Montevideo, 29/07/00

LLEGA EL VUELO DEL AGUILA

Nunca sé cómo va a ser la Bendición, siempre son distintas. Acá dejaron llaves, fotos, tantas cositas, agua... pero lo que les quiero decir también es algo maravilloso......
¿Qué, mi Señor? ¡Ah! ahora es Tu Palabra? Muy bien.
Dice EL:

No piensen que es una botella,
sólo piensen en el símbolo que hay,
ustedes son como el verde de la esperanza,

¿Representado en la botellita....?

Sí,

¿Y esto, mi Señor... palabras.....?

Por supuesto, ustedes son la esperanza,
con las nuevas palabras que pronto a tantos ustedes ofrecerán.
Y entonces, en esa maravilla, ...
y los nuevos caminos de elevación también...

Nunca habías mostrado esto, ni dicho, mi Señor.....

Los nuevos caminos de elevación también,
irán ustedes transitando y guiando a tantos,
pero ustedes son la fuente maravillosa del agua,
sedientos como he dicho a tantos....
Sedientos como van a encontrar, sedientos de ternura,
de comprensión, sedientos de un poco de paz, de un poco de fuerzas,
sedientos sí, el hambre también,
el hambre representada en el pan,
el hambre de la desesperación en la que están,
buscando un poquito de fuercitas, de ternura, de dulzura,
¿dónde la van a encontrar?, en ustedes mismos.
Así van por los caminos.
Pero no olviden que llega el vuelo del águila
y el águila abre su pecho y de ahí descenderán ustedes también
que antes serán elevados
como fue Jonás en la antigüedad
y al tercer día con sabiduría volvió.
Este es el tiempo en que en muchas partes del mundo
simultáneamente serán elevados,
para luego verificarse ese descenso
que también está anunciado.
Amo con amor de Cielo y como que acá está toda la Tierra,
pero aquí estuviera ese bendito Cerro,
así, viene en su vuelo el Aguila, viene llegando, viene llegando,
suave, suave, suave,... se detiene y aquí descienden.
Y se encontrarán con esa fuerza que antes les anuncié,
esa fuerza maravillosa, pero también cuánta sabiduría.
Con el amor que se ofrecieron desde el cielo
a dejar allá las alitas, almas mías.
¡Cuánto viene!
Panes bendecidos,
si ustedes son también como panes del cielo,
son como panes maravillosos,
pero se han sentido muchas veces despedazados y pisoteados.
Pero no teman, que el pan es reconstruido siempre,
así como también el símbolo de distintos caminos,
pero también cuántas veces dije:
esos ángeles con las trompetas que ya pronto las van a sentir,
siete ángeles con siete trompetas,
al norte, al sur, este y oeste, al centro,
a lo alto y a lo profundo también,
será como un despertar divino,
Y entonces sí, ahí será como un arrullo a la vez,
un arrullo tierno y sublime.
Pero ese arrullo de dónde viene,
de la Madre Eterna que está en cada ser,
Ella que les canta su arrorró, que les canta su Bendición,
Ella que llega como una palomita,
pero como palomita tierna y dulce que los acaricia con las alitas,
pero como Madre de pronto es gigantesca,
inmensas alas, donde ahí cabe no solo el Universo entero,
el Cielo entero puede también estar ahí.
Pero no, ustedes dejaron la otra parte del Cielo, allá sufriendo,
para venir a esta otra, donde ustedes mismos crearon el Universo.
Cuando dicen que YO creé la Tierra...
¿qué Padre va a crear un Templo de Dolor para los hijos?
No, tesoros míos, la Tierra no la construí YO, no,
YO clamaba ¡no, hijos míos, no!,
la hicieron ustedes mismos y la hicieron con amor,
se arrancaron una parte de dolor
y entre todos formaron, desiertos, valles, montañas,
océanos, con lágrimas amargas.
Pero ustedes son también como el cauce sublime del agua
que va como cantando entre las piedrecitas
y entonces sí, hasta los océanos serán de dulzura infinita.
Los amo, pero ahora también la Bendición de esa Madre que los adora,
porque así en el Cielo fueron creados, con adoración.
Y también, vuelvo a repetir, divinizados,
si vinieron como humanos a sentirse en la condición que están,
son ustedes que se ofrecieron por más que YO clamaba:
¡no, hijos, esto no lo quiero jamás!
Por lo tanto, Paloma Divina, ahí estás como Mamá,
ya no eres la palomita, aunque como palomita en cada uno,
siempre te manifiestas, y siempre con tu ternurita,
tu piquito dándoles besitos y tus alitas las caricias
y tus patitas de aquí para allá, como para poder ayudarlos,
como para poder levantarlos...
Cántales tu arrorró que es tu Bendición.

Y Ella, de pronto es como si hiciera un llamado al espacio, como si todas las estrellas, no sólo la nave esa, el Aguila, muchas otras más, la de la Hermandad, la de la Gloria, tantas se están uniendo... estoy viendo otras más, y es maravilloso lo que veo, y veo como el Cerro de pronto se estremece pero feliz, no se estremece porque haya alguna catástrofe, no, se estremece como feliz, feliz, como diciendo: ¡al fin, al fin!! Y es como si de pronto ellos mismos elevaran a la fortaleza, es como si ellos mismos la trabajaran y la vuelven a hacer descender. Y ya no veo la fortaleza con los cañones, no, esto es nuevo, nunca había visto algo así. No es la fortaleza con los cañones, al contrario, la descienden y es como un templo, con puertas... pero no hay puertas... de manera que puedan entrar o salir, no es decir, la puerta hay que cerrarla, se terminó el horario... ¡no!

Como un templo de divinidad, pronto, almas mías, así será,
si ustedes son templos caminantes como tantas veces lo mencioné,
son templos caminantes aunque muchas veces se han sentido destruir.
Pero pronto la reconstrucción total y así todo cumplido será.
Saben que no es una palabra,
una palabra y cuando dicen que la lleva el viento,
sí, los vientos también llevarán las palabras,
para que todos puedan conocer
lo inmenso de ustedes que se consagraron.
Aquellos otros también, que en China, que en Africa, que donde sea,
son ángeles míos, no digo los quiero, los amo!!
Con amor y con esa fuerza con que en el Cielo los hemos creado.

Y ahora, le vuelve a decir a Ella, pero veo esas naves y de pronto esa música, eso sí, he sentido otras veces, la nave de las campanas musicales que la he sentido auténticamente, no en visión, auténticamente la he sentido, es algo grandioso. Y ahí están todas, pero parece que hay más naves con campanas musicales. Y las músicas no son todas como campanas, se van emitiendo de distintas maneras pero hay como una fusión maravillosa, como una armonía tan grande,... ¿qué significa, mi Señor?

Que pronto esa armonía, en lo humano también será,
ellos también están ansiando el gran momento de poderse manifestar.
Pero respetan lo que se anunció desde la antigüedad,
los momentos duros y amargos,
pero también ellos lo están sufriendo, no se les pasa de largo,
si hay hambre, teniéndolo todo, hambre pasan ellos también.
Están sufriendo por el amor que tienen a sus hermanitos de este suelo.
Y ahora, le dice a Ella,

Y Ella entonces le canta su Bendición que es su arrorró, o su arrorró que es su Bendición. Y como esto, si lo digo siempre, nunca podré repetirlo como lo hace Ella, pero que cada uno sí pueda sentirlo de Ella, no de mí, por favor.

(Canto en lenguas)

Y es como si de pronto la Tierra se eleva de sus alas y Ella tiene sus alas así, y está la Tierra, es pequeñita y está todo, todo el Universo y como si la Tierra se elevara, pero sintiera que se eleva como si hay algo que la hace elevar. Y la Tierra irradia tanta luz y tanto amor, que no es la tierra que conocemos, tiene como un símbolo, forma de corazón. Y de pronto la vi verde, como un reverdecer de primavera, pero de pronto es como millones de estrellas de todos colores que bailan alrededor de la Tierra y la iluminan, de todos los colores, menos en negro, como dije en alguna oportunidad. Porque el negro, cuando alguien preguntó una vez, el Padre respondió, el negro representa el dolor del mundo, ese no está más, no está, pero están todos los otros en una fusión sublime.
Mi Señor...

En una fusión sublime, así como ustedes están,
llegará el momento que se sentirán multiplicar en todos los sitios
por la fuerza que hay en cada ser,
la fuerza de esa divinidad también
que pronto, cuánto de sabiduría cada uno aportará,
con toda la consagración, porque así lo hicieron,
se consagraron por amor, y nada quedará oculto.
Pero ninguno querrá en sí manifestar, sino al contrario,
cada uno en su ejemplo de humildad querrá ocultarse
y ver en los demás hermanitos, pero en todos va a ser igual,
pero al final los abrazos y con qué fuerza, sí, tesoros míos,
con qué fuerza, fuerza de cielo en cada ser, tesoros y benditos míos.
Amén


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