autogestión vecinal
el laberinto de SalsipuedeS ENTRADA CINCO

Suecos testimoniaron en 1831

que hubo indignación en Montevideo

por genocidio

© por Rodolfo Porley (*)

Serán las piedras en su expresión más pequeña, libre y atractiva, las arenas de las playas de Montevideo, las que confluyen a cautivar en 1831 a uno de los suecos que la visitaban, quien termina enamorándose de todo, desde el aire a la espontaneidad de sus mujeres, conceptuándola como una de las ciudades más saludables.

En e Fascículo 5, ilustrado con profusión por iconografía de la época, damos cuenta de las primeras dos de las cuatro originales Miradas Suecas que incluimos en esta serie de publicaciones. Carlos Eduardo Bladh y A. G. Oxehufvud, dos suecos contemporáneos de los hechos de Salsipuedes confirmaron que hubo indignación en la población montevideana, que ellos compartieron a la llegada del contingente de cautivos charrúas sobrevivientes de la campaña de exterminio.

Aportamos una revisión crítica de las traducciones usadas de lo que se ha conocido como “El informe Bladh-Oxehufvud”, trabajando con los originales suecos impresos en Estocolmo hace 138 años. Carlos Bladh fue un cronista excepcional, legándolo el principal registro de ecos condenatorios en relación al exterminio. Como autor maduro, culto y sufrido, con una década de experiencia en Sudamérica y que era consciente de su época, nos legó un testimonio vivaz y ameno. Se trata de una visión independiente, crítica y verdaderamente enamorada del Montevideo de 1831, sus aires, playas, vivificantes tertulias en azoteas a la luz de la luna y, en particular, de su mujeres, cuyos encantos describe. Pero también nos da sus impresiones directas y críticas desde Rivera y la cúspide dominante al resto de la sociedad de la ciudad amurallada cuyas bondades saludables nos dejó descriptas y donde anotó que sólo no se divertían los charrúas. Anotó desde el enriquecimiento y la puja de Rivera-Lavalleja, a males que perpetuados hoy comprobaríamos endémicos y singularidades como el “espíritu de libertad más desarrollado aquí” que en otras ciudades por el conocida en la región.

Pasamos revista en este mismo Fascículo 5 a una dramática anticipación del teniente de la marina sueca Oxehuvud, a cuyos descendientes localizamos hoy en un Montevideo postmurallas.

Tomamos las referencias de Daniel Vidart sobre la forma en que murió a fines de siglo pasado en la estancia de su abuela en Tacuarembó el indio Tiburcio, sobrevivientes de las matanzas de Salsipuedes. Desarrollamos al final de esta Entrada Cinco lo que significaba su “bolsa-medicina ”, la que pidió que le sacasen del cuello para poder expirar. Se trata de un código cultural extendido en toda América y aun referido por tradiciones orales. De la mano con ello repasamos la concepción y práctica una medicina a través de sabidurías ancestrales que permiten un manejo integral de la salud. Y en esta línea, exponemos la actual práctica de espiritualidad en la cabaña de los ancianos piedras. Se trata de los baños de vapor usado por milenios y actualmente rescatados por similares tradiciones orales de las culturas de los indios de las Llanuras norteamericanas y otras amerindias. Exponemos cómo desde hace unos años se práctica en Uruguay tal ritual, denominado Temazkal.

(*) Rodolfo Porley: 1946, Durazno, Uruguay.- Inició a los 17 años su oficio de comunicador, pasando por varios medios periodisticos del Uruguay y extranjeros. La investigación y difusión sobre los charrúas fue publicada en varios fascículos del Laberinto de Salsipuedes por el diario La República de Montevideo.

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Edición Internet 1998: Guillermo Font


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