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Cultura e Identidad uruguaya

(VIDEO) Congreso de abril de 1813

El Congreso de Abril de 1813

"Vosotros estáis en el pleno goce de vuestros derechos"
LIBERTAD - INDEPENDENCIA - REPUBLICA - AUTONOMIA - FEDERACION

Frente a Montevideo, en las Tres Cruces, cerca del Camino a Maldonado, se levantaba en 1813 una casa quinta perteneciente a Manuel José Sainz de Cavia, en la que Artigas había fijado su residencia y campamento al reiniciar el sitio de Montevideo.

Defendida con una batería y un reducto, con trinchera y parapeto, hacia el oeste, era fuerte para resistir un golpe de mano sorpresivo de los españoles, mientras los hombres de su escolta protegían el este y el sur. La casa era grande “ de cuarenta varas” de frente a lo que hoy es la Avenida Italia, y su propietario la había hecho confortable, con todas las comodidades que por entonces se podían reclamar.

En un salón amplio, con techo de vigas de urunday, una chimenea grande y opacados sus muros por bibliotecas, reunió Artigas a los diputados de los pueblos orientales, que en número de veintitrés habían sido convocados a una asamblea.

Numerosa concurrencia de vecinos de extramuros de Montevideo y de emigrados de la plaza por su adhesión a la causa revolucionaria, marginaba la reunión, llamada a ser trascendente episodio de la historia oriental.

El 3 y 4 de abril de 1813, “un tiempo fatal” que obstaculizó las comunicaciones, demorando la llegada de los diputados, postergó hasta el día 5 la inauguración del Congreso.

Artigas se levantó de la Asamblea, para leer un discurso que no sería solamente la fijación de los puntos a tratar en las reuniones, sino también evocación de los sufrimientos y las glorias por las que habían transitado los orientales desde el comienzo de su revolución.

Comienza el orador por recordar la primera vez en que nuestros pueblos hicieron uso de su soberanía, en la Asamblea realizada en la Quinta de la Paraguaya, el 10 de octubre de 1811, cuando un conglomerado social, poniendo a su cabeza al gran Jefe que habría de conducirlos por diez años de duras pruebas en procura de su libertad. Recuerda Artigas las luchas pasadas y hace devolución de su autoridad, emanada de los pueblos, a los representantes por él congregados. “Vosotros estáis en el pleno goce de vuestros derechos”, dice, “ved ahí el fruto de mis ansias y desvelos” y “todo el premio de mi afán”. Plantea luego el objeto de la convocatoria: resolver se se reconocía a la Asamblea reunida en Buenos Aires, según se le había ordenado, puesto que él no se consideraba capacitado para “decidir por mí una materia reservada sólo a vosotros”, manifiesta.

No se habían contestado los reclamos orientales frente a los abusos de las autoridades porteñas, encarnadas en Serratea; era además muy reducido el número de diputados que se acordaban a los orientales, y en lo interno de la Provincia, resultaba necesario aprovechar la reunión de diputados para constituir y designar “una autoridad que restablezca la economía del país”, afirmando “la tranquilidad publica y equidad social” afectadas por la guerra.

Artigas se manifiesta partidario de reconocer a la Asamblea reunida en Buenos Aires, pero no por “obedecimiento” ciego, sino por medio de un pacto, que dejara bien establecidos y reconocidos los derechos de los orientales, recordando que se carecía de una constitución que fuera eficaz guarda del “derecho popular”, viviéndose bajo la buena “fe de los hombres” pero sin las seguridades indispensables.

Artigas manifiesta en su discurso que debía reconocerse, pues, a la Asamblea, por un pacto que estableciera las condiciones de dicho reconocimiento garantizando sus consecuencias.

Los diputados presentes, animados por el fuego de las palabras finales del discurso del Jefe de los Orientales, a defender “la base del edificio augusto de nuestra libertad”, formada por el “destrozo y el exterminio” por “los escombros y ruinas” sufridos en obsequio de una gran causa, deciden encomendar a una Comisión integrada por tres de ellos mismos, la fijación de las bases del reconocimiento.

La Comisión se expidió a través de ocho puntos, de los cuales los cinco primeros no son sino una nueva formulación de varias solicitudes concretas referentes a la campaña contra Montevideo ocupada por los españoles.

Los artículos sexto y séptimo fijan una estrecha alianza entre las diversas provincias en un plano de absoluta igualdad, y determinan la situación en que se mantendría la Provincia Oriental, “en la plena libertad que ha adquirido”, aunque sujeta a la Constitución y demás disposiciones que emanen de la Asamblea reunida en Buenos Aires, siempre que aquella y ésta tengan “por base la libertad”.

Resuelto el reconocimiento de la Asamblea, claro que supeditado a la aceptación de las cláusulas fijadas en el Congreso oriental, se trató la elección de un número adecuado de diputados: cinco cabildos en la Banda Oriental, por lo tanto corresponden cinso diputaciones, pero los montevideanos elegirían dos representantes, como “cabeza de provincia”.

En los días posteriores se procedería a elaborar las Instrucciones a los diputados, que tendremos que analizar en otro artículo, para comprender en toda su grandeza el ideario del héroe.

El 20 de abril se reuniría por última vez el Congreso de Tres Cruces, para resolver el tercero de los puntos planteados por Artigas, esto es la formación de un Gobierno provincial.

José M. Traibet - El Grillo, revista escolar del Consejo de Educación Primaria y Normal - Nº 14 - agosto de 1952

VER TAMBIEN:
El Congreso de Abril de 1813
http://www.chasque.net/vecinet/congreab.htm
Instrucciones del Año XIII dictadas el 13 de abril de 1813 http://www.chasque.net/vecinet/instru13.htm
Antecedentes http://www.artigas.org.uy/fichas/artigas/artigas_instrucciones_01.html

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