Montevideo 20.2.1988


CRISTO ACA SE MANIFESTARA

¿Qué te he dicho, hija amada?...
Los caminos, juntos, todos los hemos recorrido,
y aquella cruz tan pesada que cargaste,
diez veces más por ti la cargué YO.
Que se te incrustaba, y hería,
no solo tu carne, sino tus huesos también,
ese peso de esa cruz,
en Mí por amor a ti,
taladró hasta mi corazón.
Y aquel llanto....

Te veo llorar angustiada, como si algo muy de ti se te hubiera arrancado hasta desde el alma, y hubiera partido para no regresar más... y te veo así desesperada... Y dice EL :

No temas, mi bien amada,
que los seres que llevé,
los tengo todos a mi lado.
¿Qué Padre sería,
si YO pudiera condenar, mi bien?
¡Jamás condené a ningún hijo!
No temas, adelante, a continuar,
que pronto tendrás la manifestación que anuncio,
es el Cristo,
pronto comienza en la Tierra sus grandes milagros a obrar.
Que se encuentra por allí, que se encuentra por allá,
que en Oriente, que en Occidente,
no te inquietes, mi bien,
que al Norte, que al Sur, que al Centro...
Es acá donde comienza a manifestar El,
la Nueva Jerusalem acá se levanta ya.
Y ese Cristo anunciado,
los milagros y las luces,
de este rincón de la Tierra,
porque de esta Nueva Jerusalem,
hacia el Mundo entero surgirán.
Amén,

Amén Señor


Montevideo 25.2.1988


LA NUEVA JERUSALEM, FELIZ SE LEVANTARA

En el máximo de la Gloria en la Tierra,
mi Máximo Roberto bien amado pronto te encontrarás,
y en el máximo de la perfección,
que en otros también, como maestro,
la tendrás que manifestar,
en el máximo de la ternura y de la consagración.
Para tí y tantos de mis hijos llega un momento difícil,
mas no te debes inquietar que no te atañe a ti,
aunque como humano también te conmocionarás.
Vuelvo a reiterarte, mi bien,
destinado viniste a la Tierra, que YO al azar no te elegí,
sino destinado para el grave momento que se aproxima,
y la Gloria que luego, alma mía, estará en todos,
y será la transformación que comienza desde aquí.
La Nueva Jerusalem, feliz se levantará,
feliz, porque sabe muy bien que a todos la trasmitirá.
La Nueva Jerusalem, la luz de aquí va a envolver,
será la capital del Mundo, y luego nada de eso, mi bien,
porque no habrá capital, ni gobernantes, ni gobernados,
todos se sentirán hermanados,
felices de poder estar tan unidos, sin discrepancias,
en una divinidad de comprensión, de ternura,
y en un canto que todos al mismo tiempo,
con qué amor lo entonarán.
Y nadie va a desentonar, y todos se van a comprender,
canten como canten, hijo amado,
todos juntos, a los aires los transformarán también.
Los pájaros se unirán en sus gorjeos,
las plantas, en una armonía y en una musicalidad tal,
verás, se mecerán acompañando el ritmo,
y feliz toda la Tierra de emoción se estremecerá.
Y habrá lágrimas en ella, lágrimas de la Madre Celestial,
porque serán las lágrimas de la felicidad y la emoción,
porque verá por fin a los hijos unidos,
tal como tanto lo deseó.
Amén,

Amén Señor



Montevideo 14.3.1988


ACA LA NUEVA JERUSALEM

Para mi Alba, mi palabra,
momentos de dolor que has pasado,
de caos y de confusión,
momentos amargos y de tribulación.
Mas ya no temerás, mi Alba, bien amada,
porque los caminos pronto se transformarán,
han necesitado tanto de tí, mi bien,
y tú has respondido siempre con un bendito sí,
aunque te sintieras desgarrar una y otra vez.
Cuántas veces dentro de tu interior gritabas:
¡Ya no más, que estoy cansada, que no puedo seguir!
¡Que en esta situación no puedo continuar!...
Pero adelante, mi bien, que pronto encontrarás,
que el camino del divino y alto Honor comienza y es acá,
la que será reconocida esta Ciudad,
como la Nueva Jerusalem, donde el Cristo se encuentra,
y comienza pronto a manifestar, mi bien.
Confía mi bien amada, que la Tierra transformada será,
y los seres se unirán en un amor tan inmenso,
que no se destruirá jamás.
Que la Paz se sellará en el Mundo entero,
que ya no habrá esta guerra, mi bien,
guerra entre los pueblos, en los hogares mismos,
entre padres, entre hijos, entre hermanos,
en ese continuo desvarío.
Pero pronto serán reconfortados y unidos todos,
benditos hijos, que todos son míos.
Comprende y ama a aquél que te rechazó,
comprende y ama a aquél que te abofeteó,
comprende y ama a aquél que te difamó,
comprende y ama y en todos pon tu perdón,
así como lo hago YO,
que no soy el juez que en un trono está,
sino el Padre que ama, comprende y perdona,
porque soy el Dios y el Padre de todos,
y las puertas del Cielo abiertas para todos mis hijos están.
Amén,

Amén Señor



Montevideo 6.8.1988


LA NUEVA JERUSALEM EN ESTE RINCON

¿Qué dices, mi Señor?...

Que en cada uno estoy,
y las súplicas de mis hijos
también están en mi corazón.
Que se habían propuesto
llegar a los Ultimos Tiempos,
y cada uno sentiría dentro y fuera de sí,
también una gran desazón.
Que mi Jesús anunció Tiempos atroces,
como los que viviéndose están,
estos son los momentos más amargos
que vive la Humanidad.
Fue anunciado, el tiempo pasado,
el tiempo que transcurrió en lo humano,
casi dos mil años....
fue lento en la carne,
largo en el espacio.
Pero pronto sentirán,
como la Nueva Jerusalem,
como la esposa ataviada para la gran Boda,
así la Nueva Jerusalem será,
en ese símbolo divino,
como que la ven desde lo Alto,
aunque la Nueva Jerusalem, hecha de tierra,
y en este rincón de la Tierra se verificará.
Y en vuestras manos la Gran Obra,
como estrellitas primero,
y luego unidos todos,
para la gran Estrella formar,
esa estrella de Belén,
que atraerá a la Humanidad.
Amén,

Amén Señor


Montevideo 13.12.1988


NUEVA JERUSALEM

-Y ahora tú, Máximo Roberto ¿qué dirías tú?
-Madre, pregúntale al Padre sobre la Nueva Jerusalem.
-Mi Señor, cuando Tu me hablabas de la Nueva Jerusalem y yo te decía: No, mi Señor, todos saben dónde está... Y Tu seguías insistiendo que acá sería la Nueva Jerusalem... Y yo seguía: mi Señor, no, si saben todos dónde queda Jerusalem.
Y Tú me decías:

YO no te hablo de Jerusalem,
te hablo de la Nueva,
donde será el descenso de mi Hijo.

Y yo te decía: Pero mi Señor, se habla de la Tierra Prometida... Y Tu me mostraste todo el globo terráqueo y me dijiste:

Esta es la Tierra Prometida, toda...

¿Y tu pueblo, mi Señor? -decía yo- por el pueblo judío.
Y Tu me dijiste:

Todos son mis hijos, todo es mi pueblo...

Por lo tanto el Padre me dijo que acá es la Nueva Jerusalem, que acá es el descenso de su Hijo.
¿Qué pasó en la Vieja Jerusalem? -me decía EL-, no va a volver a reiterar lo mismo. Por lo tanto, está todo dispuesto que en este lugarcito, tenga que verificarse esto.
Más aún, si analizamos lo que significa la palabra Montevideo... aunque en la escuela tuvimos otro conocimiento: Monte como monte, vi del verbo ver, Deo... explícalo tú, Giancarlo.

G:- La palabra Montevideo, en latín, significa: monte-vi-Deum, que quiere decir: monte, sobre un monte; vi, he visto; Deum, a Dios. Sobre un monte he visto a Dios. Esto en latín.

Por lo tanto, ves,
que hasta su nombre está inspirado,
que tenía que ser:
-sobre el Monte se verá a Dios-.
Sobre el Monte se verá el descenso de mi Hijo,
así, lo verificaré.
Y serán muchos los que estarán con El,
muchos los que lo acompañarán,
que serán elevados a las estrellas para ese descenso.
En un principio se dirá en otros lugares del Mundo:
- Uruguay, y ¿qué es allá?...-
Unos dirán: - ¡ay! provincia argentina.-
Otros dirán: - ¡ay! de allí campeones.-
Y otros dirán: - ¡Hum! hechicerías de las tribus... -
Pero al final, serán tantos los milagros,
que entonces sí, todos los ojos del Mundo,
se volcarán en la Nueva Jerusalem.
Luego, esta Nueva Jerusalem,
será como la luz para el Mundo entero,
será la capital del Mundo....

Y veo, mi Señor, una sola bandera en el Mundo... una sola, muy blanca, muy blanca, la bandera de la pureza, con un corazón bordado, como si muchas manos hubieran trabajado, representan el amor. Con una espiga de trigo, que resplandece como el sol, que nunca faltará el pan para ninguno. Con una paloma con sus alas desplegadas y una rama de olivo en el piquito, doble símbolo de la paz... como ese símbolo de paz que es el doble beso, la paz del cuerpo, la paz del alma.
La palomita, con el doble símbolo, ella como Paloma, como Reina de la paz, como Espíritu Santo y Madre... y la rama del olivo como símbolo de la paz también. Luego como una vertiente de agua purísima...
Todo eso en la única bandera del Mundo...
Eso es lo que TU me has presentado sobre Jerusalem, sobre la Nueva Jerusalem, sobre la Jerusalem que será la Tierra entera....
Gracias, mi Señor, por haber aclarado todo esto también.


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