LA NUEVA TIERRA SANTA EN EL URUGUAY

 


Montevideo 26.2.1985


URUGUAY, PAIS DE GLORIA, RINCON DE LA DIVINIDAD

El Padre me muestra la U de Uruguay, como un bumerang, y como si se arrojara el bumerang... Veo la U, como si TU, mi Señor, la arrojaras... recorre el Mundo, lo envuelve y cierra el círculo de amor... y dice El:

Uruguay, País de gloria, rincón de la divinidad,
Uruguay, arenas de oro, luz divina que lo envolverá.
Pero antes, lo tenebroso,
Uruguay sentirá sus calles y tierras regar,
por sangre que ha sido inocente,
y por sangre que en justicia se derramará.
Uruguay, el Cristo llega y esa sangre la purificará,
uniendo de izquierda y de derecha en un apretón divino,
porque como Padre estoy en todo lugar.
Uruguay, tú me has pedido...
en Uruguay como Hijo estoy,
y en Uruguay estoy como Padre,
porque he puesto mi pie,
y estoy como humano para abrazar a mis hijos,
y darme a conocer como el Padre Creador.
Y de aquí luego, a todo sitio,
no hay rincón donde no recibirán
bendición, amor, reconciliación,
lo puro y lo divino.
Y como un bumerang, al mundo recorriendo,
vuelve nuevamente acá,
donde se alzará la bandera blanca de la paz y del amor,
donde se alzará la bandera única.
Pero luego ni Uruguay, no habrá capital,
sino la hermandad en todo sitio, en todo rincón,
la hermandad para todos,
ni gobernantes, ni gobernados habrá,
ya no será... Uruguay,
sino el Cielo que a todo lo envolverá.
Amén,

Amén Señor


Montevideo 21.12.1985


UN AMANECER DIVINO AGUARDA AL URUGUAY

Trompetas, sirenas, frenadas súbitas, tableteos también.
No se inquieten, almas mías, que todo será necesario,
como una noche negra y sombría,
rápido quedará en un pasado.
Un Amanecer divino aguarda luego al Uruguay,
un Amanecer divino por la llegada del Cristo,
que acá se verificará.
Uruguay se levanta, almas mías,
la bandera se va a transformar,
que ahora tiene colores de cielo y de pureza,
y el sol que es la iluminación,
luego este símbolo divino,
mucho más, mi bien, aumentará.
Te muestro la bandera -me dice EL- descríbela...

Es blanca, mi Señor, totalmente blanca... Veo las partes de abajo, como ondeadas, que representan el mar... Veo en la parte alta, ese azul, pero como en una sola franja, pero lo veo tachonado de estrellas, de estrellas tan luminosas, mi Señor, tan divinas, pero sobre todo hay una muy especial. Veo un sol tan resplandeciente, que es como si los rayos del sol, se manifestaran en esas estrellas... y luego ellas a la vez irradian de su luz a la Tierra. Veo una hermosa espiga de trigo, tan rebosante está, como si esa sola espiga, pudiera dar abasto para elaborar pan para el mundo entero... Y que hambre ya no haya más, mi Señor...
Veo un copón, un copón maravilloso, aquel Copón, de la Ultima Cena, aquel Copón que hizo José para su Hijo, cuando le llevaron las riquezas que ofrecieron al Niño en Belén, que a José le sirvió para establecerse en Egipto, al principio, pero que guardó todo lo que pudo, ya que consideraba que no le pertenecía, sino que era del bebé. Y con todo aquello, como orfebre que también era, formó aquel Copón.

El Copón de la Ultima Cena,
que muy pronto se volverá a ver,
que está oculto en un sitio, en la Vieja Jerusalem.
Y viene a este Uruguay bendito,
y en la bandera también está.
Luego, mira lo que sale de él,
el agua de la pureza, mi bien.
Agua de la salud perfecta,
de la que todos beberán.
Y luego ya nadie tendrá sed,
salud de cuerpo y de alma, mi bien,
sí, mi Sandra bien amada.
¿Qué más hay acá? -me dice EL-

Veo unas piedras, mi Señor, y veo que con las piedras TU formaste un altar...
El altar de la Consagración, todos integrados en él...

Veo ahora el Espíritu Santo en esa forma de Paloma Divina. Pero antes de transformarse el Espíritu Santo en Inmaculada, como siempre se forma, que quedan las alas pero terminan en manos, que la cabeza de la Paloma se transforma en rostro, pero el pecho sigue siendo de Paloma, con ese plumaje tan tibio pero que todo su cuerpo es de Mujer... Sí, el pecho sigue siendo de Paloma....
Como Paloma ha venido, y veo que todos, todos, cada uno es una plumita, prendidito en ese Cuerpo. ¡Cuánta maravilla, mi Señor, cada uno de tus hijos es una pluma..! Y dice EL:

Si faltara uno de mis hijos,
la Madre se sentiría desangrar.
Paloma que ha venido al mundo
y entre las alas,
al mundo protegiéndolo y acunándolo ya está.
El Mundo Nuevo en la paz...
Pero no olviden, -dice EL-,
que cuando volvamos al Cielo, ninguno faltará.
Si uno faltara de ahí, no habría felicidad,
dejaría YO de ser Padre y de ser Dios,
no merecería ser tal,
porque si digo Soy Amor,
todos mis hijos conducidos estarán.
Amén,

Amén Señor



Montevideo 22.2.1986


EN EL URUGUAY LA NUEVA JERUSALEM

Desde antes de nacer,
padecimientos hubo, mi bien,
desde antes de nacer,
hubo una oscuridad en un momento.
Viniste a la Tierra a pedido, mi bien.
Mis hijos quisieron con sus hermanos sufrir.
YO dije: es muy amargo en la Tierra estar,
pero me dijeron:
Padre, queremos también compartir.
Y has venido y te has sentido
como tantos de mis hijos, mi bien,
mi Silvana bien amada,
herida, blasfemada, querida y rechazada.
Sentir que te asfixiabas,
y una herida grande también,
sentir que un huracán te llevaba,
algo que no lo podías detener...
Como Padre siempre junto a tí,
como Padre compartiendo,
y comprendiendo el porqué.
Pero en tu futuro te digo, vas a sonreír...
El Cristo llega y es pronto,
aunque no es hoy ni mañana, mi bien.
Hacia tu futuro, luego hablaré...
Del Uruguay, ahora te diré,
reconocida será como la Nueva Jerusalem,
donde el Cristo viene, donde el Cristo llega,
donde el Cristo abraza y comienza a predicar,
donde los primeros milagros en esta tierra anunciada,
anunciada bíblicamente como la Ciudad Santa
que el Mundo reconocerá.
Esto te digo de este suelo,
mas también sangre correrá,
pero no temas, te reitero,
de aquí surge la Luz para toda la Humanidad.
Amén,

Amén Señor



Montevideo 14.6.86


URUGUAY SERA CAMPEON

Uruguay será campeón,
mas no piensen en fútbol jamás,
Uruguay será campeón,
y del campeonato todos disfrutarán.
Uruguay será campeón,
campeón del Mundo,
y luego verán,
que como una vez inspiré a un hijo,
que cercano está...
Uruguay, que es a la inversa:
"Hay Gurú",
el Maestro acá estará.
Hay Gurú....

Mi Señor, que yo no conocía lo que significaba la palabra Gurú...
Y dice El:

Ahí finalizará el campeonato,
la maratón celestial,
Uruguay será el campeón,
nadie se debe olvidar.
Amén,

Amén Señor



Montevideo 1.3.1986


URUGUAY, EL CRISTO LLEGA A ESTA TIERRA

Sobre el Uruguay, hijo, diré,
será reconocida como la Nueva Jerusalem.
Después de una noche larga y cruel,
el Cristo llega a esta tierra,
en el nuevo Amanecer.
Será como renacer del Mundo,
y aquí comienza la Luz.
Uruguay, sale de lo oscuro,
será como una estrella gigante,
el Mundo se sorprenderá.
Al principio no querrán creer,
las maravillas que aquí comenzarán.
Uruguay, sí, mi bien amado,
como apóstoles preparándolos están.
Son ángeles de Cielo en la Tierra,
se han sentido tanto contaminar,
tantos sumergidos en un lodo, y diciendo:
esto no puede ser,
¡cómo Dios me puede designar para algo tan hermoso..!
Es que todo fue necesario,
todo ya dispuesto,
recuérdenlo, ya lo presenté.
Uruguay, luego...

Y me muestras, mi Señor, la bandera que flamea, la bandera blanca, muy en alto, la única bandera en el Mundo, blanca, con un corazón, trabajado, bordado, divino, con esa espiga de trigo que representa al pan también. Con esa Paloma que es el Espíritu Santo, y trae en el pico la ramita de olivo, símbolo de la paz.
Y ese sol, mi Señor, que lo alumbra todo.
Bendito seas, cómo has mostrado los colores de la bandera, el blanco de la pureza, el azul, no del firmamento, sino de Tu manto envolviéndolo todo, y el sol, como si te representara a TI, mi Señor, como si esa luz maravillosa que está establecida, parte de acá para envolver al Mundo.

Y dice EL:
Ya no habrá fronteras, mi Cristian bendito,
el Mundo para todos mis hijos creé YO.
Ya no habrá fronteras,
saldrán de lo oscuro,
iluminados por un único y divino sol.
Es el sol del amor, alma mía,
el de la ternura y el de la comprensión.
Uruguay, será capital del Mundo,
pero luego ni eso,
no habrá ni gobernantes ni gobernados,
sino todos hermanados
en el celestial y en el eterno amor.
Amén,

Amén Señor


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