LA MISION DE LOS HIJOS Y DE LOS DESTINADOS, MUNDO NUEVO

 



Montevideo, 23.03.85

EL PRIMER MILAGRO DEL MUNDO NUEVO

Primero:
El primer hijo, que en tu vientre YO creé,
mas también te he dado otros,
pero hay otros primeros también.
Primer bocado de amargura,
primer lanzaso que también recibiste tú.
Primer día oscuro, aunque el sol iluminaba,
estaba dentro de tu corazón.
Mas también habrán primeros
y el que se acerca, distinto él será.
Y hay un primer año de Reino Divino,
que toda la Tierra en unión sublime,
mi María Eugenia, todos lo vivirán.
Hay un primer néctar, y luego le sigue otro,
como habrá también un primer pan
y un primer instante de tus manos extendidas,
como un primer nieto qué transformación habrá.

¿Tú tienes ya nietos?....

Esos pasos, ahora pequeños y rápidamente grandes serán,
no grandes por el tamaño, sino por la obra a realizar.
Pero tú aguardas un primero, pero YO te hablo, de un primer milagro.
El primer milagro que en el mundo habrá, será luego...

Me estás mostrando, mi Señor, un derrumbe en el Uruguay, como si el Palacio Salvo se derrumbara y el Monumento a Artigas y el Caballo, como ya has dicho, y eso fuera el primer milagro.
El palacio Salvo se reconstruye, los seres despedazados... los pedazos se unen, para dar un testimonio. Eso será lo primero. ¿Es un símbolo, mi Señor o es auténtico? ¿Qué representa?

Todos lo comprenderán.
No aclaro más almas mías, en este momento, sino después será,
porque habrán otros primeros, de los que de MI...

Me estás mostrando otra vez, perdón, mi Señor que interrumpo Tu Palabra, me estás mostrando muchos hechos que son primero, primeros, primero... situaciones y seres que también son primeros en dar un paso, o primero en el hogar, o primero en dar la voz de alarma o el alerta de alegría.

Todos esos, paso a paso, todos, mi Ma. Eugenia, los aclararé.
Amén


Montevideo, 5.12.84

UNA IGLESIA PARA TODOS, LA IGLESIA UNIVERSAL

Te veo como si de pronto te encontraras frente a una iglesia, una fachada, una torrecita, apenas, de nada, el campanario, blanca. Y de pronto sientes que están cantando. Pero yo veo nada más que la pared de afuera, solamente una pared. Tú pasas la puerta y no hay edificio, es solamente esa pared y un campo muy grande. Y ya hay gente reunida y están cantando. Y tú les preguntas a los seres que están a tu lado: ¿Qué iglesia es? ¿Es evangélica, es católica, es una iglesia pentecostal? ¡Ah, mi Señor, hablas TU!

Es la Iglesia Universal
donde el Amor los congregará.
El Amor está en la Tierra,
mas pronto a todos los envolverá.
Está dentro de cada uno
y en alguno solo como dormido es,
pero cuando despierte, mi bendita,
como campanas divinas repicará ese Amor.
Y tú, mira lo que harás,
mira cómo te guiaré.

Te veo, mi Señor, inmenso sobre toda esa enorme cantidad de seres y te veo que los bendices.

Como acá también será,
que habrá también bendición
que compartida como ahí, siempre, almas mías, será.
Termina sí el sufrir,
mas antes de ello, no deben olvidar,
que si digo mañana hay una cena
no deben en la cena solo pensar.
No olviden que primero el desayuno,
luego le seguirá el almuerzo,
la merienda que es después
y recién después la cena.
No digan "cómo, si lo otro no lo anunció",
porque hay cosas que no anuncio
ya que sorpresas preparé.
Sorpresas.
Pero lo que digo, hijos,
de la noche negra que habrá,
también esa se avecina,
y esa es antes de pasar la puerta,
la que acabo de presentar.
Amén



Montevideo, 15.6.85

ES MISION DE CIELO EN LA TIERRA

Y dice EL:

Como acabo de presentar, en ti, mi bendita Mabel,
serán milagros que la Tierra, también la vivirá -dice EL-.
Por lo tanto, hija mía, bienaventurada te puedes considerar,
como mis hijos que los estoy preparando,
para la grandiosidad, que el mundo por fin vivirá.
Es misión de Cielo en la Tierra,
a la Tierra la envolverás, mi bien,
sentirás que la luz, entra en tu Ser,
como en todos mis hijos, también lo verificaré.
Y estos milagros divinos,
y lágrimas incontenidas tendrás,
como de pronto... ese llanto como una sacudida,
que es como decir al mundo... ¡despierten por fin ya...!
Y será como un despertar y al instante tu verás,
como una primavera que surge,
por el verde de las plantas y las flores, que surgirán,
inundando de amor y de perfumes,
porque así exhalarán, cual no se han brindado nunca,
las nuevas flores lo harán.
Amén


Ir a página siguiente (4)
Volver a página anterior (2)
Volver a índice "Lo acompañarán los 144.000"
Volver a página del Mesías
Volver a página de Entrada