LA MADRE Y LA SERPIENTE

 

¿QUE HAY DEL OTRO LADO DEL MAR?

03/08/91


No te inquietes -dice EL-
que la Luna Nueva muy pronto
a la Tierra iluminará,
y será toda la Tierra iluminada a la vez.
¿Qué espera del otro lado del mar?
El mar traerá noticias,
el mar en sus olas, a veces bravías,
traerá después como una música divina.
¿Qué habrá del otro lado del mar?
Al otro lado también llegarán,
para llevar las noticias,
que acá comenzará la Paz.
Esta Nueva Jerusalén
que a la Tierra iluminará,
la Tierra luego toda será
Nueva Jerusalén,
Jerusalén de armonía y de paz.
Ya no habrá crucifixión,
como una barca,
así, los mares cruzarán,
como una barca
y no como aquella de Colón
que tanto tiempo tardó,
en poder llegar
a aquel otro lugar.
¿Qué hay del otro lado del mar?
Hijos míos que esperando están,
cuántos seres desesperados
por un bocado de pan,
cuántos seres hambrientos y sedientos,
pero ustedes son fuentes divinas
que llegan del Cielo
que esa sed calmará.
La sed de la ternura,
de la comprensión y de la paz,
la sed de la orfandad,
cuántos sienten en sí
como una locura,
que se quieren esconder,
no saben cómo escapar,
escaparse de sí mismos,
sí, de las situaciones en que están.
Pero muy pronto ya no habrá
para nadie decir: me dejaron en el olvido,
sino decir:
cuántos brazos abiertos,
cuántas puertas también,
cuántos corazones llenos de amor,
porque sabrán que en todos podrán entrar,
como ustedes entrarán a la vez.
Y ahora la Paloma ya llegó,
la Paloma que no quiere de aquí volar,
que se encuentra en este sitio
y a todos los quiere albergar.
Esta paloma entre sus alas,
el día frío es,
pero allí tienen tibieza,
se acurrucan todos en ella ,
pero ahora trae algo más también.
No faltará ninguno de mis hijos.
Y ahora.....

Mi Señor, es toda la Tierra, es el Universo que lo vienes trayendo todo, sol, luna, siempre esas dos lunas que me muestras, ¿es un símbolo, mi Señor, o es que de una luna hasta otra luna?.... ¿qué es?...
No preguntes -dice EL-
Ya veo que la Paloma se comienza a transformar en el cuerpo en la Madre del Cielo. Ahí está, resplandece. El cuerpo no lo distingo, pero su traje parece hecho todo de plumas, de plumas las más delicadas, las más maravillosas, pequeñitas, pequeñitas, y se mueven todas y al moverse parece que irradiaran como chispitas de luces. Chispitas del traje de plumas y son todas plumas celestes, y sin embargo las chispitas son todas tornasoladas, lo más maravilloso que he podido ver......
Veo que la Tierra está en su corazón como un corazón. Y veo al mismo tiempo como una réplica de la Tierra bajo sus pies, como aquello que se anunció. Veo una luna bajo sus pies, la otra sobre la cabeza y veo la serpiente bajo el otro pie, como se ve en las imágenes.

Pero veo que la serpiente se levanta y dice:
Llegó el tiempo de mi transformación,
yo cavé y envolví a la Tierra
como Maldad que fui yo.
Pero por fin llegó el tiempo
y maldad no haré jamás.
He pedido que me destruyeran
y Tú ¿qué has dicho?
que todos me iban a perdonar,
y me sentí perdonada.
Ya no me arrastraré
para causar dolor,
no inyectaré veneno
como lo hice hasta ahora
y el odio sembré,
para eso estuve yo.
Ahora sé que llegó el tiempo
de mi transformación total
y ves, apriétame con tu pie
y se que no me vas a aniquilar.

Y veo que la Madre la acaricia con el pie. Y dice:
Apriétame.
Y la Madre aprieta suavemente.
¿Ves? ¿ves que no me vas a aniquilar?
Y por más que me aprietes
en tu pie hay suavidad.

Ahora veo cómo se inclina, inclina su cuerpo, tiene sus brazos, pero están sus alas. Con las alas toma a la serpiente que es gigantesca, pero de pronto se hizo chiquita, chiquita, chiquita, y se queda acurrucadita en lo más pequeño.
No -le dice la Madre-
también para ti llegó la transformación,
fuiste Maldad y ahora
eres Bondad, eres Humildad.
No te achiques,
que de ti todos,
como antes tuvieron una cosa,
ahora la otra necesitándola también están.
Vamos! que hay que sembrar Amor,
comienza ahora el camino
como fue en el Principio.
Cuando eras pequeñita
socavaste y enroscaste a la Tierra
para sembrar el odio,
ahora haz lo mismo
para ayudar a sembrar el Amor.

Y veo cómo la serpiente se transforma en un angelito. Y dice el Padre:
Acaso ¿no he dicho que nada se destruirá?
todo es transformado,
por fin la guerra se transforma en paz.
Y ahora, así como estos panes son bendecidos,
así cada uno de mis hijos,
también bendición multiplicada es.
Ahora también la Bendición de la Madre,
como siempre en su arrorró.
Canta ya
-le dice EL-
Y Ella les canta:
(Canto)
Y es como si todos repitieran (Canto). Y es como si todos hubieran dicho:
sí, ya también para nosotros llegó
el momento de poder trabajar
y a todo poder renovar.

Y veo como si todos se levantan de pronto, de ahí, de esas alas, saltan, quieren volar, quieren salir, quieren ayudar. No están pidiendo: ahora para mí,.... y ahora para mi, sino decir: y ahora para ti,... y ahora para ti.... y ahora para ti.
Amén



21/12/91

EN UN INSTANTE SE SENTIRAN RECUPERAR


Bueno, ahora, mi Señor, tu Bendición ¿qué vas a decir?
Qué dijo esta bendita hija,
cómo se alegró
al ver cómo te veía en esta renovación.
Pero así será en mis hijos,
cuántos decaídos están,
pero será en un instante,
como lo he prometido,
que se sentirán recuperar.
Y habrá una alegría que trasmitirán,
y esa alegría como contagiosa a la vez
....
y aquel estar feliz, decía,
mientras yo estoy destrozado.
Y dijiste: ¿puede aquél sonreír,
mientras yo me siento aniquilado?
No, todos se sentirán recuperar,
la alegría se va a trasmitir,
y ellos la sentirán entrar.
Con él me renuevo,
te renuevas sí,
es el renuevo,
renueva todo ser,
desde lo más profundo
y también se sentirán
como una flor en una primavera,
como una flor que puede abrir,
y no se deshojará jamás.
Saben que todo lo cumpliré,
lo vengo diciendo, almas mías,
cómo no he de bendecir,
si cada vela está llena de bendiciones.
Si ustedes son luces,
cuántas veces se sintieron apagar,
cuántas veces se sintieron estropear.
La luz está y sin embargo,
se sintieron raspar,
y se sintieron en tal oscuridad
que no sabían cómo resurgir.
Y qué piensan....?
Dios no me escucha,
Dios ¿dónde está?
Padre nuestro que estás en los Cielos,
miras para otro lado...
No, si miro a cada hijo,
si en cada uno estoy,
también me siento herido,
y aquella mano que hiere,
está continuamente pidiendo perdón.
Sí, mis benditos, así es,
a nivel de alma, como Cielo que son,
a nivel de alma,
si en el cuerpo se desgarran,
como fue en aquel tormento,
en aquella crucifixión,
aquellos hijos míos,
que con dolor inmenso se habían ofrecido,
el que lo traiciona, el que lo niega,
el que lo azota y el que lo clava,
el que lo saliva
y el que le da aquel veneno,
hiel y salmuera
y le quemó hasta las entrañas.
Fue amargo sí, muy amargo,
pero en cada uno estuve YO.
Para cada uno en el alma fue desgarrante,
pronto también de todo ello conocerán,
lo profundo que fue aquel dolor,
pero tendrán, repito, la alegría,
la Gracia plena,
todo será compartido y trasmitido,
no cercano, sino a la Tierra la envolverán
y llegarán a lo más lejano de este Universo,
porque no quedará nada sin la Bendición,
como la que ahora se recibe acá.
Bendigo, no solo el pan de este momento,
el pan de cada día, tierno o duro a la vez,
bendigo las migajas que han caído por tierra,
que algunas son alimento,
y otras se juntan y se tiran,
todo está bendecido.
Cuántos cuerpos también se bendicen
y a la Tierra han ido
también ellos bendecidos,
el alma continúa el camino,
pero, no olviden, mis benditos,
cuántos despertares habrán,
resurrección de las carnes,
así como se dijo ya desde la Antigüedad.
Hay una promesa, está en pie,
la cumplo en todo,
pero quién despierte
para testimonios dar,
será esa alegría que vengo anunciando,
será esa fe que en todos crecerá,
será ese poder, será ese trabajo
y nadie se cansará.
Y dirán: ¿cómo, y hay que trabajar?
y si fueran
no sólo las veinticuatro horas del día
sino uno y otro y otro también,
sentirán la renovación en el cuerpo
porque cada paso y en cada momento
sentirán la fuerza nueva,
como que ello también será un descanso,
el trabajar será un descansar,
porque la alegría todo lo renovará.
Recuerden, todo lo que prometo,
no son palabras que se las lleve el viento,
serán palabras que los vientos trasmitirán,
a tantos sitios y a tantos de mis hijos,
ya que todas las cumplirán.
Benditos nuevamente como cada trozo de pan,
benditas luces que se sienten como apagadas,
benditas luces, que pronto sentirá cada uno
en su corazón esa divina llamarada,
llamarada del amor
que no se extinguirá jamás.
Amén

Mi Señor, ¿y la otra Bendición?
Y cómo puede faltar
en vísperas, en lo humano,
de una Navidad.
Pero muy pronto todos sentirán,
Navidad, qué importancia tiene un día,
sino que todos los días serán la Navidad,
la Navidad de Gloria.
Y entonces YO diré:
No Gloria a Dios en los Cielos,
porque estoy en cada ser,
YO diré: no glorificarme a MI,
Gloria a mis hijos,
Glorias y benditos,
Glorias por siempre,
porque todos son seres de bien.

Sí, mi Señor, qué bien lo dijiste, porque se dice: Gloria a Dios en las Alturas y en la Tierra paz a los hombres... de buena voluntad. Y TU dices: Gloria a todos, porque todos son esos trocitos Tuyos, ningún trocito puede faltar en TI.
Y la Palomita, mi Señor, ¿dónde está?
Está aquí -dice EL- mira dónde está,
camina de aquí para allá,
a veces se siente agobiada
por el dolor de esta bendita humanidad,
pero se siente renovar,
porque sabe que muy pronto en todos habrá
esa gran felicidad.
No pienses
-me dijo a mi- la Semana Santa
cómo va a ser,
sólo piensa que hay sábados de Gloria,
pero habrán de lunes a domingos
todos días y horas de Gloria
en las cuales vivirán todos los hijos.

Ahí está la paloma, ahí está, pequeña, pero... hay como un gesto tan tierno, tan simpático a la vez. Mueve la cabecita, de aquí para allá y de pronto comienza a transformarse, las plumitas como en cabellos que crecen. Y sigue la carita de paloma, pero el cuerpo ya se comenzó a transformar en la Madre. Tiene patitas de paloma, tiene alas de paloma, comienzan ya a aparecer los brazos y las manos. Y el rostro ahora comienza a transformarse. Ahí está esa transformación divina. Sus ojitos ya no son aquellos ojitos de paloma, no, son dos ojazos enormes y es como si con ellos pudiera abarcarlo todo. No tiene que mirar hacia otros lados, es como si sus ojos estuvieran en todas partes y pueden con su mirada envolverlos, acariciarlos, trasmitirles tanto, renovarlos.
Cómo no voy a renovarlos
si la Madre de todos soy.
Cómo no se van a sentir mis hijos
que los envuelvo entre mis alas,
los acaricio con mis manos
y los acerco a mi corazón.
Cómo no he de bendecirlos,
si cuando en aquel despertar,
vi el dolor, todo lo que habían padecido
y me sentí desgarrar,
y dije: en cada uno Yo estoy,
en cada uno por siempre estaré.
Trinidad formamos en cada Ser,
junto con el Padre...

Y la veo cómo se toma la mano. Está cada uno y está multiplicada, se toma la mano con el Padre, el ser está adelante y ellos dos ahí. Y Dice:
Así la Trinidad la formamos,
¿queda algún hijo de lado?
pueden mirar muy bien.
Aquellos que han atormentado,
en otros momentos fueron ellos
los que padecieron tormentos,
cómo los vamos a dejar
si para todo se ofrecieron.
Mira aquí, mira allá, ¿qué ves?
espinas, rocas, caminos estrechos,
piedras punzantes, lobos, hienas,
leones y tigres que están al acecho.
Pero mira, mira otra vez,
con la mirada acaricia,
no mires con temor,
acaricia todo ello
y verás qué transformación!
Las piedras punzantes son como pétalos,
donde puedes transitar sin herirte tus pies.
Los lobos, las hienas,
ya no será ese aullido,
el ulular ...aterrador.
Ya ni el león, ni el tigre, ni el puma,
emitirán sus rugidos,
sino que serán como el améeeen
que tantas veces lo he anunciado,
por la mansedumbre que habrá en todo ser.
Mira, mira la serpiente,
no olvides cómo será en su transformación,
grande ha sido por maldad,
pero nada se destruirá.
Mira, se hace pequeñita
y se transforma en Bondad.
la Tierra Nueva, la Tierra Prometida,
aquí está la Tierra deslumbrante de Luz,
ustedes son las luces
que vendrán desde lo profundo,
porque en lo profundo
estará también dentro de la Tierra,
aunque ustedes no entren en ella,
pero sentirán que la puedan envolver toda,
desde lo profundo hasta lo más lejano,
ustedes son las luces que vengo anunciando,
ninguna quedará apagada,
todas se encenderán a un tiempo.
Primero suave, muy suave,
pero en nadie habrá orgullo,
sino sentirán que realizan la obra,
y cada uno querrá
ser más pequeño que el otro,
qué humildad en cada uno....

Como en TI, como en TI, mi Señor, la humildad también. ¿Qué has hecho TU, sino dar ejemplo de humildad, el Todopoderoso, arrodillándote ante tus hijos? Cuántas veces te vi.
Y cuántas veces no me viste -dice EL-
y de rodillas
junto o frente a mis hijos Estoy,
cuántas veces,
cuando los siento desgarrar,
cuando contra MI en lo humano se ponen
y dicen ¿dónde está Dios?
y estoy ahí en silencio, arrodillado
y pidiéndoles perdón.....
Sí... no cierres los ojos
-dice EL-
pidiéndoles perdón.
Pero debo respetar todo el tiempo
y llegamos por fin a la Tierra Nueva,
a la Tierra del Amor.
Templo de Purificación fue,
Tiempo de..... Tiempo de los Tiempos
de Glorias como que el Cielo se presenta
como si fuera la Tierra un espejo
y se puede ya mirar en ella.
Amén

Pero ahora... ahora... falta algo, y falta ese arrorró.
Mi Señor, veo como si fueran millones de ángeles que hubieran venido y estuvieran todos congregados. Veo esas alas que se llenan y todos se prenden de las plumitas de esa Paloma y Madre a la vez. Veo, mi Señor, como en un momento dado todas esas enormes estrellas que se prendieron de las plumitas y todos esos ángeles que están ahí... es como congregación maravillosa, se han congregado, sí, se han dado como una cita, mi Señor, han acudido todos a la cita.
Pero hay algo más, hay algo nuevo, hay una parte desgarrante de la Tierra como flotando en el espacio, y la toman también, la toman con amor. Forma como un triángulo.... como un triángulo...... No la ponen en la Tierra, no, la ponen en la Bendición también. Y dice el Padre:
No faltará nada en la Bendición
canta, canta, canta, canta, canta....!

Y es como si de pronto hubiera, no digo un coro, esa música divina que yo escucho siempre acompañando ese arrorró de la Madre. Yo sufro, yo no quiero trasmitirlo, sufro porque nunca podré hacer lo de Ella.
Pero ahí está, y es como si de pronto surge un enorme árbol de Navidad, y el árbol comienza como en una danza maravillosa, es ese pedacito de la Tierra, ese triángulo, eso que veo, es como si de pronto se hubiera dado vuelta y formara el Arbol de Navidad. Ahí está, todo lleno de campanitas. Y se mueve, se mueve y de todas esas campanitas, campanitas musicales... es maravilloso. Y ahora sí, mi Señor, no tengo más remedio que trasmitirlo... (Canto en Lenguas).
Y es como si de pronto aquel trocito de la Tierra ahí, invertido, y está ahí formando parte de ese árbol de Navidad, también es como si cada uno estuviera representado en él, el árbol de Navidad. Los veo así, pero son como las manos que forman las ramas, y como si del árbol partieran regalos, regalos y como si en esos regalos, no materiales, son los regalos de los nuevos nombres, como dice el Padre, de la dulzura, de la ternura, de la comprensión, del amor, de la fe, de la gran esperanza, de todo lo sublime que van a aportar. Y es como si vinieran y lo fueran esparciendo, van dándolos y cada uno es como una danza. Como una danza al compás de ese arrorró. Qué puedo decir, es maravilloso lo que veo, y quisiera que todos se sintieran...
Es que cada cada uno -dice EL-
será como un Arbol de Navidad,
en ese Divino Renacer
y en todo lo que ofrecerán.
No es necesario esto que pueden palpar,
sino que es necesario
lo que del corazón brotará.
Amén


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