Brasil en
la vanguardia El éxito no debe criar
telarañas, y por eso las telenovelas se renuevan. La última vuelta de tuerca es que la
tragedia griega por la pantalla chica incorpora un humor explícito, que hasta ahora
estaba ausente o relegado en algún personaje muy secundario, como podía ser uno de los
enanos de Blancanieves en la tradición romántica en que se inspira el culebrón.
El argumento de las
telenovelas hoy tiene referencias a las telenovelas como género, y los personajes hacen
una parodia de sí mismos. Esto se manifiesta marcadamente en el último éxito argentino,
"Muñeca Brava", donde son muy pocos los personajes que no cometen
"excesos".
El autor
de Muñeca Brava, Enrique Torres, no se priva de nada: los engaños y las infidelidades
sobrepasan lo conocido en el género, lo cual es bastante decir. Los huérfanos sobran, el
personal de servicio de "la mansión" accede al amor de los señores en equipo,
un sitio de baile (bailanta) juega de arena para una auténtica carnavalización en la que
no hay fronteras sociales, mientras que cualquier prohibición sobre el vocabulario
existente para otros programas difícilmente se aplique aquí. Falta saber si se trata de
una experiencia aislada o si realmente se trata de un giro en el género de las
telenovelas.
Un capítulo aparte lo merecen las telenovelas brasileñas, versión seria y sofisticada
del promedio del género, con mayor producción, guiones más elaborados, y mejor
dirección de actores. Tienen la característica de estar siempre en un sitio reconocible,
en un momento histórico dado y referirse a problemas de actualidad de la sociedad
brasileña. Pero en términos de finalidad también buscan entretener haciendo llorar, ser
centro de conversación entre capítulo y capítulo y crear la expectativa semana tras
semana esperando el momento de ver "qué pasa hoy". Al final los malos serán
castigados, los buenos recompensados y la pareja central comerá perdices hasta la
eternidad.
Alicia Dogliotti para Chasque
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