Cuaresma y nuestras cuaresmas.

1.-El Crecimiento.

 

 
 
 

Los empujes de Cuaresma llegan fuera de  toda previsión,
en los momentos menos oportunos, cualquier día.

Nos sentimos solos en medio de una atmósfera de depresión y faltos de ánimo.
 En nuestra ruta atravesamos bancos de niebla.

No es gripe, ni ataque al  hígado. Algo que  no se localiza en alguna parte del cuerpo.
Algo más genérico, ambiental, holístico. Son empujes de Cuaresma.

Algunos tratan de huir de estas cuaresmas con alcohol, droga, sexo...

No huyas de tus cuaresmas, porque las huídas son un paso atrás.

A un señor que atravesaba una densa cuaresma, su hijo de seis años le dio un camino de salida.
Una tarde le pidió que por favor le hiciese un barco de Madera.
El hombre que era hábil con sus manos se lo hizo.
Demoró tres horas y cuando terminó advirtió
 que hacía varias semanas que no pasaba tres horas fuera de cuaresma.

Recuerda algunas de tus cuaresmas.

Los evangelios nos narran un fuerte ataque de cuaresma que sufrió Jesús.
Fue tan fuerte que lo llevó a la soledad que el evangelio llama desierto.
Allí estaba solo, rodeado de arena y piedras y algunos animales poco amistosos.

La narración añade un elemento muy interesante cuando dice que
Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu.
No fue un ángel malo que lo engañó, ni siquiera un colapso económico.

El Espíritu lo colocó en cuaresma porque
Jesús debía crecer y dar algunos pasos importantes y decisivos.

Allí estuvo. No huyó. Tampoco se hizo el valiente.
Con sencillez se puso en manos del Espíritu que lo había traído.
Y Jesús creció.
Su calidad humana y su amor tomaron colores nuevos y
 Jesús creció en el desierto y a lo largo de toda su vida.
Su calidad humana tomó colores nuevos y su amor fue el fuego y la energía que inspiró su vida.

¿Qué barcos de madera podemos hacer para no morir o no desanimarnos en nuestras cuaresmas ?.

¿Cuáles pueden ser los desiertos donde nos lleva el Espíritu hoy ?.

Señor, quédate con nosotros en nuestros desiertos y
muéstranos el camino para seguir creciendo como seres humanos nobles y fraternos.

 

 

 

 

2.- Opciones

 

 

¿Cómo imaginar nuestras vidas y nuestra historia ?.

Quizás algunos crean que se trata de un simple trotar por un trillo ya marcado.
Y que el único problema está en no detenerse,
o sea no echarse a dormitar al borde del camino.

Tenemos un buen radar que gira constante
 y muestra un paisaje de cosas nuevas y movedizas
 que van apareciendo en el espacio que nos rodea :
obstáculos imprevistos, desvíos fuera de nuestros cálculos y nuevas rutas.

El ser humano va corrigiendo de contínuo su itinerario
 de acuerdo a las indicaciones del radar.
Pero cada tanto hay decisiones importantes que tomar
sobre nuevos caminos que aparecen en la pantalla del radar.

Las cuaresmas nos sacan del espacio ordinario
y nos dejan solos para que veamos las nuevas opciones,
 ponderemos sus pro y sus contras y tomemos una decisión.

 

Porque hay caminos nuevos que no vemos,
pensamos estar encerrados y sin embargo hay puertas que se pueden abrir.
Y esas puertas llevan por itinerarios de vida y crecimiento,
pero también por otros de decadencia, extravío y muerte.

Todo esto que se dice en pocas palabras,
en la vida no se hace realidad sino a través de tiempos largos
con marchas y contramarchas.

Las cuaresmas nos permiten   ir tomando decisiones
y elegir los caminos que llevan a la libertad y a la fraternidad

A Jesús en su cuaresma se le ofreció el camino
 de la popularidad por la fama y los prodigios.
Jesús rechazó esa puerta y entró por otra más sencilla : la del Espíritu.

Los evangelios presentan esta tarea llena de vigor y dramatismo.
Nada tiene que ver con la serenidad que imaginamos podía tener Jesús.
El Evangelio nos habla del tentador o sea de alguien que trata de confundirnos
y que nace de nosotros mismos.
El Espíritu no está presentado como un torbellino que lo arrasa todo,
sino como una brisa que insinúa, pero nunca coarta.
Así pasa con nosotros :
como la semilla aún durmiendo o en medio de la tormenta, la vida crece.

  Señor ilumina nuestras decisiones. Ellas hacen nuestra historia.