Gracias, Internet

 
          Es importante reflexionar sobre las siguientes situaciones:
 
         En dos de los casos en que mujeres dieron muerte a sus compañe-
ros, se comprobó que se trató de una reacción ante  la violencia domés-
tica  que  ejercían  sobre ellas;  las  dificultades de obtener información
en  el  interior  del  país, no ha permitido  comprobarlo en  las otras  si-
tuaciones.
 
         Resulta altamente preocupante que  el antecedente de denuncias
realizadas   por  agresiones  previas  no haya evitado  el  desenlace  de
muerte.  Horroriza  pensar  que  Elizabeth,  por  ejemplo, asesinada  en 
diciembre,  tenía  40  años  de  edad  y  había  realizado  45  denuncias 
contra  su  ex compañero,  quien  además  ya  había  estado  preso  por 
matar a su ex esposa y por maltratar a sus hijos.
 
          Lo mismo puede decirse de Camila, la primera víctima mortal  de
2005, de  tan  sólo  2 años de edad,  cuya  abuela paterna denunció  los
malos  tratos  que  sufrían  sus  nietas.  La madre de las niñas  y el com-
pañero de  ésta  fueron  indagados  y  dejados  en  libertad.  No  habían
transcurrido 30 días  de formulada la denuncia,  cuando Camila moría a
a  manos  del  compañero  de  su   madre por los golpes y violaciones a 
que había sido sometida.
 
          Algo similar ocurre con las  medidas cautelares dispuestas por  la 
Justicia, no obstante las cuales,  sujetos que fueron excluidos  del hogar 
y que  no  podían  acercarse  a  menos de cinco cuadras de  los  domici-
lios de sus ex parejas, las pudieron matar a puñaladas.
 
          ¿Donde  está,  en  última  instancia,  la  responsabilidad  de  estas
muertes infames?
 
                                       PRECISANDO TÉRMINOS

          Como  puede  verse en la información proporcionada por la Direc-
ción Nacional de Prevención Social del Delito,  los  11  hombres  que  se 
suicidaron luego de matar  a  una mujer con la que tenían o habían teni-