Montevideo, 17/01/86

LOS SELLADOS DESTINADOS A SALVAR AL MUNDO

Las luces parten de tus manos como estrellas, pero es sorprendente, porque no es sólo a Victoria, sino que esas estrellas están envolviendo a todos los que están acá. Y a TI te veo crecer, crecer, mi Señor. Y las estrellas están llenado todo, aunque siga esto como está, me estás mostrando la maravilla que estás obrando. Es como si las estrellas los envolvieran y los pies estuvieran sobre ellas también. Forman como una protección, no sé cómo decir... como la luz esa... interior de TI, que sale para envolver a tus hijos.

Envueltos en luces divinas, así como en Victoria lo está,
se sentirán todos mis hijos, ya que el camino se transformará.
Que vengo anunciando al Cristo, ese Hijo que pronto los abrazará.
Y se sentirán nuevos, distintos, pero no olviden lo que el mundo también vivirá.
Ese error humano, hijos míos, y ustedes para ayudar.
Portadores del amor inmenso, dotados del poder del cielo,
teniendo hacia todos compasión, junto con inmenso.....

Me estás mostrando, mi Señor.... ¿qué es eso que TU dijiste inmenso...? me estás mostrando como si fuera de pronto un arco iris gigantesco que parte de cada uno y está envolviendo al mundo, como un tiempo bueno, pero para el mundo entero. Pero el mundo me lo estás mostrando que cuando llega ese momento hubo tanta destrucción, mi Señor.... Hay partes del mundo que no quisiera ya verlas porque es aterrador cómo están.
Una parte ya no la veo y fue grande, fue grande esa parte del mundo, pero no existe, solo escombros nada más, escombros y ensangrantados. ¡Ay! mi Señor, y ese arco iris que parte de las manos de todos, envolviendo al mundo para todos lados, totalmente envuelto. Y cuando comienza como a elevarse y a esfumarse y los colores se proyectan en el mundo, es la Tierra Prometida, renovada totalmente, es la armonía entre todos, es los despedazados que vuelven a unirse los pedazos y se levantan en infinito amor. Y otra vez esas luces que parten como estrellas de tus manos. Y ahí están, mi Señor, los que diría la Biblia, los iluminados, los sellados, los seres que están destinados para el Gran Cumplimiento. Y dice EL:

La victoria para el mundo, todo cercano está.
Se están cumpliendo y verificando las señales,
las que Jesús anunció hace casi dos mil años ya,
que el mundo viviría en el caos, y en la confusión, en el dolor y en la destrucción.
El mundo lo está viviendo, ennegreciéndose está,
por el atroz enfrentamiento, y el ofuscamiento que no deja a mis hijos razonar.
Pero todo fue anunciado, y en este tiempo de cumplimiento es.
El Cristo, pronto será reconocido, aunque muchos se opondrán a El.
Habrá una Legión que lo enfrente, Anticristo se le llamará,
pero también ellos reconocerán, que es urgente en todo ser recapacitar
y posternándose ante El, y El dirá: "¡No, de rodillas no!
Si todos somos hermanos, no me consideren a mi superior."
Porque vine con humildad, aunque con fuerza a la vez,
fuerza para unir, para abrazar, para comprender,
y en todos lo mismo será, el amor, la comprensión y el abrazo,
porque será con el alma y con el corazón.
Amén


Montevideo, 26.09.84

HERMANOS EN MISION:
AMAR COMO EL PADRE, BESAR LAS LLAGAS

Estos hijos bienamados que acudieron hasta acá,
que no los detuvo el frío,
sino que los trajo el Amor que en cada uno hay.
Estos hijos bienamados, que muy pronto sentirán,
ya no en la presencia, sino en la autenticidad,
que los envuelvo en Mi Amor, como en los lazos de infinidad.
Infinidad, sí, hijos míos,

Mi Señor, tu lenguaje, yo no lo entiendo muy bien....

Todos -dice EL- ya lo entenderán.
Emplee la palabra que sea, al derecho o al revés,
hacia arriba o hacia abajo, todos la entenderán, dice EL.
Hijos míos, bienaventurados y lo vuelvo a reiterar,
sentirán pronto mis brazos,
como pequeños en ellos, así se acurrucarán.
Y en ese acurrucar sublime, como pequeñitos que son,
porque aunque se consideren adultos,
son los chiquitos de mi corazón.
Bienaventurados sí, en los caminos,
aunque piedrecitas aún hay,
que se hieren lo deditos y Papá los viene a besar.
Que se arrancaron las manos con las espinas al querer esquivar.
Papá también restaña las heridas y besa esas manecitas,
¡vamos, vamos! a continuar.
Se sentirán pronto adultos y en este continuo trajinar
verán a otros ancianos moribundos,
seres despedazados también,
y aun siendo ustedes pequeños,
qué fuertes, junto a ellos se sentirán -dice EL.
Adelante, adelante, y verán
que lo que YO he hecho con ustedes primero,
ustedes en ellos también lo realizarán.
Que si ven a aquél lacerado o a aquél que llagado está,
no temerán besar las heridas o lamerlas para curar.

Ay! mi Señor, me hiciste sentir algo.........

Sí, -dice EL- así mis hijos serán,
que aunque sean purulentas con qué amor las besarán.
Será tal y tal la fuerza que todos tengan en este andar,
que no hay nada que los detenga, porque adelante continuarán.
Bienaventurados mis hijos, bienaventurados son.
No olviden que no los elijo,
sino que vinieron destinados en esta Misión de Amor.
Lo reitero y lo vuelvo a reiterar,
sí, mi Tina, tú aquí estás, no por curiosidad o por traer algo,
como lo has hecho hoy, mi bien,
sino por una necesidad que en ti Yo pongo,
porque Mi Palabra en ti está,
como un broche Divino de Cielo
que prende todas las gracias, ninguna se te va a escapar.
Eres bienaventurada y pronto te sentirás que diré:
Gloria, gloria a ti, hijita! Gloria por tanto padecer,
Gloria sí, Gloria mi Clementina,
adelante en los caminos del bien.
Adelante, hija mía, que también glorificarás
a tantos que contigo colaboren
en esta misión de sublimidad y de paz.

Roque:

Paz sí, después de tanta controversia,
paz sí, tú mi bien, cómo la vas a ofrecer,
como una roca que eres inamovible,
que no habrán vientos, ni bombardeos, ni explosivos
que te puedan quebrar o arrancar, mi bien.

Me muestra... mi Señor, tengo que decir lo que me estás presentando, una montaña, en la montaña está la roca, la roca eres tú. Veo aviones que vienen y bombardean, pero caen las bombas, caen ahí y la roca sigue inamovible. Ponen explosivos y la roca no se mueve, pero viene la lluvia y la refresca porque la roca estaba sedienta y viene el beso del sol que llega en esa suavidad, en esos rayos divinos y la roca se fortalece cada vez más y más.
Y dice EL:

Con emoción, presentada por la lluvia, que descendiendo está,
mas también representada en el beso del sol,
que es la luz que te envolverá.
Así te fortalecerás, hijito, porque aunque sientas tú, todo temblar,
lo que he mostrado es auténtico, pero daño ¡jamás! siempre ileso.
Adelante, a continuar.
Amén

Ahora es para ti Francisco:

Para ti, que mañana con ella irás en estos caminos
y a cuantos de laberintos que encuentres,
los vas a ayudar a salir y el aire puro a respirar.
Mas también mira, mi bienaventurado...

Veo como si tendieras tus manos y tomaras una mano de Cristina y la otra mano de Mery que forman como un triángulo y EL también los toma de la mano.
Y dice EL:

Tampoco al azar mis hijos vienen,
porque muy pronto recibirán toda la sabiduría que necesitan,
toda la fortaleza para continuar.
Que ya no habrá jamás en nadie pereza,
porque diligentes como ustedes son,
también en otros transmitirán lo mismo
y esa pereza que tienen se irá al fondo de un abismo,
donde nunca más resurgirá.
Para continuar en el camino
de la consagración y del Alto Honor.
Ese Alto Honor que vengo mencionando
y para lo que ustedes están.
Adelante, mi Francisco, ayuda,
porque a la vez, también ellas ayudarán.
Como grandes maestros, como tú también estás,
que no quieres que se te nombre porque en ti hay humildad,
son grandes maestros, hijitos,
a cuántos que eruditos parecen ser,
sin embargo, sin conocimientos
y ustedes serán el aporte divino cómo los ayudarán -dice EL-
Y también tus manos extendidas....

Y veo...... pero qué sorprendente, mi Señor, veo que TU tomas las manos de Roque y de Tina pero son dos triángulos que han formado.
¡Qué grandioso, mi Señor, qué maravilloso!

Así es, cual Estrella de David que muy pronto surgirá,
ustedes aquí la forman, porque la estrella ahí está,
que la sienten, que se aproxima, que ellos compartiendo están.
¡Almas mías, mis benditas! ¡cuántas bendiciones hay!,
en ustedes derramadas y de ustedes a tantos más,
que compartidas por ellos y luego al mundo a derramar.
Esta Estrella de David que nunca se detendrá,
es la Estrella del Amor perenne aunque no de Eternidad.
Y no de Eternidad hijos míos, porque de Eternidad ustedes son,
no de Eternidad como un símbolo,
porque en el Cielo ya no se precisarán,
porque en el Cielo está el infinito Amor.
Ese es el símbolo hijos míos, el símbolo del Amor,
con el que los he engendrado y los he unido YO.
Amén

Ha llegado hoy Salvador.... ¡Cuánto hace que no venía Salvador, mi Señor! Gracias por venir.
Salvador es un científico que está consagrado a todos los hermanos. Y en estos momentos han llegado Maia, Valnia, Andrés. ¡Cuánto hace, cuánto hace que no los veía! Nicolás el grande, Nicolasito también. Ya grande Nicolasito. Cuántos más! Jaime, Alice.... qué sorpresa tan grande. Herman, cuántos más! Edward....
Bendito, mi Señor. ¿Por qué a veces, mi Señor, los nombran con nombres tan extraños, o son de tus hijos que yo no los conozco o que se presentan cuando vienen centenares? Y no sé los nombres de todos, sino del grupo. Gracias por estar y gracias por venir.
Dice EL:

Ahora daré un mensaje para ellos
que vienen a recibir sabiendo que acá hay una luz
y la luz -dice EL-, viene de Mi.
(Sigue un mensaje en lenguas extrañas)
Amén

¿Qué dijiste, mi bendito Señor?

Fue para ellos, y en distintos idiomas -dice EL-
fue para ellos que todo lo comprendieron.
Saben lo que tienen que realizar y dónde deben de partir,
a qué lugar, cómo colaborar, cómo atender.
Almas mías, mis destinadas,
que pronto en un abrazo se confundirán,
los bendigo y los glorifico,
y pronto otra bendición inmensa,
ya que el Espíritu Santo,
con ustedes siempre está,
con dos alas poderosas
que pronto, pronto los protegerá,
con dos alas poderosas
que junto al corazón, así los mantendrá.
Amén


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