundido...
Así, habiéndolo pasado primero,
lo pueden comprender a aquél otro.
Y ustedes bendecirán también.
Y los bendigo en nombre de ese Cristo,
que pronto con ustedes se abrazará
y compartirá con todos la divinidad del mundo,
porque a eso viene, para darla, para renovarlos,
para compartirla y para amar,
que El también ha venido a sufrir.
Que a un lado no se quedó,
no fue solo en aquel tiempo,
sino siempre ha retornado,
para seguir acompañando a todos en su dolor.
Y los bendigo en nombre del Espíritu Santo,
Espíritu Santo como Paloma Maternal,
como la Inmaculada, que pronto será reconocida
en la Tercera Persona,
Ella también los bendecirá.

Veo la Paloma, mi Señor, que viene como arrullando a todos, y con el piquito da un beso a cada frente, pero con las alas, ahora crece y crece y los envuelve a todos, y todos se acurrucan entre las plumas... pero de pronto se comienza a transformar en Mujer y es la Inmaculada que los tiene a todos, como pichoncitos chiquitos entre los brazos y los acuna, y los mima y los besa y les canta... y les canta como una canción de cuna y como una canción de cuna les dice... (canto en lenguas)
Amén



Montevideo, 21.9.85

RENOVAR UN MUNDO DESTRUIDO

Atiendo tu pedido, hijo amado,
mensaje general brindaré.
Estoy siempre, mi Julio, YO a tu lado,
y he estado cuando has caído
y YO hijo, me he desgarrado,
para aliviar tus heridas....
y un día verás como quedé.
Mas un mensaje general pediste
y el mensaje, este, hijo, presento ya.

Veo el Mundo, mi Señor, me lo estás mostrando, un mundo, un globo terráqueo grande. Pero me los muestras, a todos, paraditos, juntos, en una parte del mundo. Están todos juntos, paraditos ahí, y están contemplando el Mundo, pero están todos mirando hacia un lado. De pronto se toman de las manos y comienzan a girar...
Y dice EL:

Están en una parte del Mundo...

¡Ah Mi Señor, no sabía qué era, y me sentía angustiada...

y al mundo contemplándolo están.
Sienten pavor por lo que ocurre,
sienten alaridos, gemidos, la sangre que va corriendo,
y el fuego que parece, que todo lo fuera a arrasar.
Mas tendrán tal poder, almas mías, que a los ayes los transformarán
en suspiros, y luego en sonrisas,
y en esa nueva y divina vida, que ustedes en otros también brindarán.
En esos ríos de sangre con la mirada solo bastará,
como una caricia sublime y en aguas puras y transparentes,
a los ríos de sangre los transformarán.
Todo es urgente, almas mías, por ahora este símbolo a aplicar.
En donde se encuentren, no esperar al mañana,
desde este instante, a todos a ayudar.
El fuego parece que arrasa, hasta las estepas ardiendo estarán.

Mi Señor... ¿la nieve?

Así es, dice EL,
como si fuera de yesca, almas mías, las estepas...

¡Ah! mi Señor... arrasadas por el fuego... ¿es simbólico, Mi Señor, o es auténtico?

Auténtico será.
Pero ustedes como un contrafuego, con un suspiro... así lo harán.
Un suspiro que será de alivio, y el fuego vencido,
por fin desaparecerá, sin dejar ya vestigios, mis almas,
del drama que por él se desarrolló,
sentirán te lo prometo, mi Julio,
como si hubieran recibido, una divina bendición.

Me muestras, mi Señor, las estepas, pero las estepas nevadas, me mostraste el fuego, como si hubiera sido todo cubierto de un combustible poderoso, todo ardía. Y cuando los veo así, no como el soplar el fuego, sino como tú bien dijiste, como un contrafuego... vienen y cómo lo apagan. Sin embargo ya no hay nieve en las estepas, no se ve el fuego, no hay nieve, solamente está surgiendo un verde y se está recubriendo como un prado maravilloso.

El poder de esa caricia, dice EL,
porque como un suspiro será, una caricia que transforme.
Ya ven qué poco se necesitará.
Qué poco para renovar al mundo.
Pero en ese poco, el inmenso amor,
y con la fe que no muere nunca,
y nada será como un favor,
sino con la fuerza de Cielo, que en todo se manifestará.
Así lo prometo, mi Julio,
así es una parte de lo mucho que se cumplirá.
Amén


Montevideo, 14.12.85

SACRAMENTOS Y MANDAMIENTOS, MODIFICACIONES HABRA

No te inquietes, mi bien amado, que muy pronto lo lograrás,
estoy junto a ti, mi Alvaro, y Mi Palabra dada está.
Por lo tanto, llega el momento que con una sonrisa lo lograrás,
verás las aguas... y en un giro divino, entonces sí, el cauce definitivo,
mira, ¡qué hermoso será!

Y te veo contemplando y como diciendo... ahora quiero yo correr, pero las aguas van delante mío y no las puedo alcanzar...

Que van abriendo camino... y que van hablando de ti...
Y verás mi Alvaro bendito cómo ellas también te ayudarán a bendecir.
Hay nuevos hechos que se verifican que dije:
sacramentos y mandamientos, algunas modificaciones habrá.
Qué dije que el tercero, santificar las fiestas...
ya que hay que santificar todo momento,
porque todo momento es para ayudar y para amar.
Pero pronto tendremos otro y en ello se reconocerán...
el amar como YO amo, en todos será igual.
Y sentirán algo distinto, nadie pedirá por sí,
no el amarse, amar al prójimo como a sí mismo,
sino consagrarse todo, por ayudar al hermano,
al hambriento, al herido, olvidándose, no de MI, dice EL, olvidándose de sí...
No piensen en MI que no los voy a abandonar,
que en vuestra Obra, siempre estaré YO,
esto también hay que modificar
porque hay que amar con todas las fuerzas,
no dejar a ninguno en el camino, a nadie dar la espalda,
porque a ninguno jamás, ni la he dado, ni la daré YO.
Amén


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